lunes, 12 de marzo de 2012

NUESTRA HISTORIA

Siguiendo el orden cronológico, nos encontramos ahora con un interesante documento sobre la Cofradía de San Benito, hoy de la Virgen de los Remedios.

 1584. El día 3 de Junio el cabildo de la Cofradía de San Benito “… que se celebra en su ermita …”, hoy de la Virgen de los Remedios, se reunió, presidida por el alcalde de la Cofradía, Juan Gómez de Ajofrín, para elaborar sus ordenanzas, pues aunque “… hace muchos años que esta Cofradía se fundó y es muy antigua en este lugar y de mucha devoción, y aunque han tenido ordenanzas no se han confirmado…”. Y habiendo estado en Sonseca el Visitador Eclesiástico había ordenado que se elaboraran dichas Ordenanzas para que, mandándolas a Toledo, fueran aprobadas por el Sr. Cardenal, pues de lo contrario se amenazaba al cabildo con la excomunión. Dichas Ordenanzas contenían las siguientes cláusulas:

            Primero ordenaban que todos los años se dijeran vísperas y misas en la ermita de San Benito el día de su festividad debiendo estar todos los cofrades en dichas vísperas con sus candelas, siempre que no estuvieran alejados de Sonseca una legua, so pena de media libra de cera.

            También que el día siguiente a la fiesta se diga misa de réquiem por los cofrades difuntos, pagando la multa anterior los cofrades que no asistieran.

            De igual manera, los cofrades deben acompañar al entierro a los cofrades fallecidos, haciendo para avisarles una señal de cinco toques de la campana mayor, y si no lo hicieran tendrán la multa anterior.

            Se estipulaba que cualquier vecino que quiera entrar en la Cofradía, debiera pagar un real, para gastos de cera y limosnas de misas.

            Otra cláusula estipula que cualquier persona que muriese sin ser cofrade pudiera ser enterrado con la solemnidad como si lo fuera, pero pagando 500 maravedís.

            También se ordenaba que si algún cofrade quisiera salir de la Cofradía pagara media arroba de cera.

            Y cuando un cofrade muriera tendría el derecho a ocupar su puesto su hijo mayor, y en su defecto su mujer.

            Todo lo cual votaron, aprobaron y mandaron a Toledo a través de un clérigo y dos procuradores.
Antonio Gallego Peces. Texto extraído del libro: La Historia de Sonseca en anales. Francisco Gil Gallego.

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