Hoy se clausura el año sacerdotal. Durante todo este año, en toda la Iglesia Católica, se ha orado por los sacerdotes, se han realizado encuentros, jornadas de oración, de reflexión. Ha sido una gracia muy especial que seguro dará fruto abundante.
D. David Casas, vicario Parroquial, ha querido compartir con nosotros su reflexión-testimonio.
“TODO, EN TODO Y PARA SIEMPRE SACERDOTE”
“A mí, el más insignificante de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: anunciar la riqueza insondable que es Cristo (…)”
Queridos todos, en sólo un par de días el Papa Benedicto XVI clausurará en Roma, rodeado de una multitud de sacerdotes, el Año Sacerdotal que él mismo quiso se celebrara en la Iglesia Universal. Ha sido un año de gracia, en general para todos los que participáis del sacerdocio real de Cristo por el Bautismo, pero de manera muy especial ha sido un año de gracia para los que por la imposición de manos, participamos de la sagrada misión del Señor, en el Sacerdocio ministerial.
Están a punto de cumplirse cuatro años de aquel 2 de Julio de 2006, cuando el entonces Arzobispo de Toledo D. Antonio Cañizares, me imponía las manos en el marco incomparable de la Catedral. ¡Que día tan hermoso! ¡Mil veces me gustaría vivir lo que viví ese caluroso día! POR FIN, ERA SACERDOTE.
Esto no quiere ser una crónica de mi vida sacerdotal, ni un diario de lo vivido entre vosotros, simplemente quiere ser un testimonio de la misericordia del Señor en mi vida y a través de mi vida de Sacerdote. Es algo muy grande celebrar la misa cada día, derramar la misericordia del Señor en la confesión, hacer hijos de Dios por el Bautismo, reconfortar a los enfermos en sus dolores… y yo me digo pero ¿por qué yo?
A menudo siento mi incapacidad, mi pobreza, mis muchos pecados que como un lastre tiran de mí pero también… me repito constantemente esa frase que coloqué en mis recordatorios: “Se de quien me he fiado” (Scio cui credidi)…Ciertamente el saber que es Cristo quien me llamó, quien me hizo su Sacerdote y quien a pesar de todo sigue contando conmigo es lo que me conforta cada día. Vivo de confianza y es esta confianza la que hace posible que cada momento, pase lo que pase, me sienta más feliz siendo cura de pueblo.
Es una frase muy repetida pero, “mil veces naciera mil veces seria sacerdote”. “Todo, en todo y para siempre, Sacerdote”.
Gracias a todos, no por nada concreto ni especial, sino por ser como sois. Por el cariño hacia nosotros, los sacerdotes. Por vuestras oraciones. Por vuestra compresión. Por vuestro respeto. Por vuestra alegría compartida. Por que sabéis y vivís que el Sacerdote es otro Cristo.
Mi bendición y un gran abrazo en el Señor.
David Casas de la Cal.
“A mí, el más insignificante de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: anunciar la riqueza insondable que es Cristo (…)”
Queridos todos, en sólo un par de días el Papa Benedicto XVI clausurará en Roma, rodeado de una multitud de sacerdotes, el Año Sacerdotal que él mismo quiso se celebrara en la Iglesia Universal. Ha sido un año de gracia, en general para todos los que participáis del sacerdocio real de Cristo por el Bautismo, pero de manera muy especial ha sido un año de gracia para los que por la imposición de manos, participamos de la sagrada misión del Señor, en el Sacerdocio ministerial.
Están a punto de cumplirse cuatro años de aquel 2 de Julio de 2006, cuando el entonces Arzobispo de Toledo D. Antonio Cañizares, me imponía las manos en el marco incomparable de la Catedral. ¡Que día tan hermoso! ¡Mil veces me gustaría vivir lo que viví ese caluroso día! POR FIN, ERA SACERDOTE.
Esto no quiere ser una crónica de mi vida sacerdotal, ni un diario de lo vivido entre vosotros, simplemente quiere ser un testimonio de la misericordia del Señor en mi vida y a través de mi vida de Sacerdote. Es algo muy grande celebrar la misa cada día, derramar la misericordia del Señor en la confesión, hacer hijos de Dios por el Bautismo, reconfortar a los enfermos en sus dolores… y yo me digo pero ¿por qué yo?
A menudo siento mi incapacidad, mi pobreza, mis muchos pecados que como un lastre tiran de mí pero también… me repito constantemente esa frase que coloqué en mis recordatorios: “Se de quien me he fiado” (Scio cui credidi)…Ciertamente el saber que es Cristo quien me llamó, quien me hizo su Sacerdote y quien a pesar de todo sigue contando conmigo es lo que me conforta cada día. Vivo de confianza y es esta confianza la que hace posible que cada momento, pase lo que pase, me sienta más feliz siendo cura de pueblo.
Es una frase muy repetida pero, “mil veces naciera mil veces seria sacerdote”. “Todo, en todo y para siempre, Sacerdote”.
Gracias a todos, no por nada concreto ni especial, sino por ser como sois. Por el cariño hacia nosotros, los sacerdotes. Por vuestras oraciones. Por vuestra compresión. Por vuestro respeto. Por vuestra alegría compartida. Por que sabéis y vivís que el Sacerdote es otro Cristo.
Mi bendición y un gran abrazo en el Señor.
David Casas de la Cal.
Para el pueblo de Dios, para los laicos también ha sido una gracia muy especial este año sacerdotal.
A lo largo de todo este año sacerdotal, he tenido oportunidad de orar personalmente y en comunidad por todos los sacerdotes. Mi particular modo de clausurarlo ha sido viendo la película "La Ultima Cima". Os la recomiendo a todos. Todos debemos verla para conocer la figura de Pablo Domínguez, para dar gracias a Dios por el don del sacerdocio y para aprender a valorar a nuestros sacerdotes.
Lo cierto es que al salir del cine, pensaba que la vida de Pablo Domínguez es un torrente de gracia vivido hasta el último sorbo, que no se quedó para sí, sino que puso al servicio de los demás en cada instante.
Pero también pensaba en la cantidad de sacerdotes anónimos, de los que se podrían filmar tantos momentos, tantas películas: sacerdotes que velan por su pueblo, que están disponibles las 24 horas del día, que enseñan a rezar a los niños, que acompañan y consuelan a los mayores, que preparan para el matrimonio, que aconsejan en los vaivenes de la adolescencia y juventud. Sacerdotes que trabajan en prisiones, en hospitales, en las misiones de nuestros ejércitos; sacerdotes que estudian y se forman para dar respuestas a nuestros interrogantes, sacerdotes que saben reir contigo y también llorar. Los que se dejan la piel en suburbios, y en medio de los barrios más altos. Los que están en misiones y en monasterios, etc., etc., etc.,
Pensaba también que el Señor podría haber elegido mil formas de quedarse con nosotros: sus mismos ángeles podrían bajarnos del cielo la Eucaristía, podría habernos dejado una fórmula que perdonase automáticamente nuestros pecados, pero ha querido dejarnos a sus ministros, a sus sacerdotes.
Sacerdotes hombres de carne y hueso, como lo fueron aquellos doce que tropezaron, cayeron, dudaron, quisieron ser los primeros y más importantes, pero en los que el Señor confió.
Este año, me ha ayudado a valorar aún más el regalo que son los sacerdotes en la vida de los creyentes. Es cierto que no siempre lo he visto así, que también he tenido mis "decepciones", pero entiendo que Dios no elige a los perfectos, sino que va formando un corazón sacerdotal en aquellos a los que elige y que como seres humanos que son, también tienen sus limitaciones y pobrezas (todos estamos hechos del mismo barro), precisamente porque el Señor no ha querido que sean supermanes, sino hombres que fijos los ojos en El, entreguen toda su vida como ofrenda.
Quisiera terminar sugiriéndoos algo muy sencillo: que cada día dediquemos un momento a orar por ellos. El poder de la oración es inmenso y nunca sabemos hasta dónde puede llegar un simple Ave María rezado con fe y con entrega por aquel sacerdote que en ese momento pueda estar necesitando aliento, esperanza, fortaleza.
Reina y Madre de los Sacerdotes, ruega por ellos. Amén.
Balbi
Del blog "todoerabueno", nos traemos este vídeo grabado anoche en la plaza de S. Pedro, momentos antes de iniciarse la Vigilia, preparatoria para la clausura del año sacerdotal. Qué entusiasmo...
6 comentarios:
David, siempre daremos gracias al Señor, por estar en esta nuestra casa, la parroquia de Sonseca.Te queremos, como bien dices por cómo eres, pero sobre todo porque eres SACERDOTE...nunca lo olvides eres "elegido" por el Señor, para como bien dices ser su testigo, y derramar en este mundo que nos toca vivir, mucho amor.Que nuestra madre de los Remedios te acompañe siempre.
Gracias don David y como dice un cura de la familia "que Dios me le bendiga siempre".Y gracias,Balbi.Lo que escribes trasmite la emoción que has sentido en la peli,ya la están poniendo en mi pueblo.Iremos.Puedes decir a los Davides eso del paquete espiritual del que ya no salen por mucho que "su" año haya terminado.Un abrazo sonsecanos mios,M.A
Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación,
por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes
por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes
que me son másqueridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido
y que me dieron tu Cuerpoy Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron,
me alentaron yaconsejaron,
a todos los sacerdotes a quienes me liga
una deuda de gratitud, especialmente a...
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón
y concédeles abundantes bendiciones
en el tiempo y en la eternidad! Amén
Con esta oración de Santa Teresita hemos rezado en este año sacerdotal por los sacerdotes y seguiremos rezando. Gracias Señor por ponerlos a nuestro lado como aliento de nuestras vidas...Gracias a D.josé, David C. y David S. por acompañarnos en estos momentos que os toca vivir con nosotros. No olvidéis estéis donde estéis SACERDOTES DEL SEÑOR POR Y PARA SIEMPRE.Familia López Martín
¿Que haríamos sin sacerdotes?. La verdad es que no lo sabemos, posiblemente tendriamos una vida más desorientada y con más quebraderos de cabeza. Gracias por vuestra amistad, cariño, comprensión y sobre todo por vuestro sacerdocio. Por servir de puerta que nos lleva a Xto, ¡que gran misión!. Cuantas confesiones, conversaciones que nos ayudan, que nos guian, que nos tiran cariñosamente de las orejas y tambien gracias por los buenos ratos que pasamos, las risas que echamos, que tambien es muy importante sentiros cercanos. Abrazos de la familia "numerosa" Rodriguez-Malo Gallego.
GRACIAS. MIL GRACIAS, por vuestro testimonio.
Vivimos de la gratuidad y la misericordia.
Un abrazo EN CRISTO.
Aunque se termine el año sacerdotal, estaréis siempre en nuestra oración. Ya sabéis: por nuestro párroco y sus intenciones, ... por David Casas, por David Sánchez... y sus intenciones....
Gracias porque a través de vosotros, Cristo se nos hace presente y nos sigue comunidando día a día su Gracia, su Amor, su Misericordia, su Perdón, su Palabra... GRACIAS
Pili
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