viernes, 17 de abril de 2009

NUESTRO DIOS ES DIOS DE VIDA

María Vallejo Nágera está presentando un nuevo libro. En esta ocasión se trata del testimonio de una mujer a la que Dios ha dado la vuelta como se le da a un calcetín.
Nuestro Dios puede transformar la muerte en VIDA.
Aquí tenéis el testimonio de la escritora.


1 comentario:

Germán dijo...

¡Señor, estás vivo y Resucitado!

¡Qué afortunados somos hermanos! Tenemos el mayor de los tesoros y una alegría que nadie puede arrebatarnos.
Una vez más -y ya son innumerables- no puedo explicar con palabras lo que hemos vivido esta Pascua. Lo que sí puedo afirmar es que de ella hemos salido renovados, hombres nuevos unidos en la alegría y en la esperanza de quienes no sabemos salvados, justificados por pura gracia de Dios.
No puedo dejar de darte gracias Señor por el chorro de amor tan caudaloso que estás derramando en nuestra Parroquia, en nuestra comunidad, en nuestras familias, en nuestras vidas.
Las caras resplandecientes, los ojos chispeantes, las canciones oraciones vivas, la paz en el Espíritu de Cristo Resucitado, la alegría por los nuevos bautizados, por nuestros sacerdotes, por tu Santa Iglesia.
Cada petición, cada oración, cada palabra tuya ha penetrado en nuestros corazones sedientos de ti Jesús.
La borrachera de Espíritu Santo que nos has regalado gratuitamente es signo más que evidente de tu presencia real y resucitada entre nosotros. Un Dios que, siendo Padre, nos ama con entrañas de madre, que nos acepta tal y como somos, que solo quiere que le dejemos amarnos. Una mirada lo expresaba todo, un cariño expresado desde nuestra humanidad pero que es sobrenatural y que brota del manantial inagotable de su Amor.
Hermanos, gocemos del Señor, de su Amor Infinito que rebosa en nosotros por todos los poros de nuestra piel, llenémonos de su Agua Viva y demos gracias al Señor porque es Bueno y porque es eterna su misericordia.
Y junto al gozo no dejemos de anunciar y proclamar a los cuatro vientos que Cristo está Vivo, que lo hemos visto con los ojos de la fe y que es la mayor de las certezas.

Germán.