domingo, 18 de marzo de 2012

RECONOCIMIENTO A NUESTRO PARROCO, D. JOSÉ

Hoy en Nuestra Casa, en nuestra querida Parroquia, hemos vivido un momendo de acción de gracias a Dios, y de reconocimiento a nuestro párroco D. José Talavera, por todos estos años de entrega y empeño en acercarnos a Jesús, mostrarnos el rostro de Dios y recuperar nuestro valioso patrimonio.
Transcribimos las palabras que Germán Guerrero ha dirijido al finalizar la Eucaristía y también adjuntamos algunas de las fotos que Adolfo Sánchez-Horneros ha realizado.

Queridos hermanos, estimados monaguillos, seminaristas y sacerdotes concelebrantes.

Querido Don José:

Hay cosas en esta vida, pocas, pero las hay, que son gratis, como por ejemplo sonreir o dar las gracias. Para ello solo necesitamos salir de nosotros mismos, mirar a nuestro alrededor y ver con ojos de agradecimiento lo que tantas personas de bien hacen por nosotros de forma gratuita y desinteresada.

         Nuestra mirada, como familia parroquial, nos ha llevado esta vez  hasta su persona, persona que cierto día fue enviada a Sonseca por la misericordia de Dios, a pastorear esta grey, esta pequeñísima porción del Pueblo de Dios que guiada tras su cayado dirige sus pasos al cielo desde hace ya 17 años.

         Expresar en cuatro líneas estas casi dos décadas de su sacerdocio en Sonseca, además de ser tarea más que imposible, seguramente sería un desatino y una torpeza imperdonables.

Sin embargo sí quisieramos destacar un aspecto que ha caracterizado su actividad pastoral desde que se hizo cargo de esta comunidad parroquial.  Nos referimos al empeño, al anhelo, o –como diría Santa Teresa de Jesús- a la determinada determinación  que siempre ha manifestado por conservar, rehabilitar, reponer y recuperar nuestro templo parroquial, nuestros lugares de culto, nuestras ermitas, y sobre todo este maravilloso retablo que nos han legado nuestros antepasados, hermanos en la fe y que ha quedado coronado con este precioso tabernáculo, digno sagrario donde mora Cristo Sacramentado.

No debemos cansarnos de dar gracias a Dios porque tanta belleza, esplendor y finura contenidas en él son más que un claro indicio, una hermosa señal del amor que Dios tiene a esta Parroquia, que aunque pobre e indigente porque quienes la componemos lo somos es amada y querida por Él desde toda la eternidad.  Ahora bien, quedarnos en esto sería como quedarse mirando el dedo que señala y no aquello que es señalado, que es lo verdaderamente importante.

Queremos agradecerle Don José que haya sido tan claro en mostrarnos cual ha de ser como iglesia siempre nuestra máxima prioridad: dar culto, adorar, alabar, y bendecir al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Aquí, en nuestra casa, como así nos gusta llamarla, es donde se produce el encuentro más pleno con Dios. Aquí Él comunica a su iglesia diariamente nueva vida. Aquí el Señor la enriquece por medio de su Palabra y de sus Sacramentos. Aquí somos atraídos por su Amor que nos sana y nos transforma.

Sabemos, padre, que más allá de tu admiración por el arte expresado y manifestado en estas tallas y pinturas que presiden este altar, siempre ha existido una causa, una motivación mucho más profunda, que ha sido orígen y fin de todos tus trabajos, de todas tus idas y venidas, de todas tus iniciativas. Y esa causa, ese motivo no ha sido otro que el corresponder con amor a tanto Amor recibido. Nos lo ha dicho Vd. muchas veces en sus homilías: “amor con amor se paga” y esa ha sido su verdadera motivación y de la que ha querido hacernos partícipes también a nosotros.

         ¡Tenemos tantos motivos para dar gracias a Dios! Durante todos estos años Vd. no ha escatimado esfuerzos para acercarnos más a Cristo, para proclamarlo Vivo y Resucitado, el único que puede dar sentido y plenitud a nuestra vida. Y lo ha hecho  siempre desde el silencio, desde la oración, desde el ofrecimiento personal, desde la austeridad de vida, desde la constancia, desde la paciencia, desde la confianza en Dios pero también, en justo equilibrio, a través de su palabra, en las misas, en las catequesis, en la reuniones, en sus artículos... Como un buen Padre celoso por todos y cada uno de sus hijos a él confiados no ha regateado tiempo a quien lo ha necesitado, ni solicitud a quien ha reclamado su atención.

         Por todo ello y ante el riesgo de que no valoremos lo que tenemos hasta que lo perdamos –como señala tan sensatamente la sabiduría popular- un grupo de fieles nos propuso hace unas semanas evitarlo rindiéndole este cariñoso homenaje. Y lo hemos querido hacer, cercano a su cumpleaños –el pasado viernes- y en un día precioso para la iglesia -la celebración de la festividad San José y la del Día del Seminario.

Así pues, amadísimo padre, en nombre de toda la Parroquia, y en especial de los enfermos y ancianos, que están con el corazón, pero que no han podido venir y les hubiera gustado mucho estar hoy aquí presentes, queremos hacerle entrega públicamente de un pequeño detalle como muestra de agradecimiento por todos estos años de dedicación y de amor a Cristo y a su Iglesia, en su particular caso, manifestada en esta parroquia que peregrina en Sonseca.

En primer lugar le hacemos entrega de la imagen enmarcada del Martirio de San Juan Evangelista Ante Portam Latinam (titular de nuestra Parroquia), realizado en azulejo toledano, que lleva la siguiente inscripción:

“Los fieles de la Parroquia San Juan Evangelista de Sonseca a Don José Talavera García, su cura párroco, al concluir las obras de restauración del retablo mayor y en agradecimiento por su trabajo constante y empeño en recuperar esta obra de arte para gloria de Dios. Sonseca, 9 de Octubre de 2011”

En segundo lugar le entregamos una exacta y fiel reproducción de la talla de San José que forma parte del tabernáculo de nuestro retablo mayor, realizado a su misma escala.

Por último y dado que han sido muchas las personas que han querido colaborar en costear estos regalos para esta ocasión, y a las cuales desde aquí les expresamos toda nuestra gratitud rogando al Señor sepa compensarles abundantemente este detalle de generosidad, nos ha sobrado dinero. Dicho remanente se lo entregamos a usted en este sobre para que disponga del mismo y lo destine a la finalidad que considere más adecuada.  

Queremos, para finalizar este sencillo acto, aprovechar también esta ocasión para pedirle perdón por cuanto hacemos mal. Corríjanos amorosamente, padre, y siga dirigiéndonos, conduciéndonos a Dios siempre unidos, como una gran familia, como sabemos que le gusta a Vd.

Reciba toda nuestra gratitud, todo nuestro reconocimiento y todo nuestro cariño.

Que Dios le colme de bendiciones y su Santísima Madre, aquí presente, Nuestra Señora de los Remedios, le lleve siempre en su regazo.

Amén.

1 comentario:

EVA MORENO dijo...

ES UN GOZO PODER DISFRUTAR DEL RETABLO NOS AYUDA AL RECOGIMIENTO Y A LA ORACIÓN.GRACIAS AL TESÓN Y ESFUERZO DE D. JOSÉ PODEMOS CONTEMPLARLO Y SEGURO MUCHAS GENERACIONES POSTERIORES.