sábado, 22 de mayo de 2010

"ORGANIZACIÓN"



Ayer, cuando me dirigía a la sacristía por el oscuro -y largo- pasillo que conduce hasta ella, me sobresaltó una sombra que venía hacia mí y, más aún, la voz que, con toda claridad, me decía: He visto a su santo Fundador en Madrid.
Era sor Fancisca que venía del invernadero donde había estado charlando con sus plantitas como cada mañana.
Sor Francisca me explicó que había estado en Madrid y que había visto la imagen del Fundador del Opus Dei en la catedral de la Almundena.
San Josemaría dijo alguna vez -o escribió-, al parecer, que el Opus Dei es una orgenización desorganizada. No sé qué pudo querer decir con eso pero entiendo que, siendo necesaria, la organización no basta para alcanzar la unidad y que, sin unidad, la organización solo sirve para complicarse hasta el infinito.
Ciertamente, la unión hace la fuerza. El problema está en como alcanzar la unión. Porque la más profunda unión, la verdadera unidad entre las personas es fruto de la caridad y la caridad es don de Dios.
Jesús no rezó por la orgnización de la Iglesia sino por su unidad. Y no dijo a San Pedro: Pedro, ¿eres más organizado que éstos? Organiza a mis ovejas. Sabía Jesús que nuestras organizaciones no pueden salvarnos, que necesitamos un pastor que cuide de nosotros.
Todo su empeño fue el del Buen Pastor, o el del Buen Samaritano que se inclina ante nuestras miserias y ante nuestras heridas y ante nuestros pecados para lavarlas, para curarlas, para purificarnos. Y esto es lo que necesitamos: dejarnos cuidar por el Buen Pastor.
Por eso quiso dejarnos, no una organización, sino una Iglesia. Por eso no fundó su Iglesia sobre un despacho sino sobre una Cruz, y sobre una Roca desnuda. Por eso la Iglesia vive de la Eucaristía -sacramento de unidad y de caridad- y, por eso, la mejor imagen de la Iglesia es Santa María: no una organización, sino una Madre; no una oficina sino un Hogar... y unas manos amables.

Javier Vicens y Hualde, sacerdote.

Publicado en su blog

2 comentarios:

javier dijo...

¿Ve usted? Y yo, tan contento.

Anónimo dijo...

Un sacerdote tan querido por todos nosotros y tan contento...!estupenda idea,Dña Balbi!.Vale la pena fusilar cositas de estas,la Iglesia,nuestra madre,no se fundó en ningún despacho.Pero hace falta que nos lo recuerden.M.A