martes, 24 de enero de 2012

LIBRO RECOMENDADO

Fabrice Hadjadj, Tenga usted éxito en su muerte. Traducción de Sebastián Montiel. Nuevo Inicio.
En 2009 publicó La fe de los demonios, juzgado por Juan Manuel de Prada como "el mejor libro de teología divulgativa que se ha escrito en décadas".

Hablamos de Fabrice Hadjadj (Nanterre, 1971), un pensador francés de origen judío y criado por unos padres de ideología maoísta, que en 1998 se convirtió al catolicismo y desde entonces ha producido obras todas ellas de calado y profundidad, y que suponen ya una corriente propia dentro de la reflexión cristiana en estos inicios del siglo XXI. Es profesor de Filosofía y de Literatura y colaborador en el diario Le Figaro.

La editorial Nuevo Inicio, de Granada, un audaz proyecto del arzobispo Javier Martínez, está introduciendo su obra en España. Además de la citada, en 2010 publicó La profundidad de los sexos, un ensayo sobre el sentido moral profundo de la somaticidad y de la diferenciación sexual y las riquezas que esconde más allá de la trivialización relativista.

Y a finales de 2011 ha llegado Tenga usted éxito en su muerte. Anti-método para vivir, donde se confirma la capacidad de Hadjadj para afrontar los temás más comprometidos sin respeto alguno a las ideas ambientes, y con total respeto, sin embargo, a la sabiduría perenne de la religión.

La muerte como liberación
La idea central de esta última obra es conocida para la espiritualidad cristiana: el apego a los bienes de este mundo (materiales, pero también inmateriales, como la fama o el poder) hace más difícil el único momento cierto que sabemos ha de llegarnos alguna vez. La muerte, claro está.

 

En ese sentido, la obsesión por el triunfo en la vida no hace sino abocarnos a un fracaso en el tránsito a la vida de verdad. Hadjadj lo expresa sin ambages: "No hay fracaso más amargo que cuando la muerte viene a sorprendernos habiendo tenido éxito en el mundo". Y formula su paradoja: "Merece la pena preguntarse si no será mejor, en lugar de tener éxito, intentar ser pobre y desgraciado: la muerte llegaría entonces como una liberación".

Se trata, por supuesto, de una provocación intelectual al lector, pero recoge una inquietud que ya expresó San Agustín: "Hay cosas que Dios niega por clemencia y cosas que concede por cólera". Y a veces somos muy infelices cuando conseguimos saciar todos nuestros apetitos, porque entonces cualquier carencia mínima nos contraría.

Incluso la muerte, que es para el organismo vivo el máximo mal, puede ser en esa perspectiva un bien: "Por amarga que sea, se convierte en la última misericordia. Nos arranca la máscara, nos revela la falsedad en la que nos arrellanamos, nos tiende una última mano para que no nos hundamos del todo en la mentira y la frivolidad".

La alegría de la fe
Pero estas páginas de Hadjadj son todo lo contrario que sombrías o tétricas. Proclaman la alegría de saber vivir relativizando la vida, para encarar con la mejor disposición posible la puerta a lo absoluto que es el adiós a esta tierra: "La búsqueda de la felicidad es una búsqueda de la buena muerte".

Y la pregunta a la que nos responde este libro es la siguiente: "¿Qué tengo que hacer para morir bien? ¿Qué muerte debo preferir y qué existencia debo llevar en consecuencia?".

A partir de ahí, nos encontramos con el habitual recorrido de Hadjadj por el Antiguo y el Nuevo Testamento, por los hitos fundamentales de la cultura occidental, por personajes y situaciones de nuestros días. Cada uno de ellos es una palanca para hacernos pensar, y él sabe cómo pulsarlas todas.

De tal forma que Tenga usted éxito en su muerte no es (empezando por el título, con irónico sonsonete publicitario) un libro de espiritualidad, pero sí una refutación espiritual de las ideas más equivocadas de nuestra época, y una propuesta alegre de sus contrarias, todas radicadas y enmarcadas por la fe en Cristo Jesús.

Palabras que no pasarán
En otros tiempos, San Alfonso María de Ligorio podía escribir su Preparación para la muerte y se le daban las gracias. Hoy, alguno considerará el de Hadjadj casi una ofensa, un insulto a la "soberbia de la vida" que censura San Juan en su epístola (1 Jn 2, 16) pero que constituye el meollo de nuestra cultura antropocéntrica.

Da igual. Esas quejas son tan caducas como las hojas de otoño, mientras que las palabras contenidas en esta obra son tan eternas como el cielo cuyas puertas quieren abrirnos.
Publicado en ReL

2 comentarios:

mjbo dijo...

También ha publicado "La profundidad de los sexos, por una mística de la carne"; el que aconsejas lo tengo en espera.
Un abrazo

elpico dijo...

hueon quiero leerlo pero no lo encuentro pa descargar ...