domingo, 31 de julio de 2011

MARTA ROBIN, UN EXTRAORDINARIO MILAGRO

Cómo logrará vivir esta mujer sin comer, ni beber y sin dormir ni un solo día en años?, ¿quién avitualla clandestinamente a esta mujer?, ¿dónde está el truco de esta gran ilusionista? Un caso tan extraordinario era normal que atrajera a tantos curiosos y que interpelara a creyentes y no creyentes.

Estigmas en pies y manos
No logra ver. Es incapaz de distinguir objetos y no soporta la más mínima claridad. Sus brazos permanecerán rígidos de por vida salvo una ligera movilidad en las falanges de sus dedos. Su cabeza está como sin vida, sin posibilidad de girar a izquierda o derecha, y las piernas quietas, como plegadas sobre sí mismas, sin la más mínima acción. Además, todos los viernes se le aparecen estigmas en pies y manos. También en el costado derecho junto a la línea mediana. Y la mayoría de esos viernes aparecen unas llagas que sangran. Apenas podía moverse en la cama. Estaba como inmóvil. Un caso extraordinario, único.

Apenas tenía cultura
Se llamaba Marta Robin, y era una campesina francesa que nació el 13 de marzo de 1902 en el departamento de la Drôme, en Châteauneuf-de-Galaure, cerca de los Alpes, y murió el 6 de febrero de 1981. Nunca abandonó la casa paterna. Marta era una sencilla mujer que tenía como talento más destacado el de bordar. No tenía gran cultura. Apenas leía y no había recibido clases de teología o filosofía. Era una chica de campo.

100.000 personas hablaron con ella
Sin embargo, a su casa llegaban cada día decenas de personas que querían hablar con ella para pedirle consejo, una palabra de esperanza o, simplemente, un consuelo… Ministros, médicos, jueces, obispos, empresarios, campesinos, todos querían recibir una solución a las preocupaciones que llevaban consigo. A su casa entraban todos. También los pobres y marginados. Y los niños, por supuesto, que solían trepar por la cama. Se calcula que más de 100.000 personas pudieron hablar con Marta a lo largo de su vida.

Su trabajo era recibir a la gente
Marta permanecía todo el día en su oscura habitación, con las cortinas corridas, haciendo de freno a cualquier rayo de luz que se intentará colar. Siempre inmóvil, recostada en una cama de metro diez, con un par de almohadones que elevaban su espalda y sujetaban la cabeza, y con la mano derecha sobre la barriga. Las piernas en forma de M mayúscula, vueltas sobre sí misma y los muslos ligeramente doblados sobre la pelvis.
Sin probar en todo el día ni comida ni bebida. Sin dormir ni poder ver. Vivía en una permanente oscuridad. Su trabajo era «recibir», y sus visitas apenas vislumbraban su cara. Marta Robin era sobre todo voz. Quienes la conocieron dicen de ella que modulaba gran cantidad de sonidos. Su voz podía pasar con gran facilidad de infantil, juguetona, tímida, dulce o melosa, a firme, voluminosa o directa. Lo que más
sorprendía a los visitantes era ese cambio, a veces, brusco, del registro de voz.
Consejos para todos
Con los políticos hablaba de sus cosas, o sea, la gestión de lo público, las batallitas de unos y otros, lo de siempre; con los obispos, de los problemas de conciencia que le traían. Con los campesinos y ganaderos de sus quebraderos de cabeza con las cosechas, la venta de los terneros, la leche de las vacas, en fin, lo del campo.

Nada de echadora de cartas
Solía repetir: «No pertenezco al sindicato de las echadoras de cartas». Y era verdad. No era ni una pitonisa o ni una curandera. Muchos la definieron como mística. Una «Catalina Emmerich» del siglo XX. Una mujer capaz de hacer coincidir en su persona el cielo y la tierra. En cierta ocasión, una de sus visitas, tras hablar con ella unos minutos y contarla sus preocupaciones, exclamó: «Fuera no hay más que problemas. Junto a ella no hay más que soluciones, ¿por qué será así?».

Los pies en la tierra
Aunque podía estar en un plano sobrehumano, tenía los pies en la tierra. A veces recomendaba a algún amigo que la frecuentaba: «Cierre la puerta de su casa y hágase el enfermo, que lo veo cansado». Otras, se preocupaba por lo difícil que era para los labriegos ganar un jornal. El filósofo Jean Guitton, asiduo a la compañía de Marta, llegó a decir: «Cada uno en aquella habitación se sentía unido a sí mismo, a los otros y a Dios».
Curiosos y médicos
Entre las miles de visitas que recibió Marta muchas tenían un ingrediente detectivesco. ¿Cómo logrará vivir esta mujer sin comer, ni beber y sin dormir ni un solo día en años?, ¿quién avitualla clandestinamente a esta mujer?, ¿dónde está el truco de esta gran ilusionista? Un caso tan extraordinario era normal que atrajera a tantos curiosos y que interpelara a creyentes y no creyentes. Decenas de médicos, muchos de ellos ateos, pasaron por su habitación para diagnosticar una locura, un estado de ansiedad desproporcionado o cualquier otro tipo de enfermedad mental. Pero nada de nada. La ciencia no fue capaz de explicar que le pasaba a esta pequeña campesina.

El día a día de Marta
La «semana» de Marta comenzaba los martes con la Eucaristía. No lograba tragar la hostia que se le colocaba en la boca. Era absorbida sin que ella pudiera engullirla. «Es como si un ser vivo entrará en mí», decía Marta. A partir de ahí entraba en un estado de éxtasis que podía durar horas. «Después de comulgar sucede que siento una renovación pero no necesariamente en cada ocasión, pues puede ocurrir también fuera de la comunión». En otro momento comentó: «Tengo deseos de gritar a los que me preguntan si como, que yo como más que ellos, pues yo me alimento en la Eucaristía

El jueves revivía la Pasión de Cristo
El jueves era el otro día «grande» para Marta. Revivía semanalmente la Pasión. Sus ojos comenzaban a llorar sangre, uniéndose así a las llagas de sus manos, pies y costado que tampoco cesaban de expulsar líquido durante todas las noches de la semana.

A las veintiuna horas, con la puntualidad que marca un reloj, comenzaba a murmurar débilmente: «Padre mío, Padre mío, que se aparte de mí este cáliz, pero que se haga tu voluntad». A continuación se producía como un gemido o una melopea melódica en tres notas, que, según los presentes, «podía compararse a los pequeños gritos que da un recién nacido».

La Pasión contada por el sacerdote que le atendía
El Padre Finet, fiel colaborador de Marta, y testigo de esta Pasión semanal, cuenta su experiencia: «Yo volvía el viernes hacia las dos de la tarde. Para reproducir las tres caídas de la Pasión, Marta había sido movida. Yo la tornaba a su posición; ponía su cabeza en la almohada. Esa cabeza caía sobre el cojín, donde ordinariamente había un chal blanco. Añadiré que, en el momento de la estigmatización, a comienzo de octubre de 1930, Jesús, no sólo la marcó aquel día con los estigmas en los pies, las manos y el costado derecho, sino que además le encasquetó su corona de espinas profundamente en la cabeza, y Marta se puso a sangrar no sólo de los pies, manos y costado, más igualmente en toda su cabeza; y comenzó a verter cada noche lágrimas de sangre. Fue en ese momento cuando Jesús le dijo que la había elegido para que ella viviera su pasión más que nadie, después de la Virgen, y que nadie después la viviría más totalmente. Jesús añadió que cada día aumentaría más su sufrimiento y que, por esto, no dormiría jamás durante la noche».

Volved con nosotros
A la hora que llegaba el Padre Finet, el viernes, se cerraba el ciclo de la Pasión. Marta, que hasta el momento había lanzando continuos gemidos de dolor, cesaba sus quejidos y repetía las palabras de Jesús en la Cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu». En ese momento daba un profundo suspiro para quedarse completamente inmóvil, sin apenas respiración. Tras dos horas como muerta, Marta volvía a gemir. Esos gemidos se prolongaban hasta la tarde del lunes. A partir de ahí, y hasta el martes, Marta entraba en un éxtasis del que salía con dificultad y con ayuda del Padre Finet: «Hija mía, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por María, madre nuestra, os lo ordeno: volved a nosotros».

Sufrimientos morales, sobre todo
Marta solía comentar que sus sufrimientos físicos no podían compararse con los padecimientos que sentía en el orden moral. La Pasión de los viernes era para ella como una entrada en las tinieblas que le provocaba una gran desolación. De alguna manera sentía que representaba a la humanidad del siglo XX que había oficializado la ruptura con Dios, y experimentaba en su propio ser ese abandono.

Una historia ocultada
Al morir Marta en 1981, pocos fueron los que se enteraron, y menos la prensa. Otra historia ocultada. Lo extraordinario de su caso lo dejó dictado: «Mi ser ha sufrido una transformación tan misteriosa como profunda. Mi felicidad es divina. Y, ¡cuánta agonía de la voluntad para morir a mí misma! Jesús se hacia tan tierno para un alma sangrante, tomando sobre él todo lo penoso de la prueba, dejándome el mérito de seguirle sin resistencia».

Alex  Rosal para ReL

sábado, 30 de julio de 2011

EVANGELIO DEL PRÓXIMO DOMINGO

Evangelio
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por tierra desde los poblados. Al desembarcar, vio Jesús una multitud, se compadeció de ellos y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde; despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida».
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».
Les dijo: «Traédmelos».
óa la gente que se recostará en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños
.
Mateo 14, 13-21
 
De la oración, a la compasión

AñadLos panes y los peces. Mosaico de la iglesia
de Tabgha (Galilea), que evoca el milagro
ir leyenda

 
Como no se puede desperdiciar absolutamente nada de lo escrito en los evangelios, les recomiendo que se fijen bien en todo lo que sucede en esta jornada de Jesús, a la que nos estamos acercando. Al leer el texto de corrido, es posible que toda nuestra atención se fije en el momento más espectacular, que no es otro que la multiplicación de los panes y los peces. Antes, sin embargo, ha sucedido algo decisivo para lo que Jesús hará después. Con sus discípulos, Jesús está junto al lago de Tiberiades, que conoce como la palma de su mano. Por eso elige un sitio tranquilo y apartado. Se va a ese lugar para el silencio y la oración. De hecho, no es ésta ni la primera ni la última vez que lo hace; al contrario, en Él es una práctica habitual: en el silencio cultiva su comunicación con su Padre. En realidad, en la vida de Jesús todo pasaba por la oración. Se trata, por supuesto, de una oración para mejor vivir el amor y el servicio. Por eso, tras la oración, le vemos siempre abierto a los otros.
Por ejemplo, en esta jornada que comentamos, de la oración pasa a la compasión: «Vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos». En los milagros expresa toda la fuerza de su misericordia, la que ha cultivado en su encuentro con el Padre misericordioso. Se puede decir que los milagros nacen en el corazón de Cristo, siempre unido en el amor al de su Padre, que es un corazón para los pobres. En este caso, Jesús, como dirá san Ignacio de Antioquia, muestra su compasión «como médico de los cuerpos y de las almas».
Pues bien, con estos precedentes llegamos al milagro de la multiplicación de los panes y los peces. También éste lo provoca la compasión del Señor hacia la multitud que le sigue. Ante la sugerencia de los discípulos de que despida a todos, Jesús les dice: «Dadles vosotros de comer», pues no está bien que os queráis quitar de encima a tanta gente hambrienta. Al contrario, debéis hacer algo por ellos. Y así fue: con sus cinco panes y dos peces, es decir, con la cooperación de los discípulos, Jesús alimenta a los cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. A todos los reunirá y, tras bendecir el alimento, por medio de sus discípulos, que hacen el reparto, Jesús satisface el hambre de aquella gente. Y lo hace, en efecto, con la contribución de nuestra generosidad.
ús nos está diciendo que la Iglesia es la pradera universal y fraterna que ha de sentar a todos los necesitados de alimento espiritual y material. Esos comensales alimentados por Jesús representan el gran sueño de una Humanidad en la que cada uno recibe lo que necesita. Es decir, representa la tarea de los cristianos de contribuir a un mundo más justo y con más amor entre los seres humanos. De hecho, la Iglesia sigue escuchando el mandato de Jesús de dar de comer al hambriento, y por eso sigue haciendo cada día milagros de caridad. Eso sucede porque los cristianos alimentan su fe en la oración; pues es en el corazón de Cristo donde se carga el nuestro de compasión y generosidad.
+Amadeo Rodríguez Magroobispo de Plasencia

viernes, 29 de julio de 2011

LA JMJ PARA TODOS


A las 20:30 en la Parroquia, tendrá lugar el funeral por el alma de D. Martín Martín-Tereso.

Y eso es lo que trata de reconocer desde hace ya trece años la Asociación Edad Dorada-Mensajeros de la Paz. Cada 26 de julio, y coincidiendo con la festividad de San Joaquín y Santa Ana, abuelos del Niño Jesús, promueve la celebración del Día de los Abuelos, un «homenaje a todos esos hombres y mujeres que tanto nos han dado», señala el padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz.
La iniciativa busca además sensibilizar a las familias respecto a la importancia de la figura de los abuelos, para que se les valore y otorgue el respeto y el cariño de su entorno. No obstante, la festividad de los abuelos pretende también ser una llamada de atención a las administraciones públicas sobre las necesidades y carencias que sufren las personas mayores, tan importantes y necesarias en nuestra sociedad, aunque muchas veces no se les de la importancia que deberían tener.


Punto de encuentro
Incidiendo en esa relación tan especial que debe existir entre nietos y abuelos, la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Madrid del 16 al 21 de agosto, ha creado el club de los abuelos de la JMJ, un punto de encuentro entre jóvenes y mayores. El único requisito es ser abuelo o mayor de 60 años, y su cometido, animar a sus nietos para que se inscriban como peregrinos o voluntarios de la JMJ e incluso ofrecerse ellos mismos como voluntarios para un evento que reunirá a más de un millón y medio de jóvenes católicos en la capital de España.
Una de esas abuelas es Maximina, de 79 años, que, junto a su nieta Marina, de 20, reivindica un papel protagonista para los mayores como pilar de la familia y de la sociedad en general. Cuestionada sobre las diferencias entre los jóvenes de su generación y los de ahora, Maximina considera que, en esencia, «son iguales, con las mismas ilusiones, ideales e inquietudes» y se muestra orgullosa de que sus nietos vayan a participar como voluntarios en la JMJ. Lo que sí que cree que ha cambiado es la valoración que se hace actualmente de los abuelos. «Se desprecia mucho la experiencia y a la gente con edad», lamenta.
No obstante, afirma que éstos están siendo «un apoyo muy grande para la sociedad y para las familias», aunque no se esté valorando adecuadamente. En la misma línea se pronuncia Marina, que apunta que se debería tener a los abuelos «más como referencia», pues son la voz de la experiencia», y se queja de que eso se está perdiendo. «Siempre están ahí apoyando, y eso hay que valorarlo», concluye la joven, que ve en su abuela Maximina un ejemplo a seguir de «constancia, trabajo y cariño».

jueves, 28 de julio de 2011

LOS LUGARES DE LA JMJ

PARA QUE SE NOS VAYAN HACIENDO FAMILIARES

martes, 26 de julio de 2011

MÁS DE "JMJ"

Sólo en los preparativos, sin que se haya celebrado, la JMJ de Madrid ha cambiado muchas vidas. Esta es la historia de Verónica Clara Montes una joven que vio su vocación al recoger la Cruz de la JMJ de manos de los jóvenes australianos, para empezar a recorrer toda la geografía española.

Como por una casualidad Verónica Clara sería una de las jóvenes elegidas para acercarse al altar y recibir la Cruz de la JMJ en la Semana Santa de 2009, en Roma.

A continuación el testimonio de esta joven, hoy Hermana de Iesu Communio, que desde su convento apoya la Jornada Mundial con su oración:

“Durante la JMJ del 2005 celebrada en Colonia pude convivir con muchos cristianos. La experiencia me hizo comprender que el cristianismo no es una utopía, sino una realidad viva. Descubrí la belleza de ser cristiana y, desde ese momento, decidí participar en todo lo que me ofreciera la Iglesia.
Y así un día, mientras revisábamos en el grupo de jóvenes de la parroquia el plan del viaje a Roma durante la Semana Santa del 2009, me dijeron que yo sería una de las jóvenes elegidas para acercarme al altar y recibir la Cruz de manos de los jóvenes de Sídney. Se me concedía el don de ser una de las que tomaban el testigo directamente de los jóvenes de Sídney.
‘¿Por qué a mí, Señor?’. Esa fue la pregunta que surgió en mi corazón, pues me parecía algo grande, muy grande para mí. En cuanto pude, fui a la capilla y supliqué a Jesús: ‘Señor, no permitas que reciba tu Cruz como si fuera cualquier cosa’.
Llegó el Domingo de Ramos, entramos procesionalmente en la Plaza de San Pedro con el Santo Padre, que bendijo las palmas. Al final de la Eucaristía, nos acercamos al altar jóvenes de Sídney y de Madrid y, en el momento en que dejaron caer la Cruz sobre nosotros, sentí en mi corazón: ‘Acoges el sufrimiento de la humanidad’. No sabía qué significaba esto ni qué transcendencia podía tener en mi vida. Aunque algo asustada, no lo conté a nadie. Mis amigos me preguntaron qué había sentido, y solamente pude esbozar media sonrisa y decir: “Muy bien”. Pero… ¿por qué el Señor me había hecho sentir esas palabras?
Esa misma Semana Santa, después de años de intensa lucha con el Señor porque intuía su llamada, pude decir un sencillo sí a su voluntad, lo que cambiaría mi vida. Después de ese sí, el Señor me fue mostrando, muy poco a poco, que me quería exclusivamente para Él. Desde que ingresó mi hermana Caná en el Monasterio en el año 2000, precisamente porque me quedé profundamente impactada, empecé a pedir al Señor: ‘¡Yo monja, no!’, para acabar finalmente mendigando la entrada en lo que hoy es Iesu communio, instituto religioso en el que comencé el postulantado en octubre de 2009.
Hoy, a la luz de esta llamada, puedo entender lo que Jesús me hizo sentir en la Plaza de San Pedro. Me llamó a estar con Él, a vivir feliz la consagración y a acoger el sufrimiento de la humanidad. Él me eligió para hacerme feliz y participar de su sed y de su anhelo: que ninguno se pierda y todos tengan vida.
Gracias, Madre Iglesia, que nos engendras a vida nueva”.

Iesu Communio es una congregación religiosa católica fundada por la religiosa clarisa española Sor Verónica en La Aguilera (Burgos). Actualmente está formada por 203 religiosas, la mayoría de ellas entre 18 y 35 años.

lunes, 25 de julio de 2011

SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APOSTOL

Raimundo es un miembro vital de nuestra parroquia. es el que se encarga de pasar por al banco los recibos de las domiciliaciones, o sea, que si se despista no cobramos (aunque tiene algún buen ayudante). El muy perezoso se está pasando el verano en la cama, aunque no lo hace por gusto, sino que está encerrado con su mujer en una habitación de un hospital (no, no son del 15M ni reivindican nada), esperando el autotrasplante de médula. De momento un par de médicos forzudos le han dado una paliza y le han dejado las defensas a cero. Mientras tenía defensas estaba hecho polvo, pero ahora que está sin ellas está bastante mejor (siempre ha sido muy rarito). Ahora le quedan unos cuantos días malos, pero seguro que con vuestra oración irá mucho mejor. Seguro que si consigue un Gin-Tonic la cosa va de maravilla (creo que ha montado una red de tráfico de Mahou en el hospital a escondidas de su mujer).
“Pedro y los apóstoles replicaron: -«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.” Los apóstoles también se quedaron con las defensas a cero… y así vencieron. Aunque a los ojos de los demás era una derrota la Iglesia fue extendiéndose por todo el mundo conocido, regada por la sangre de los mártires. Es cierto que en la vida hay que prepararse y formarse, estudiar y conocer a fondo nuestra fe para dar razón de nuestra esperanza, pero también es cierto que es el Señor el que nos defiende y dice la última palabra. Cuando no tenemos defensas sale en nuestra defensa el Espíritu Santo.
Este día de Santiago, mirando España, uno puede sentir cierta pena de cómo se han ido perdiendo las costumbres cristianas y como nos quieren desarraigar de el anuncio que el Apóstol hizo por nuestras tierras. Da pena, por lo débil que es nuestro anuncio, por habernos acostumbrado en ocasiones a una fe acomodada y en cierta manera burguesa. Da pena por tantos que ahora presumen de agnósticos, ateos y principalmente de ignorantes. Da pena, pero a la vez tengo la seguridad que el Espíritu Santo vendrá en ayuda de nuestra debilidad. El día que dejemos de creernos que nosotros podemos y confiemos más en Dios España volverá a sus raíces cristianas y marianas. “Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.” Creí, por eso hablé. ¡Cuántos silencios hay que romper! ¡Cuántas bocas calladas por falta de fe y demasiada confianza en nuestras defensas!.
«El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.» Ahora es tiempo de servir y no de servirse.
La Virgen animó en Zaragoza al Apóstol Santiago a seguir anunciando el Evangelio, que ella sea nuestro ánimo ante las dificultades y ojalá la Jornada Mundial de la Juventud nos traiga el aliento del Papa para tener nuestras defensas a cero y dejar hacer al Espíritu Santo. Y Raimundo y Teresa… ¡a por todas!
Comentario a la liturgia del día de www.archimadrid.org

sábado, 23 de julio de 2011

DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

De precios y de ofertas: el Reino (Mt 13,44-52)

            En un mundo de competitividad como el nuestro, puede resultar extraño ver a Dios que salta al mercado de las ofertas y pone precio. El Evangelio de hoy culmina esa catequesis sobre el Reino de Dios que Jesús ha ido explicando estos domingos. Las dos primeras imágenes que aparecen muestran el valor de ese Reino: vale la pena venderlo todo para hacerse con un don tan preciado. Tan importante, tan absoluto es ese Reino que es más que todo lo que una persona pueda poseer. Jesús no estaba ante aquella gente, ante sus discípulos, tra­tando de "venderles" su novedad haciéndoles consideraciones pertinentes sobre la exce­lencia de su "mercado", o indicándoles cuáles eran sus ventajas respecto a otros merca­deres. Más bien, el Señor se presenta con lo más y lo mejor, con lo que no tiene compe­tencia ni rival. ¿De qué se trataba, pues? ¿Cuál era la oferta de Jesús?
            Se trataba de eso que de múltiples formas no ha hecho otra cosa que ofrecer, y explicar, e inaugurar: el Reino de Dios, el proyecto de su Padre, el plan de Dios sobre cada hombre y sobre toda la humanidad. Para esto vino Él: para decir a sus hermanos los hombres cuál era y cómo se andaba el camino de la felicidad bienaventurada. Porque en el empeño de ser felices, cuando los hombres han aspirado a ello al margen de Dios o incluso contra Él y a su despecho, el resultado es esa macabra retahíla de desmanes con los que los humanos han llenado demasiadas páginas de su historia: violencias, mentiras, injusticias, traiciones, muertes.
            El Reino es algo que tiene que ver con las exigencias de nuestro corazón, con las aspiraciones más nobles y los deseos más hondos del corazón humano. No obstante, y a pesar de la inmensa oferta de Dios, Él nos deja libres para que optemos. Es una vieja tentación la de ser independientes y autónomos respecto de Dios. Pero tras tanto esfuerzo, tanto pago, tanta cosa... no logramos alcanzar la dicha.
            El Evangelio de este domingo nos ofrece una meditación sobre nuestro dispendio vital: en qué gastamos nuestro caudal de posibilidades, en dónde apostamos nuestro deseo de felicidad. Dios sale a nuestro paso y nos dice que Él tiene un plan, su Reino, por el que vale la pena arriesgarlo todo. Cuando alguna vez se ha entendido esto, cuando alguna vez se ha intentado, se comprende que Dios no juega con nosotros, que no se aprovecha de nuestra condición, sino que al venderlo todo para adquirir su tesoro escondido o su perla preciosa, es decir, al dejar padre, madre, hijos, tierras... por su Reino, Él nos ha dado cien veces más padres, madres, hijos, tierras... y después la vida eterna. "¿Entendéis bien todo esto? Ellos contestaron: sí" (Mt 13,52). ¿Qué podemos responder cada uno de nosotros?
El Señor os bendiga y os guarde.


Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo

viernes, 22 de julio de 2011

MIRAR

Ayer fui a la farmacia a comprar unas medicinas para los oídos. Desde hace unos años los tengo mal y ay me han intervenido dos veces para ponerme un drenaje. Ahora lo vamos a intentar con medicinas. me pregunta el farmacéutico muy amable qué es lo que tengo. Le contesto que no sé si las trompas están obstruidas o deformadas. El farmacéutico me interrumpe sonriendo y dice: “¿Las de Falopio?” Y rápidamente le contesto: “No, las de Eustaquio”. Espero no tener trompas de Falopio o debería ir corriendo al médico a que me opere algo más abajo de la garganta. El farmacéutico que se dio cuenta de su error solo dijo: “Es verdad, es verdad, es verdad…” Me hizo gracia porque es un desliz que puede tener cualquiera, aunque lo esperas menos de los que se dedican a estudiar estas cosas. El “pregunte a su farmacéutico” de los anuncios va a tener menos credibilidad para mi a partir de este momento.

«A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:

“Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure.”

¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.»

En ocasiones nos podemos preguntar ¿Cómo actúa principalmente el Espíritu Santo? Y tal vez pensemos en revelaciones, consolaciones, milagros, actos extraordinarios…., y sin embargo no es así. El Espíritu Santo suele actuar a través de la vida de los cristianos, de la tuya y de la mía. Comprendo que, al menos en mi caso, es bien poca cosa, pero así lo quiere Dios. Por eso sería una pena que cuando alguien que no conoce a Cristo mire la vida de un cristiano, ni vea, ni oiga, ni descubra a Cristo. ¡Una verdadera lástima!. Aunque nos parezca que no hoy muchos viven apartados de Cristo o no le conocen. Y cuando saben que rezamos algo, procuramos ir a Misa, etc. nos miran con lupa. Muchos creerán que es para encontrarnos defectos, pero en realidad es para encontrar a Jesús; al igual que uno puede ir al farmacéutico a pedirle consejo sobre algún medicamento. Y no podemos negarles ese derecho. Nuestra vida coherente con el Evangelio no es solamente nuestra, también tienen derecho los demás a encontrar en ella al autor de la vida. Si hay ciegos a tu alrededor tal vez sea porque se lavan los ocjos con amoniaco, pero puede ser también que te estén mirando y no descubran nada. Tenemos que pedir al Espíritu Santo que nos ayude a reflejar a Cristo y que ayude a los demás a descubrirlo.

Mirar a María y vemos a Jesús. Esa es la trasparencia cristiana.

Voy a hacerme mirar lo de las trompas esas, aunque espero que no vean nada.

 Comentario a la liturgia del día

jueves, 21 de julio de 2011

PONLE ENTUSIASMO A TU VIDA

Hoy llegan llenos de entusiasmo, nuestros chicos del campamento de Tarazona. El campamento termina con la Eucaristia en nuestra Parroquia a las 20:30. Pedimos al Señor que les conceda un feliz viaje de regreso y le damos gracias por las obras maravillosas que está haciendo en los niños y pre-adolescentes de Esta Casa.
Como sucede con cualquier fuego, la chispa del entusiasmo, de la alegría, necesita ser alimentada. Te tiro algunas ideas:

• Apóyate en Dios. Reza para escucharlo, reza para que te dé fuerzas. Recuerda las palabras del salmo: "Quédate inmóvil y te darás cuenta que soy Dios"

• Despiértate con alegría. Comienza el día con algún hábito divertido: Canta en la ducha, o simplemente escucha tu música favorita. ¡Usa tu creatividad!

• Descansa. Tómate un descanso del ritmo agitado y sal a pasear. Deja que el sol te haga entrar en calor y escucha los sonidos que te rodean.

• Háblate de manera convincente. Aliéntate a ti mismo como si alentaras a tu mejor amigo, o como si tu mejor amigo te alentara a ti.

• Perdónate. Pero de verdad. Perdónate tus errores, tus flaquezas, tus sueños incumplidos. Pero con la firme decisión de tratar de apuntar más alto a partir de hoy.

• Abandona algo de lo que te está agobiando, que está echando a perder tu entusiasmo.

• Si algo te preocupa, trata que sea por un rato corto. Y después ¡¡¡sigue adelante!!!

• Sonríe a menudo y dale seguridad a los demás.

• No aceptes fácilmente un "no" como respuesta. La tenacidad y el entusiasmo van de la mano.

• Pon tu mejor esfuerzo en todo lo que hagas.

• Si alguien te pide ayuda, ¡ayúdalo! Pero de manera de hacerlo sentir bien, sin humillarlo. Así vos y él se sentirán mejor.

• Celebra cada día. Puede ser con un plato especial, gozando la puesta de sol, dándole una sorpresa a uno de tu familia, o de tus amigos. Encuentra algo para apreciar y celebrar cada día.

¡¡Ponle entusiasmo a tu vida!! Asegúrate de tenerla iluminada por esa "chispa" especial proviene de Dios, y verás que vale la pena vivir "...pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo … Quitaré de ustedes ese corazón duro como piedra y les pondré un corazón dócil y alegre" Ezequiel 36: 26-27


miércoles, 20 de julio de 2011

¡¡ESTÁS INVITADO!!

EDUARDO VERÁSTEGUI, NOS INVITA A PARTICIPAR EN LA JMJ
¡¡YA QUEDA MUY POCO!!
PEREGRINOS DE AUSTRALIA, BRASIL Y VENEZUELA ESTÁN A PUNTO DE LLEGAR A NUESTRA PARROQUIA PARA COMPARTIR NUESTRA FE.
¡¡OS ESPERAMOS!!

martes, 19 de julio de 2011

21 MATRIMONIOS QUE HICIERON HISTORIA

Si dentro de poco es su aniversario de boda y quiere una pequeña idea como regalo, me permito sugerirles un libro. Su título es: “21 matrimonios que hicieron historia”, de G. Castillo.

Dice el autor en el prólogo que existen muchos libros sobre la vida de individuos extraordinarios, pero muy pocos sobre la vida compartida de ese tipo de personas en el matrimonio. Así las cosas, él propone una selección de semblanzas sobre la vida matrimonial de personajes históricos.

Como pueden consultar con facilidad la sinopsis del libro y del autor en internet, me limitaré a destacar -por razón de brevedad- sólo algunos aspectos concretos, de tres de esos veintiún casos, que me han llamado especialmente la atención.

El primero es el de Aquila y Priscila (año 40 d.C). Me parecen un modelo de matrimonio en función de lo fundamental, es decir, de Dios. Cristianos expulsados de Roma, llegan a Corinto y allí reconocen y acogen en su casa a San Pablo del que, desde ese momento, fueron los más eficaces colaboradores. Incansables evangelizadores laicos, hicieron siempre de su casa el centro de una comunidad cristiana. Primero en Corinto, luego en Éfeso, y allí, y esto es buena muestra de lo anterior, nos relatan los Hechos este revelador episodio: el judío alejandrino Apolo, recién convertido al cristianismo predica valientemente a los judíos. Aquila y Priscila acuden un día a escucharle a la sinagoga y viendo su limitado conocimiento y su inexperiencia le invitan ¡a vivir en su casa!: “…cuando Priscila y Aquila le escucharon, se lo llevaron a su hogar y le explicaron el nuevo camino hacia Dios con más detalle…”. Así eran.

El segundo caso es el matrimonio de Juan Sebastian Bach y Anna Magdalena Wilken (casados en 1720), dos encantadores seres que se comprendieron porque se quisieron. Resulta interesante leer en los escritos de Anna estas palabras: “Creo que Sebastian era un hombre muy difícil de conocer no queriéndole. Si yo no le hubiese querido desde el principio, estoy segura de que nunca le hubiera comprendido”. Para tomar nota.

Cuenta también de su marido lo cuidadoso que era con los pequeños detalles: “… Me regaló un cuaderno de música (…) en la cubierta había caligrafiado él mismo, con oro y tinta china, mi nombre. Me dijo que lo habíamos de llenar entre los dos: yo copiaría en él las piezas musicales que más me gustasen y él escribiría piezas compuestas exclusivamente para mí”. Si se preguntan cuál sería el “secreto” de esta capacidad de amar y ser amado, una frase de Anna me parece que da la clave: “Era el hombre más religioso que he conocido en mi vida”.Revelador, ¿verdad?

Y ya que hablamos de frases, aquí les dejo la que escribió en una carta a un amigo el Rey Balduino de Bélgica, todo un modelo en la “búsqueda de novia” (no se pierdan el relato de su noviazgo, porque bien podría ser el guión de una película de acción y suspense). Decía de Fabiola: “Sé que será para mí siempre un gran estimulo para amar a Dios cada día más”.

Ya ven, la clave del éxito en el matrimonio parece tener un… Común Denominador.

Porthos para ReL

lunes, 18 de julio de 2011

S.O.S. SOMALIA

El papa Benedicto XVI pidió hoy la urgente ayuda de la comunidad internacional para aliviar a los damnificados de la grave sequía que vive la zona del Cuerno de África durante el rezo dominical del Ángelus, celebrado en Castel Gandolfo, donde se encuentra pasando las vacaciones.
"Con profunda preocupación sigo las noticias que llegan desde la región del Cuerno de África, en especial de Somalia, afectada por una gravísima sequía, y en otras zonas, de fuertes lluvias, que están causando una catástrofe humanitaria. Muchas personas están huyendo en busca de alimentos y de ayudas", recordó Benedicto XVI.
"Espero que crezca la movilización internacional para enviar urgentemente ayuda a nuestros hermanos y hermanas ya gravemente afectados, y entre los que se encuentran muchos niños. Espero que no falte a estas poblaciones que sufren nuestra solidaridad y el apoyo de todas las personas de buena voluntad", añadió el pontífice.
La ONU ya ha alertado de que la situación en vastas zonas de Somalia, Kenia, Eritrea y Yibuti es dramática y que al menos once millones de personas en esa región necesitan asistencia alimentaria debido a la sequía que padece, la peor en varias décadas.(RD/Efe)
Palabras en español
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana, así como a los que se unen a ella por medio de la radio y la televisión. La liturgia de hoy nos presenta a Dios, bondadoso y rico en clemencia, que gobierna el mundo con sabiduría y cuya paciencia no tiene medida, otorgando al pecador el tiempo necesario para la conversión. En estos días, que para muchos son de descanso, invito a todos a abrir el corazón a la divina Palabra, para aprender cómo se comporta Aquel que todo lo puede y reflejar en nuestras vidas la grandeza de su amor y misericordia. Que a ello nos ayude la Santísima Virgen María. Feliz domingo.

Como siempre CARITAS, responde con prontitud. Puedes hacer tu donativo, siguiendo las instrucciones que encontrarás AQUÍ

domingo, 17 de julio de 2011

¿Y QUIÉN DEFIENDE AL INDEFENSO?

Por escrito –en la sección VIP de La Gaceta del pasado domingo- me mojé, sin importarme los argumentos técnico hipotecarios y financieros –que conozco- ni el riesgo a parecer ingenuo, contra ciertos desahucios y embargos de primeras viviendas, sobre todo en esos casos sangrantes en los que una familia sin ingresos ni recursos, tal vez todos en el desempleo, sufren una objetiva imposibilidad de pago. Lo hice, como allí escribí, porque hay cuestiones de principio si una sociedad quiere salvaguardar una dosis de justicia y humanidad, que nos permita mirarnos al espejo sin enrojecer de vergüenza ante nuestra enorme capacidad de insolidaridad y egoísmo, excusados en la suprema necesidad de salvar el mercado hipotecario, dogma fruto de convención y conveniencias del sistema, es decir, perfectamente modificable en aras de valores humanos superiores.

 Soluciones, también técnicas, las hay para ello… si se quiere. Avalado en esta postura, quedo estupefacto ante un hecho en apariencia menor y hasta alejado, pero que entiendo muy significativo. Vean.
La semana pasada acampó en Sol un grupo provida y se dedicó, con las formas respetuosas y poco estridentes que les caracterizan, a impartir información en favor de la vida de los concebidos, de ayudas a las madres embarazadas en situación de riesgo por tantas y tan variadas circunstancias desfavorables y, a veces, coactivas, y en contra de la solución del aborto. Reunieron unas miles de firmas. Estando en ello, un grupo de abortistas, reducido en tamaño pero duchas en el manejo del grito y la coacción, les rodeó y sin piedad ni respeto les increpó la defensa de la vida como si acampar en Sol fuera su monopolio. Lo que a mi me fascinó es que algunas de las feministas abortistas, simultáneamente, habían formado parte de los grupos que organizaron piquetes para impedir desahucios y lanzamientos por impago. Estuve a punto de llamar a mi psiquiatra para preguntarme si, al comparar ambas acciones, mi entendimiento mostraba alguna anomalía patológica. Me explico.
O sea que cuando un inquilino o un hipotecado no pueden pagar hay que defenderle contra el propietario o la entidad financiera. Hay que evitar a toda costa que se le lance a la calle, desencajado el rostro de ira y desesperación, agarrado a cuatro enseres, dos sillas de formica y un viejo colchón. Y hay que decirle al propietario o al banquero que hasta ahí podríamos llegar, que no piensen en sus egoísmos, que asuman su cuota de solidaridad y de responsabilidad con la parte débil y necesitada de protección. Hasta aquí podríamos aplaudir.

Pero que los mismos grupos sean partidarios feroces –no quito sino que subrayo la palabra- del “otro” desahucio y lanzamiento, que lo es el del niño concebido, el ser más inocente y frágil de todo el mundo, cuya vida está por entero en manos de su madre, porque en ese caso a “la propietaria” del seno materno le resulta gravoso, indeseado, molesto e inconveniente su inquilino, que es nada más y menos que su “hijo”, francamente me parece un fascinante escándalo de contradicción insuperable. O sea que cuando los propietarios son otros, viva el débil e indefenso y caña a los dueños. Pero, cuando las “propietarias” o poderosas son ellas, cuando poseen el piso o útero y la vida del inquilino en sus manos, entonces al niño indefenso por gravoso e indeseable, eso vivo pero no humano, a eso se le desahucia de la vida en grado máximo, es decir, se le mata. Supongo que ya lo habían captado, los desahucios y lanzamientos por impago dejan en la calle, vivo y a la intemperie, pero no matan. El aborto, sí. En fin, ¡viva la luminosa y ejemplar congruencia de la progresía con los indefensos!Pedro Juan Valdrich

sábado, 16 de julio de 2011

EVANGELIO DEL PRÓXIMO DOMINGO

La parábola del sembrador respondía al desaliento de los discípulos por la aparente falta de frutos de la predicación del Evangelio. La parábola del trigo y la cizaña responde a una forma más dramática de desconcierto en los discípulos de Jesús y que, por tanto, todos nosotros podemos experimentar. Es el que procede del escándalo del mal en el mundo y en la Iglesia. No se trata sólo de que la Buena Noticia se extienda con gran dificultad, hasta el punto de que nos pueda parecer que la misión de la Iglesia es un esfuerzo estéril. Es que además, con frecuencia, tenemos la sensación de que el mal es mucho más poderoso que el bien y se impone con mayor velocidad y eficacia. Y no se trata sólo del mal “en el mundo”, sino también en el campo de la Iglesia, en medio de aquellos que han acogido la buena semilla de Jesucristo. Esta es en verdad una gran causa de escándalo para creyentes y no creyentes, para miembros de la Iglesia y para los que se sienten fuera de ella. El mal (y hoy hablamos sólo del mal moral, el que depende exclusivamente de la voluntad del hombre), que parece dominar por todo el mundo en forma de injusticia, violencia, corrupción, pobreza, marginación, desigualdad y un etcétera que se podría prolongar casi indefinidamente, se hace presente también en la Iglesia: allí donde la semilla de la Palabra ha encontrado buena tierra y debería producir frutos sobreabundantes de vida nueva resulta que crecen también los amargos frutos del mal que Jesucristo ha venido a combatir.
El escándalo puede llegar hasta el punto de estar tentados de culpar al sembrador del crecimiento de la mala semilla. Es la clásica objeción que se ha esgrimido tantas veces contra Dios: si el Creador hizo todo de la nada y lo hizo bueno, y muy bueno (cf. Gen 1, 31), ¿cómo explicar la presencia del mal en el mundo? O Dios quiere eliminar el mal y no puede, y entonces no es todopoderoso, o puede y no quiere, y entonces no es bueno; en los dos casos parece que no se puede aceptar la existencia de Dios.
En la parábola de Jesús, pese a su aparente simplicidad, existen indicaciones muy profundas para entender la respuesta a estas graves objeciones. En primer lugar, Dios no ha creado un mundo totalmente acabado, sino sometido a la ley del crecimiento: ha sembrado buenas semillas que deben dar buenos frutos. Pero para que ese proceso llegue a buen puerto es necesaria nuestra colaboración. Dios nos ha confiado parte de esta tarea, y nos ha dado libertad y autonomía para realizarla responsablemente. Esto significa que, aunque es verdad que todo lo que Dios ha creado es bueno, esa bondad está llamada a crecer y perfeccionarse. Y esto, que se cumple en todo el mundo, es especialmente patente en el hombre. Precisamente porque ha recibido la semilla de la razón y la libertad, el hombre es responsable del mundo que Dios le ha confiado y, sobre todo, de sí mismo y de sus hermanos.
La semilla de la cizaña fue sembrada mientras “la gente dormía”. Vivir responsablemente es vivir en vela, con los ojos abiertos, sin abdicar de esa responsabilidad. Aquí dormir no significa simplemente descansar, sino desentenderse, vivir irresponsablemente, no asumir como se debe la propia libertad, abusar de ella. Es entonces cuando “el enemigo” aprovecha para sembrar la mala semilla. Es interesante subrayar que las buenas obras se siembran a plena luz, tienen un carácter sincero, abierto y sin tapujos, mientras que el mal se esconde, actúa a hurtadillas, tratando de cargar la responsabilidad sobre aquél que creó el bien y sembró la buena semilla. De ahí la pregunta de los criados, que bien podría ser un reflejo de las objeciones contra Dios de las que hablamos antes: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?” Cuando el señor responde que lo ha hecho “el enemigo”, podemos entender a ese enemigo de muy diversas formas: puede ser el diablo, pero también nosotros mismos cuando nos dejamos llevar de nuestros intereses egoístas y desoímos la Palabra de Dios, y nos negamos a realizar la tarea a la que Dios nos ha llamado. El denominador común de ese enemigo sembrador de cizaña es la libertad personal. Así que la cuestión es que existen actitudes, formas de vida, opciones vitales que se hacen libremente enemigas de Dios y de su obra y que siembran el mal en el mismo campo en el que Dios ha depositado la buena semilla.
La respuesta sobre el origen del mal (que aquí sólo mencionamos de pasada) abre otra cuestión, que es la principal en el Evangelio de hoy: qué hacer ante la presencia del mal. La propuesta de los criados es una tentación permanente que se ha repetido muchas veces a lo largo de la historia y que ha producido no pocos destrozos y sufrimientos: ir y arrancar la cizaña que ha empezado a despuntar junto con el trigo. No debemos entender la respuesta del dueño del campo como una llamada a la pasividad, como si ante la presencia del mal debiéramos simplemente no hacer nada, dejándolo campar por sus respetos, sin defendernos de él ni tratar de que triunfe la justicia. Son muchas las palabras de Jesús en el Evangelio las que nos hablan de una actitud comprometida con la causa del bien, de una resistencia activa ante las fuerzas del mal, empezando por el que encontramos en nosotros mismos. Pero cuando Jesús nos dice que no hay que arrancar la cizaña, para no arrancar al mismo tiempo el trigo, nos está diciendo que en la lucha contra el mal no podemos caer en la tentación de usar las mismas armas de aquello que combatimos. Es la tentación de pensar que el fin (bueno) justifica los medios (malos), que la causa de la verdad se puede defender con la imposición violenta, la de la justicia, con el engaño, la de la paz, con la injusticia.

Cuántas veces a lo largo de la historia se ha querido implantar el bien, la justicia, la libertad o la igualdad al precio de pasar por encima de los derechos y hasta la sangre de los inocentes; cuántas veces se ha querido acabar con el mal a base de “cortar por lo sano” y haciendo pagar a justos por pecadores. También en la historia de la Iglesia podemos encontrar por desgracia episodios de este tipo (tal vez menos de los que se dicen, pero siempre más de los que serían de desear). La tentación es tan fuerte, que hasta Jesús llegó a sentirla: “todo esto (todos los reinos del mundo) te daré, si te inclinas y me adoras” (Mt 4, 9; Lc 4, 7); es la tentación de servir al bien sirviéndose del mal, de extender el reino de la luz usando los métodos del reino de las tinieblas. Es claro que cuando esto sucede no sólo no eliminamos el mal (la cizaña), sino que destruimos los frutos de la buena semilla. Y los que se pretenden justicieros de esa manera, se convierten, a sabiendas o no, en “enemigos” que, queriendo arrancar la cizaña, en realidad están arrancando el trigo y sembrando semillas de futuras cizañas.

Es necesario combatir el mal, pero sólo con las armas del bien, y esto requiere la fe, la esperanza y la paciencia a la que Jesús nos llama en el Evangelio de hoy: renunciar absolutamente a la injusticia, al engaño, a todo abuso de poder, a toda contravención de los derechos ajenos, a toda violencia injustificada. Para actuar así tenemos que soportar una cierta porción de mal, que es, por cierto, el corazón de la verdadera tolerancia, pero sólo de esa manera evitamos contagiarnos del mal que queremos combatir. Además, de este modo imitamos la paciencia de Dios con el tiempo de la historia, el tiempo en el que los hombres estamos llamados a cuidar y hacer crecer la buena semilla sembrada por Dios; e imitamos a Jesucristo, que echó las semillas del Reino sin imposiciones ni violencia, sin ceder a la tentación (en el fondo absurda, pero que nos acosa sin cesar) de ganar el mundo para Dios inclinándose ante el diablo. En él la paciencia de Dios se ha convertido en pasión, en padecimiento: el precio de la cruz, que Jesús asumió por no ceder a las insidias del diablo.
Que todo esto no tiene nada que ver con la pasividad que baja las manos ante los embates del mal se ve en la gran posibilidad que siempre tenemos frente a ese poder oscuro, de la que nos habla tan hermosamente la primera lectura: la posibilidad del perdón. La omnipotencia creadora de Dios no tiene nada que ver con la capacidad de destrucción, sino que se manifiesta en el perdón, la indulgencia, la paciencia. “El justo debe ser humano”: el Justo y fuente de toda justicia se ha hecho humano en Jesucristo, y en él, que ha cargado sobre sí los pecados del mundo, vemos cómo Dios, ante el pecado y el mal, nos da lugar al arrepentimiento, nos ofrece su perdón. También nosotros, discípulos de Jesús, debemos combatir el mal, no siendo prontos a condenar y arrancar, sino ofreciendo la fuerza divina y creadora del perdón. Dios cree en nosotros, cree que podemos cambiar; Dios no se cansa de esperar en nosotros, tiene la esperanza de nuestra conversión. ¿No deberíamos nosotros, que decimos creer y esperar en Dios, creer y esperar también en nuestros hermanos, también en nosotros mismos? Cuando lo hacemos, tal vez tengamos que soportar con paciencia una cierta dosis de cizaña, pero estaremos sembrando la buena semilla del trigo que Dios arrojó a nuestro mundo con la esperanza de encontrar buena tierra.
Si a veces nos cuesta entender el misterio del mal y la forma en que Dios reacciona ante él, podemos recordar que nuestras debilidades también afectan a nuestra mente y que siempre podemos pedir que el Espíritu venga en ayuda de esta debilidad nuestra; que él, que escudriña los corazones, nos dé la capacidad no sólo de entender, sino también de vivir conforme a la lógica de la paciencia y del perdón de Dios.

viernes, 15 de julio de 2011

LA JMJ PUEDE CAMBIARTE LA VIDA


Una encuesta realizada por Gabinete de Análisis Demoscópico (GAD), señaló que para nueve de cada diez jóvenes que participan en una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), este evento "es una experiencia que cambia la vida".

Los resultados del estudio "¿Cómo es el joven JMJ?", fueron difundidos el lunes por los organizadores de la JMJ Madrid 2011, y recogen las respuestas de 1 800 jóvenes de los cinco continentes menores de 30 años que siguen las informaciones de este evento.

Según la encuesta, uno de cada cuatro jóvenes entrevistados ya participó antes en alguna JMJ. De estos, el 61% viajó con el Papa Benedicto XVI a Colonia (Alemania) en el 2005; y el 44 por ciento a Sídney (Australia) en el 2008. El 80 por ciento de los que estuvieron en ambos eventos calificaron de muy positiva su experiencia, y el 18 por ciento la valoro como positiva.

Asimismo, el 93 % afirma que el principal motivo para asistir a una JMJ es tener una nueva experiencia, 92 por ciento para difundir el mensaje de Jesucristo, 90 por ciento para expresar su compromiso con la Iglesia y satisfacer sus inquietudes espirituales, y el 88 por ciento para estar con personas que piensan como ellos.

La encuesta de GAD también indicó que para el 85 % de los jóvenes la fe en Cristo es muy positiva para perdonar a los demás, 80 % para ser solidario, 79 % para madurar y ser mejor persona, 75 % para aceptar el sufrimiento y ser feliz, y 67 % para tener ideas claras.

El estudio completo se encuentra en http://www.madrid11.com/images/stories/prensa
ReL

jueves, 14 de julio de 2011

SER FELIZ A TIEMPO

Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro .

A partir de aquel instante comenzó a buscarla .

Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En un recodo del camino vio un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida"

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo: " Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean "

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir estaba el tesoro que tanto había deseado .

Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene ; disfrutar de lo pequeño y de lo grande ; conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado , pero también querer y valorar; Tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión.

Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar ; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser EL: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice :

"Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuanto sufrimos por lo mucho que anhelamos"

miércoles, 13 de julio de 2011

22.000 VOLUNTARIOS

"Los voluntarios son la fuerza vertebral de todos los peregrinos, la gente joven que se ha puesto a disposición completa de la JMJ"
Voluntarios de la JMJ




Un total de 22.500 voluntarios españoles e internacionales velarán por el buen funcionamiento de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid, que se celebrará del 16 al 21 de agosto de este año, según ha explicado el director del área de Voluntariado de la Jornada, José Armada.
En este sentido, Armada ha indicado en una entrevista que han tenido que decir "no a mucha gente" pues, de los cerca de 10.000 jóvenes de todo el mundo que se han ofrecido, sólo han podido aceptar a 2.500; de los 4.700 chavales españoles que se han apuntado, sólo han seleccionado a mil y de los 30.000 madrileños interesados, sólo a 19.000.
Armada ha explicado que "desgraciadamente" no pueden aceptar a todos por cuestiones económicas y porque tienen que seleccionarlos de acuerdo a las necesidades de la Jornada. El núcleo de los voluntarios tiene entre 18 y 35 años, aunque también se han apuntado jóvenes de entre 16 y 18 años y otros a partir de 35, a los que se otorgan tareas de mayor responsabilidad.
El trabajo de voluntariado en la JMJ se divide en diferentes áreas: Orden, Acogida nacional e internacional, Acogida institucional, Logística de voluntarios, Atención sanitaria y a discapacitados, Atención a los medios de comunicación, Transportes, Puntos de información, Atención en los Actos Culturales, Participación litúrgica, Acompañamiento de obispos y Call-Center.
Según ha apuntado Armada, cada voluntario recibe una doble formación: una general sobre las obligaciones del voluntario, aspectos de cuya formación se encarga el Samur o los bomberos; y otra específica según el área. "Aún no están asignados a cada área, esperamos que en la primera semana de julio ya lo estén", ha indicado.
Casi la mitad de los voluntarios, unos 10.000, estarán destinados al área de Orden que, según ha explicado el director de Voluntariado, es la división que se ocupa de ayudar a mantener el orden de los peregrinos, de conducirles, orientarles y atenderles.
Voluntarios con discapacidad
Por su parte, los "muchos" jóvenes con discapacidad que también se han ofrecido como voluntarios, algunos de los cuales ya están como permanentes, se encargarán de lo que puedan hacer dependiendo de su tipo de discapacidad, por ejemplo en la oficina o como guías de discapacitados, según ha precisado.
Además, Armada ha señalado que los voluntarios asignados al área de "protocolo", deberán tener un perfil "especial" con conocimiento de idiomas, pues serán los que se encarguen de asistir a los invitados como embajadores y otras personalidades que acudirán a los diferentes actos.
En cualquier caso, ha recordado que la figura central será el Papa y que, por ello, "muchos voluntarios le rodearán continuamente" -en el almuerzo, al cruzar la Puerta de Alcalá, etcétera-. "Los voluntarios son la fuerza vertebral de todos los peregrinos, la gente joven que se ha puesto a disposición completa de la JMJ", ha destacado Armada, al tiempo que ha afirmado que estos jóvenes vivirán a través de su labor "una experiencia de fe importante".
Por ello, el Papa ha aceptado celebrar un encuentro con unos 14.000 voluntarios de la JMJ el domingo 21 en Ifema antes de partir hacia Roma. A su juicio, "un acto único" que es "un reconocimiento expreso de la importancia del voluntariado". (RD/Ep)

martes, 12 de julio de 2011

ASÍ ES SOR TERESITA

Lleva 85 años en la clausura de un convento. No hace falta decir que sigue siendo FELIZ.

domingo, 10 de julio de 2011

"DIOS ME HA REGALADO UNA VIDA MÁS COMPLETA QUE LA ANTERIOR"

Hace 13 años sufrió un accidente esquiando en Sierra Nevada. María Luisa Ruiz Jarabo se quedó tetrapléjica a los 33 años de edad. Pero ella no mira atrás. Dice que la silla de ruedas ha mejorado su vida porque le ha permitido conocer a mucha gente especial y también conocer “lo mejor”: a Dios. Todos los veranos ayuda a mutilados por las minas en Camboya. No teme a nada y hasta ha vuelto a esquiar. La suya es la historia de una “vida digna”.
- ¿Qué le sucedió María Luisa? Tengo entendido que era una “todoterreno” antes del accidente. Motera empe­dernida y muy emprendedora.- Antes del accidente tenía una vida muy activa y no paraba. Me apasionaba el deporte y cuanto más extremo, mejor. Era un poco lanzada. Me gustaban cosas como el barranquismo o esquiar fuera de pista. Disfrutaba además de la vida nocturna y de ir en moto. Desde los 14 años tuve moto y en cuanto ahorraba algo, me compraba una moto más grande, hasta mi Honda Rebel.
- ¿Cambiaron sus gustos y aficiones?Sigue habiendo muchísimos deportes que puedo practicar. No puedo montar a caballo, en moto o hacer barranquismo, pero tampoco es una tragedia, porque con la edad evolucionan las aficiones. Aunque otras se mantienen, ya que he vuelto a esquiar.

- Parece que no le tiene miedo a nada. - Pues no, no tengo miedo.
- Pasó unas tres semanas en coma…¿qué recuerdos tiene del despertar?- Nunca perdí el conocimiento. Me enteré de todo hasta el coma. Luego, me trasladaron al hospital de parapléjicos de Toledo. Cuando desperté, enseguida me di cuenta de que no movía nada del cuello para abajo. Recuerdo un día que mi padre me dijo las palabras mágicas: “No sabemos lo que va a pasar, estás en las manos de Dios”. Y yo pensé: “¿De verdad?, ¡qué suerte tengo!”- “¡Qué suerte!”, ¿por qué? - Por estar en las manos de Dios. A partir de ahí viví con una paz increíble porque estaba en manos de Quien más me quiere. Cualquier cosa que me pudiera pasar a partir de entonces estaba claro que sería lo mejor para mí. Asimilé mi tetraplejia sin dramas gracias a una serenidad que me vino de Dios, quizá en el mismo momento del accidente. Me he vuelto modelable a lo que Dios me tenía preparado, ¡además me divierten los retos! Siempre he tenido espíritu aventurero.
- ¿Se enfadó con Dios?- En mi caso era imposible, porque me ha dado mucho más de lo que me ha pedido. Me ha regalado una nueva vida, una vida mejor y más completa que la anterior.
- ¿Más completa?Sí, he conocido a Dios. Él ha entrado en mi vida. Yo era católica pero no practicaba demasiado; lo tenía algo aparcado. Le rezaba en época de exámenes pero poco más. Era muy tibia.
- Tetrapléjico, parapléjico… son palabras que asustan. ¿Cómo se normaliza una vida con esa nueva situación?- Son palabras que asustan hasta que se conoce a una persona en esta situa­ción. Suena tremendo, pero luego la vida se normaliza; primero, contando con asistencia personal, y luego, utilizando nuevas tecnologías. Y, por supuesto, con ganas de no quedarse en casa lamentándose.
- ¿Puede más la mente que el cuerpo?- El que puede es Dios, que te da la fuerza para afrontar estas situaciones. Si depositas la confianza en Él, te da los medios para superarlas.
- ¿Es posible la felicidad en una silla de ruedas? - ¡Pues claro! Yo he conocido la felicidad plena, con mayúsculas, siendo tetrapléjica, y eso que siempre he tenido una vida estupenda, pero me faltaba lo mejor.
- ¿Qué es lo mejor?- Dios.
- Su accidente, ¿cambió su relación con Él?- La cambió totalmente. Tanto, que Jesús es ahora mi mejor amigo. Fue empezar a conocerle y enamorarme y, poco a poco, ha ido ganando terreno. Es listísimo; se lo monta de miedo. Hace como año y medio voy a clases de Biblia y los martes voy a una oración. Además, este verano empecé a confesarme después de 30 años. Es que no iba conmigo eso de hablar mal de mí, pero en el fondo me engañaba a mí misma. No lo veía como una necesidad y ahora sí, como me pasa con la Eucaristía.
- Dice que la silla de ruedas ha mejorado su vida; es una afirmación chocante. - Sí, es que he ganado más de lo que he perdido. Es un “artefacto” genial para conocer gente interesante porque a una persona que está en silla de ruedas no se le acerca cualquiera. Suscitas el interés de gente especial y esto también ha sido un regalo de Dios. No ha hecho más que mandarme a mensajeros para que fuera acercándome más y más a Él. - En su caso la silla de ruedas no ha sido sinónimo de barreras, ni de “estar quieta”.- Las barreras están en la sociedad, en los espacios no accesibles: en el tren al que no me puedo subir porque no está bien hecho, en la mente de mucha gente… el problema no está en la silla. A mí la silla de ruedas no me ha parado, y he viajado mucho.
- Cuéntenos de esos viajes.- El primer viaje que hice, al año y poco del accidente, fue a Nepal. Allí pasé un mes, incluyendo 12 días de trekking por el Himalaya gracias a los porteadores. En casa estaban aterrados, menos mal que mi médico rehabilitador de Toledo me organizó todo lo necesario. Al año siguiente estuve en Tanzania y subí al Kilimanjaro. De mis viajes he aprendido que si se quiere no hay barreras. El año siguiente estuve en Ecuador y después vino Camboya.
- ¿Qué es para usted Camboya? Empecé a pasar mis veranos en Cam­boya invitada por el obispo Kike Figaredo. Él había montado un taller de sillas de ruedas y se dedicó a los amputados. Me quedé apasionada con lo que me contaba, así que un verano me decidí. Fui y me enganché.- ¿Quién es Kike Figaredo?- Es un gran amigo y una inspiración con su ejemplo de vida entregada a Dios y a la gente con todo tipo de carencias. Uno vuelve removido de allí. Visitar un país así te ayuda a poner las cosas en su sitio, porque aquí damos importancia a preocupaciones que son un poco absurdas. Siempre vuelvo con cierta pena pero me traigo un “chute” de ganas de vivir. En Camboya es muy fácil ver a Jesús en la gente que menos tiene.
- ¿Y qué hace en Camboya? - Allí tengo mi segunda casa. Me encanta ir a los hospitales a ver a la gente. A veces creo que voy por egoísmo, para aprender y disfrutar, y al final me traigo mucho más de lo que dejo.
- ¿Qué opina de la expresión “muerte digna”? - Primero hay que darle importancia a la “vida digna”. Cualquier vida es digna porque viene de Dios y las condiciones de cualquier vida se pueden mejorar para que nadie quiera renunciar a ella. ¡Menos hablar de “muerte digna” y más hablar de “vida digna”! Es un peligro hablar de eutanasia porque parece que nuestra sociedad tiende a prescindir de los individuos que no resultamos rentables en términos económicos y ya no hay límites. Si no eres rentable, sobras. El mejor ejemplo es la nueva ley del aborto. La persona con diversidad funcional vale menos porque el plazo para abortarnos es mucho mayor; parece que tenemos menos derecho a la vida por ser distintos. Es una salvajada porque es eugenesia pura. Lo que enriquece una sociedad es que haya todo tipo de gente y que se conviva naturalmente con todo el mundo.
- Para “dignificar la vida” creó Solcom, ¿qué es?Es una asociación para la defensa jurí­dica de personas que son discriminadas por su diversidad fun­cio­nal. Se les ayuda a luchar en los tribunales para defender sus derechos. Nosotros que­remos vivir con el resto de la gente y, si no se empieza a convivir desde la infancia, después es muy difícil. Es un aspecto en el que estamos luchando porque encontramos barbaridades.
“Soy una persona privilegiada”- ¿Un lugar en el mundo para ir y no volver?
- ¡Hay tantos sitios! Uno podría ser Camboya, pero mi sitio está en mi comunidad.
- ¿La mejor compañía posible? - La de mi mejor amigo, Jesús.
- La vida es…
- Una aventura maravillosa, porque soy una persona privilegiada. Dios nos sorprende todos los días. La vida es digna.

- ¿Qué tiene que tener un día para que sea perfecto? - Para mí, comunión con Cristo.

- ¡Qué contundente!
- Es que lo tengo muy claro.

- ¿Hay justicia con las personas con diversidad funcional? - En un país como España, hoy en día, no.
- ¿Qué queda por hacer en este campo? - Que se cumplan las leyes. Todos nuestros derechos están reconocidos, pero las leyes no se cumplen y nuestros derechos no se respetan, como la ley de dependencia o el derecho a la educación inclusiva.