viernes, 7 de agosto de 2009

... Y ENTRÓ LA CUARTA



Cuatro hermanas de sangre, en la clausura de Lerma
ALBA
29/07/2009

Inma Ripoll leyó esta historia ya al otro lado de los muros del monasterio. Hablamos con ella la noche antes de su ingreso. Dejaba familia, viajes, amigos, vida social… porque “Jesucristo está vivo y enamora a mujeres muy mujeres”, decía llena de paz. Mujeres como ella y sus tres jóvenes hermanas,que dedican su vida a rezar por “sus hijos”, que somos todos nosotros.
Parece que llevan la clausura en los genes, pero no. Han recibido y respondido a la llamada más personal. La última ha sido Inma. Es la segunda de siete hermanos y la cuarta que cuelga los vaqueros por el hábito. A sus 26 años, tenía trabajo, coche, una familia muy unida, muchos amigos y una gran afición por los viajes. Estuvo en México, Francia, Italia, Israel, Alemania, Gran Bretaña, EEUU…, pero por fin ha dado con su mejor destino. Y no está a la sombra de ninguna palmera, sino a la del claustro de un frío convento de clarisas de Burgos.
Su último trabajo fue como profesora de infantil en el colegio Aldeafuente deMadrid, donde estaba muy contenta. Su formación religiosa la recibió del Camino Neocatecumenal, al que pertenece toda su familia. “Ése es el Camino queme ha llevado a Cristo”, dice ella.
Había tenido dos novietes, “uno más formal”. Le encantaba conducir y, sobre todo, “salir con los amigos, ir a casa de uno y de otro”.
Una inquietud en el alma
Los que la conocen saben que no ha sido un pronto. Llevaba 8 años planteándoselo. Pero le preguntan de todo: por qué tan radical, por qué tan pronto, por qué monja… La respuesta viene de lejos. En una peregrinación a Israel cuando tenía 17 años, hizo un gran descubrimiento
. “En la casa de la Virgen en Nazaret escuché, leyendo el Evangelio: ‘He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra’, y me di cuenta de que el día que yo pudiera decir eso, sería feliz. Después, en la jornada mundial de la Juventud con Juan Pablo II en Roma, vi que el Señor me pedía ser monja de clausura, perome agobió. Durante ocho años tuve ahí la vocecilla del Señor, pero la acallaba bastante bien. Estaba convencida de que me iba a casar. Pero cuando acababa con un chico, me venía otra vez a la cabeza. Tenía una lucha increíble. Decía: ‘Dios no va a querer algo que no me gusta’”.
Pero este verano, estando de misiones en Uruguay, recibió el último empujón. “Allí una persona dijo: ‘Qué bonito es ver el espectáculo de los cristianos desde arriba; quien crea que esto es fácil, que haga como dijo Jesucristo: “Ve, vende lo que tienes y sígueme”‘. Sentí que yo estaba diciendo: ‘Qué bonito las monjas, qué bonito los misioneros… Todo muy bonito, pero a mí que no me toquen’.Y vi que así no podía ser feliz. Que con novio, con trabajo, con todo, estaba insatisfecha, porque tenía una llamada muy concreta -cuenta-. A la vuelta, un sacerdote, cuando le conté mis dudas, me mandó al sagrario: ‘Vete a tomar el sol’. Con los 15 minutos de oración decía: ‘Es que me aburro como una ostra’. Pero a los dos días se me hacía poco y empecé a preguntarle: ‘¿Qué quieres de mí?’. Antes yo le decía: ‘Señor, lo que quieras, menos monja de clausura’. Y así no podía contestar, porque no le daba libertad. Pero cuando le dejé, habló superclaro”.
Vida en clausura
Ahora estará ya haciendo vida de clarisa: empezando a rezar a las siete, recibiendo formación, haciendo repostería y partiendo la noche a las 2:30 para rezar
.Tantas veces he estado a las mil de la mañana por ahí… Y ahora me levantaré cuando muchos están tomando copas, quizá sin ver sentido a su vida o pensando abortar, para rezar por ellos“. Cuando sea novicia le cortarán el pelo. “A la gente es de lo que más le impresiona, pero a mí en absoluto”, dice.
En su familia le han enseñado algo muy claro: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas’.
Por eso sé que esto no no es un salto al vacío, sino a la fe. Yo he visto que mis padres se han fiado -asegura-: cuando han tenido otro hijo, cuando se han quedado en paro… Y Dios no deja en la estacada. Soy la mujer más feliz del mundo, desde que le dije que sí”. Es consciente de que todo esto no viene de ella: “Quien me conoce sabe que nunca he tomado una decisión seria en mi vida, porque siempre me ha dado miedo equivocarme, hacer daño a la gente, lo que los demás pensaran de mí… ¡Si yo para comprarme un pantalón necesito ir con mi madre!”. Pero allí está ‘la indecisa’, con tres hermanas naturales y 120 sobrenaturales, tan ‘hermanas’ como las primeras: “Yo no voy ahí a hacer piña con mis hermanas, para eso me quedaría fuera, voy a ser esposa de Cristo”, dice. Y, lejos de olvidarse del mundo, asegura que va a ocuparse de él. “‘¿Cómo una chica normal puede entrar en un convento de clausura?’, nos preguntan. Porque Jesucristo está vivo, es hombre y enamora a mujeres muy mujeres‘. Pero si fuéramos para ser felices solas, sería absurdo. Hay quien dice: ‘Os encerráis, despreciáis el mundo, no os importa nada’. Pero nos consagramos por el mundo, por nuestros hijos, que sois vosotros, por los que rezamos día y noche“.
Asegura que Lerma es una casa de esperanza, una puerta abierta al que se quiera acercar:
“A cualquiera que toque el timbre se le escucha, se le habla, se le atiende. Quien quiera conocer a Jesucristo, ahí está y el que lo conozca, que venga a contarnos”.
“Para la familia es un ‘shock’”
Es la última noche que Inma pasa en casa. Aunque emocionada por la inminente despedida, su madre está serena:
“Dentro del dolor de la separación, estamos muy contentos. Hoy es un día complicado. Una tomó los hábitos hace año ymedio y desde junio hasta ahora han entrado las otras tres. Lamás pequeña, con 18 años. Con la primera lo pasamos mal. Una hermana me dijo que teníamos que aprender a ser padres de una monja de clausura. Yo no lo entendí -recuerda-. Pero poco a poco vamos viendo que el convento te sostiene, que tienes una fuerza que no viene de ti. Con la segunda empezamos a ver que es una bendición verlas tan felices, cómo hablan de que Jesucristo las ha enamorado como Dios y como hombre… Cuando Inma decidió entrar también, en la familia fue un shock. Si yo me meto en la cama y empiezo a pensar si las voy a ver, si tienen frío… me da como un ‘yuyu’, pero Dios nos permite vivir hoy y ver que es una bendición que no nos merecemos. Nosotros somos unos pobres hombres a los que nos ha tocado la lotería, hemos sido un instrumento, porque Dios elige a quien quiere”.
Cuenta que ella le encontró hace tiempo a través del Camino Neocatecumenal, cuando estaba apartada de la Iglesia.
“Mi marido y yo tuvimos siete hijos, no sin dificultades porque han sido casi todo cesáreas, hemos tenido un hijo con cáncer…Y ellas han tenido una experiencia de oración profunda, de rezar por su hermano y de ver cómo Dios, en algo que se supone que te destruye, te mantiene contenta. Ahora están bien…, pero eso les marcó mucho”.
“Todas las noches pregunto: ‘¿Por qué, por qué, por qué?, pero no tengo explicación -dice-. Y hay momentos en los que dices: ‘Señor, éstos no eran mis planes. Como padres, sería una estupidez decirte que no hay momentos en que lloramos, claro que lloramos, humanamente no es fácil, pero nos encontramos sostenidos por su oración’“.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Completo esta entrada diciendo que hay una quinta hermana preparandose para ir a Lerma si es que no ha entrado ya.Asombroso y maravilloso.M.A

Anónimo dijo...

Esto para mi es una historia de amor maravillosa y que me ha tocado personalmente ahora que una hermana mia entrara el mes que viene a este CONVENTO. Lo que Dios ha hecho en la vida de todas estas mujeres es verdaderamente el rostro de Dios y de su amor y misericordia para con todos nosotros.
Gracias por compartir este blog que me ayudado tambien a mi a ver que no estoy perdiendo a mi hermana mas bien mi hermana ha encontrado el amor y no hay nada mas maravilloso que eso en la vida.