Hola, soy Laura y este ha sido mi séptimo campamento. Empecé en Casalgordo, luego Navamorcuende, Murcia, Navares de las Cuevas, Tarazona, Covadonga y finalmente Ánaz. Cada año es especial y ninguno se parece al anterior ni al próximo. Siendo éste mi último campamento, me alegra mucho que me hayan pedido que escriba este breve testimonio de lo que me ha parecido.
Salimos de aquí el 24 de Julio, a las 7 de la mañana desde la plaza de nuestra queridísima Virgen de los Remedios, a la que pedimos que nos guardase en nuestro largo viaje y convivencia que este día comenzábamos. ¡Quién iba a decir que aquí empezaríamos una gran experiencia que nos mantendrá unidos durante mucho tiempo! Yo no me canso de dar gracias a Dios y a la Virgen, pues quisieron que nuestros caminos, los de cada uno de nosotros, se encontrasen para que no se separen. Hemos creado una pequeña comunidad cristiana que esperamos que siempre se mantenga unida.
En este campamento cada uno íbamos en busca de algo: nuevas amistades, recuerdos, acercarnos más y profundizar en nuestra fe, etc. Finalmente todos hemos encontrado y nos hemos dado cuenta del gran amor que Dios nos tiene y de que siempre tendremos a un gran amigo, Jesús, y a nuestra madre del cielo que nunca se aparta de nosotros, la Virgen María.
En Ánaz escuchamos una canción que nos ha impactado a todos: "Nadie como tú". Como bien dice su letra, sobre la que reflexionamos para entenderla mejor, este campamento se va a quedar en momentos congelados, en recuerdos que jamás se olvidarán, porque al oírla de nuevo a cada uno de nosotros nos vendrán a la mente recuerdos inolvidables.
También hemos tenido nuestras gymkhanas: la del agua, la de Blancanieves, la de la Eurocopa, etc.
No nos podemos olvidar tampoco del reencuentro con nuestro amigo Jesús en la confesión, ni del encuentro con Dios en la hora santa.
Todo esto no se podría haber llevado acabo sin Don David; sin Dioni, nuestro conductor; sin las mamás Margaritas; sin los monitores; sin la familia de Isaac; sin los acampados. Le doy gracias a Dios por haber puesto a todos en nuestros caminos.
Cuando volvimos el 30 de Julio, la mayoría pensamos que esto se iba a quedar aquí, pero Dios quiso que esto no tuviese fin. Al día siguiente volvimos todos a la Iglesia a celebrar la Misa. Y así durante toda la semana y esperamos que no se acabe nunca… todos estamos en contacto y siempre estamos dispuestos a celebrar alguna fiesta y a ir juntos a Misa todos los domingos.
Muchas gracias a todos por hacerlo posible y esperamos que no sea la última convivencia. A todos los que hacemos este año la confirmación me gustaría decirles que se unan al grupo de
post-confirmación y que, al igual que hemos ido de acampados, dentro de poco podemos volver al campamento como monitores.
A todos os animo también a ir a las peregrinaciones; la más próxima: Guadalupe.
Un beso, Gracias. qDtb+
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