miércoles, 5 de mayo de 2010

"A EL LE CAEN BIEN LOS PECADORES"


Es actor, guionista y director de cine y televisión, triple actividad que resume en un título: contador de historias. Y añade: que merezcan la pena ser contadas. Eso hacen en Infinito + 1, la productora que dirige. Ultiman el lanzamiento de La última cima, un largometraje sobre la vida y muerte del sacerdote Pablo Domínguez (los que han visto la cinta dicen que sanará corazones). Y trabajan en Conversos, documental con testimonios de personas que estuvieron lejos de Dios y ahora le tutean, con total confianza.

-La confianza en Él ¿es necesaria?
-¿Un coche necesita gasolina para andar? Si va cuesta abajo, no. Ahora, como le toque subir una cuesta… El combustible es Cristo. O mejor: la medicina, que llega a nosotros a través de los sacramentos.

-Si Cristo es el médico, ¿qué es la Iglesia?
-Un hospital enorme lleno de gente herida, enferma. Algunos pacientes tienen buen aspecto, pero es por la medicina. El día que dejen de tomarla…

-No es la metáfora más atractiva.
-Es Cristo quien dice que ha venido a buscar a los enfermos, no a los sanos. Quien entre en la Iglesia esperando encontrar un parque de atracciones lleno de gente estupenda se llevará un chasco.

-Lo decía por las salas de operaciones.
-Pero Dios no te va a operar si no quieres. Jamás te obligará a quererle. Es capaz de separar las aguas del mar Rojo, pero no abrirá las puertas de tu corazón si no se lo permites. Es el misterio de la libertad. Esto se comprende bien cuando se es padre.

-Usted lo es de tres hijas.
-¿Y qué espero de ellas? ¿Que me obedezcan? No, que me amen. Si cumplen mis órdenes pero no me aman, nada tengo. Sólo me cabría suplicarles amor, como un mendigo. Lo mismo Dios con nosotros.

-Abrirle el corazón ¿cuesta?
-A veces basta un “no sé si estás ahí” para que entre de lleno. Es como un embalse rebosante de agua: se abre una fisura en el hormigón y todo queda inundado.

-¿Hay corazones de hormigón?
-Ahí tenemos el de san Pablo, de quien las Escrituras dicen que “respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor”. Y va Dios y lo convierte en su apóstol. Suena a herejía, pero a Él le caen bien los pecadores. Es maravilloso.

-¿Por qué?
-Porque significa que su mensaje es para todo quisque, incluso para los que le odian. Por eso el Evangelio hay que contarlo como una historia de amor.

-¿Y se cuenta así?
-A veces nos portamos como al que le toca la lotería y, en vez de alegrarse, empieza a pensar en que tiene que ir al banco a ingresar el dinero, y en que al director de la sucursal le huele el aliento, y en que Hacienda se va a llevar la mitad, y en que la gente le va a decir que invite a algo…

-Conclusión.
-Pasamos de complicarnos la vida, preferimos quedarnos como estamos y convertimos el Evangelio en una mala noticia.

-En su trabajo se ha propuesto lo contrario.
-Es curioso, pensaba que los trabajos relacionados con la fe no interesaban a nadie. Hasta que me encargaron un documental sobre mártires e hice un doble descubrimiento.

-¿Cuál?
-Que la ignorancia me hizo decir que estos temas no son interesantes y que tenía complejos a la hora de hablar de mi fe.

-¿En qué consistían?
-En presentar la fe como algo para gente afortunada. O sea, para nosotros, sí; para los no creyentes, no. Hasta que descubres que es un regalo para todos.

-Entonces…
-Se acaban los respetos humanos, te entran ganas de contárselo a todo el mundo. Es como si a alguien a quien quieres le encanta el dulce y tú tienes un pastel enorme. ¿Vas a dejar de ofrecerle un pedazo?

-Habrá que envolverlo bien.
-El público al que queremos llegar lo forman, principalmente, personas que jamás han oído una versión amable de la fe. Fíjese, conmigo trabaja gente que no practica. Pues bien, si no entienden algo, se quita.

De Alba Digital

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante pero ¿como se llama este señor?-Un abrazo M.A.Parece que puedo entrar...