Desde que estallaron los escándalos de los abusos cometidos por algunos sacerdotes no han sido pocos los intentos para determinar cómo responder a tal situación. Muchos no aciertan: eliminar el celibato. Otros proponen mejorar la formación en los seminarios. No es suficiente. Son cada vez más los convencidos de que «la única respuesta a este escándalo es la santidad».
Las homilías, lamentablemente, son olvidadas por los fieles ni bien concluir la misa. Sin embargo, hay otras que son recordadas por años. Esto es lo que viene sucediendo con una de un sacerdote que ensaya la «única respuesta» para la crisis generada por los casos de pederastia en la Iglesia. Pronunciada en ocho minutos, lleva ya ocho años dando vueltas a través del correo electrónico entre miles de feligreses. «La única respuesta adecuada a este terrible escándalo es la santidad», sentencia.
En su homilía pronunciada en 2002, el padre Roger J. Landry de la diócesis norteamericana de Fall River (Massachusetts), señala que ante este escándalo, uno que muchos «que durante largo tiempo han tenido aversión a la Iglesia a causa de algunas de sus enseñanzas morales o doctrinales lo están usando como pretexto para atacar a la Iglesia como un todo», los católicos deben asumir el hecho de que «a veces los elegidos de Dios lo traicionan (a Jesús)».
El padre Landry, ordenado por el hoy arzobispo de Boston, cardenal Sean O´Malley, entonces obispo de Fall River, prelado de reconocida trayectoria por su lucha contra los casos de abusos sexuales en el clero en los Estados Unidos, señala que no basta asegurarse, por ejemplo, que nadie con predisposición a la pedofilia sea ordenado o que se apoye a las víctimas, medidas por demás necesarias pero que aún son insuficientes: «¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, la única respuesta auténticamente católica a este escándalo es la santidad!», asevera.
Para el párroco de la parroquia de San Antonio de Padua, «¡toda crisis que enfrenta la Iglesia, toda crisis que el mundo enfrenta, es una crisis de santidad! La santidad es crucial, porque es el rostro auténtico de la Iglesia».
En otro momento Landry lamenta que «este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe». Por ello asegura que «la santidad es tan importante».
«Mientras que todos nosotros quizá tengamos que padecer tales insultos y falsedades por causa de Cristo, -reconoce Landry- de hecho debemos regocijarnos. Es un tiempo fantástico para ser cristianos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar su verdadero rostro».
«Ahora es el tiempo para que los verdaderos hombres y mujeres de la Iglesia se pongan de pie. Ahora es el tiempo de los santos», concluye.
Las homilías, lamentablemente, son olvidadas por los fieles ni bien concluir la misa. Sin embargo, hay otras que son recordadas por años. Esto es lo que viene sucediendo con una de un sacerdote que ensaya la «única respuesta» para la crisis generada por los casos de pederastia en la Iglesia. Pronunciada en ocho minutos, lleva ya ocho años dando vueltas a través del correo electrónico entre miles de feligreses. «La única respuesta adecuada a este terrible escándalo es la santidad», sentencia.
En su homilía pronunciada en 2002, el padre Roger J. Landry de la diócesis norteamericana de Fall River (Massachusetts), señala que ante este escándalo, uno que muchos «que durante largo tiempo han tenido aversión a la Iglesia a causa de algunas de sus enseñanzas morales o doctrinales lo están usando como pretexto para atacar a la Iglesia como un todo», los católicos deben asumir el hecho de que «a veces los elegidos de Dios lo traicionan (a Jesús)».
El padre Landry, ordenado por el hoy arzobispo de Boston, cardenal Sean O´Malley, entonces obispo de Fall River, prelado de reconocida trayectoria por su lucha contra los casos de abusos sexuales en el clero en los Estados Unidos, señala que no basta asegurarse, por ejemplo, que nadie con predisposición a la pedofilia sea ordenado o que se apoye a las víctimas, medidas por demás necesarias pero que aún son insuficientes: «¡La única respuesta adecuada a este terrible escándalo, la única respuesta auténticamente católica a este escándalo es la santidad!», asevera.
Para el párroco de la parroquia de San Antonio de Padua, «¡toda crisis que enfrenta la Iglesia, toda crisis que el mundo enfrenta, es una crisis de santidad! La santidad es crucial, porque es el rostro auténtico de la Iglesia».
En otro momento Landry lamenta que «este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe». Por ello asegura que «la santidad es tan importante».
«Mientras que todos nosotros quizá tengamos que padecer tales insultos y falsedades por causa de Cristo, -reconoce Landry- de hecho debemos regocijarnos. Es un tiempo fantástico para ser cristianos hoy, porque es un tiempo en el que Dios realmente necesita de nosotros para mostrar su verdadero rostro».
«Ahora es el tiempo para que los verdaderos hombres y mujeres de la Iglesia se pongan de pie. Ahora es el tiempo de los santos», concluye.
De ReL
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