miércoles, 4 de noviembre de 2009

"HAY MUCHO SANTO EN VAQUEROS"


González Horrillo, autor del libro.




Proviene del comunismo y del desencanto “de muchas cosas”. Habla con la fuerza del converso, de quien ha sentido el Amor de Dios a través del amor a los hombres. Y no se piensa callar ni debajo del agua. Hasta se hizo profesor de Religión. Asegura que el mundo trata de atacar a la Iglesia, convertida en el único referente moral sólido. Por eso plantea la necesidad de reconquistar la cultura, especialmente los medios de comunicación. El objetivo primero: visibilizar la religión del Amor. “Quien conoce a la Iglesia no la critica a no ser que tenga mala leche”. El segundo: responder a los “topicazos” de siempre: las cruzadas, la inquisición, los anticonceptivos y el famoso dinero de la Iglesia. Católico sin complejos. Como el segoviano, pero con argumentos.

-¿Por qué católico sin complejos?

-Porque pensamos que hay mucha gente que tiene miedo de decir que es católico. Pero la idea del libro llegó cuando la madre de un alumno me dijo que borraba al niño de la clase de Religión porque representaba a una Iglesia con una historia sucia y los tópicos de siempre.

-El dinero de la Iglesia

-Claro, pero no sólo; también están las cruzadas, la inquisición, la moral sexual, los preservativos, aborto, eutanasia.

-¿Es justificable la Inquisición?

-No es justificable ahora. Pero hay que contextualizar en su momento histórico y ver cómo actuaba la gente de entonces. Si hay que hacer un juicio, se hace. Juan Pablo II pidió perdón. Tal vez somos los únicos que lo hayamos hecho. Pero lo que no podemos permitir es que haya gente que los exagere, los saque de contexto, los manipule.

-¿Había motivos para pedir perdón?

-En cuanto matas a una persona en nombre de Dios hay que pedir perdón.

-Lo que pasa es que en su entorno histórico era una norma habitual. La Inquisición era mucho más benigna que los tribunales civiles

-Sí. De hecho sabemos que había gente que blasfemaba adrede para que le juzgara la Inquisición en vez del Estado civil porque sabía que la pena era menor. Aún así, nosotros tenemos que tender a la perfección.

-El ministerio de Justicia debería también de pedir perdón

-(Risas) Tanta gente tenía que ponerse en la cola. ‘No juzgues para no ser juzgado’, pero mucha gente tendría que ponerse en la cola para pedir perdón.

-Vamos a la moral. El mundo cree que los cristianos nos fijamos sólo en el sexto. ¿No será que muchos piensan que sólo se peca de cintura para abajo?

-(Risas) Se peca de muchas cosas. Pero yo creo que el problema del sexto mandamiento viene a raíz de la revolución sexual de los 60 cuando se proclamó el desparrame y la Iglesia fue la única que se opuso con la Humanae vitae. Y la gente se mosqueó con la Iglesia y le acusó de estar en contra del sexo.

-Y no

-No. Está en contra de que se manipule el sexo, de que se manipule a las personas a través del sexo.

-¿No le parece que la Iglesia también ha tenido un problema de comunicación?

-Hay encíclicas que son muy claritas.

-Claritas, pero poco atractivas. El discurso que ha quedado de la Iglesia es un discurso de negación, no de afirmación

-Juan Pablo planteó la “teología del sexo”. De todas formas una cosa es el discurso de la Iglesia y otro lo que otros dicen que la Iglesia dice. La Iglesia tiene un discurso claro y muy positivo.

-¿Cuál es el discurso?

-Sí a la vida, apertura a la vida. El sexo dentro de la ley natural, no dentro de la ley que nosotros queramos crear.

-Volvamos al dinero de la Iglesia. ¿Por qué se habla tanto de las riquezas de la Iglesia siendo tan pobre?

-Porque se la quiere hundir. ‘Que la Iglesia venda el Vaticano’. Lo que pasa es que hay estudios que dicen que si la Iglesia vendiera el Vaticano se acabaría el hambre en el mundo durante tres días. Y al cuarto día, estábamos igual.

-Y además, vender, ¿a quién?

-Eso es lo que yo les pregunto. Igual que las catedrales. ¿Y qué hacemos con ellas después? Nadie me contesta. Porque la idea es cargarse a la Iglesia, no dar de comer a los pobres. ¡A ver quién hace más por los pobres que la Iglesia!

-¿Por qué la cifra de católicos practicantes está yendo a la baja?

-Porque ahora es católico quien quiere. Antes había que ir a misa por obligación.

-Pero humanamente somos una Iglesia de viejos, camino de la extinción si no confiáramos en el Espíritu Santo

-Ya, pero nosotros estamos encima de los cálculos humanos. Si es cosa de Dios, seguirá; si es cosa de hombres, se irá. Y esto no se ha ido. Ni se irá nunca al carajo. Estoy convencido.

-¿Será una Iglesia casi marginal socialmente?

-No creo que llegue a tanto. El Espíritu Santo tiene muchas más fuerza de la que pensamos. Jesús es el único que ofrece lo que puede llenar el corazón humano. La persona humana tiene necesidad del mensaje de Jesús.

-¿Cuál es su pronóstico?

-A la corta que seremos menos, pero el que esté aquí, estará más convenido. Y a la larga que el triunfo será de Jesús. Estoy convencido.

-Las fuerzas del infierno no prevalecerán.

-Para nada. El ‘patillas’ como le llamamos en Cursillos de Cristiandad sabe que tiene el partido perdido.

-¿Qué es lo más significativo de la religión católica?

-El amor. Es la religión del amor. Lo demás sale de ahí.

-Eso lo entiende todo el mundo. Amor sí, Iglesia no.

-La gente no conoce a la Iglesia. Yo tengo claro que la mayoría que ataca la Iglesia es por un odio visceral, no racional. No la conoce. Y si se la conoce y se la critica, ya hay mala leche por medio. Te lo cuento por experiencia.

-Cuente, cuente.

-Yo hasta los 26 años llevaba una chapita del Che Guevara y decía “comunismo y libertad”. Ponía a parir a la Iglesia porque no la conocía. Hasta que me enteré de qué iba esto. También es una de las razones de escribir este libro: pedir perdón por todas las tonterías que dije contra la Iglesia.

-¿Qué deberíamos hacer para que se conociera mejor?

-Quitarnos los complejos, decir: “Soy católico ¿y qué?”. Invitar a la gente a que conozca la Iglesia. Porque es posible que vea cosas que no le gustan, pero hay mucha gente que son santos con vaqueros.

-Cristo, sí; Iglesia, no.

-Es un topicazo. Porque eso es decir que no a Cristo que actúa a través de hombres imperfectos, como somos todos. Tú no puedes creer en Jesús si no crees en las personas que le dejan actuar y hablar a través de ellos.

-Un cristiano anárquico, autodefinido, con su propia Iglesia. ¿No es posible?

-Es que Jesús fundó una sola Iglesia. Y si la fundó fue por algo. Lo dejó claro: Oye Pedro, tú eres el primer Papa, está es mi Iglesia. No dice ‘vuestra’ Iglesia, sino ‘mi’ Iglesia.

-Que haya aguantado 20 siglos con los errores humanos es significativo

-Claro. ¿Qué hay detrás? Florentino, no, por mucha pasta que tenga.

-Quizás por eso elige personas mediocres, para que se vea su mano

-Precisamente por eso. Elige personas débiles para que se vea Su mano. Es que ¡hay que ver la pinta de los 12 apóstoles! Les quitas el Espíritu Santo y ¡vaya 12 elementos! Con la fuerza de Dios, fíjate la que liaron. También creo que es para que no se nos suba a la cabeza; la soberbia es el peor pecado.

-Humanamente, ¿qué se podría mejorar?

-Amarnos más. Si es que el cristianismo no es más que eso. Mostrarnos y mostrar al mundo cómo nos amamos. Si de verdad nos amáramos, no haría falta ni abrir la boca para predicar. Quizás porque no nos amamos lo suficiente tenemos que recurrir a escribir libros y sacar revistas.

-¿Qué es lo que encontró en la Iglesia que le deslumbró?

-El amor. Fue en un Cursillo de Cristiandad. Yo era un rebotado. La religión era facha, los curas unos carcas que estaban reprimiendo al ser humano. Yo me lo creí como todo chaval de 16 años. Me dejé los pelos largos y empecé a cantar la Internacional. Lógico. Como todos.

-¿Y entonces?

-Con 26 años, después del desencanto de muchas cosas, la política el orientalismo, el esoterismo, alguien me invitó a un cursillo. Fui, aunque fui con prejuicios y hasta no buenas intenciones. “A ver quién es el guapo que me habla a mí de religión, que le voy a cantar la gallina”. Pero Dios es más fuerte que uno. Eso se siente, te transforma por dentro y dices: “No sé lo que ha pasado”.

-¿Por qué no intenta transmitirlo?

-Porque lo he intentado desde los 26 años y no he sido capaz. Notas que Alguien te quiere a través de esas personas. Y notas que esas personas te quieren porque hay Alguien más grande que les quiere. Es real. Y te cambia la vida.

-¿Qué le parecen esos fenómenos del bautismo y la primera comunión laica?

-Ya no saben cómo dar la nota. Son ganas de incordiar. Es un juego de niños.

-¿No le parece que se está buscando crear una religión laica?

-Sí, claro, pero a nivel mundial. Se quiere sustituir. Es quitar a Dios para ponerme yo. Quitar la religión para poner al hombre; el superhombre de Nietzche de toda la vida. Es el pecado de soberbia.

-¿EpC es la nueva asignatura de la religión laica?

-Hombre, claro, es el adoctrinamiento político por excelencia: ideología de género y toda la basurilla que nos quieren meter. Es interesante conocer a Antonio Gramsci. Ese tío sabía lo que decía. Es el maestro de todos estos.

-¿El católico está perseguido?

-Sí. De una manera mucho más sútil aunque -tal vez- más descarada.

-Por ejemplo…

-Ya no nos echan a los leones, pero se nos ridiculiza. La campaña es esa: intentar que nos callemos.

-¿Y no le parece que los cristianos no nos hemos sabido defender suficientemente bien?

-Hubo un tiempo en el que fue al revés: nos dormimos. Y cuando empezaron a darnos caña, empezamos a escondernos.

-¿Se siente identificado con lo de San Pablo: “soy ciudadano romano”?

-Yo pido y ejerzo mi derecho, como español, a ser respetado tenga las creencias que tenga.



Publicado en Alba digital

Libro: Manual para católicos sin complejos.

Editorial: Sekotia

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