domingo, 28 de febrero de 2010

DOMINGO II DE CUARESMA


El evangelista san Lucas, en su presentación teológica de la Buena Noticia que «ha sucedido entre nosotros», describe los acontecimientos de la vida pública de Jesús en el camino, en el llano, donde se desarrolla la vida ordinaria. Ha bajado a Jesús al camino, donde el ciego de nacimiento le puede gritar: «¡Hijo de David, ten piedad de mí!»; la hemorroisa puede tocarle el borde del manto, o los diez leprosos le gritan para que les cure... Jesús está cercano, es accesible. Pero mantiene, también, los otros pocos relatos donde está en el monte: en el Tabor, en el Gólgota... Estos momentos son especiales, de diálogo con el Padre, en sosiego y paz. Tanto en la crucifixión como en la Transfiguración existe un ambiente especial de silencio, de oración, serenidad, y en ambos se manifiesta la gloria de Dios.
A sus discípulos, testigos de tantos acontecimientos grandes, les estaba dando el Señor argumentos para salir fortalecidos en la dramática aventura de la fe. Les hubiera bastado el de la Transfiguración para que tuvieran seguridad de que la Resurrección era algo más que una bonita palabra. Es otra ocasión más para confirmarlos en la fe, comenzando por el núcleo de los apóstoles. En la Transfiguración les está adelantando que nuestra misma condición humilde la puede transformar el Señor, según el modelo de su condición gloriosa, y ¡se admiran!
Con estos tres discípulos vamos todos a la cima del monte, hemos sido invitados por el mismo Jesucristo para ver cosas mayores, no sólo el aspecto del rostro, iluminado, o la blancura de las vestiduras, cosa que les espabiló, hasta que no pudieron más y gritaba Pedro: «¡Qué bien estamos aquí, que no pase nunca este momento!» Éste es el drama de la fe, ¿qué tendría que hacer el Señor para que respondiéramos en fidelidad? Nos da la Eucaristía, su Cuerpo y su Sangre, su presencia real; si tenemos el perdón de los pecados, el triunfo sobre la muerte como regalo..., decidme: ¿qué tendría que hacer más? Si los apóstoles nos han contado los hechos con nitidez y nos aseguran que ellos han estado allí, que lo han visto con sus ojos, ¿qué se necesita más? Quizás pudiera valer una palabra: convertirnos, volver con propiedad a la gracia, a la vida, una vida que en Jesucristo, como bien sabemos, ha de alcanzar su máxima expresión de perfección y plenitud. Ésta es la llamada constante de los profetas al pueblo: ¡Si volvieras, Israel! ¡Si volvieras a mí! ¡Si quitaras tus monstruos abominables y no huyeras de mí!
+ José Manuel Lorca Planes
obispo de Cartagena
y A.A. de Teruel y Albarracín

sábado, 27 de febrero de 2010

MÓJATE

Va de vídeo también hoy.
Esta Cuaresma, MÓJATE (nunca mejor dicho)


viernes, 26 de febrero de 2010

LAMPARA PARA MIS PASOS


¿CÓMO SEREMOS MEJORES QUE LOS ESCRIBAS Y FARISEOS?

Ez 18,21-28; Sal 129; Mt 5,20-26
Sí, muy bien, hasta es posible que tenga razón el profeta Ezequiel. Si nos convertimos de nuestros pecados y guardamos los preceptos, todo nos irá de calle. Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, todo será terrible. Muy bien, repito, pero ¿cómo se convertirá el malvado de sus pecados? Es fácil decirlo, pero ¿cómo lograrlo?, ¿estirándonos fuerte de las orejas? Tras esas palabras tan obvias como inmisericordes, cuanto mejor lo que nos dice el salmo.
Desde lo hondo a ti grito, Señor. Si llevas cuenta de mis delitos, ¿quién podrá resistir? Como no parta del Señor la iniciativa de perdonarnos, ¿qué podremos hacer? Gritar al Señor para que escuche nuestra voz. Rogarle que sus oídos estén atentos a nuestros desgarros. Porque si lleva un libro de haber y debe, nada nos queda por hacer, como no sea seguir envueltos en nuestro pecado. Cada vez, además, con más fuerza; con más ansia. No, no es ese el camino por el que podremos conseguir nuestro perdón.
Es mi alma la que espera en el Señor. Mis entrañas gritan. No saben qué hacer, ni siquiera a qué vienen esos gritos, pero gritamos al Señor para que sea él quien tome la iniciativa. Para que llegue el día de la misericordia para nosotros.

Por eso miramos los primeros resplandores de la aurora, pues de ahí nos viene nuestra salvación. Del Señor viene la misericordia a su pueblo y a cada uno de nosotros. Salvación y redención. Sólo él redimirá a su pueblo de todos sus delitos.
Estrenemos un corazón nuevo. Porque si nuestro corazón es como el de los escribas y fariseos, nos dice Jesús, no entraremos en el reino de la gracia y de la misericordia. Y, sí, podemos renovar nuestro corazón. Mejor que renovar, tener un corazón nuevo, distinto, divinizado por la llegada del Espíritu de Jesús, Espíritu de Dios, que toma posesión de nosotros, de lo más íntimo de eso que somos, seres de amorosidad. Que podemos ser si nos ponemos tras el Señor Jesús, siguiendo su camino.
Cuando sea así, todo en nosotros habrá cambiado. Seremos seres nuevos. Se notará en nuestras relaciones con nuestros hermanos. En su delicadeza. Porque, entonces, reconciliarnos con nuestro hermano, será tarea primera, anterior a cualquier sacrificio y ofrenda que se nos quiera prescribir. Porque, entonces, todo lo nuestro será obra de amor. Porque gritábamos desde lo hondo al Señor, ahora nos encontramos como seres cuidadosos del detalle. No sólo nuestros pecados son perdonados, sino que, de la misma, nos convertimos en seres cuidadosos del amor. Porque el nuestro, ahora, es un ser de amorosidad.

Nada de tirarnos de las orejas para crecer en bondad, porque el Espíritu que, como dice san Pablo, grita en nuestro interior: Abba (Padre), habitando en nosotros consigue de nosotros que nuestra acción, nuestras obras, nuestros gestos y palabras, sean caricia de Dios.
Por eso, en la oración sobre las ofrendas le pedimos al Señor que las acepte, pues con ellas, el cuerpo y la sangre de Cristo, ha querido reconciliarse con nosotros y que nosotros nos reconciliáramos con nuestros hermanos, de modo que por ellas nos devuelve, con un amor que se ha hecho eficaz, la salvación eterna. Ese intercambio de amor se nos ofrece en el sacrificio de la cruz. Admirable comercio por medio del cual amamos a nuestros hermanos hasta en el detalle de nuestra ternura amorosa.Y no sólo a nuestros hermanos, claro, sino a todos.

Porque a todos se ofrece la salvación.
Archimadrid

jueves, 25 de febrero de 2010

HACE VEINTICUATRO AÑOS


El 15 de diciembre de 1999 Juan Pablo II llamó al cardenal vietnamita F.X.Nguyen van Thuan para predicar los ejercicios espirituales a la Curia Romana.
Mirándole intensamente le dijo: -¿Tiene usted en la mente algún tema?». -Santo Padre, no sé qué decir, estoy sorprendido. ¿Podría hablar, quizá, de la esperanza?
-¡Traiga su testimonio!». Confuso y conmovido, volvió a casa y entró la capilla: «Jesús, ¿qué tengo que hacer? No estoy acostumbrado a hablar con abundancia de ciencia y de teología. Tú sabes que soy un ex-presidiario».
Decidió hablar tal como le había dicho el Papa: ¡Con humildad, con sencillez! Como los asiáticos que no razonan mediante conceptos, sino que narran una historia, una parábola; y la conclusión resulta clara. Así lo hicieron Confucio, Buda y Gandhi. Y así habló Jesús.
Comparó esos ejercicios a una comida vietnamita. Trataría de hacerla lo mejor que pudiera. Pero el pobre cocinero sabía que no puede hacer absolutamente nada sin el fuego: el Espíritu Santo. El menú «esperanza» lo preparó un ex-presidiario que se hallaba en una situación desesperada, más que desesperada: lo creyeron muerto. El pueblo ofreció por él muchos réquiem. Pero Dios sabe escribir derecho en renglones torcidos. Y estas misas por un difunto le habían traído muchos años de vida. Cuando clausuró los ejercicios dijo:
«Hace exactamente 24 años, el 18 de marzo de 1976, víspera de la fiesta de San José, me sacaron de la residencia forzosa de Cay Vong para ser sometido a un duro aislamiento en la prisión de Phu-Khanh.
Hace 24 años no habría imaginado nunca que un día, justamente en esta fecha, concluiría la predicación de los ejercicios espirituales en el Vaticano.
Hace 24 años, cuando celebraba la misa don tres gotas de vino y una gota de agua en la palma de la mano, no me habría esperado que el Santo Padre hoy me regalara un cáliz dorado.
Hace 24 años nunca habría pensado que hoy, fiesta de San José de 2000, mi sucesor consagraría, precisamente en el lugar donde viví en arresto domiciliario, la iglesia más bella dedicada a san José en Vietnam.
Hace 24 años no habría esperado nunca poder recibir hoy de un cardenal una suma consistente para los pobres de aquella parroquia. ¡Dios es grande, y grande es su Amor! »

miércoles, 24 de febrero de 2010

POR TI

En imágenes y en unas cuantas palabras, esto es la CUARESMA.

(Para escuchar este vídeo, puedes parar la música del blog en ventana de "nuestra música")

martes, 23 de febrero de 2010

UNA CAMPAÑA QUE HA FUNCIONADO


La campaña estadounidense 40 días por la vida salva miles de vidas, también de abortistas
«Funciona, yo estoy aquí»
Cientos de miles de americanos, convencidos de que para ganar la batalla por la vida hay que poner la fe en acción, celebran desde ayer una nueva edición de 40 días por la vida, una campaña de oración, ayuno y testimonio que, en apenas seis años, ha causado un gran impacto. Sus frutos son un ejemplo del poder de la oración
960 horas ininterrumpidas de oración en la calle: de día y de noche, a veces con temperaturas bajo cero, con lluvia o nieve, aguantando el viento, o lo que toque. Y no en un único lugar, sino en 165 localidades de todo Estados Unidos, además de en algunos lugares de Canadá, Australia e Irlanda del Norte y, aunque con fechas algo distintas, en Iberoamérica. Y todo ello surgido de una convicción firme: la oración es la principal arma para acabar con el aborto. Ayer, Miércoles de Ceniza, comenzó en América del Norte una nueva edición de la campaña 40 días por la vida, que se celebra dos veces al año: en otoño y durante la Cuaresma. La base de la campaña es la oración, acompañada de alguna forma de ayuno o renuncia, ya sea absteniéndose de comer algo en concreto, o dedicando a la oración el tiempo que se pasa, por ejemplo, viendo la televisión o navegando por Internet. Esto -insisten los organizadores- se puede hacer desde cualquier lugar. Sin embargo, también es muy importante el testimonio que supone que se vea rezar frente a centros abortistas, a la vez que se intenta asesorar y ofrecer ayuda a las mujeres que acuden a ellos. No es la única campaña provida basada en la oración que se celebra en Estados Unidos, pero en menos de tres años se ha convertido en la principal. Los primeros 40 días por la vida nacieron en una localidad de Texas en 2004, como resultado de la oración de un grupo provida. En unas semanas, se convocó a mil personas, y los abortos descendieron un 28%. Durante los dos años siguientes, un puñado de comunidades de otros lugares copiaron la idea, y desde 2007 tiene lugar una campaña coordinada a nivel nacional, que cada vez atrae a un número mayor de personas y comunidades, y ha conseguido salvar a más de 2.000 niños.Sin embargo, el fruto que ha tenido más eco en nuestro país fue la conversión a la causa provida, el pasado otoño, de doña Abby Johnson, directora de un centro abortista, tras ver un aborto a través del ecógrafo. El centro que dirigía se encuentra en la misma localidad tejana donde nació la campaña. «Los 40 días por la vida funcionan, porque yo estoy aquí», afirmó en un testimonio pocas semanas después. Otro signo de éxito es la reacción de los propios centros abortistas, que, además de insultar a las personas concentradas y boicotear a alguna empresa local que los apoyaba, han acusado a los provida de coacción y han citado la campaña como uno de los principales motivos para pedir leyes que les impidan acercarse demasiado a sus centros.
Un proyecto ecuménico
Desde su inicio, las comunidades cristianas, tanto católicas como protestantes, han sido uno de sus principales motores de esta iniciativa. Como mínimo, se anuncia en ellas la campaña para que los feligreses participen a nivel individual, pero en muchos otros casos las mismas comunidades se reparten los días y se comprometen a que sus feligreses -y pastores- cubran todos los huecos. No han faltado, incluso, algunos obispos y arzobispos católicos que han acudido a acompañar a las personas congregadas ante los centros abortistas. «La gente está poniendo su fe en acción justo allí donde vive», ha explicado a los medios don David Bereit, Director nacional de la campaña, que ve precisamente en ello la causa del «cambio a favor de la vida que se está empezando a producir. Muchos nos han dicho que las campañas eran un nuevo comienzo para los esfuerzos locales en defensa de la vida, que seguirán salvando vidas independientemente de quién gobierne». Se refería al Presidente Obama, con cuya victoria hace más de un año «se perdió una batalla política. Pero se han ganado cientos de vidas. Estoy convencido de que esas victorias tendrán mucho más impacto».
M.M.L.
Los 40 días en cifras...
En las campañas 40 días por la vida realizadas hasta ahora, más de 300.000 personas han rezado en 678 lugares de 282 localidades de Estados Unidos. Esas personas procedían, en gran medida, de más de 9.500 comunidades cristianas. Como resultado directo de su presencia, 2.168 madres -que se sepa- decidieron no abortar, 27 trabajadores de centros abortistas han dejado su trabajo y cinco abortorios donde se rezaba han cerrado permanentemente.
... y lo más destacado según los participantes:
* «La fidelidad de Dios.
Nada es imposible para Él. Y la fidelidad de la gente que defiende a los más débiles».
«Ver a una joven dejar el centro porque nuestro asesor la convenció de que el aborto era la opción equivocada».
«La esperanza renovada de que el aborto acabará en nuestro país, porque cada vez hay más gente implicada».
* «Enseñar a nuestros hijos a ser testigos de la verdad, también con miedo o en situaciones incómodas».
«Había días de un tiempo espantoso y la gente permanecería allí».
* «En alguna medida he podido enmendar el haber ayudado a una pariente a abortar hace años».
* «Llevar a mis alumnos de Religión a rezar y ver que lo entienden».
Alfa y Omega

lunes, 22 de febrero de 2010

CATECISMO


EL PADRE
I "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"
232 Los cristianos son bautizados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19). Antes responden "Creo" a la triple pregunta que les pide confesar su fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu: "Fides omnium christianorum in Trinitate consistit" ("La fe de todos los cristianos se cimenta en la Santísima Trinidad") (S. Cesáreo de Arlés, symb.).
233 Los cristianos son bautizados en "el nombre" del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y no en "los nombres" de estos (cf. Profesión de fe del Papa Vigilio en 552: DS 415), pues no hay más que un solo Dios, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la Santísima Trinidad.
234 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe" (DCG 43). "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela, reconcilia consigo a los hombres, apartados por el pecado, y se une con ellos" (DCG 47).
235 En este párrafo, se expondrá brevemente de qué manera es revelado el misterio de la Bienaventurada Trinidad (I), cómo la Iglesia ha formulado la doctrina de la fe sobre este misterio (II), y finalmente cómo, por las misiones divinas del Hijo y del Espíritu Santo, Dios Padre realiza su "designio amoroso" de creación, de redención, y de santificación (III).
236 Los Padres de la Iglesia distinguen entre la "Theologia" y la "Oikonomia", designando con el primer término el misterio de la vida íntima del Dios-Trinidad, con el segundo todas las obras de Dios por las que se revela y comunica su vida. Por la "Oikonomia" nos es revelada la "Theologia"; pero inversamente, es la "Theologia", quien esclarece toda la "Oikonomia". Las obras de Dios revelan quién es en sí mismo; e inversamente, el misterio de su Ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras. Así sucede, analógicamente, entre las personas humanas, La persona se muestra en su obrar y a medida que conocemos mejor a una persona, mejor comprendemos su obrar.
237 La Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los "misterios escondidos en Dios, que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto" (Cc. Vaticano I: DS 3015. Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su ser trinitario en su obra de Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo.

domingo, 21 de febrero de 2010

DOMINGO I DE CUARESMA


La fidelidad de Jesús

El modelo de referencia de todo cristiano es siempre el Señor Jesús; ya vimos cómo les enseña incluso a los expertos; cómo su persona despertaba tanto interés entre sus conciudadanos, que le seguían a todas partes; cómo sus palabras eran fuente de vida para tantísimas personas, que encontraban en ellas el consuelo y la paz interior... Conforme va pasando el año litúrgico, se irán multiplicando las razones para entender que Jesús es el centro de nuestro interés, porque nos trae la salvación.

En el Evangelio de este domingo, antes de comenzar la etapa pública de su vida, le vemos retirado en oración. El texto precisa: por el desierto, lleno del Espíritu Santo y era tentado por el diablo. En esta ocasión vuelve a darnos otra gran lección: fidelidad total a la voluntad del Padre. El tema de la fidelidad de Jesús es muy importante hoy, porque las seducciones de la vida y de los acontecimientos están a la orden del día, también para cada uno de nosotros; lo sabemos por experiencia, pero debemos anotar cómo respondió Jesús a las tentaciones: con el Padre, sin dudarlo.

Ved la respuesta ante la tentación del alimento, es decir, ante la tentación de la autosuficiencia, lejos de la voluntad del Padre: Él permanece; en la segunda de las tentaciones, se le ofrece el dominio de toda la tierra; es sutil, porque no le niega su condición de Hijo, pero la trampa está en que debe aceptar como su dueño y señor a alguien que no es el Padre, y Jesús la rechaza; en la tercera, le pone el diablo a prueba en la condición de Hijo y le pide que use de sus poderes ante la gente para que vean lo grande que es, y Jesús vuelve a rechazarla. Hermosas lecciones de fidelidad, de dejar a un lado el propio interés, para comenzar la Cuaresma.

En este tiempo que comenzamos, se nos llamará a la conversión muchas veces.

El Santo Padre, en su Mensaje para esta Cuaresma, nos dice algo importante: «Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad». Pero destaco un aspecto que subraya el Papa: «...hace falta la humildad para aceptar tener necesidad del Otro que me libere de lo mío, para darme gratuitamente lo suyo». Leed con serenidad el Evangelio para poder responder como Jesús, para no alejarse de la voluntad de Dios, como hizo san Agustín -en sus Confesiones- al sentir a Dios dentro de sí: «Tu resplandor disipó mi ceguera, exhalaste tus perfumes, respiré hondo y suspiro por Ti, te he paladeado y me muero de hambre y de sed, me has tocado y ardo en deseos de tu paz».
+ José Manuel Lorca Planes

obispo de Cartagena y A.A. de Teruel y Albarracín

sábado, 20 de febrero de 2010

AYUNO, EXPERIENCIA LIBERADORA



FUENTE: ZENIT.ORG
La Cuaresma, momento litúrgico que desemboca en la vivencia de la Pascua de Cristo, es tiempo privilegiado para experimentar la misericordia del Padre, emprendiendo el camino de retorno a su casa. Un camino, la conversión, que desde siempre la Iglesia ha propuesto acompañado del ayuno, la oración, la escucha de la Palabra de Dios y los gestos de amor al prójimo.

Hablan los especialistasEspecialistas en la vida del espíritu reivindican el valor, no intercambiable, de una de estas ayudas para el encuentro con Dios: el ayuno.


René Lejune.Periodista francés, padre de diez hijos, es un entusiasta de esta práctica por convicción y por experiencia. Y ha escrito un libro sobre el tema: «El ayuno, curación y fiesta». «Lo que mejor describe el estado de ánimo, al día siguiente de un ayuno prolongado, en el umbral de la “ierofanía” alimenticia, son el canto y la danza. Te viene el deseo loco de lanzarte, de comunicar a los otros la alegría exuberante. ¿Y no son quizás, tras la prueba libremente deseada y acogida, las bodas renovadas con la vida?


Salvatore Natoli.Para este filósofo, «es un modo de regularse que no acaba en sí mismo: vaciarse para poder ser llenados de Dios. Evitar ceder a la gula para no oscurecer la mente. Hago notar que el espiritualismo cristiano, en esto, se revela muy corporal. Es una práctica a respetar pero ciertamente el cristianismo no puede ser reducible sólo a estos aspectos. Sería demasiado poco».


Sor María Pía Giudici.En el eremitorio de San Biagio, en el franciscano Subiaco, una religiosa salesiana, sor María Pía Giudici, que lleva adelante un peculiar taller del Espíritu y del silencio, por el que pasan cada año personas en búsqueda y muchísimos jóvenes, indica que el ayuno «debe poder dar la ligereza que permita ser hombre y mujeres auténticamente espirituales».


Stella Morra.El ayuno no nació como una norma, indica por su parte la teóloga y profesora de la Universidad Gregoriana, Stella Morra. Fue «una sugerencia de quien lo había vivido como experiencia propiamente cristiana, capaz de hacerme experimentar el misterio». «Subrayo un aspecto antropológico añade: privarse de comida conscientemente hace visible una condición constitutiva del hombre, me hace mendicante y no omnipotente. Y ya sólo como educación cultural haría bien en la sociedad de hoy».

En el aspecto propiamente cristiano—añade la teóloga--, «para renovar el valor del ayuno es necesario descubrir su conexión con la Eucaristía, el alimento por excelencia. Es una experiencia de cultivo del deseo».


Enzo Bianchi.El fundador de la comunidad monástica y prior de Bose, Enzo Bianchi, subraya el valor simbólico del ayuno cristiano e indica que lo que aporta el ayuno no se puede alcanzar sustituyéndolo con otras prácticas. «El ayuno nos hace saber de qué tipo es nuestra hambre, de qué vivimos». “El niño –añade- no se nutre sólo de leche materna, sino que inicialmente no distingue entre comida y madre; por tanto se nutre de las presencias que lo rodean. Come, introyecta voces, olores, formas, rostros y así, poco a poco edifica su personalidad relacional y afectiva. Esto significa que la valencia simbólica del ayuno es absolutamente peculiar y que no tiene equivalentes en otras formas de ascesis. Con el ayuno aprendemos a conocer y a moderar nuestros apetitos a través de la moderación del apetito fundamental y vital: el hambre, y aprendemos a disciplinar nuestras relaciones con los otros, con la realidad externa y con Dios, relaciones siempre tentadas de voracidad”. «Es una pedagogía—concluye—que lleva a la totalidad de la persona a la adoración de Dios».


El ayuno solo se pide el miércoles de ceniza que comienza la cuaresma y el viernes santo, día en que murió nuestro Señor Jesucristo.

Ayuna de juzgar a otros; descubre a Cristo que vive en ellos.

Ayuna de palabras hirientes; llénate de frases sanadoras.

Ayuna de descontento; llénate de gratitud.

Ayuna de enojos; llénate de paciencia.

Ayuna de pesimismo; llénate de esperanza cristiana.

Ayuna de preocupaciones; llénate de confianza en Dios.

Ayuna de quejarte; llénate de aprecio por la maravilla que es la vida.

Ayuna de las presiones que no cesan; llénate de una oración que no cesa.

Ayuna de amargura; llénate de perdón.

Ayuna de darte importancia a ti mismo; llénate de compasión por los demás. Ayuna de ansiedad sobre tus cosas; comprométete en la propagación del Reino. Ayuna de desaliento; llénate del entusiasmo de la fe.

Ayuna de pensamientos mundanos; llénate de las verdades que fundamentan la santidad.

Ayuna de todo lo que te separe de Jesús; llénate de todo lo que a Él te acerque.

viernes, 19 de febrero de 2010

LA CUARESMA DE UN MONJE


Desde la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos
La Cuaresma de un monje
Si usted es de esos a los que les da una insufrible pereza vivir el tiempo de Cuaresma, que acabamos de iniciar, porque sólo tiene ojos para la vigilia de los viernes, o le suena mal la palabra penitencia, es que no se ha enterado de lo que, realmente, significa este tiempo litúrgico.

Un monje de la Abadía benedictina del Valle de los Caídos explica, desde su experiencia física y espiritual, qué es y en qué consiste, verdaderamente, tener espíritu cuaresmal
Un momento de oración monacal
Un monje es un cristiano llamado por Dios a ser testigo de su amor en el mundo. Testigo del amor desbordante de un Padre que quiere tener relaciones de tan estrecha amistad con los hombres, que busca desposarse espiritualmente con cada uno en particular. En el culmen de esta donación, Jesús eligió a sus apóstoles para que estuvieran con Él. Y esto no ha dejado de hacerlo con sacerdotes y religiosos, sin excluir llamadas a consagrarse a personas de toda condición y estado. Pero el objetivo último de esta elección es que todos los seres humanos se sepan llamados a establecer esas relaciones esponsales con Dios en esta vida terrena. En el momento presente, soy uno de esos elegidos afortunados. Afortunado, sí, pero quizás muchos confundan la fortuna de estar con Él aquí, en este mundo, con el bienestar terreno que proporcionan la buena fama, los bienes materiales y los placeres. Estar con Jesús significa que tengo que estar donde Él estuvo, en su misión de siervo sufriente desde que nació. Perseguido, pobre, calumniado, y condenado en la Cruz también por los que se habían beneficiado de sus milagros y le habían aclamado unos días antes. Estar con Jesús significa hacerle presente como alma misericordiosa, sufriente y orante. ¿Cuántos hay disponibles para asumir el rostro misericordioso, sufriente, orante y obediente de Jesús?
¿Se puede vivir siempre como si fuera Cuaresma?
Mi Cuaresma de monje consiste en volver a recibir como un regalo, pero con toda conformidad y verdad, la herencia de Jesús, de la que a veces me quiero escapar sin que se note, combinándola con prácticas incompatibles con la vida y misión del Cordero, que ha venido a quitar el pecado del mundo, pero no con procedimientos humanos. Y yo quiero quitar el pecado de los demás y los míos a mi manera.Dos cosas, ante todo, me propone san Benito respecto a la Cuaresma: que toda mi vida debe ser una Cuaresma, y que en este tiempo litúrgico debo tratar de enmendar las negligencias del resto del año. Éstas son sólo dos consignas de una Regla que se autocalifica esbozo para principiantes. Y la gente pensará que los monjes vivimos en una paz beatífica. Si se supiera a lo que estamos obligados... El único respiro que encuentra uno es cuando, en otro lugar, después de 73 inalcanzables instrumentos del arte espiritual, los resume en el más evangélico: «Y no desesperar jamás de la misericordia de Dios».¿Es sufrible vivir como si siempre fuese Cuaresma? Según se mire. Si Cuaresma en nuestra mente concuerda con la imagen popular desenfocada de lo que significa este tiempo, y en el corazón no se tiene la ilusión de reparar los desplantes que continuamente hacemos al dulce Huésped del alma, entonces la Cuaresma es desagradable. Pero si uno desea dejarse llevar por lo que el Espíritu está siempre alentando al alma, y se apresta a poner atención a ese clamor del Espíritu que hace salir a la luz su condición de hijo de Dios, entonces el silencio interior y exterior, el tener sujetos los sentidos, para que sea el Espíritu quien guíe nuestra vida, se siente como una necesidad, y una fatiga salir de ese estado.
No es mérito nuestro
La experiencia de la propia nada y de la misericordia divina, a Quien no le basta perdonar las faltas de su criatura, sino que se abaja a tener trato de amistad con ella, hacen que uno desee la Cuaresma. Porque reparar las faltas pasadas no es otra cosa que acoger la misericordia de Dios, que sale a tu encuentro. Cuando me sorprendo pensando que esta humilde y generosa iniciativa parte de mi yo, serenamente la rechazo, considerando mi total incapacidad de reparar nada por mí mismo. Y si se trata de enderezar la conducta errónea de algunas de mis actuaciones, procuro desautorizar la insaciable sed de atribuirme el mérito de tales arrestos de conversión.

Desde mi percepción, parece que no me equivoco al pensar que a mí se me ha ocurrido y lo he hecho. Pero el conocimiento sobrenatural de la Sagrada Escritura me aclara: «Sin mí no podéis hacer nada». Y además, los pobres resultados me hablan muy claro de lo que soy capaz. Una vez más, la dura realidad refleja mi poca confianza en el poder y el amor de Dios, que quiere hacer cosas grandes, cuando mi amor propio deje el campo libre y no estorbe.

Y si todavía me parece que Dios no oye mis oraciones, he de purificar mi visión hasta percibir la obra silenciosa de Quien se ha complacido en darme constancia y paciencia, a pesar de ser tan desagradecido e indiferente a su amor.
Fray José Ignacio González Villanueva

jueves, 18 de febrero de 2010

"POR TANTOS", FUNCIONA


Más de siete millones de declaraciones de la renta de 2009, correspondientes al IRPF de 2008, han permitido a la Iglesia católica recaudar 252,7 millones de euros. Son once más que el año anterior, y permitirán, según su secretario y portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, mantener su labor de apoyo y asistencia a pesar de la crisis.
Según los datos facilitados hoy por la Conferencia Episcopal Española (CEE) en una rueda de prensa, el número de declaraciones con asignación a favor de esta confesión se ha incrementado en 237.143, mientras que en los dos últimos años se ha producido un aumento de 711.975.El secretario y portavoz de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, ha señalado que si se tiene en cuenta que un buen número de declaraciones son conjuntas (entre un 20 y un 25 por ciento), "podemos estimar que en la pasada primavera nueve millones de contribuyentes asignaron a favor de la Iglesia católica".


Los más de 252 millones de euros de recaudación total de la pasada campaña de la renta supone un incremento de más de 11 millones con respecto al ejercicio anterior. La proporción de declaraciones a favor de la Iglesia es del 34,31 por ciento, un porcentaje similar a años anteriores, según ha señalado el vicesecretario de Asuntos Económicos de la CEE, Fernando Jiménez.Martínez Camino ha asegurado que los resultados de este ejercicio "permitirán mantener el sostenimiento de las actividades básicas de la Iglesia en niveles de eficiencia y austeridad semejantes a los que han venido siendo habituales hasta ahora".Ha explicado que para interpretar de manera correcta los datos hay que recordar que el incremento del coeficiente del 0,7 por ciento estuvo acompañado de la eliminación de la exención del IVA, desde el 1 de enero de 2007, que suponía para la Iglesia un ahorro de unos 30 millones de euros.Esta cantidad debe ser compensada ahora por el nuevo sistema, por el que, según ha recordado también Camino, ha dejado de existir el denominado "complemento presupuestario", de tal forma que la Iglesia "sólo recibe lo que resulta de la asignación voluntaria de los contribuyentes".Por ello, el obispo portavoz ha incidido en que en este nuevo sistema "seguirá siendo fundamental" la decisión personal de los ciudadanos de marcar en su declaración de la renta la casilla correspondiente a la Iglesia católica o bien la conjunta para esta institución y para "otros fines sociales".
La Razón

miércoles, 17 de febrero de 2010

MIERCOLES DE CENIZA: "AHORA ES TIEMPO DE GRACIA. ESTE ES TIEMPO DE SALVACIÓN"


Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.
La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.
Tradición
En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.
Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.Significado simbólico de la Ceniza
La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.
Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.
Aceprensa

martes, 16 de febrero de 2010

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE



Lc 6, 17. 20-26
No es fácil entender que el bienestar que nos dan la riqueza, la satisfacción, la alegría y la estima de los demás pueda ser un peligro para nuestras almas. Y sin embargo, quien no lo entiende, ya está en un serio peligro de perder su alma.
Tampoco es fácil entender que el malestar que nos producen la pobreza, la insatisfacción, la tristeza y el desprecio de los demás pueda ser un tesoro valiosisísimo para el hombre. Y, sin embargo, quien no lo entiende, corre el riesgo de tirar por la ventana ese tesoro.
Una vez vi como un niño se echó a llorar asustadísimo por un perro que le había ladrado. Su padre tomó en los brazos al niño que gimoteaba ¡perro malo! ¡perro malo! Después de abrazarlo, cuando el niño se había calmado un poco, su padre, empezó a decirle: Es un perrito bueno, no te va a hacer daño porque estás aquí con papá. Además el perrito solo quiere jugar, mira como mueve la cola, ¿ves?, está contento. Cuando el niño vio que su padre jugaba con el perrito y lo acariciaba se le fue pasando el miedo, se atrevió a tocarlo, luego a acariciarlo... y al final no quería marcharse de allí sin el perro. Se habían hecho amigos.
Algo así nos pasa a todos con el malestar, nos da miedo. Necesitamos que alguien nos enseñe a convivir con todo eso, con la pobreza, con la insatisfacción, con las penas de la vida y hasta con el desprecio de los demás. Eso hace Jesús con sus discípulos. Él mismo abraza la pobreza, el dolor, la cruz y todas esas cosas que nos dan miedo para decirnos: si fueran cosas malas yo no estaría abrazado a ellas, no quiero nada malo para vosotros. Ahora venid también vosotros conmigo y comprobaréis cuánta alegría brota de la Cruz.
Otra historia. Es la historia de una chica lista y rica por su casa. Las mejores notas en el colegio y en la universidad: las suyas. Su buen humor y su simpatía la hacían muy popular, tanto que solo hablaban mal de ella los envidiosos. Esquiaba como los pingüinos -no sé si se dice así- y era buena en un montón de deportes y en su álbum de fotos aparecía siempre sonriente. Un día leyó este evangelio y pensó: he recibido mucho, no puedo dejar de dar gracias a Dios. Aparentemente su vida no cambió nada: no se convirtió en una chica tonta, ni se arruinó ni dejó de esquiar ni de sonreir. Sin embargo llegó a una conclusión: todo lo que tengo es prestado, tiene un valor relativo y pasará. Solo Dios basta. Esa chica, desde entonces, lleva siempre consigo una imagen de la Virgen María porque dice que Ella, la Virgen, entendió estas cosas como nadie.

Javier Vicens

lunes, 15 de febrero de 2010

CATECISMO


Resumen


228 "Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el Unico Señor..." (Dt 6,4; Mc 12,29). "Es absolutamente necesario que el Ser supremo sea único, es decir, sin igual...Si Dios no es único, no es Dios" (Tertuliano, Marc. 1,3).
229 La fe en Dios nos mueve a volvernos solo a El como a nuestro primer origen y nuestro fin último;, y a no preferirle a nada ni sustituirle con nada.
230 Dios al revelarse sigue siendo Misterio inefable: "Si lo comprendieras, no sería Dios" (S. Agustín, serm. 52,6,16).
231 El Dios de nuestra fe se ha revelado como El que es; se ha dado a conocer como "rico en amor y fidelidad" (Ex 34,6). Su Ser mismo es Verdad y Amor.

domingo, 14 de febrero de 2010

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO


¡Bienaventurados vosotros, los pobres! ¡Ay de vosotros, los ricos!:


La página del Evangelio de este domingo, las Bienaventuranzas, nos permite verificar algunas cosas que dijimos, con anterioridad, acerca de la historicidad de los evangelios .
Decíamos en aquella ocasión que, al referir las palabras de Jesús, cada uno de los cuatro evangelistas, sin traicionar su sentido fundamental, desarrolló un aspecto en lugar de otro, adaptándolas a las exigencias de la comunidad para la que escribía. Mientras Mateo refiere ocho Bienaventuranzas pronunciadas por Jesús, Lucas refiere sólo cuatro. En compensación, sin embargo, Lucas refuerza las cuatro Bienaventuranzas, oponiendo a cada una de ellas una maldición, introducida por un «¡ay!». Más aún: mientras el discurso de Mateo es indirecto: «¡Bienaventurados los pobres!», el de Lucas es directo: «¡Bienaventurados vosotros, los pobres!». Mateo acentúa la pobreza espiritual («bienaventurados los pobres de espíritu»), Lucas acentúa la pobreza material («bienaventurados vosotros, los pobres»).

Pero son detalles que no cambian en lo más mínimo, como se ve, la sustancia de las cosas. Cada uno de los dos evangelistas, con su modo particular de referir la enseñanza de Jesús, subraya un aspecto nuevo, que de otra forma habría quedado en la sombra. Lucas es menos completo en el número de las Bienaventuranzas, pero recoge perfectamente su significado de fondo.

Cuando se habla de las Bienaventuranzas, el pensamiento va inmediatamente a la primera de ellas: «Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios». Pero en realidad el horizonte es mucho más amplio. Jesús traza, en esta página, dos modos de concebir la vida: o «por el reino de Dios» o «por la propia consolación», esto es, o en función exclusivamente de esta vida o en función de la vida eterna.

Esto es lo que evidencia el esquema de Lucas: «Bienaventurados vosotros – Ay de vosotros»: «Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios... ¡Ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo».Dos categorías, dos mundos. A la categoría de los bienaventurados pertenecen los pobres, los hambrientos, los que ahora lloran y los que son perseguidos y proscritos a causa del Evangelio. A la categoría de los desventurados pertenecen los ricos, los saciados, los que ahora ríen y los que son llevados en la palma de la mano por todos. Jesús no canoniza sencillamente a todos los pobres, los que padecen hambre, los que lloran y son perseguidos, como no demoniza simplemente a todos los ricos, los saciados, los que ríen y son aplaudidos. La distinción es más profunda; se trata de saber sobre qué cosa uno fundamenta su propia seguridad, sobre qué terreno está construyendo el edificio de su vida: si sobre aquél que pasa o sobre aquél que no pasa. La página de hoy del Evangelio es verdaderamente una espada de doble filo: separa, traza dos destinos diametralmente opuestos. Es como el meridiano de Greenwich que divide el este del oeste del mundo. Pero por fortuna con una diferencia esencial. El meridiano de Greenwich está fijo: las tierras que están al este no pueden pasar al oeste, igual que está fijo el ecuador que divide el sur pobre del mundo del norte rico y opulento.

La línea que divide, en nuestro Evangelio, a los «bienaventurados» de los «desventurados» no es así; es una barrera móvil, absolutamente posible de atravesar. No sólo se puede pasar de un sector a otro, sino que toda esta página del Evangelio fue pronunciada por Jesús para invitarnos y animarnos a pasar de una a otra esfera. La suya no es una invitación a hacernos pobres, ¡sino a hacernos ricos! «Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios». Pensemos: pobres que poseen un reino, ¡y lo poseen ya desde ahora! Aquellos que deciden entrar en este reino son, en efecto, desde ahora hijos de Dios, son libres, son hermanos, están llenos de esperanza de inmortalidad. ¿Quién no desearía ser pobre de esta forma?
P. Raniero Cantalamessa

sábado, 13 de febrero de 2010

EN HAITÍ SE SIGUE SUFRIENDO



Isabel es una misionera española que lleva años viviendo en Haití. Ha mandado un correo a sus amigos españoles y alguien nos lo ha mandado a nosotros.


Se sigue sufriendo mucho en Haití. No olvidemos nuestra ayuda económica y oración.




Hola a todos,
estoy un poco aturdida, cansada y triste pero voy a intentar escribir algo porque sois tantos los que me estáis apoyando en este momento que es lo menos que puedo hacer...
Hemos vuelto a Gros Morne a descansar porque estamos muy cansadas...creo que cada vez aguantamos menos... bueno, yo menos que Jackie y Britany me parece.
Todo esto es tan dantesco que se que tardare años en digerirlo... pero pido que algo bueno salga de esta catástrofe, no se qué, no entiendo por que...pero necesito tener un agujerito de esperanza para poder seguir viviendo después de todo lo pasado hasta ahora...
Al principio fue el encuentro con la muerte cruda y dura, después los heridos, ahora somos los supervivientes refugiados....y todas las consecuencias que va trayendo un terremoto. Nunca se piensa en ello hasta que te toca en tu carne.
Necesito seguir vislumbrando por donde seguir...estoy perdida, como tanta gente, sin casa, sin comunidad...eso es lo que me hace sentir mas cerca de ellos, que estoy pasando lo mismo..aunque sin que me hayan cortado una pierna, y sin haber perdido a nadie de mi propia comunidad.
Hay comunidades religiosas que han sido golpeadas duramente. Las Hijas de María han perdido a 26 hermanas, incluido el Consejo General, los salesianos a 3, las Hijas de la Caridad a 1, los monfortianos a 11 seminaristas y 1 sacerdote... No sigo...
Después de colaborar en el Hospital Sacre Coeur, como vinieron muchos equipos médicos potentes y bien organizados, de estados Unidos, Francia, Jamaica...y dado que donde estoy alojada con mi tienda de campaña hay un grupo de religiosos que han venido de R. Dominicana a colaborar, me integré en su grupo que trataba de llegar donde nadie había llegado... decidimos llegar a la parte de la ciudad que sube por la montaña en una zona llamada Martisan. Es una zona de chabolas de bloques que forran la montaña de una forma increíble... No hay acceso con coche, solo hasta cierto punto, luego toca a pie... Nos dijeron que había muchos heridos arriba que no podían bajar al hospital por la dificultad de la bajada. Y que llevaban dos semanas así... empezamos el ascenso y yo me quede aterrada. (Mandaré fotos cuando las tenga..) Todas las casas están destruidas y hay que escalar entre bloques para subir. Pero la gente sigue ahí, encima de sus casas, muchos de ellos porque nos decían que debajo de las ruinas estaba su mujer, o sus hijos o su hermana.. y no querían dejarlos.. Empezaron a salir heridos por todas partes, sobre todo niños... cabezas con brechas sin curar, piernas rotas sin entablillar, brazos rotos o dislocados, heridas infectadas abiertas... eso de cerca. Si levantabas la vista ves dos colinas totalmente destruidas, como si una batidora las hubiera revuelto. Me quede sin respiración. Bajé la mirada y solo vi miradas tristes de niños heridos que seguían haciendo su vida como podían con esa brecha abierta o esa herida infectada... Bajamos a un hombre con la pierna gangrenada. Amputación segura, pensé yo, ya me lo se... Un hombre paralitico, una mujer con la pelvis rota, una mujer embarazada de seis meses con amenaza de aborto y con el brazo roto.
Creo que estuvimos más de cuatro horas pasando por las casas haciendo curas... vimos a bastantes que necesitaban ir al hospital y bajamos a los que pudimos y que nos parecían más urgentes. No todos...Era demasiado difícil moverlos y no teníamos los medios para hacerlo bien...
Pedí ayuda a las Hijas de la Caridad y ellas llamaron a un grupo de bomberos españoles que vinieron para rescates difíciles y bajaron a otros tantos.
No me acostumbro a ver tantas casas destruidas, tanta gente durmiendo en la calle y en tiendas improvisadas con telas y palos.
Cuando me encuentro en mi tienda de campaña durmiendo sola, me digo a mi misma: Vaya cambio, Isa, antes vivías con tres personas en una casa tan linda, y estábamos tan a gusto las cuatro, y ahora estas sola en una tienda de campana. Vivian a punto de ser operada del brazo, Middia recuperándose en su casa de su fisura de fémur y de todas las magulladuras tras estar cuatro horas bajo los escombros, Gardine superando la muerte de su hermano en la comunidad de Gros Morne... y yo aquí. Cómo puede cambiar la vida en cuestión de un minuto? Solo Dios sabe.
Las calles a partir de las seis de la tarde se cierran y se vuelven dormitorio.
La mayoría de edificios, escuelas e iglesias todavía tienen los cadáveres debajo y toda la ciudad sigue oliendo a muerte, aun después de tres semanas.
Las filas de gente para recoger la alimentación del WFP con ayuda de los camiones de la ONU pueden ser de varias horas de espera o de varios Km. Pero quiero que se diga que aunque lentamente y aunque aun no se llega a todas las zonas, se esta haciendo bien y con orden. O por lo menos eso es lo que yo he visto. Puede haber algún disturbio, pero no fuera de la normalidad en estas situaciones. La gente esta nerviosa y hambrienta, triste y desorientada. Pero aun faltan muchas zonas por repartir alimentación. Puerto Príncipe es tan grande...
Porque la segunda parte del terremoto es el hambre. La gente empieza a ponerse a veces violenta porque tiene hambre.
A mi ya no me extraña nada, he experimentado que el hambre te puede empujar a hacer cualquier cosa.
La otra parte es la búsqueda de cadáveres y levantamiento de edificios, aunque es muy lento, es horriblemente doloroso. El que tiene suerte llega a localizar a su familiar muerto. La mayoría no se reconocerán o ni siquiera de descubrirán porque son demasiados los días que han pasado y ya están descompuestos e irán a las fosas comunes o se mezclaran con la basura.
Mi casa esta demasiado agrietada para entrar, esta torcida, se han roto las tuberías y se ha hundido algo de forma que las puertas ya no cierran. Fue suficientemente fuerte para salvarme la vida. Pero no podría seguir viviendo en ella para agradecérselo ni aunque me dijeran de arreglarla... tengo el miedo muy dentro. Aun escucho el crujir de ese momento.
Mi parroquia, Sacre Coeur tiene 30 personas muertas debajo, que tenían una reunión. Aun están ahí a día de hoy (3 de febrero). Conocía a bastantes de ellos.
Los alumnos que deje debajo de la escuela a la que acudí primero también siguen ahí. El olor se siente en toda mi calle y en mi casa. No puedo mirar esa escuela sin que se me parta el alma. Creo que algo de mi se murió con ellos. Y no hay noche que no vea sus manos pidiéndome ayuda y gritándome... No hay noche que no vuelva a sentir el terror que sentí cuando se repetían las replicas y luchaba entre mi seguridad y las suplicas de ayuda de los chicos de la escuela.
No quedan escuelas en Puerto Príncipe. Yo diría que se han derrumbado todas... al menos las más importantes, las de religiosos todas, si queda una no la conozco.
Se han derrumbado todos los ministerios, el palacio nacional y la catedral. También el Obispo ha muerto... con su pueblo. Todo eso ya lo sabéis por los medios de comunicación y mejor que yo. Pero descubrirlo conduciendo por las calles es otra cosa. Se descubren mejor las consecuencias de todo ello. Se piensan tantas cosas...
Qué futuro nos espera ??? qué siente esta gente que lo ha perdido todo??? ahora lo se mejor que antes porque yo misma he perdido no todo, pero si mucho. Nada se sabe mejor que cuando se vive en carne propia.
Y siento una tristeza inmensa. Aun no me siento con fuerzas para hacer nada. Me refiero a tomar decisiones. Es muy pronto. Me siento muy débil y poca cosa. No haría mas que llorar...
Me gustaría deciros que estoy animada, que adelante, hay que seguir, que la vida sigue y hay que luchar... y todo eso... pero no puedo mentiros. Estoy derrumbada.
Me decís demasiadas cosas bonitas en vuestros correos que no solo no me definen sino que hasta me duele leerlo porque no soy así. Y en medio de este desastre no me siento digna de recibir ni medio elogio.
Os agradezco vuestro apoyo y cercanía, vuestra solidaridad y cariño. Pero no se si podéis comprender lo que me cuesta recibir esto en medio de tanto sufrimiento. Es como si yo recibiera un regalo mientras todo el mundo aquí sufre miseria, hambre y dolor... No puedo. Yo solo veo mi cobardía y mi debilidad. Y esa es la realidad.
También os tengo que reconocer que me cuesta rezar... me quedo callada delante de Dios y no se que decir... Espero lo hagáis por mi... porque a mi no me salen las palabras. Lo único que he sido capaz de repetir alguna vez es: SALVANOS, SEÑOR,!... SALVA A TU PUEBLO!! Gracias por todo. Un abrazo a cada uno.

Isa

viernes, 12 de febrero de 2010

CONTRA EL HAMBRE, DEFIENDE LA TIERRA


DÍA DEL AYUNO VOLUNTARIO, DENTRO DE LA CAMPAÑA ANUAL DE MANOS UNIDAS.

AQUÍ PUEDES LEER EL MANIFIESTO QUE HAN ELABORADO PARA LA CAMPAÑA DE ESTE AÑO



jueves, 11 de febrero de 2010

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES (JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO)


Hasta mediados del siglo XIX, nadie conocía el nombre de Lourdes, excepto los habitantes de las aldeas circundantes, de la que Lourdes, un pueblo de unos escasos cuatro mil habitantes, era la cabeza del partido judicial. Sin embargo, entonces y ahora, Lourdes tiene la belleza propia de los pueblos pirenaicos, con su verde sempiterno, con sus callejas empinadas que suben o bajan del castillo. Y un valor añadido: el majestuoso paso del río Gave por sus inmediaciones, con sus verdes valles, sus empinados riscos y las caprichosas rutas de los montículos de su ribera.
Precisamente en una de esas grutas iba a ocurrir un acontecimiento que cambiaría por completo la vida de aquel ignoto pueblo perdido en las estribaciones de los Pirineos.




Conoce más sobre las apariciones de Lourdes AQUÍ
Te mostramos también este enlace a la página oficial del Santuario, donde puedes incluso dejar tu intención de oración para que sea presentada hoy mismo ante la imágen de la Inmaculada Concepción
La Iglesia hoy celebra la Jornada Mundial del Enfermo. Oramos por todos los enfermos, para que encuentren en Jesús el consuelo y la fortaleza y para que el Señor abra nuestro corazón a ellos y sus necesidades.
Testamento espiritual de Santa Bernardita:
“Por la porbreza en la que vivieron papá y mamá, por los fracasos que tuvimos, porque se arruinó el molino, por haber tenido que cuidar niños, vigilar huertos frutales y ovejas; y por mi constante cansancio...., te doy gracias, Jesús.
Te doy las gracias, Dios mío, por el fiscal y por el comisario, por los gendarmes y por las duras palabras del Padre Peyramale...
No sabré cómo agradecerte, si no es en el paraíso por los días en que viniste, María, y también por aquellos en los no que no viniste. Por la bofetada recibida, y por las burlas y ofensas sufridas, por aquellos me me tenían por loca y por aquellos que veían en mí a una impostora; por alguien que trataba de hacer un negocio..., te doy las gracias, Madre.
Por la ortografía que jamás aprendí, por la mala memoria que siempre tuve, por mi ignorancia y por mi estupidez, te doy las gracias.
Te doy las gracias porque si hubiese existido en la tierra un niño más ignorante y estúpido tú lo hubieses elegido...
Porque mi madre haya muerto lejos. Por el dolor que sentí cuando mi padre, en vez de abrazar a su pequeña Bernardita, me llamó “hermana María Bernarda”..., te doy las gracias.
Te doy las gracias por el corazón que me has dado, tan delicado y sensible, y que me colmaste de amargura...
Por que la madre Josefa anunciase que no siervo para nada, te doy las gracias. Por el sarcasmo de la madre maestra, por su dura voz, por sus injusticias, por su ironía y por el pan de la humillación..., te doy las gracias.
Gracias, por haber sido como soy, porque la madre Teresa, pudiese decir de mí: “Jamas le cedáis lo suficiente”...
Doy las gracias por haber sido una privilegiada en la indicación de mis defectos, y que otras hermanas pudieran decir: “Que suerte que no soy Bernardita”.
Agradezco haber sido la Bernardita a la que amenazaron con llevarla a la cárcel porque te vi a ti, Madre...Agradezco que fui una Bernardita tan pobre y tan miserable, que, cuando me veían, la gente decía: “Esa cosa es ella?”.., la Bernardita que la gente miraba comi si fuese el animal más exótico....
Por el cuerpo me me diste, digno de compasión y putrefacto..., por mi enfermedad que arde como el fuego y quema como el humo, por mis huesos podridos, por mis sudores y fiebre, por los dolores agudos y sordos que siento..., te doy las gracias, Dios mío.
Y por el alma que me diste, por el desierto de mi sequedad interior, por tus noches y por tus relámpagos, por tus rayos..., por todo. Por ti mismo, cuando estuviste presente y cuando faltaste... te doy las gracias, Jesús”.




miércoles, 10 de febrero de 2010

¿POR QUÉ SOY CRISTIANO?



M tiene 25 años, recién acabados sus estudios ha entrado en una multinacional donde lo explota un jefe sin compasión. Él está contento. Su precioso testimonio nos habla de un joven que se siente elegido y amado, sorprendido y fascinado por Alguien que le llama a una vida que ni tan siquiera puede imaginar:


«Preguntarle a un cristiano porque lo es (o más bien porque desea la gracia para serlo), es como preguntarle a alguien que haya visto a Giselle Bündchen por que le gusta! ¿Hay acaso elección? Lo cierto es que en mi vida, sólo ha habido un pequeño instante de elección y fue, tal y como le ocurrió al ciego de Jericó que esperaba en el camino, el instante en el que oyendo que Jesús iba a pasar por allí, decidí quedarme sentado. Todo lo demás ha sido inevitable. Todo lo demás es gracia. Una vez que fui mirado y abrazado por Jesús, supe que no había otra verdad, que la que se ve con sus ojos y se palpa con sus manos abiertas en la cruz. ¿Así que porque vivir una vida achatada a mis limitaciones y mis miedos si Jesús me regala su estatura? La verdad es que soy cristiano por conveniencia, menudo regalazo! Ahora recupero mi deseo de niñez: cuando sea mayor quiero ser cristiano. “Ni ya tengo otro oficio, que ya solo en amar es mi ejercicio” (san Juan de la Cruz)»

De "Saber esperar"

martes, 9 de febrero de 2010

"LA JUSTICIA DE DIOS SE HA MANIFESTADO POR LA FE EN JESUCRISTO"



Nuestra entrada de hoy la ha escrito el Papa. Se trata de su mensaje para la Cuaresma de este año, que está a punto de empezar.


Os recomendamos vivamente su lectura porque siempre necesitamos actualizar el amor y la salvación GRATUITA en Jesucristo.




"Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo (cf. Rm 3,21-22).


Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra "justicia", que en el lenguaje común implica "dar a cada uno lo suyo" - "dare cuique suum", según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste "lo suyo" que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle.


Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia "distributiva" no proporciona al ser humano todo "lo suyo" que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si "la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo… no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios" (De Civitate Dei, XIX, 21).


"El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: "Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre… Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas" (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene "de fuera", para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar -advierte Jesús- es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: "Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre" (Sal 51,7).


Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre.




¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?


En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que "levanta del polvo al desvalido" (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en "escuchar el clamor" de su pueblo y "ha bajado para librarle de la mano de los egipcios" (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18).


Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un "éxodo" más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar.


¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: "Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado… por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).


¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás.


El hecho de que la "propiciación" tenga lugar en la "sangre" de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la "maldición" que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la "bendición" que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14).


Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de "lo suyo"? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo "mío", para darme gratuitamente lo "suyo". Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia "más grande", que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica".

lunes, 8 de febrero de 2010

CATECISMO


IV Consecuencias de la fe en el Dios único
222 Creer en Dios, el Unico, y amarlo con todo el ser tiene consecuencias inmensas para toda nuestra vida:
223 Es reconocer la grandeza y la majestad de Dios: "Sí, Dios es tan grande que supera nuestra ciencia" (Jb 36,26). Por esto Dios debe ser "el primer servido" (Santa Juana de Arco).
224 Es vivir en acción de gracias: Si Dios es el Unico, todo lo que somos y todo lo que poseemos vienen de él: "¿Qué tienes que no hayas recibido?" (1 Co 4,7). "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?" (Sal 116,12).
225 Es reconocer la unidad y la verdadera dignidad de todos los hombres: Todos han sido hechos "a imagen y semejanza de Dios" (Gn 1,26).
226 Es usar bien de las cosas creadas: La fe en Dios, el Unico, nos lleva a usar de todo lo que no es él en la medida en que nos acerca a él, y a separarnos de ello en la medida en que nos aparta de Él (cf. Mt 5,29-30; 16, 24; 19,23-24):
Señor mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti. Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti. Señor mío y Dios mío, despójame de mi mismo para darme todo a ti (S. Nicolás de Flüe, oración).
227 Es confiar en Dios en todas las circunstancias, incluso en la adversidad. Una oración de Santa Teresa de Jesús lo expresa admirablemente:


Nada te turbe / Nada te espanteTodo se pasa / Dios no se muda

La paciencia todo lo alcanza / quien a Dios tieneNada le falta / Sólo Dios basta. (poes. 30)

domingo, 7 de febrero de 2010

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO


Aquel bendito pescador

Simón y sus compañeros son sorprendidos por Jesús en el quehacer banal de cualquier día de su vida: mientras estaban lavando las redes vacías, tras una noche desafortunada. Ahí, en ese cotidiano transcurrir de una vida, ahí estaba también el Señor. Allí acontece un diálogo entre Jesús y Simón, que es ejemplar. “Rema mar adentro, y echa las redes para pescar”. Y responde Simón: hemos estado toda la noche intentándolo en balde, pero por tu palabra, volveré a echar las redes. Es muy hermoso leer este diálogo paralelamente con el del final del Evangelio de S.Juan, cuando vuelvan a encontrarse Jesús y Pedro –entonces será ya Pedro– en un mismo escenario: el mismo lago, una barca, entre redes vacías y noches estériles (Cfr. Jn 21,1-24).
En ambos encuentros, lo que determina el asombro de Simón Pedro es la repuesta de Jesús a la vaciedad de los esfuerzos de éste. No hay lugar a “pactos”, no se trata de una “negociación”, sino el impresionante estupor ante algo más grande que Pedro. Porque Simón, buen conocedor de las horas oportunas para su bregar pescador, cuando ve lo sucedido no hace una interpretación simplona o racionalista: tú ves más que yo, has tenido más suerte, hemos sido afortunados por dar finalmente con el banco de peces... No, la reacción de Simón es la de un asombro netamente religioso: “apártate, Señor, que soy un pecador”.
En su último encuentro en el lago Tiberíades, aún sabiéndose pecador –y quizás con una conciencia de ello que ahora no tiene todavía–, lejos de decir a Jesús que se aparte, será él quien se lanzará al agua para acortar la distancia. Vale la pena leer los dos encuentros. Finalmente, la llamada y la respuesta: serás pescador de hombres... y ellos, dejándolo todo, lo siguieron. Este Evangelio es toda una meditación que hay que leer despacio, como quien intuye –así es en realidad– que uno mismo está en esa barca, que a uno mismo se dirige el Señor, no como a una muchedumbre anónima, sino con mi nombre y situación.
Porque sólo entenderemos este encuentro entre Simón y Jesús, cuando en él veamos descrito nuestro propio encuentro con el Señor. O dicho de otro modo, cuando en el cotidiano lavar nuestras redes, o entre nuestros pucheros y quehaceres, descubrimos una Voz y vemos una Presencia, que nos llama desde todos nuestros vacíos a una plenitud insospechada para la que habíamos trabajado desde nuestras fuerzas insuficientes, la plenitud que había soñado nuestro corazón y para la que está hecho. Ellos, dejándolo todo, siguieron a Jesús.


+ Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Administrador Apostólico de Huesca y Jaca

07 febrero de 2010

sábado, 6 de febrero de 2010

SOBRE LA VIDA DE MARÍA


Este documento expone una serie de conclusiones acerca de la vida de la Virgen María, extraídas de la propia Biblia así como de la forma de vida que se llevaba en esa época en Israel. También estima la fecha de algunos acontecimientos importantes en su vida......


...Lo datos que propondremos, los hemos tomado o de la Escritura o del uso común, según se vivía en aquel tiempo.Si pensamos que María debía tener entre 14 y 16 años cuando se casó con José ya que esta era la edad en que las muchachas hebreas contraían matrimonio, podemos decir que María debió nacer cerca del año 23 o 20 a.C.Este dato es aproximado y tiene en cuenta el error de cálculo sobre la fecha del nacimiento de Cristo, el cual debió ocurrir muy posiblemente en el año 4 a.C. (es decir 4 años antes de la fecha en que se supuso por muchos años y que marcó nuestro calendario).De la vida de María antes de la Anunciación no sabemos nada. Por una muy antigua tradición se les ha atribuido el nombre de Ana y Joaquín a sus Padres, los cuales muy posiblemente vivirían en Nazaret.Según la costumbre judía María habrá realizado su desposorio (parte legal del matrimonio judío en el cual se obtienen todos los derechos y obligaciones de los esposos), con un joven (quizás de unos 27 años) llamado José, originario de Belén, posiblemente entre el 9 y el 6 a.C. (cf. Mt 1,16; Lc 1,27).Se presume que la Anunciación del ángel y la concepción de Jesús haya sido entonces en el año 5 a.C. (cf. Lc 1,26-38). Sabemos por la Escritura que inmediatamente se puso en camino para visitar a su prima (Lc 1,39), lo que indica que la vista ocurrió dentro del mismo año.

Al regreso de su visita a santa Isabel, y después de la visita del ángel a José para explicarle el misterio, se realizó la ceremonia religiosa y la fiesta de bodas de José y María, a partir de la cual empezarían a vivir juntos (Mt 1,24).Debido al censo, José y María tuvieron que trasladarse a Belén (Lc 2,1) en donde nació Jesús probablemente en la primavera del año 4 a.C. A los 8 días, de acuerdo a la Ley judía, José lo llevó para que fuera circuncidado seguramente a la sinagoga de Belén (Lc 2,21).

A los 40 días del nacimiento de acuerdo a la Ley, María debía purificarse del parto, por lo que la joven pareja subió al templo de Jerusalén en donde presentaron al niño al Señor y tuvieron el encuentro con Simeón y Ana, la profetiza (Lc 2,25-38).Los datos de cuándo regresó María y su familia a Nazaret no son claros, ya que por un lado Lucas, después de la presentación en el Templo nos indica que regresaron a Galilea, mientras que Mateo, que no habla de este evento, nos presenta la llegada de los magos de oriente (Mt 2,1-11), la huida de la Santa Familia a Egipto (Mt 2,13-14) y la muerte de los inocentes (Mt 2,16-18) y solo hasta la muerte de Herodes, el regreso a Nazaret. De acuerdo a algunos informes, Herodes habría muerto posiblemente en el año 4 d.C. Por ello una posible reconstrucción de esta etapa de la vida de la santa familia sería: Después de la presentación en el Templo, es muy posible que la santa familia haya regresado a Belén, de donde era originario José.

En ese lugar se haya establecido por espacio al menos de un año (dado que Herodes mandará matar a todos los niños menores de 2 años). Durante este período ocurrió la visita de los magos (3/2 a.C.), enseguida la familia se fue a vivir a Egipto en donde permaneció por espacio de unos 4-6 años, para luego, avisados por el ángel (Mt 2,19-21) de la muerte de Herodes regresar a Israel y posteriormente dirigirse de nuevo a Nazaret en donde transcurriría el resto de su vida hasta la manifestación pública de Jesús (Mt 2,22-23).Podemos decir que a partir del año 6 d.C. la familia vivió establemente en Nazaret. Cada año, según la tradición judía, se hacía una peregrinación al Templo de Jerusalén.

De acuerdo a san Lucas, cuando Jesús cumplió 12 años, es decir cuando alcanzó la ciudadanía y todos los derechos y obligaciones de un judío, fueron como de costumbre al Templo (Lc 2,41-50). Esta ocasión servirá a Jesús para recordarles a sus padres, que aunque el tiempo va pasando y nada extraordinario sucede en sus vidas, el es Hijo de Dios, destinado a ser la luz y la salvación del mundo. Después de este suceso, la vida de José y María transcurrirá normalmente en Nazaret (Lc 2,51).

Durante este período, de acuerdo a una muy antigua tradición y dado que no se vuelve a mencionar a José, la Iglesia ha creído que José murió santamente muy posiblemente cuando Jesús habría tenido unos 25 años, (ya que para ese entonces ya sería un carpintero reconocido que trabaja junto con su padre, como lo mencionan los evangelios). Contrario a lo que se ha difundido sobre la figura de José, al cual se le ha hecho aparecer como un viejito, con el fin de proteger la virginidad de María, podemos suponer que moriría a la edad de 50 o 52 años.

La siguiente vez que aparece María en escena es en la bodas de Canán (27/30 d.C.) (Jn 2,1-11). Es difícil saber que tanto acompañaría María a Jesús en sus viajes apostólicos. Lo más posible, de acuerdo a la mayoría de los autores, es que solo esporádicamente lo acompañara, por lo que su vida continuaría "normalmente" en Nazaret.Sin embargo, no hay razón tampoco para dudar que Jesús la visitaría con mucha frecuencia sobre todo si tomamos en cuenta que la mayor parte de su ministerio lo realizó en Galilea. Una indicación de esto la tenemos en el evangelio de Mateo y sus paralelos en los sinópticos (Mt 12,46-50; Mc 3,31-35; Lc 8,19-21), en donde se nos narra que al menos una vez María fue a visitar a Jesús mientras éste ejercía su ministerio.Es muy posible que, todos los años subiera con María a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.

Algunos autores piensan que si esto fue así, lo más posible es que se quedara en casa de Lázaro, en Betania. Esto explica el hecho de la presencia de María en la Crucifixión (Jn 19,25-27). María, muy posiblemente avisada por alguno de los discípulos, habría estado presente en todo el proceso del juicio y de la crucifixión de su hijo.

Finalmente, recibirá el cuerpo de Jesús y lo acompañará hasta el sepulcro. Esa noche muy posiblemente habrá regresado a casa de Lázaro en Betania.Después de la crucifixión de Jesús, la próxima referencia directa que tenemos sobre María es su presencia en Pentecostés, en donde, junto con los demás discípulos "perseveraba en oración". Por ello, se han hecho muchas conjeturas sobre si Jesús se apareció a María y cuando fue esto. U

no de los datos que llama la atención es el hecho de que María no estuviera con el grupo de mujeres que fueron a primera hora a visita el sepulcro.Una de las suposiciones es que Jesús se le haya aparecido inmediatamente después de la resurrección, es decir antes que a los primeros que fueron a la tumba y la encontraron vacía; esto explicaría - dicen - el hecho de que María no fuera, pues ya lo habría visto resucitado.Otro grupo de teólogos afirman que, de acuerdo al Evangelio, María es presentada siempre como la mujer de fe y como la mujer que manifiesta en sí las "Bienaventuranzas"; de manera que basados en el Evangelio de Juan, en el que Jesús llama "bienaventurados a la que "sin ver han creído" (Jn 20,29) suponen que, Jesús se presentaría a María, solo después de que la noticia fue conocida por los primeros testigos de la resurrección.

De esta manera María aparece como el modelo de la fe y del cristiano, de los que sin haber visto a Jesús creen que está vivió, de los que ya antes de haber recibido el anuncio de la resurrección, han aceptado las palabras de Jesús: Resucitaré. Sin embargo todo queda en posibilidades.La vida de María después de la resurrección fue totalmente unida a la comunidad.

Desde el día de la crucifixión viviría con san Juan (Jn 19,25) y en estrecha comunión con los demás miembros de la Iglesia naciente. La veremos de nuevo en el Cenáculo, lugar en que se reunía con periodicidad la primera comunidad, orando y pidiendo el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo (Act 1,14).Después de Pentecostés no volveremos a tener referencia bíblica sobre su vida. Por una muy antigua tradición sabemos que vivió durante mucho tiempo en Efeso con san Juan y que muy probablemente ahí mismo murió y fue llevada al cielo (hay algunos que afirman que murió en Jerusalén). En cualquier caso, como dice el Concilio al citar el dogma de la Asunción "llegado el final de su vida terrena, María fue asunta al cielo en cuerpo y alma" (DS 3903).