viernes, 29 de mayo de 2009

DON DE CIENCIA


"En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto
no puede ver el reino de Dios"
(Juan 3,3)
A los hombres modernos la ciencia nos suena a gente metida en laboratorios averiguando cosas con las luces de la inteligencia humana...y a veces, sin querer, más luz que esa. La ciencia del Espíritu Santo es también una luz para ver las cosas, pero para ver las cosas como Dios las ve.
"La creación es la obra preciosa del amor de Dios que quiso que compartieran las cosas su gloria...es la luz de Dios derramada en todas las cosas".
Desgraciadamente sabemos que no es solo la gloria de Dios lo que vemos cuando miramos la vida; vemos también el sufrimiento, la fealdad, la deformidad, el odio...incluso las cosas más bellas nos sumen en la melancolía porque pasan : pasa la juventud, pasa la belleza, la flor muere, el ser humano amado con pasión muere y no parece quedar más que unos huesos secos en un cajón.
Vista así la vida parece más una maldición que una bendición, más tiniebla que gloria de Dios.Y es que el mundo está herido de pecado, herido de muerte. Muchos hombres no han tenido nunca más visión que ésta, y por eso no deberíamos juzgar facilmente a los que no tienen fe, quizá ante este espectáculo no han podidod creer en Dios porque lo han visto como una sombra que niega su auxilio ante la desesperanza humana. Si somos sinceros encontraremos circunstancias de la vida en que también nosotros hubiéramos podido creer que Dios es implacable o que quizá no exista.
" Pero, y aquí viene el don de Ciencia, sabemos que esta creación, herida de muerte, ha sido tocada por la gracia de Jesucristo, que no solo toca el corazón del hombre y su existencia, sino a toda la creación". La luz de la resurrección del Señor, la luz de la Pascua, ha vuelto a iluminar las cosas con la belleza inmensa en que fueron creadas y aún mucho más...las han revestido de la gloria de la resurreción; ha herido al universo de amor, de belleza, de luz.
Para la mirada de Dios, que es la mirada verdadera, ya no hay tiniebla ni muerte:
" La flor no muere para el que cree en la resurrección de Cristo, ni el arbol, ni la nube, ni la luz, ¡ni el hombre! Y si Dios nos da este poder ver las cosas así, entonces la muerte ha desaparecido de toda la creación, y esta es la maravilla del don de Ciencia", que Dios puede darnos esa visión y quien yo amo no muere, sino que vive y vivirá para siempre, y todo lo que yo amo, vive para siempre, y todos los instantes felices de mi vida, viven para siempre y todo se transforma en gozo y gloria de Dios y esto no es un sueño sino que es la verdad de las cosas.
"¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?
¿ donde está, oh muerte, tu aguijón?"
(1 Corintios 15,55)
Y con esta visión nueva nos vemos a nosotros mismos- y somos maravilla- y vemos a nuestros hermanos- y son maravillosos- y podemos alabar con gozo: " si ves mal a tu hermano es que no aprecias bastante la muerte del Señor, si ves mal la creación es que, para ti, todavía Cristo no ha resucitado. ¡ Que el Espíritu Santo derrame sobre todos nosotros esa luz gozosa!.
Pedro Reyero O.P.

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