El querido Papa Beato Juan XXIII se hizo famoso por la serenidad, naturalidad y alegría con que sabía pasar la vida, conforme a su lema "Obediencia y paz". Una paz que no perdía nunca porque sabía que estaba haciendo la voluntad de Dios.
Pero no todo era fruto de un temperamento tranquilo, sino consecuencia de una gran virtud con la cual dominaba todos los acontecimientos del día.
Y esto lo consiguió con un plan de vida que se trazó en su "Decálogo de la serenidad", bajo el lema de "Sólo por hoy". ¿Qué quiso decir con este Sólo por hoy?... Vale la pena escuchar sus mismas palabras:
* "Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
"Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras; no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar a nadie, sino a mí mismo.
"Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.
"Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
"Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, igual que el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
"Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
"Sólo por hoy haré por lo menos una obra que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.
"Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
"Sólo por hoy creeré firmemente —aunque las circunstancias demuestren lo contrario— que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
"Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad".
¿Qué? Una vez leído o escuchado esto, ¿le damos o no le damos la razón al bueno del Papa Juan?... Él acababa su escrito, diciendo:
- Puedo hacer el bien durante doce horas. Lo que me descorazonaría es si pensase que lo tengo que hacer durante toda mi vida.
Y otra cosa. ¿Pensamos que el Papa Juan fue original del todo al trazarse este plan de vida? Pues..., no.
Porque todo esto ya nos lo había dicho Jesús en el Evangelio con una norma muy prudente: -A cada día le basta su propia preocupación (Mateo 6.34)
1 comentario:
Este decálogo lo tengo puesto en la cocina...y me ayuda muchisimo a no salirme del HOY y a centrarme en lo que El Señor me pide...este Santo es genial por la naturalidad y sentido del humor que tenia....y que tantos supieron ver.....el colegio de mis hijos es Juan XXIII...y lo tengo muy presente siempre....
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