Ayer miércoles, 20 ene (RV) en la Audiencia general, el Papa invitó a los cristianos a perseverar en la oración y en los esfuerzos para alcanzar la unidad. Estamos «en a la tradicional Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que, como cada año, celebramos estos días y que constituye un tiempo propicio para reavivar el espíritu ecuménico entre los seguidores de Cristo, “para encontrarse, conocerse, rezar y reflexionar juntos”. Ya lo hizo el Santo Padre el domingo, invitando a todos a rezar incesantemente por la plena unidad de los cristianos, y volvió a insistir asimismo el lunes, al inicio del octavario de oración, recibiendo a una delegación ecuménica de la Iglesia Luterana en Finlandia. El Papa reiteró el compromiso irrevocable de la Iglesia católica en el camino ecuménico y resaltó los esperanzadores pasos cumplidos en Finlandia. Entre otras cosas destacamos de la audiencia:
“perseverar en la oración para conseguir la plena comunión entre los discípulos del Señor es la manifestación más auténtica, la más profunda de toda la búsqueda y de la tarea ecuménica, porque la unidad es ante todo un don de Dios”. En esta semana de oración, “la llamada de la exigencia de un testimonio común de Cristo subraya la importancia para sus discípulos de engrandecer la profesión de fe común y el testimonio unánime al Señor resucitado, a pesar de que la comunión sea todavía parcial”.
El movimiento ecuménico, señala el Pontífice, “favorece no solamente las relaciones fraternas entre las Iglesias y las Comunidades Eclesiales cristianas, sino que al mismo tiempo estimula la investigación y la búsqueda teológica”. Es más, implica un camino concreto en los campos que interesan la vida pastoral y sacramental. El Papa ha hablado de la importancia del Concilio Vaticano II en lo que respecta a las relaciones fraternas con las demás iglesias y comunidades cristianas.
“Un diálogo teológico que ha llevado a encontrar convergencias y consenso sobre diversos puntos, en lo que ha significado una profundización de los lazos y vínculos de comunión”. El Papa ha reconocido que las relaciones entre la Iglesia y las otras confesiones cristianas han dado pasos hacia delante en el curso de los últimos 50 años y en particular en el año 2009. “El diálogo es un signo positivo que manifiesta cuán intenso sea el deseo de unidad, a pesar de los problemas que se oponen”.
“perseverar en la oración para conseguir la plena comunión entre los discípulos del Señor es la manifestación más auténtica, la más profunda de toda la búsqueda y de la tarea ecuménica, porque la unidad es ante todo un don de Dios”. En esta semana de oración, “la llamada de la exigencia de un testimonio común de Cristo subraya la importancia para sus discípulos de engrandecer la profesión de fe común y el testimonio unánime al Señor resucitado, a pesar de que la comunión sea todavía parcial”.
El movimiento ecuménico, señala el Pontífice, “favorece no solamente las relaciones fraternas entre las Iglesias y las Comunidades Eclesiales cristianas, sino que al mismo tiempo estimula la investigación y la búsqueda teológica”. Es más, implica un camino concreto en los campos que interesan la vida pastoral y sacramental. El Papa ha hablado de la importancia del Concilio Vaticano II en lo que respecta a las relaciones fraternas con las demás iglesias y comunidades cristianas.
“Un diálogo teológico que ha llevado a encontrar convergencias y consenso sobre diversos puntos, en lo que ha significado una profundización de los lazos y vínculos de comunión”. El Papa ha reconocido que las relaciones entre la Iglesia y las otras confesiones cristianas han dado pasos hacia delante en el curso de los últimos 50 años y en particular en el año 2009. “El diálogo es un signo positivo que manifiesta cuán intenso sea el deseo de unidad, a pesar de los problemas que se oponen”.
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