El cariño es una de las
manifestaciones externas del amor que, administrado sabiamente, ayuda a la
santidad interior y a establecer vínculos profundos.
Quienes han recibido un
caudal abundante de amor gozan de una seguridad interior y muestran una
capacidad creciente para manejar las situaciones críticas de la vida sin ser
vencidos por el agotamiento o por el estrés.
Además, parecen tener
un combustible interior que les da la fortaleza necesaria y la creatividad para
alcanzar sus metas.
Los Evangelios están
colmados de gestos de cariño de parte de Jesús hacia quienes sufren. Nosotros
podemos repetir esos gestos y recibir este nutriente afectivo de parte de Dios
por medio de la oración contemplativa que, apoyándose en esos episodios
bíblicos, nos ayuden a situarnos en el lugar de los personajes
bíblicos.
Las aguas torrenciales
no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Si alguien ofreciera toda su
fortuna a cambio del amor, tan solo conseguiría desprecio. Cantar 8,
7.
1 comentario:
tengo que dar muchas gracias a Dios por el Cariño lleno de sabiduria que siempre he recibido....me das una oportunidad de dar Gloria a Dios...ahora se trata de saber a traves de la Gracia transmnitirlo con sencillez y alegria.....
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