El Año Sacerdotal debe servir para redescubrir belleza e identidad del sacerdocio
La Congregación para el Clero presentó una carta dirigida a los obispos del mundo en la que recuerda que el Año Sacerdotal, decretado por el Papa Benedicto XVI para celebrarse entre el 19 de junio de 2009 y el 19 de junio es 2010, es una ocasión para "redescubrir la belleza y la importancia del sacerdocio y de los ordenados" así como para la promoción de las vocaciones.
En el texto firmado por el Prefecto de esta Congregación y el Secretario, Cardenal Claudio Hummes y Mons. Mauro Piacenza, respectivamente, se invita a celebrar el Año Sacerdotal, en el 150 aniversario de la muerte del Patrono de los Párrocos, San Juan María Vianney, en todas las diócesis, promoviendo celebraciones análogas a las del Santo Padre en Roma, en toda las catedrales, santuarios e iglesias significativas de todas las diócesis con los sacerdotes y fieles.
La carta señala también que este Año jubilar es una ocasión para sensibilizar a "todo el pueblo santo de Dios: los consagrados y las consagradas, las familias cristianas, los sufrientes; y sobre todo los jóvenes que son tan sensibles a los grandes ideales, vividos con auténtico arrojo y constante fidelidad".
La Congregación para el Clero presentó una carta dirigida a los obispos del mundo en la que recuerda que el Año Sacerdotal, decretado por el Papa Benedicto XVI para celebrarse entre el 19 de junio de 2009 y el 19 de junio es 2010, es una ocasión para "redescubrir la belleza y la importancia del sacerdocio y de los ordenados" así como para la promoción de las vocaciones.
En el texto firmado por el Prefecto de esta Congregación y el Secretario, Cardenal Claudio Hummes y Mons. Mauro Piacenza, respectivamente, se invita a celebrar el Año Sacerdotal, en el 150 aniversario de la muerte del Patrono de los Párrocos, San Juan María Vianney, en todas las diócesis, promoviendo celebraciones análogas a las del Santo Padre en Roma, en toda las catedrales, santuarios e iglesias significativas de todas las diócesis con los sacerdotes y fieles.
La carta señala también que este Año jubilar es una ocasión para sensibilizar a "todo el pueblo santo de Dios: los consagrados y las consagradas, las familias cristianas, los sufrientes; y sobre todo los jóvenes que son tan sensibles a los grandes ideales, vividos con auténtico arrojo y constante fidelidad".
El obispo de Huesca-Jaca, Monseñor Sanz ha escrito una carta con motivo de la celebración de este año sacerdotal y extraemos estos párrafos.
"El santo cura de Ars es el patrono de los sacerdotes. En su año jubilar tenemos un motivo para renovar nuestra ilusión ministerial. Que no tenga cabida la soledad que aísla, ni la amargura que nos hace pobres hombres sin alegría, ni la relajación que mundaniza nuestra mente y seca el corazón. Es verdad que me he encontrado curas que habiendo descuidado su vida, su espiritualidad, su comunión con la Iglesia, su sincero afecto por el Señor y su entrega generosa a las personas que se les confió, llevan una vida triste y una triste vida, llena de un vacío que no sirve ni para ellos mismos.
Pero me he encontrado, y muchísimo más, con curas llenos de ilusión, con ganas de seguir trabajando por Dios y por los demás, cuidando todo lo que implica una vida sacerdotal por dentro y por fuera; curas que rezan, que estudian, que se dan de veras a quienes como ministros del Señor están sirviendo; que aman a la Iglesia a la que nunca pretenden dar lecciones; que están dispuestos y disponibles para lo que Dios precise y la diócesis esté necesitando de ellos. Curas muy jóvenes o tal vez con muchos años, sanos o enfermos, que dan ese testimonio sencillo y precioso de seguir en la brecha, con buen humor y mucho amor, sin poner ningún precio a su tiempo".
1 comentario:
Pidamos por nuestros sacerdotes y todos los sacerdotes del mundo, si os sirve esta oración de santa Teresita:Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación,
por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes
por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes que me son más
queridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo
y Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y
aconsejaron,
a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud,
especialmente a...
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles
abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad!
Amén
Pues lo dicho a orar por ellos....
Tere
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