sábado, 19 de diciembre de 2009

CON MARÍA PREPARÁNDONOS PARA EL NACIMIENTO DE JESUS


En la cuarta semana de Adviento, la figura central, la guía espiritual es María, la madre que da a la luz al Mesías.Con el ejemplo de María, el mensaje final del Adviento es : “Acoger”
Sería inútil preparar el camino si no se acepta. Pero, ¿qué significa acoger?
Acoger al Señor, es hacer como María. Aceptar sus proyectos, sus propuestas, dejarse llevar, confiar. Cada día, en cada lugar, en cada situación. Acoger a Dios significa aceptar convertirse en su casa, tener este huésped único, infinito en su luz, en su amor, en su bondad. Esto ha ocurrido en forma única en María.
María, esta humilde niña, dice «sí». María, en su delicadeza, en la simplicidad de ese pequeño país, acoge su palabra."No temas, María". No era fácil para María aceptar este proyecto. Dios no le ha quitado las dificultades de la elección, porque ésta ha sido aceptada libremente.
Tanta gente tiene dudas. Las dudas no son pecados, pero sí una oportunidad para dar una respuesta consciente, para crecer en fe. La fe no es un sentimiento, sí una certeza, en cualquier situación, buena o mala.
María es un ejemplo para todos nosotros cristianos. Nos enseña como aceptar la palabra de Dios, en la vida ordinaria, en la libertad y la generosidad de nuestras opciones. ¿Cómo es posible? El espíritu Santo puede realizar siempre cosas grandes en quien se abre a él en fidelidad y generosidad del corazón, como ha hecho María. Nada es imposible ante Dios. "Todo es posible a quien cree," ha dicho Jesús en el Evangelio. "He aquí la esclava del Señor”, con estas palabras María ha hecho su acto de fe. Ha creído, ha acogido Dios en su vida, se ha confiado a él. Esto significa creer. Es importante la fe de María, porque nos estamos acercando a la Navidad y la fe es el secreto para vivirla. Se podría pensar que la de María fue una fe fácil. Ha sido el acto de fe más difícil de la historia.
¿A quién podrá explicar María lo que ha sucedido en su vida? ¿Quién la creerá cuando diga que el niño que lleva en su vientre es obra del Espíritu Santo?
La fe de María no consistió tanto en el hecho de creer en una parte de verdad. Consistió en que se fió totalmente de Dios. Lo acogió en su vida.
Ha dicho su "sí" con los ojos cerrados. Ha creído que "nada es imposible a Dios". Ha dicho su sí total y con alegría. San Agustín dice, que "María ha concebido por fe y ha parido por fe, Concibió a Cristo antes en el corazón, que en el cuerpo".
“¿Que beneficia a mi alma- han escrito Origenes y S. Bernardo - que Jesús haya nacido una vez en Belén, si luego no surge de nuevo la fe, en mi corazón?" Se trata así, de acogerlo verdaderamente en la fe, en la vida, en la gracia y en la santidad que nos lleva al amor al prójimo como El nos lo ha enseñado y vivido desde su delicadeza de pequeño recién nacido en Belén.
De "siete en familia"

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