lunes, 28 de febrero de 2011

PINCELADAS SOBRE "DE DIOSES Y HOMBRES"

Comunidad de Sta. M. del Atlas, días antes del martirio
Ayer vimos la película en Orgaz y a modo de reflexión, compartimos ésta que nos ha llegado de una religiosa que ya había visto la película.

A modo de pinceladas: Lo que me queda y ayuda



Después de ver la Película siento bueno volver sobre la misma y destacar aquellos aspectos que me ayudan para la reflexión y para la vida personal y comunitaria.


 EL TITULO: “DE DIOSES Y HOMBRES” me resulta muy sugerente. Sintetiza muy bien la trama en que discurre la película. De los protagonistas me llega su ser hombres de carne y hueso, que viven la experiencia de la debilidad humana, con su propio carácter, sus limitaciones, la lucha interior, dudas, miedos, la tentación de abandonar, de huir ante el peligro; así como el proceso de cambio interior que se va dando a partir de la oración, la ayuda mutua, el discernimiento personal y comunitario. De hombres y Dioses, no solo el Dios de los cristianos y el de los musulmanes sino también en cada monje, en los que vive ese doble aspecto de fortaleza y debilidad, ese sentirse frágiles y a la vez fuertes en su debilidad, arraigados en Jesucristo a quien han entregado su vida para los demás desde su consagración. Tal como aparece en la conversación entre el Superior y el más reticente a quedarse: “Tu vida, que temes perder, ya la has entregado, no te pertenece”.


1. Desde el punto de vista eclesial y/o de vida consagrada veo en esta comunidad un ejemplo de vida monástica viva, actual, renovada, encarnada:


• Comunidad de trapenses que, sin dejar de ser lo que son – contemplativos, de clausura – viven una misión de presencia comunitaria admirable en medio de una cultura totalmente diferente, la musulmana. Una inserción evangelizadora desde lo que son - subrayando más - en su estilo de vida y de acción - el aspecto contemplativo, de oración para la vida y la misión, que el de la clausura, como expresión de ruptura con el mundo. Viven encarnados en la realidad, metidos en el mundo como fermento, como levadura en la masa, como sal disuelta para dar sabor a lo que toca.


• El diálogo inter-religioso - tema de tanta actualidad , lo realizan en la vida misma, en lo cotidiano. Asisten, como uno más, a las celebraciones musulmanas que se les invita, escuchan, aconsejan, ayudan sin prejuicios religiosos; sobre la misma mesa de trabajo, la Biblia y el Corán, junto a otros libros de consulta y estudio.


2. Desde el punto de vista de vida personal y comunitaria son para mí ejemplo vivo y espejo donde mirarse:


• Relaciones humanas profundas, maduras, donde libremente pueden expresar no sólo lo que piensan sus diferentes posturas a la hora de ver las cosas, sino también la expresión de los sentimientos más hondos, negativos y positivos, que cada uno vive: duda, miedo, temor; y también apoyo, respeto, libertad, ayuda…


• Profunda comunión hecha de ayuda mutua y de respeto al momento vital de cada uno. Nada de lo que vive el otro les era indiferente sino que les afecta a todos. El amor verdadero “duele”.


• Saben disculpar las reacciones desproporcionadas, los malos modales, los encontronazos. Así lo expresa uno de ellos cuando su compañero se marcha de malas formas diciendo: “Vete a la ….” A lo que el otro responde: “Le entiendo; está cansado”


• El discernimiento que diariamente viven – tanto a nivel personal como comunitario- (se ve claramente el cambio interior que cada uno va haciendo desde la duda a permanecer o marcharse, pasando por la inseguridad, el rechazo, el miedo a la muerte, hasta llegar a la aceptación del posible martirio). ¡Qué bien se perciben las actitudes propias del proceso mismo en un discernimiento comunitario!:


*Escucharse uno a otro en silencio acogedor..


*Valorar lo que cada uno vive sin comentarios…


*Saber esperar el tiempo que sea necesario…


*Llevar el tema de discernimiento a la oración…


*Volver a reunirse las veces que necesiten para expresarse en libertad…


*Escucharse de nuevo antes de tomar ninguna decisión.


• Asumen la vida tal como va viniendo en el hoy de la propia existencia - personal y comunitaria - afrontando juntos el destino común: Entregar día a día su vida al Señor cerca y a favor de aquellos entre los que viven y con quienes conviven.


3.- A nivel de montaje…de efectos:


• El director -Xavier Beauvois – utiliza y resalta especialmente el “choque”, el contraste, el impacto que produce el pasar bruscamente del silencio de la oración, la calma, la belleza de la melodía en el canto de los monjes, el sosiego, la paz interior y del ambiente dentro del monasterio, de la capilla, del comedor, con el ruido estridente del exterior, gritos, violencia, los motores de los coches, los camiones, el helicóptero….Da pie para preguntarse: ¿Realmente quienes son los “fuertes”, quien es el que gana de verdad?. Llamada a entrar en la sabiduría del “perder” para “ganar” que nos indica Jesús con su enseñanza y con su vida.


• Destaca la fuerza de los gestos, de los sentimientos, más allá de las palabras (muchos diálogos sin apenas palabras), la fuerza de la mirada personal de cada uno a cada otro, la sonrisa, el gesto de asentimiento con la cabeza, que ayudan a despertar los sentimientos más hondos y facilita el poder compartirlos


• Especialmente elocuente sin palabras la escena de la última cena: Juntos bebiendo de la “copa” el vino, que saborean lentamente, como queriendo encajar, asumir, aceptar el ¿podéis beber el cáliz’. Mirada prolongada de cada uno hacia todos, lágrimas silenciosas, junto a la sonrisa que deja transparentar la paz que viven en medio del dolor; la serenidad, la aceptación, la comunión, la fortaleza, el ¡Estamos dispuestos! ¡Hágase tu voluntad!.


4.- El papel tan importante del prior, Christian


• Acompañamiento y seguimiento personal que tiene con todos y cada uno de ellos teniendo en cuenta el momento, su situación vital.


• Escenas en las que se le ve buscando el silencio, la soledad, la oración, el encuentro con Dios en la naturaleza…espejo de la grandeza de Dios.


• Preciosa y emotiva la escena en la que contempla la grandiosidad, altura de los árboles, la robustez de su tronco mientras lo toca. Su caminar abriéndose paso entre el rebaño de ovejas… Evoca al Buen Pastor.


• Sentado en la piedra contemplando la inmensidad del lago, la expresión de su rostro, su mirada hacia el infinito y hacia dentro, cerrando los ojos expresa la fuerza de sus sentimientos.


• ¡Todo un simbolismo del mensaje que nos quiere transmitir! En tiempos recios, en tiempo de dificultad y de discernimiento, tenemos que - como el árbol – permanecer bien enraizados en Cristo y experimentar su fuerza en nuestra debilidad, que nos permita afrontar la dureza de la vida, para poder ser, a la vez, Buen Pastor del rebaño confiado.


F.M. p.m.


domingo, 27 de febrero de 2011

HARVARD DA LA RAZÓN AL PAPA

Un estudio de la Universidad de Harvard ha dado razón a la posición de Benedicto XVI sobre el sida, afirmando que un comportamiento sexual responsable y la fidelidad al propio cónyuge han sido factores que han determinado un drástico descenso de la epidemia del sida en Zimbabue.


Lo explica en su última investigación Daniel Halperin, investigador del Departamento para la Salud Global y la Población de la Población de esa universidad estadounidense, que desde 1998 estudia las dinámicas sociales que provocan la difusión de las enfermedades de transmisión sexual en los países en vías de desarrollo, es decir, lo que más están golpeados por el flagelo del sida.
Halperin ha utilizado datos estadísticos y análisis sobre el terreno, como entrevistas y focus group, que le han permitido recoger testimonios entre personas que pertenecen a los grupos sociales más pobres.

La tendencia de diez años es evidente: desde 1997 a 2007 el índice de infección entre la población adulta ha descendido del 29 al 16 por ciento. Tras su investigación, Halperin no tiene dudas: la repentina y clara disminución de la incidencia del sida ha avanzado con "la reducción de comportamientos arriesgados, como las relaciones fuera del matrimonio, con prostitutas y esporádicas".
El estudio, publicado en PloSMedicine.org, ha sido financiado por la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional, de la que ha sido consejero Halperin, y por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población y el Desarrollo.
"Con este estudio Halperin promueve una seria y honesta reflexión sobre las políticas hasta ahora adoptadas por las principales agencias de lucha contra el sida en los países en vías de desarrollo", afirma el diario L´Osservatore Romano, al dar la noticia en su edición italiana del 26 de febrero.
Según el estudio, es evidente que el drástico cambio de comportamientos sexuales de la población de Zimbabue "ha recibido ayuda de programas de prevención en los medios de comunicación y de proyectos formativos promovidos por iglesias".

Hace ya unos años Halperin se había preguntado cómo es posible que las políticas de prevención "más significativas hayan sido realizadas hasta ahora basándose en evidencias que resultan sumamente débiles", es decir, la ineficacia de los preservativos.
En definitiva, según el estudio de Halperin, es necesario "enseñar a evitar la promiscuidad y promover la fidelidad", apoyando iniciativas que busquen construir en la sociedad afectada por el sida una nueva cultura. Como ha dicho Benedicto XVI, es necesario promover una "humanización de la sexualidad".
Publicado en ReL







sábado, 26 de febrero de 2011

DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Ntra Sra. de la Divina Providencia
Evangelio



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan, y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo eso se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».

Mt 6, 24-34

Madre y padre. En las lecturas de este domingo octavo del tiempo ordinario se evocan esas dos palabras que nos remiten a la experiencia primera de toda persona. En el libro de Isaías resuena un oráculo divino: “¿Es que puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” (Is 49,15).


En el evangelio según san Mateo, se menciona la preocupación humana por las necesidades elementales, como el alimento o el vestido. Jesús sabe que son inevitables, pero invita al discípulo a levantar la vista con fe: “Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso” (Mt 6,32).
Aunque separadas por varios siglos entre sí y por muchos más siglos respecto a nuestro tiempo, esas dos referencias mantienen una dramática actualidad. El hombre de hoy se siente huérfano, abandonado por sus vecinos y por las autoridades que deberían cuidar de los pueblos que les han sido confiados.

Con todo, la luz de la fe recuerda al creyente que toda persona es importante a los ojos de Dios. Más que una madre y un padre, Dios presta atención a sus hijos, se cuida de ellos y los invita a vivir en la confianza.

CONTEMPLACIÓN Y ADORACIÓN

Ahora bien, la confianza en Dios se manifiesta en dos actitudes que es preciso ir aprendiendo y perfeccionando cada día:
- En primer lugar, Jesús nos pide una mirada contemplativa a este mundo. “Mirad los pájaros”. “Fijaos en los lirios del campo”. Una larga y fecunda tradición espiritual nos ha enseñado a leer el libro de la naturaleza. En él Dios nos habla de sí mismo. La creación nos revela al Creador.
Pero en ese libro encontramos también un amplio y profundo mensaje sobre nosotros mismos. El mundo creado nos recuerda nuestra pequeñez y nuestra grandeza, nuestra fragilidad y nuestra dignidad. La naturaleza nos habla y nos interpela. Nos llama a vivir en libertad y a ejercer nuestra responsabilidad.

- En segundo lugar, Jesús nos pide que revisemos nuestra orientación fundamental. “Nadie puede estar al servicio de dos amos”. Con demasiada frecuencia adoramos a las cosas creadas por Dios más que al Dios que las ha creado. Absolutizamos lo relativo y relativizamos al Absoluto.
La admiración ante los bienes de la tierra o el miedo ante las fuerzas de este mundo nos llevan a confundir el sendero. Olvidamos que sólo Dios es Dios. Que sólo Dios puede ser la meta definitiva de nuestro camino. Que sólo Dios puede salvar nuestra existencia y colmar nuestros deseos más profundos.
AGOBIO E IDOLATRÍA

Más que una lección de moral, el evangelio de hoy es una revelación de Dios, como Padre providente. Pero la meditación sobre su providencia conlleva dos consejos de Jesús:

• “No os agobiéis”. Por cuatro veces aparece esa palabra en el texto que hoy se proclama. El agobio nace de nuestra inseguridad. Y de nuestro miedo al futuro. Nuestras carencias nos hacen temblar. Quisiéramos controlar y poseer todo lo que parece apuntalar nuestra existencia. Jesús nos invita a confiar en el Padre celestial.

• “Buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”. Que Dios sea nuestro Rey y Señor. Eso es lo importante. Tan importante que ante esa confesión, todo lo demás se convierte en “lo demás”. Todo es accesorio y prescindible. Nada de todo ello puede ser adorado. La conciencia de nuestra filialidad nos libra de toda idolatría.

- Señor Jesús, tú nos has revelado la bondad y la providencia de Dios. Tú has vivido con ese espíritu de Hijo de Dios que quieres también para nosotros. Que tu ejemplo nos guíe para vivir con libertad y confianza. Amén.

José-Román Flecha Andrés
Universidad Pontificia de Salamanca

viernes, 25 de febrero de 2011

TESTIMONIO DE PERDÓN

Otra impresionante historia de perdón cristiano. Sor Marcelina Muñiz pertenece a la congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. El 14 de febrero del 2010 una perturbada del Albergue Covadonga, en el que lleva años prestando asistencia a los más desfavorecidos, la acuchilló en el hombro y en el cuello sin mediar palabra ni motivo.

 Estuvo al borde de la muerte varias horas. Una de las cuchilladas se quedó a un milímetro de la vena cava. Perdió muchísima sangre. Los médicos la salvaron de la muerte "de milagro". Estuvo doce días en reanimación y dos en planta. Cuando volvió al albergue había perdido la facultad de caminar. Nunca más podrá utilizar con normalidad su brazo izquierdo, dañado hasta el tuétano. La prensa ha recogido el impacto de su llamativo testimonio de perdón durante el juicio celebrado esta semana en los Juzgados de lo Penal de Gijón.

Son destacadas las declaraciones que hace la religiosa a La Voz de Asturias: "La he perdonado. De hecho, la perdoné el mismo día que me hizo lo que me hizo. Si Cristo perdonó a los ladrones, ¿cómo no voy a perdonar yo a una pobre chica que no tiene donde caerse? Dios ya la había perdonado mucho antes que yo. La perdono porque es mi obligación como religiosa y como ser humano. Es algo natural. No entiendo por qué causa tanta sorpresa que perdone a mi agresora. Si las relaciones humanas fueran menos complicadas, habría menos guerra y menos hambre". Los estudios periciales han determinado que María Belén Montero sufre un trastorno grave de la personalidad. Sufre alucinaciones.

En su cerebro se cuela la obsesión de que alguien quiere envenenarla. "No soy psiquiatra. No entiendo de esas cosas, pero me da igual. Para mí, es una hermana". Sor Marcelina dejó Gijón el pasado mes de abril (es natural de León) para desplazarse a Zaragoza, donde ejerce de voluntaria en labores sociales de su congregación. "No podía seguir en Gijón. Me quedé tan mal después de la agresión que las hermanas que residen en el albergue Covadonga no podían atenderme bien porque son muy pocas, tan sólo tres. En Zaragoza estoy mejor atendida.
 Cuando las hermanas me fueron a despedir a mi entrada al quirófano, estaban convencidas de que me moriría. Yo también, pero tuve fe: les dije que no se preocuparan, porque había hablado con Dios y sabía que me salvaría. Y así fue: Dios oyó mis plegarias". Ahora, su agresora es el objeto de sus ruegos. "Sé que Dios intercederá por ella como intercedió por mí en su día". Montero afronta diez años de cárcel y 21.000 euros de indemnización. "Espero que se oigan mis plegarias y no ingrese en prisión, sino en un centro especializado en el que la puedan cuidar y en el que pueda rehabilitarse. Me daría mucha pena que la metieran en prisión". La religiosa regresó ayer al Albergue Covadonga. Internos de larga duración, fieles y hermanas la protegieron durante todo el día, muchos emocionados por el gesto que horas antes Marcelina Muñiz había tenido en los juzgados. "Me salió de lo más íntimo".



Publicado en "Perder el miedo a equivocarse"

jueves, 24 de febrero de 2011

EL PASTOR DEL SALMO

La persona que habitualmente utiliza los salmos en sus rezos, es aquella está recorriendo el camino con verdadero entusiasmo. En su amor al Señor, esta persona al emplear los salmos, como instrumento para estrechar más sus relaciones con el Señor, quizás sin darse cuenta ha puesto en su amor al Señor, un cierto sentido lírico y poético, y bien sabemos que en el amor, el que ama se siente inclinado a la lírica y a la poesía. Ya en el A.T. los salmos eran elemento esencial, para relacionarse con Dios, sea alabándole en su fuerza y grandeza, fuese para darle gracias, fuese para invocar su ayuda en los trágicos momentos, de la historia del Pueblo elegido. Ahí tenemos la derrota frente a Nabucodonosor, y el destierro a Babilonia: “¿Cómo podríamos cantar un canto de Yahveh en una tierra extraña? ¡Jerusalén, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra! ¡Mi lengua se me pegue al paladar si de ti no me acuerdo, si no alzo a Jerusalén al colmo de mi gozo!” (Sal 137,4-6).




San Francisco de Sales, con respecto a los salmos, decía: “Los salmos, tienen a Dios por autor y hay pocas oraciones que puedan ser compartidas tan íntimamente con Nuestro Señor. Él mismo los recitó durante Su vida sobre la tierra y continuará diciéndolos en nosotros y con nosotros, si Le permitimos hacerlo así”. Los salmos al estar integrados en el A.T. no puede caberle la menor duda a un católico, que todos ellos son de inspiración divina, incluidos aquellos que muchas veces a nuestros oídos nos suenen como paganos o es más hasta casi blasfemos, por lo duras que son algunas de sus expresiones. Pero precisamente eso es lo que los convierte en oraciones, que salvan al hombre del servilismo, devolviéndole la sinceridad de sus sentimientos y enseñándole a educarlos. La oración de los salmistas es tan realista, que al lado de la alabanza, la súplica, las peticiones de perdón, y las acciones de gracia, se recogen también sentimientos de indignación e incluso de venganza. Y es que, ante los continuos abusos de los déspotas, el israelita piadoso no tiene miedo de decir que deseaba que desaparecieran, ni de pedirle a Dios que los castigase.


Los Salmos son una forma de orar muy especial, pues relatan de modo muy directo y humano las alegrías y las tristezas de la vida, las virtudes y los pecados. Son portadores del mensaje de que en última instancia el bien prevalece. Y cuando ves a la gente que mencionan los salmos para unirse al Señor, esto le hace a uno pensar, que esto ya sucedía hace miles de años. En los salmos se encuentran todos los sentimientos del hombre compartidos por Cristo como hombre perfecto que era y es, ya que en los salmos Él ora por nosotros, con nosotros y por medio de nosotros. Y nosotros lo hacemos también con el corazón de la Virgen, que en el Magnificat, ora con la voz de todos los pobres de espíritu.

El conjunto de los 150 salmos que habitualmente se les denomina salmodia, es la columna básica de la Liturgia de los Horas, que a vez está constituida por tres horas mayores y tres horas menores, que se rezan a lo largo de las 24 horas del día. Los monjes que siguen la regla de San Benito y todas las órdenes monásticas entonan los salmos unas veces cantando y en otras órdenes rezando verbalmente en el coro. Thomas Merton escribe que: “Quienes sitúan su vocación de plegaria en la Iglesia, descubren que viven en los salmos, pues los salmos inciensan a cada compartimiento de su vida”. Pero aunque la salmodia sea un rezo específico de la vida consagrada y en especial de la monástica, no por ello se ha de pensar que su finalidad es producir la contemplación, y que le está vedad al resto de los mortales.


Tampoco pensemos que el ser fiel diariamente a la Liturgia de las Horas, es solo algo a lo que están obligados todos los presbíteros y diáconos, porque también hay seglares que impulsados por su amor al Señor, mantiene voluntariamente, en su vida diaria esta devoción, que tan estrechamente una a la persona con su Creador.


En relación a los salmos ha venido a mis manos una corta historia que voy a relatar. Una vez en una cena coloquio de carácter social, en la que se encontraba un famoso actor teatral, el actor entretuvo a los comensales declamando diversos textos de autores clásicos españoles. Cuando ya había declamado un cierto tiempo, se ofreció a que le pidieran algunas interpretaciones. Entonces tímidamente un sacerdote que allí se encontraba invitado, le preguntó al actor si conocía el Salmo 23, a lo que el actor respondió:


Sí, lo conozco, pero estoy dispuesto a recitarlo sólo con la condición de que después también lo recite usted. Se hizo un cierto silencio en la sala, pero el sacerdote un poco azarado accedió a la petición del actor.
El actor tomó la palabra y comenzó, haciendo una bellísima interpretación, con una perfecta dicción.
“El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos.
Me unges la cabeza con perfume y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.
Y habitaré en la casa del Señor por años sin término".

Los comensales, al final, aplaudieron vivamente. Llegó el turno del sacerdote, que se levantó y recitó las mismas palabras del Salmo… Esta vez, cuando terminó, no hubo aplausos, sino un profundo silencio. Algunos se le habían saltado las lágrimas. El actor se mantuvo en silencio, después se levantó y dijo a todos, notablemente emocionado: Señoras, señores, espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido esta noche y lo hayan comprendido. Yo conocía el Salmo, pero este hombre: ¡Conoce al pastor!


Deseo de corazón, que todos seamos capaces de rezar con la salmodia, poniendo a flor de piel nuestros sentimientos de amor al Señor, que espera gozoso el incienso de nuestras oraciones.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Juan del Carmelo en ReL

miércoles, 23 de febrero de 2011

¡¡SONSECA VIVE LA JMJ!!

9000 peregrinos inscritos para pasar los días previos a la J.M.J. en nuestra diócesis de 40 países distintos. 15 colegios y 89 parroquias se han ofrecido para acogerlos. Sonseca, junto con Illescas y Madridejos, son las parroquias con mas peregrinos (250) lo que muestra el compromiso que siempre hemos tenido en nuestra parroquia ante las necesidades de la Iglesia. Pero esto no son más que números. La realidad va mucha más allá.

 La Jornada Mundial de la Juventud es un acontecimiento importantísimo para la Iglesia no solo por la multitud de experiencias que los participantes viven (tanto individuales como colectivas) sino también por el testimonio que damos al mundo.
Que el santo Padre eligiera Madrid como la próxima sede no debe suponer solo una preocupación por lo que se nos viene encima a nivel de organización, responsabilidad, etc… echándonos un poco para atrás sino todo lo contrario.

 Acoger esta jornada mundial es un motivo de inmensa alegría, un privilegio, un regalo de Dios, y poder colaborar en ella nos debe llenar de gozo. Cientos de miles de jóvenes podrán disfrutar de estos días, muchos de ellos de nuestra parroquia, y segura que les cambiarán la vida pues Dios llega a al corazón a través de cada poro de nuestra piel y por medio de tantos y tantos hermanos que pasan por nuestro lado.



Pero el cupo para participar no se cierra con la edad pues la Iglesia, siempre atenta a sus hijos, ha organizado los llamados Días En las Diócesis (D.E.D.) para que la alegría de estos encuentros de jóvenes lleguen a todos independientemente de la edad. Acoger a hermanos nuestros de otros países, poder compartir con ellos nuestra fe, nuestras costumbres, en definitiva compartir al mismo Jesucristo al “estilo” de cada cultura no puede dejarse pasar pues realmente es una experiencia que atrae mucho. Sonseca, de la mano de sus sacerdotes, se lanzó rápidamente a esta iniciativa viendo la oportunidad única de enriquecimiento que se nos presentaba.

 Hasta ahora 60 familias han respondido a este llamamiento acogiendo un total de 160 peregrinos y esperamos que los próximos meses, sin prisa pero sin pausa, alcancemos el número asignado de 250. Hermanos nuestros de Venezuela (100), Australia (100) y Brasil (50) pasarán unos días entre nosotros (del 11 al 15 de agosto) participando de las distintas actividades que una comisión, representativa de las distintas realidades de nuestra parroquia, a organizado para estos días. Serán sin duda días intensos y hermosos que quedarán para siempre en la memoria de nuestro pueblo y que pedimos a María sean días también de alabanza a Dios.
Aún se necesitan familias de acogida. Os animamos a acoger a estos jóvenes y que participéis de la alegría que Dios pone en el corazón de quien se abre a sus hermanos.
También os invitamos a uniros a esta oración por el fruto de la Jornada Mundial de la Juventud, y a poner como intención especial de oración, esos días en los que acogeremos a estos hermanos que llegan de tierras lejanas.

Búscanos en facebook en el grupo "Sonseca vive la JMJ 2011"

Angel A. del Castillo


Dios Padre nuestro, ponemos en tus manos
la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011.
Guarda y protege al Papa Benedicto XVI y a todos los pastores de tu Iglesia.
Ilumina y fortalece a todos los que están preparando esta Jornada.
Concédeles fuerza s y sabiduría para llevar a cabo su labor.


Concede a nuestra comunidad parroquial
preparar en profundidad este acontecimiento eclesial.
Amén

Señor Jesucristo,
antes de tu ascensión prometiste estar con tu Iglesia hasta el fin del mundo.
Bendice y multiplica los esfuerzos de todos los voluntarios
y el personal de la Jornada Mundial de la Juventud.
Que sean colaboradores tuyos en la obra de la redención
para que este acontecimiento sirva para enraizar y edificar en Cristo
a los jóvenes de España y del mundo entero.
Amén


Espíritu Santo, Señor y dador de Vida,
derrama tu gracia sobre las tierras de España.
Abre los corazones de los españoles a la acogida a todos los jóvenes que vengan a la Jornada
Concede, a quienes nos visiten, la conversión en su vida.
Hazles firmes en la fe, en la esperanza y en la caridad.
Amén.

María, Madre Inmaculada, patrona de España, ruega por nosotros.



martes, 22 de febrero de 2011

OTRO "BUEN LADRÓN"

Jacques Fesch
En la Iglesia católica solo ha habido un caso precedente. Se trata del caso de alguien que es condenado a la pena capital por haber cometido un delito y que, posteriormente, es llevado a los altares. Y fue hace más de dos mil años: el buen ladrón que muere crucificado junto a Jesús.

Esto explica la extrema cautela con la que el caso del joven francés Jacques Fesch fue presentado 40 años después de su muerte y precedido de una larga y concienzuda reflexión encabezada por el entonces arzobispo de París, Jean Marie Lustiger, y el visto bueno de la Congregación para las Causas de los Santos. El proceso ha concluido su fase diocesana y va rumbo a Roma.
Cuando el purpurado galo abrió la investigación diocesana en 1987 explicó a través de su portavoz que "declarar santo a alguien no significa para la Iglesia admirar los méritos de esa persona, sino proponer un ejemplo de la conversión de alguien que, independientemente de su itinerario humano, fue capaz de oír la voz de Dios y arrepentirse. No hay pecado tan grave que impida que el hombre llegue a Dios y le proponga la salvación".

Playboy y asesino


Jacques Fesch, nacido el 6 de abril de 1930, Saint-Germain-en-Laye fue hijo de un rico banquero de origen belga, artista y ateo, distante de su hijo e infiel a su esposa, de quien finalmente, se divorció.
Jacques, que había sido educado en la religión católica, abandonó la fe a la edad de 17 años. A los 21, se contrajo matrimonio civil con su novia embarazada. Su suegro le consiguió un puesto en su banco, viviendo la vida de un playboy. Abandonó a su esposa y su hija y tuvo un hijo con otra mujer.

El crimen


El 24 de febrero de 1954, para financiar la compra de un barco que lo llevaría por el Pacífico, se dirigió a robar a Alexandre Sylberstein, un cambista. Herido pero consciente, Sylberstein logró dar la alarma. Fesch huyó, perdiendo sus gafas. Durante la huida disparó contra Jean Vergne, un oficial de policía que le perseguía, causándole la muerte. Minutos más tarde fue detenido. Asesinar a un oficial de policía era un crimen atroz y la opinión pública, inflamada por los informes de prensa, se manifestó decididamente a favor de su ejecución. La Cour d´Assises de París lo condenó a muerte el 6 de abril de 1957.

Extraordinaria conversión


En un inicio Fesch era indiferente frente a su situación y hacía mofa de la fe católica de su abogado. Sin embargo, después de un año de prisión, el joven asesino experimentó una profunda conversión y se arrepintió amargamente de su crimen. Aceptó su castigo con serenidad y se reconcilió con su esposa la noche antes de ser ejecutado. Su última entrada del diario fue "En cinco horas, voy a ver a Jesús". Fue guillotinado el 1 de octubre de 1957.
Después de su muerte, su esposa y su hija honraron su memoria como un ejemplo de redención. Al principio fue despreciada por el público, pero con el trabajo de la hermana Véronique, una monja carmelita, y el padre Augustin-Michel Lemonnier, la familia llevó cabo la publicación del diario espiritual que había escrito Jacques en prisión, escritos que posteriormente han servido de inspiración para muchas personas.

Una causa controvertida


El 21 de septiembre de 1987, el arzobispo de París, cardenal Jean-Marie Lustiger, abrió una investigación diocesana sobre su vida; la causa de su beatificación fue abierta formalmente en 1993. Este caso ha sido objeto de una viva controversia por los que piensan que sus crímenes lo hacen indigno como modelo a seguir frente a quienes hacen hincapié en la esperanza de su conversión final.

"Beatificar a Jacques Fesch no significa rehabilitarlo moralmente, ni darle un certificado de buena conducta o un premio como la Legión de Honor. Su conversión fue de orden espiritual. Beatificar a Jacques Fesch será reconocer que la comunidad cristiana puede rezar a alguien que está al lado de Jesús", escribió el teólogo André Manaranche en respuesta al debate.

El 02 de diciembre 2009 el cardenal Angelo Comastri acompañó en el Vaticano a la hermana de Fesch, Monique, quien le confió a Benedicto XVI: "Mi hermano y yo nos entendíamos a lo grande. Cuando cumplió ocho años de edad, fui su madrina de bautismo, y cuando estuvo en la cárcel seguí de cerca su extraordinaria conversión".

El cardenal Comastri refirió entonces al L´Osservatore Romano que cuando ejercía al cargo de capellán del Regina Coeli, un prisionero le presentó la fascinante historia de Fesch.
"Es un testimonio único: joven descentrado de rica familia, se convierte en asesino y es condenado a muerte. Tenía 27 años. En la cárcel vive una conversión radical, fulgurante, alcanzando altas cumbres de espiritualidad", añadió.


Publicado en ReL

lunes, 21 de febrero de 2011

NUESTROS MONAGUILLOS

Han estado de convivencia y uno de ellos, Samuel, ha querido compartir su testimonio:
CONVIVENCIA DE MONAGUILLOS 2011



Me llamo Samuel y soy monaguillo desde el 14 de noviembre del 2010 (de los novatos). Me hice monaguillo porque me llamaba la atención ver a lo niños ayudando en el altar y quería ser uno de ellos. Sentía que el Señor me llamaba para servirle. También fue D. David Sánchez (que ahora está en Roma) quien me animó y ayudó a hacerme monaguillo, y le estoy muy agradecido. El pasado sábado 12 de febrero acudí a la Convivencia de Monaguillos de la diócesis en el Seminario Menor de Toledo junto con otros cinco monaguillos de Sonseca y D. David Casas.

Allí en el Seminario estuvimos en total unos 240 monaguillos y unos 60 sacerdotes que venían de toda la diócesis. ¡Cuánta gente! Al llegar al Seminario lo que hicimos fue irnos a jugar un poco al fútbol y luego fuimos a apuntarnos. Nos pusieron a todos los de Sonseca en el mismo grupo (aunque hicimos un poquito de trampa, jijijijiji). Luego nos hicimos una foto todos los monaguillos juntos. A continuación entramos a la capilla, nos estuvieron dando una charla y luego estuvimos cantando y rezando. Después fuimos al salón de actos a ver una especie de película sobre las cualidades que tenía que tener un sacerdote y nos hicieron rellenar un test sobre nuestras intenciones.

Más tarde empezamos a hacer actividades por grupos: futbol, tiro al bote, Espartaco, etc. Luego fuimos a comer. Comimos al aire libre porque hacía muy buen tiempo, en un lugar donde se veía el Tajo. Los de Sonseca comimos todos juntos, incluidos los seminaristas de Sonseca (Manuel y JuanChi). Tras la comida, nos hicimos una foto por parroquia. Al final del día fuimos a otro salón de actos y allí estuvimos cantando, bailando y haciendo juegos. Todo estaba organizado por los seminaristas. En el coche, ya de vuelta, los monaguillos nos divertimos con una radio que nos regalaron junto con una foto.
 Me lo pasé muy bien. Cuando estaba allí con todos los monaguillos sentía que tenía mucha suerte de poder estar allí ese día. Me llamó la atención la alegría de los seminaristas y lo bien que parecía que se lo estaban pasando. La próxima vez repetiré seguro. Lo mejor del día, ……. no lo sé me gustó todo. Lo peor: que faltaron muchos monaguillos de Sonseca y un sacerdote al que echo mucho de menos desde que se fue, y con ellos todavía me lo habría pasado mejor.

domingo, 20 de febrero de 2011

HASTA LUEGO SOLE

Hace unos días, Soledad nos dejó.
Ya alaba al Señor desde la otra orilla y hoy queremos rendirle este pequeño homenaje, ya que tanto bien ha hecho con su testimonio, a los que se acercan a "Nuestra Casa".

Traemos algunas  sus reflexiones, que son testimonio vivo de que el Señor hace nuevas todas las cosas.
Puedes escuchar su testimonio AQUÍ

"Yo pensaba, antes de la enfermedad, que la vida era un valle de lágrimas. Desde que estoy enferma, me han entrado unas ansias irresistibles de vivir, de transmitir la alegría que me da sentirme amada por el mismo Dios. Claro que ahora vivo de otra manera, pues tengo al Maestro más cerca. Le pido al Señor que me enseñe a vivir el día, sabiendo que no sé si cuento con el mañana. La respuesta, como siempre, está en el amor. Después de tantos años de ejercicios espirituales, de meditar el Principio y fundamento, me han tenido que atar a una camilla de hospital para entender que un minuto de cansancio extremo, o de simplemente mirar el horizonte, dan gloria a Dios si se ofrecen por amor; que el objetivo de la vida no es ganar dinero, ni una vida exitosa, sino amar, amar, amar, y dejarme amar, dejarme amar, dejarme amar. Y confiar, vivir el día, vivir en cristiano, y transmitir a mi gente, en esta sociedad occidental tan triste y materializada, la alegría del Crucificado (por eso sonríe el Cristo de Javier)."


sábado, 19 de febrero de 2011

DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, déjale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no le rehúyas. Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».


Mt 5, 38-48


¿Cuándo superaremos el “ojo por ojo y diente por diente”?



La venganza anidada en el corazón del hombre, cuando no se le pone límite es capaz de acabar con los individuos en conflicto e incluso con naciones enteras, provocando guerras, hambre, sangre inocente derramada y enemistades que pueden durar siglos enteros. Por eso, aunque nos parezca una ley de gente bárbara, en uno de los códigos más antiguos, grabado en piedra, en el Código de Hammurabi, se intenta legislar para que los hombres no tengan que pagar más allá de sus propias faltas y nunca de una manera desproporcionada. Aunque tiene sus diferencias, con ese códice, el Antiguo Testamento habla ya de la ley del Talión, que se expresa de esta manera: “Cada quién pagara vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Ex 21, 23-25) y que venía ya a ser una norma moral, un avance en la convivencia no ciertamente fácil entre los hombres, intimando a dejar los deseos de venganza desmedida, para contentarse con un daño proporcionado al daño recibido.


Cristo conoció esta ley, reconociendo su legitimidad y su efectividad para su tiempo, pero entre aquellas frases que nos ha dejado: “han oído que se dijo… pero yo os digo”, hoy después de habernos hablado de sus bienaventuranzas, luego de que nos ha pedido convertirnos en sal y en luz para las gentes que nos rodean, y después de habernos indicado que él no venía a abolir los dichos de sus antiguos sino que venía a darles plenitud, hasta hacernos llegar hasta las grandes alturas de la santidad y del heroísmo, Cristo deja caer sobre nuestros ánimos algo que si no lo vemos como un consejo de abuelita, tendría que cambiar radicalmente nuestras vidas: Cristo fue muy preciso y muy claro y muy tajante sobre lo que él quiere de los que se han convertido en sus seguidores: “Han oído que se dijo: ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los manos y manda su lluvia sobre los justos y los injustos”. Menudo lío en el que nos mete Jesús! Si no tuviéramos fe, ¿cómo podríamos amar al que te ha dejado sin casa y sin familia porque su voracidad ha sido grande y sin medida? Quién que no tenga fe ¿podría siquiera pensar en hacer el bien a los que saben que te odian, que te ven como objeto inservible, para quienes sólo eres útil mientras pueden servirse de ti, pero al que han tirado cuando ya te han sacado todo el jugo? Y ¿Quién se atrevería a rogar por los que te persiguen y te ha calumniado hasta dejarte en la lona?


Sin embargo, no nos movamos a engaño. El hecho de Cristo te pida que dejes de usar la violencia, la venganza y el odio como el móvil de tu vida, eso no quiere decir que debamos de quedarnos callados y con los brazos cruzados ante la injusticia y la maldad. Cristo mismo no procedió así. Él nunca se doblegó ante la injusticia del Imperio romano; a Herodes lo llamó “don nadie”, zorro; a los ricos les dice cuál será su gran dificultad para llegar al Reino de los cielos; a los fariseos los denunció por manipular las conciencias de los pobres y a los sumos sacerdotes por haber convertido las cosas de Dios en un negocio.


Y si no nos acabamos de reponer de la sorpresa que nos han causado las palabras de Cristo, todavía podemos sorprendernos un poco más, cuando el profeta Isaías nos llama a la santidad, porque nos hemos acercado Dios que es tres veces santo, y todavía más, el mismo Cristo, en el colmo del heroísmo y la santidad, nos pide escuetamente: “Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto”. Ya tenemos trabajo para rato, Tú ya comenzaste?

viernes, 18 de febrero de 2011

"DEJAR QUE DIOS LLEVE NUESTROS PESOS"

El camino hacia la unión mística con Dios no consiste tanto en “hacer”, sino en “dejarse hacer” por parte del hombre. Esta es la gran lección de san Juan de la Cruz, cuya obra constituye una de las cumbres de la mística cristiana de todos los tiempos.

Lo explicó el Papa Benedicto XVI en su catequesis de hoy, en la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI, dentro de su ciclo dedicado a los santos doctores de la Iglesia.

Después de hablar sobre santa Teresa de Jesús (2 de febrero) y sobre san Pedro Canisio (9 de febrero), el Papa dedicó su intervención de hoy a san Juan de la Cruz, conocido como el “Doctor Místico”, y autor de obras místicas universales como Noche oscura, Cántico Espiritual, Llama de amor viva y Subida al monte Carmelo.
Sin embargo, afirmó el Papa, “la vida de san Juan de la Cruz no fue un vuelo por las nubes místicas”, sino que “fue una vida muy dura, muy práctica y concreta”, destacando su experiencia de encarcelamiento, “donde estuvo expuesto a insultos increíbles y malos tratos físicos”.

“Fue una vida dura, pero precisamente en los meses pasados en la cárcel escribió una de sus obras más bellas”, explicó.
El camino con Cristo, prosiguió el Papa, “no es un peso añadido a la ya suficientemente dura carga de nuestra vida, no es algo que haría aún más pesada esta carga, sino algo completamente distinto, es una luz, una fuerza que nos ayuda a llevar esta carga”.


“Si un hombre tiene en sí un gran amor, este amor casi le da alas, y soporta más fácilmente todas las molestias de la vida, porque lleva en sí esta gran luz; esta es la fe: ser amado por Dios y dejarse amar por Dios en Cristo Jesús”.

“Este dejarse amar es la luz que nos ayuda a llevar la carga de cada día. Y la santidad no es obra nuestra, muy difícil, sino que es precisamente esta “apertura”: abrir las ventanas de nuestra alma para que la luz de Dios pueda entrar”, subrayó el Papa.

La Cruz de san Juan
Este santo español, contemporáneo y amigo personal de santa Teresa de Jesús, colaboró con ella en la reforma de la Orden del Carmelo, sufriendo por ello grandes penalidades y privaciones.
El Papa recorrió brevemente su biografía, desde su infancia pobre y difícil hasta su ingreso en el Carmelo, su ordenación sacerdotal y su encuentro con Teresa de Ávila, que cambiaría el curso de su vida.

“El joven sacerdote quedó fascinado por las ideas de Teresa, hasta el punto de convertirse en un gran apoyo del proyecto” de reforma del Carmelo, afirmó.

Sin embargo, “la adhesión a la reforma carmelita no fue fácil y le costó a Juan incluso graves sufrimientos. El episodio más dramático fue, en 1577, su apresamiento y su encarcelamiento en el convento de los Carmelitas de la Antigua Observancia de Toledo, a raíz de una acusación injusta”.
Después de seis meses de encarcelamiento en duras condiciones, y de fugarse repentinamente de su prisión, san Juan fue destinado a los conventos de Andalucía. Allí, en Úbeda (Jaén), falleció diez años más tarde.

De sus cuatro grandes obras místicas, el Papa destacó las enseñanzas del santo sobre el camino de purificación que el alma debe recorrer hasta su unión mística con Dios.
Esta purificación “es propuesta como un camino que el hombre emprende, colaborando con la acción divina, para liberar el alma de todo apego o afecto contrario a la voluntad de Dios”.

“Según Juan de la Cruz, todo lo que existe, creado por Dios, es bueno. A través de las criaturas, podemos llegar al descubrimiento de Aquel que nos ha dejado en ellas su huella”, explicó.
Sin embargo, cualquier cosa creada “no es nada comparada con Dios y nada vale fuera de Él: en consecuencia, para llegar al amor perfecto de Dios, cualquier otro amor debe conformarse en Cristo al amor divino”.

Por ello, esta “purificación”, subrayó Benedicto XVI, “no consiste en la simple falta física de las cosas o de su uso; lo que hace al alma pura y libre, en cambio, es eliminar toda dependencia desordenada de las cosas. Todo debe colocarse en Dios como centro y fin de la vida”.

En este sentido, añadió el Papa, este proceso de purificación “exige el esfuerzo personal, pero el verdadero protagonista es Dios: todo lo que el hombre puede hacer es 'disponerse', estar abierto a la acción divina y no ponerle obstáculos”.

El esfuerzo humano, prosiguió, “es incapaz por sí solo de llegar hasta las raíces profundas de las inclinaciones y de las malas costumbres de la persona: las puede frenar, pero no desarraigarlas totalmente”.
“Para hacerlo, es necesaria la acción especial de Dios que purifica radicalmente el espíritu y lo dispone a la unión de amor con Él”, afirmó el Pontífice. “En este estado, el alma es sometida a todo tipo de pruebas, como si se encontrase en una noche oscura”.
“Cuando se llega a esta meta, el alma se sumerge en la misma vida trinitaria, de forma que san Juan afirma que ésta llega a amar a Dios con el mismo amor con que Él la ama, porque la ama en el Espíritu Santo”.


Fuente: Zenit

jueves, 17 de febrero de 2011

COMO ELEFANTES EN EL CIRCO

No se donde lo leí, pero lo cuento tal cual. Sobre todo porque a mí me ocurrió algo parecido cuando veía a los elefantes de los circos que venían a mi pueblo. Con este relato lo he comprendido todo.



Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal..., pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.


El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años, pregunté a mi maestro, a mi padre, y a otras personas por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca.., y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.


Hace algunos años descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño". Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro y al que seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... Jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que “no podemos hacer un montón de cosas” simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré", perdiendo una de las cosas más importante con que puede contar un ser humano: la fe. Algo parecido nos sucede quizá a todos, en algún aspecto de nuestra vida. Hay barreras que nos tienen sujetos, porque durante mucho tiempo las hemos visto como infranqueables, y aunque quizá ahora tengamos fuerzas suficientes para superarlas, no lo hacemos porque seguimos viendo esos obstáculos como algo fuera de nuestras posibilidades.


Tenemos que cultivar una sana capacidad de descubrir nuestros falsos convencimientos, las servidumbres que nos encadenan, las ideas simples que no nos queremos cuestionar porque ponen en peligro viejas concesiones a las pocas ganas de luchar. Hemos de desechar esa soberbia sutil que envuelve nuestra mente y la enmaraña en reacciones tontas de envidia, celos o resentimientos, que también nos encadenan. O poner más esfuerzo para salir de las redes de la murmuración, la ira o el malhumor. O reconocer adicciones quizá menos honrosas, al alcohol, el sexo o los videojuegos.


Se podrían poner muchos ejemplos de pequeñas ataduras que inmovilizan grandes voluntades, de hombres que no se deciden a liberarse de ellas porque desconocen la magnitud de lo que les frena y no se dan cuenta de que esas ataduras son pequeñeces de las que podrían perfectamente prescindir. La ignorancia sobre lo que nos ata es la atadura más grave, pues si no advertimos algo no luchamos contra ello y por tanto nunca nos liberamos. Por eso hemos de agradecer que nos lo hagan ver, aunque nos duela un poco oírlo. Es más, si nos escuece un poco quizá es síntoma de que hay un particular acierto. Podremos nadar con libertad.


Otro gran enemigo es la falta de esperanza en que podamos liberarnos, aunque a lo mejor nos suceda como a aquella águila encadenada que llevaba tiempo intentando elevar el vuelo y romper así su atadura, y ya lo había conseguido en su último intento, pero se cansó y se resignó a su encerramiento sin darse cuenta de que ya estaba libre. Olvidamos demasiadas veces que los grandes logros se alcanzan casi siempre después de muchos intentos fallidos. Tendemos a conformarnos, a acomodarnos a nuestras cadenas porque nos cuesta romperlas y entonces nos auto-convencemos de que no existen o de que no nos importa que existan.


Hay un tipo de esperanza —ha escrito Josef Pieper— que surge de la energía juvenil pero se agota con los años, al ir declinando la vida: el recuerdo se vuelve hacia el “ya no” en lugar de dirigirse hacia el “aún no”. Sin embargo, la verdadera esperanza otorga al hombre un “aún no” que triunfa sobre el declinar de las energías naturales. Da al hombre tanto futuro que el pasado aparece como “poco pasado”, por larga y rica que haya sido la vida. La esperanza es la fuerza del anhelo hacia un “aún no” que se dilata tanto más cuanto más cerca estamos de él. Por eso, la verdadera esperanza produce una eterna juventud. Comunica al hombre elasticidad y ligereza, suelta y tira al mismo tiempo, que es frescura propia de un corazón fuerte. Es una despreocupada y confiada valentía, que caracteriza y distingue al hombre de espíritu joven y lo hace un modelo tan atractivo.

La esperanza da una juventud que es inaccesible a la vejez y a la desilusión. Así, aunque día a día perdemos un poco la juventud natural, podemos día a día renovar nuestra juventud de espíritu. En vez de dar culto a la juventud del cuerpo, de modo exterior y forzado, y que además produce desesperanza al ver cómo se va marchando, se ponen a la vista las cimas más altas a las que se puede remontar la esperanza del hombre que rejuvenece día a día su espíritu.


Juan García Inza

miércoles, 16 de febrero de 2011

MÁS CRISTIANOS PERSEGUIDOS

Asia Bibi, Said Musa, etc, etc, etc.

Un trabajador social de Afganistán, Said Musa, convertido al cristianismo, ha sido condenado a la horca por negarse a volver a la fe de Mahoma.

Musa, de 45 años, está desde hace ocho meses en una prisión de Kabul, donde ha sido objeto de abusos sexuales y torturas. El “apóstata,” que perdió una pierna en 1990 al pisar una mina anti persona, trabajaba como fisioterapeuta para la Cruz Roja en un centro donde se da asistencia sanitaria a personas amputadas.
Hace unos días, un juez le manifestó que si no regresaba al islam sería ahorcado inmediatamente, a lo que Musa respondió que no estaba dispuesto a abandonar el cristianismo, aunque le costara la vida.

Los abogados, rechazan defender la causa de Musa a menos que abrace de nuevo el islam, mientras que otros ya dejaron el caso debido a las amenazas de muerte.
La apostasía es considerada un crimen que se debe castigar con la pena de muerte en países como Afganistán, Somalia, Irán o Arabia Saudita.

La organización Hazteoir ha lanzado una campaña para pedir a la ministra Trinidad Jiménez que presione al Gobierno de Hamid Karzai por la liberación de Said Musa y por la libertad religiosa en Afganistán.

martes, 15 de febrero de 2011

DE "VACACIONES" EN KENIA

Venían las vacaciones y yo esperaba un tiempo cómodo: levantarme tarde, ver televisión, desvelarme con mis amigos… sin embargo un amigo me insistió en que lo acompañara a… África. Sería prestar ayuda a unas religiosas. Me costó aceptar y lo hice más por amistad que por gusto.



Cuando llegamos a Nairobi, Kenia, nos preguntábamos cómo unos inexpertos universitarios podríamos ayudar en aquella África polvorienta y calurosa. Quizá arreglando tejados o pintando, pero no teníamos experiencia en ello. En fin, haríamos lo que pudiéramos. No sabíamos que realmente nosotros recibiríamos mucho más de lo que logramos dar: tuvimos la suerte de entrar en un mundo pobre, a través de un alojamiento para niños moribundos de las Hermanas de la Caridad.


Entramos en aquella casucha, un tugurio sin muebles, con poca luz. Contrastaban las hamacas llenas de niños enfermos y lloriqueando con los limpísimos trajes talares blancos y azules de las Hermanas de la Caridad, quienes rebosaban alegría. Nunca había visto nada así. Mis compañeros se esparcieron por las estancias, siguiendo a distintas monjas, que requerían su asistencia.
Yo me quedé bloqueado, en mitad de la habitación. Una hermana me preguntó en inglés: “¿Has venido a mirar o quieres ayudar?” Sorprendido por tan directa pregunta, balbuceé: “A ayudar…”

Me siguió diciendo: “¿Ves a ese niño de allí, el del fondo que llora?” En efecto, lloraba desconsoladamente, pero casi sin fuerza.

“Sí, ése”, le dije señalándolo. “Bien: tómalo con cuidado y tráelo. Lo bautizamos ayer”. Lo noté con una fiebre altísima. El niño tendría un par de años. “Ahora tómalo y dale todo el amor que puedas”. Me excuse diciendo: “No entiendo…”. “Sí, que le des todo el cariño de que seas capaz, a tu manera”. Y me dejó con el niño. Entonces hice lo que se me ocurrió: le canté, lo besé, lo arrullé… Por fin dejó de llorar, me sonrió, se durmió.

Al cabo de un rato, busqué llorando a la hermana: “Hermana: no respira”. La monja certificó su muerte: “Ha muerto en tus brazos… Y tú le has adelantado quince minutos con tu cariño el amor que Dios le va a dar por toda la eternidad”.
Esas palabras me abrieron el entendimiento. Comprendí tantas cosas: el cielo, el amor de mis padres, el amor de Jesús, los detalles de afecto de mis amigos…

Mi viaje a Kenia supuso un antes y un después en mi vida. Ahora sé que todos tenemos “Kenias” a nuestro alrededor para dar amor cada día. No hay que viajar a Kenia para saber que podemos adelantar y dar el amor que Dios nos tiene.

Testimonio anónimo.
 




lunes, 14 de febrero de 2011

CORRER ORANDO

CATÓLICO CRUZA EEUU CORRIENDO

PARA PROMOVER LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN


Jeff Grabosky es un laico católico que empieza este 20 de enero una aventura física y espiritual: Correrá más de cinco mil kilómetros entre California y Nueva York durante cuatro meses para promover la importancia de la oración.




Grabosky, de 27 años de edad, asegura que rezará durante todo su camino pues a pesar de las dificultades que ha encontrado, quiere usar sus talentos para servir a Dios y ayudar a quienes le han pedido oraciones.


El punto de inicio de su carrera personal está en Oceanside, California. Tiene previsto llegar a su meta en Smith Point de Long Island, Nueva York, el 26 de mayo.


Su misión principal es alentar la oración en Estados Unidos y el mundo. Está recibiendo intenciones de oración y ha ofrecido rezar una decena del Rosario por cada pedido que reciba en la página jeffrunsamerica.com/?page_id=145


En diálogo con ACI Prensa, Grabosky explicó que su fe le ha permitido superar épocas muy duras de su vida. Solo una semana después que su madre murió de cáncer en el año 2006, su esposa se separó de él.


Asegura que pudo superar esta experiencia de abandono y dos meses de vivir en la calle gracias a la oración, "lo único constante en mi vida, pues siempre le pedí a Dios por su ayuda. Las cosas estaban muy difíciles pero yo confiaba en que el Señor me sacaría de ahí y que Él tenía un plan".


En este camino, Grabosky enfrentó serios contratiempos como un colapso pulmonar que lo llevó a estar por una semana en cuidados intensivos. Pero su fe en Dios "sólo se hizo más fuerte a causa de lo que experimenté", afirma.


Ahora quiere inspirar a otros a perseguir sus sueños "incluso si este mundo se piensa que puede ser imposible".


Nacido en Nueva Jersey, Grabosky ha sido corredor desde la infancia. Corrió a campo traviesa y en pista durante su época escolar pero no llegó al atletismo profesional.


Cuando en el año 2008 corrió su segunda maratón, tuvo por primera vez la idea de recorrer Estados Unidos.


"Pensé que una carrera por todo el país sería una experiencia impresionante y un reto increíble, pero lo puse en un segundo plano por un tiempo por todo lo que había pasado en mi vida", explica y considera que los desafíos mentales de una carrera de esta envergadura son mayores que los problemas físicos.


"Es interesante ver cómo Dios trabaja. Empecé pensando que era necesario para terminar esta carrera por mí, pero ahora tengo que terminar por todos los que estoy orando", agrega.


"Cada vez que me sentí perdido en la vida, la oración me ha ayudado a encontrar mi camino de nuevo", confiesa y recuerda que solo "Dios nos puede ayudar a superar cualquier cosa si confiamos en él. A las personas que están en momentos difíciles les digo que esta vida es a menudo difícil, pero Dios tiene un plan para nosotros y si se lo permitimos de corazón, Él puede y va a hacer cosas increíbles con nuestras vidas. Si realmente creen eso, entonces no es difícil sonreír y mirar cada día con una actitud optimista".


La ruta de Grabosky cruzará Arizona, Nuevo México, Texas, Oklahoma, Missouri, Illinois, Indiana, Ohio, West Virginia, Pennsylvania, Maryland, Virginia y Pennsylvania. También llegará a Nueva Jersey y Washington, DC.


Grabosky ha pedido a quienes quieran apoyarlo a seguir enviando sus pedidos de oración e invitó a quienes lo vean en la ruta a correr o caminar con él. Además ha pedido que le presten un sofá o un lugar para dormir en la noche.


"No tengo ninguna duda que tendré días brutales, pero creo en las palabras de Filipenses 4,13: puedo hacer todas las cosas en Cristo que me fortalece".


Para más información sobre la aventura de Grabosky se puede visitar su sitio web jeffrunsamerica.com



domingo, 13 de febrero de 2011

EN LA FRAGUA DE LA SANTIDAD

En la fragua de la santidad


Mayo de 1937. En plena guerra civil, revolviendo en la hornacha de la fragua de su casa, los hermanos de Francisco Sánchez, dieron con un tubo de ajuste, dentro del cual se veía un objeto negro. Se asustaron al principio por temer fuera una bomba. Con cuidado sacaron el contenido del tubo, quitaron el trapo negro que lo envolvía y se encontraron con unos papeles, recibos de “La Caridad Social de Socorros mutuos” escritos por detrás.


Era una especie de diario escrito por Paquito antes de asesinarle. Estaba algo quemado, pero parecía imposible que no se hubieran quemado dentro del horno, donde habían hecho lumbre y fuego diariamente, y que no lo hubieran encontrado el reten de milicianos asentados en el taller del Siervo de Dios.


Papeles viejos eran y estaban chamuscados, es verdad, pero también como precioso tesoro para los suyos. Había que guardarlos donde fuera para que los enemigos que tenían en su misma casa (en la que los amos, estaban como presos) no los encontraran…


Los escondieron nuevamente. Dos años después, cuando acabó la guerra, los recuperaron definitivamente. ¡Que claramente se transparenta Francisco a través de sus líneas!


Natural de Sonseca (Toledo), nació el 28 de abril de 1910, y era el mayor de una familia humilde y numerosa compuesta de siete hermanos. Su padre era herrero y desde niño le fue familiar el sonido de la fragua al martillar sobre el yunque el hierro candente. Terminados sus estudios primarios se puso a trabajar con su padre en el taller mecánico (cerrajería mecánica con soldadura autógena) que tenía. Colaborador activo en la Parroquia, a través de la Acción Católica, llegó a ser nombrado su presidente.


Conservamos una serie de escritos a raíz de unos ejercicios espirituales que hizo en 1935 y conservamos con mimo, recogimiento y veneración un diario (al que nos referimos en estas primeras líneas) que realizó entre agosto y octubre de 1936, y que fue descubierto en su taller una vez acabada la guerra.


http://www.persecucionreligiosa.es/toledo/t_escritos.html#diario_guerra


Francisco Sánchez fue un trabajador incansable. Forjada su inteligencia con la misma constancia que forjaba el hierro y construía maquinarias. Llegó a crear verdaderos prodigios para la industria. Su amabilidad y buen trato para todos, le valía ser estimado y reconocido.


Fue dos veces encarcelado. El 20 de julio de 1936 fue detenido y llevado a una habitación malsana y sombría. Tras 17 días fue puesto en libertad el 5 de agosto. Cuando le soltaron, contaba a su familia: “-Cuánto me alegro de haber sufrido, lo que he sufrido por Cristo” Por un bombardeo que ocurrió en Sonseca, se fue al campo durante 8 días.


Finalmente el 20 de octubre de 1936 sería detenido con engaños, después de solicitarle para reparar un coche de los milicianos. Fue detenido junto a otras 30 personas del pueblo. Pasaron entonces las horas más graves. Con el rosario en sus manos se dedicaba a confortar a todos, animándolos a no caer en desánimo y prepararse a la muerte como auténticos mártires. Los camiones acudieron a recogerles para conducirlos a Orgaz donde serían fusilados. Las últimas palabras que escribió en su diario fueron: - Quiero que la paz vuelva a nosotros… ¡Ya!

Otros cuatro jóvenes de la Acción Católica de Sonseca le acompañan en el grupo de mártires de la diócesis de Toledo. Son los Siervos de Dios:
Luis Pérez Caberta
Juan García-Pulgar y García-Ochoa
Eugenio Perezagua y Caberta
Emiliano Rojas Avilés

Publicado en Religión en Libertad

sábado, 12 de febrero de 2011

EVANGELIO DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio



En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.


Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano, será procesado. Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Se dijo: El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- y se casa con otra, comete adulterio. También habéis oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y Cumplirás tus juramentos al Señor. Pero yo os digo que no juréis en absoluto. Que vuestro hablar sea Sí, Sí; No, No. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.


Mateo 5, 17-37


Nuestro mundo tiene alergia a los mandamientos. Los ve como normas impuestas y opresoras. Olvida que los mandamientos están al servicio de los grandes valores éticos. Y los valores éticos no son propiedad exclusiva de judíos o cristianos: son patrimonio de la humanidad. Son caminos hacia la libertad.

La Ley de Moisés incluía los mandamientos en un contexto de liberación. Dios había liberado a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Pero la liberación no era sólo un punto de partida: era una tarea para toda la vida. Observar los mandamientos era el modo de sentirse libre y de liberar a los demás.


Jesús no ha venido a negar los grandes valores éticos que se reflejan en la Ley de Moisés. Su pueblo no leía las escrituras, sino que en la sinagoga escuchaba una determinada interpretación. Jesús sabe que hay un modo farisaico de interpretarla y cumplirla que no es el adecuado. Por eso, trata de presentarla en su radicalidad. Y sobre todo, nos enseña cómo la Ley puede conducir al hombre a su verdadera libertad.

VIDA, AMOR Y VERDAD

En el texto del Sermón de la montaña que hoy se proclama (Mt 5, 17-37), Jesús examina tres mandamientos de la Ley de Moisés y nos desvela los grandes valores que ellos defienden y transmiten.

• “No matarás”. El mandamiento pretende tutelar el valor de la vida. Pero el cristiano ha de saber que no basta con no matar. También se da la muerte a los demás al descalificarlos. Los prejuicios y las etiquetas excluyen al prójimo de la convivencia. Es preciso anunciar, celebrar y servir el evangelio de la vida.


• “No cometerás adulterio”. El mandato original defiende la dignidad del amor esponsal. Hoy cuesta explicar y aceptar que ese amor es único, definitivo y fiel. El cristiano sabe que hasta la mirada ha de ser limpia y respetuosa. El lenguaje del amor siempre incluye el respeto a uno mismo y a los demás.

• “No jurarás en falso”. El precepto bíblico excluye la falsedad y la mentira, al tiempo que propone el valor de la verdad y la coherencia. Pero recuerda también que lo santo no ha de ser utilizado para reafirmar los intereses de la persona. El cristiano sabe que ha sido consagrado en la verdad. Y que sólo la verdad nos hará libres.

LA NUEVA JUSTICIA
Se suele decir que en este texto evangélico hay un verso central. “Os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt, 5,20). Seguramente ahí está la clave de todo el discurso. ¿Pero que significa?


• “La justicia”. En primer lugar se menciona la justicia. La palabra original podría equivaler a la santidad. Por eso algunos traducen apelando a una explicación: “si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. El evangelio nos ofrece un nuevo modo de ser justos.

• “Los escribas y fariseos” se creían justos en atención a su fidelidad a la Ley de Moisés y a sus buenas obras. Con frecuencia las realizaban para ser vistos y ganar prestigio ante las gentes. El evangelio nos invita a reconocer a Dios como el origen de nuestras buenas intenciones y acciones. Para el cristiano todo es gracia.

• “La entrada en el reino” se promete a los que son justos según la justicia de Dios.

Las bienaventuranzas dicen que el reino de Dios pertenece a los pobres en el espíritu y a los perseguidos por causa de Cristo. A fin de cuentas, él mismo es el reino de Dios. El cristiano sabe que siguiendo a Jesús reconoce a Dios como su rey y señor.

- Señor Jesús, en tus palabras y en tu vida descubrimos la plenitud de la Ley y la belleza de los grandes valores que nos hacen humanos y, por tanto, cristianos. Bendito seas por siempre. Amén.


José-Román Flecha Andrés
Universidad Pontificia de Salamanca