miércoles, 18 de julio de 2012

ENTREGAR NUESTRA FRAGILIDAD

Hay ocasiones en las cuales experimentamos fuertemente la fragilidad y necesitamos de una ayuda extra de parte del Señor.

Esta sensación se manifiesta especialmente cuando debemos lidiar con diversas situaciones de conflicto, sean personales, emocionales, familiares, laborales o de otra índole.

Entonces es necesario poner el conflicto y la propia fragilidad entre las manos de Dios, a fin de recibir en el tiempo propicio, la paz interior y la respuesta que el Señor ya nos tiene preparada.

En esos momentos, no te dejes correr por las prisas de la ansiedad, ni tomes decisiones que podrían ser erradas. Respira sosegadamente, calma tus pensamientos y pídele a Dios la sabiduría que viene de lo alto.

 
Yo decidí tomar la Sabiduría por compañera de mi vida, sabiendo que ella sería mi consejera para el bien y mi aliento en las preocupaciones y la tristeza. Sabiduría 8,9
 
P. Gustavo Jamut

1 comentario:

Miriam dijo...

Necesitaba recordar que hacer cuando la sensación es de "no puedo más" o "no sé hacia donde ir"
Gracias por enseñarme a entregar mi fragilidad