lunes, 16 de febrero de 2009

ORAR

"La oración es tratar de amor con quien sabemos nos ama" Así definía Sta. Teresa de Jesús qué es para ella orar.

Muchas veces nos planteamos qué nos falta en nuestra vida de fe, por qué parece que a veces se estanca, se reseca, se paraliza, le falta vida.
La oración es un nutriente para el alma. Igual que el cuerpo necesita alimento, descanso, cuidados; el alma necesita recibir la atención necesaria para llenarla de Dios. Los sacramentos, la oración, la formación son medios que nos ayudan a revitalizar nuestro caminar en la fe.

Muchas veces nos planteamos que no tenemos tiempo, que orar es para otros (para los sacerdotes, los religiosos, para la gente que tiene tiempo, pero no para mi). ORAR ES PARA TODOS. Jesús aparece en el Evangelio orando en muchas ocasiones y recomendando a sus amigos que orasen SIEMPRE, SIN DESFALLECER.

Hoy empezamos una serie sobre la oración y por orden alfabético, empezamos por la oración de Alabanza.

Dice el Catecismo:

La oración de alabanza
2639 La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por El mismo, le da gloria no por lo que hace sino por lo que El es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la Gloria. Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf. Rm 8, 16), da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquél que es su fuente y su término: "un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros" (1 Co 8, 6).

2640 San Lucas menciona con frecuencia en su Evangelio la admiración y la alabanza ante las maravillas de Cristo, y las subraya también respecto a las acciones del Espíritu Santo que son los hechos de los apóstoles : la comunidad de Jerusalén (cf Hch 2, 47), el tullido curado por Pedro y Juan (cf Hch 3, 9), la muchedumbre que glorificaba a Dios por ello (cf Hch 4, 21), y los gentiles de Pisidia que "se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor" (Hch 13, 48).

2641 "Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor" (Ef 5, 19; Col 3, 16). Como los autores inspirados del Nuevo Testamento, las primeras comunidades cristianas releen el libro de los Salmos cantando en él el Misterio de Cristo. En la novedad del Espíritu, componen también himnos y cánticos a partir del acontecimiento inaudito que Dios ha realizado en su Hijo: su encarnación, su muerte vencedora de la muerte, su resurrección y su ascensión a su derecha (cf Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 5, 14; 1 Tm 3, 16; 6, 15-16; 2 Tm 2, 11-13). De esta "maravilla" de toda la Economía de la salvación brota la doxología, la alabanza a Dios (cf Ef 1, 3-14; Rm 16, 25-27; Ef 3, 20-21; Judas 24-25).

2642 La revelación "de lo que ha de suceder pronto", el Apocalip sis, está sostenida por los cánticos de la liturgia celestial (cf Ap 4, 8-11; 5, 9-14; 7, 10-12) y también por la intercesión de los "testigos" (mártires: Ap 6, 10). Los profetas y los santos, todos los que fueron degollados en la tierra por dar testimonio de Jesús (cf Ap 18, 24), la muchedumbre inmensa de los que, venidos de la gran tribulación nos han precedido en el Reino, cantan la alabanza de gloria de Aquél que se sienta en el trono y del Cordero (cf Ap 19, 1-8). En comunión con ellos, la Iglesia terrestre canta también estos cánticos, en la fe y la prueba. La fe, en la petición y la intercesión, espera contra toda esperanza y da gracias al "Padre de las luces de quien desciende todo don excelente" (St 1, 17). La fe es así una pura alabanza.

2643 La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración: es la "ofrenda pura" de todo el Cuerpo de Cristo "a la gloria de su Nombre" (cf Ml 1, 11); es, según las tradiciones de Oriente y de Occidente, "el sacrificio de alabanza".

Ahora vamos a hacer un ejercicio práctico de oración de Alabanza. Vamos a ver este vídeo y luego me cuentas si no brota de tu corazón el asombro, el reconocimiento, el sentirte pequeño ante esta CREACIÓN y este CREADOR ... Eso es Alabanza. Vamos a ello:






Es cuestión de practicar: admirando la naturaleza, ante el espectáculo de un niño, al ver y reconocer en mi vida quién es Dios, etc, etc, etc. Pruébalo y verás.

Liturgia del día

Nuestros vicarios parroquiales: D. David Casas y D. David Sánchez estarán hasta el miércoles reunidos con todos sus compañeros sacerdotes, ordenados en los últimos cinco años en nuestra diócesis, orando y formándose. Estos días les tenemos especialmente en nuestra oración.

No hay comentarios.: