viernes, 20 de febrero de 2009

AUNQUE ES VIERNES, YA HACEMOS LA ENTRADA DEL SÁBADO



Mirar a la Virgen aplaca el dolor.

Los llamamos "analgésicos de la fe", pero más que a un compuesto medicinal deben su eficacia a su belleza intrínseca: Frescos majestuosos de la Virgen y de los santos mártires, obras maestras que describen el Génesis y el Evangelio. Según un estudio realizado por la neuróloga británica Katja Wiech, de la Universidad de Oxford, el arte sacro estimula el cerebro hasta el punto de hacer más soportable el dolor.
La investigación fue publicada en la revista "Pain" (Dolor) y surgió del intento de dar una respuesta al sufrimiento: ¿Puede el cerebro, centro del dolor, defenderse sí mismo? Y ¿por qué quienes se refugian en la religión parecen más serenos? Los datos que hemos recopilado - dice la co-autora del estudio, Irene Tracey, directora del "Oxford Centre for Functional Magnetic Resonance Imaging of the Brain"- muestran que las creencias religiosas tienen el poder de alterar el equilibrio mental de modo distinto de una persona a otra. Hay personas que, a través de las imágenes sagradas, responden mejor al dolor, incluso al físico ".
La investigación se realizó teniendo en cuenta 12 católicos declarados y 12 ateos o agnósticos, de edades comprendidas entre los 19 y 34 años. Los voluntarios fueron sometidos a una resonancia magnética, una técnica para la generación de imágenes de la actividad cerebral utilizada principalmente con fines de diagnóstico en el campo de la medicina. La máquina ha medido los cambios en la presión sanguínea en el cerebro como resultado de la visión de dos imágenes muy similares: por un lado una Virgen María y la otra en la Dama dell'ermellino, una de las obras maestras de Leonardo.
A todos se les mostraron las pinturas durante unos treinta segundos y simultáneamente se les administraron 20 microchoques electricos, ligeramente dolorosos. En los católicos, la maquina ha registrado sentimientos de paz y serenidad. En los ateos, que han sufrido en silencio todos los microschoques. Pero eso no es todo: entre los creyentes, la sensación de alivio causado por la visión de la Virgen fue acompañada por una intensa actividad cerebral, algo que no se encuentra en los demás participantes.
"Cada imagen que para nosotros es una fuente de tranquilidad, en la cual podemos identificarnos, es capaz de aliviar nuestro dolor - explica la psicologa Sara Ruiba, especializada en personalidad - no es un efecto placebo. Una imagen sagrada pueden estimular nuestras vías neuronales - sigue la psicóloga - y sustraernos a la intensidad del dolor. Un poco, como los faquires que, meditando, puede dormir sobre una tabla de clavos.
Según el psicólogo Tor Wager de la Universidad de Columbia, las imagenes sagradas son solo una de las formas posibles. Cada uno de nosotros podría crear un universo positivo de micro eventos de referencia, algo en lo que creer: esta es la clave. Ya sea un dios o un propósito en la vida, esto es siempre el mejor analgésico.
19 de septiembre de 2008. SARA FICOCELLI, para el diario La Republica (Italia).




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