TU GUARDIAN NO DUERME

Testimonio de la experiencia que el Señor me ha regalado este verano viviendo como Voluntaria con las Misioneras de la Caridad en Londres

Movida por la inquietud de aprender inglés, y de aprovechar parte de las vacaciones, he vivido un mes durante este verano como Voluntaria en una casa de las Misioneras de la Caridad, en Londres.

Me fui sin conocer a nadie y sin saber “casi, casi nada” de inglés. Pero sólo Jesús sabe por qué me ha colocado allí este verano. De eso estoy muy segura. Desde el primer día hasta el último MI GUARDIAN (JESUS) me ha llevado sobre sus alas. Esto lo he palpado y experimentado momento a momento.

He vivido en la casa donde las misioneras acogen a señoras que no tienen medios para vivir. Allí, junto a estas señoras, a los voluntarios de varias nacionalidades y a las hermanas de aquella casa hemos compartido la vida que el Señor nos regala cada día. Viviendo cada día como en familia, participando juntos en la Eucaristía, en la oración, en el trabajo, en las fiestas….

Realmente estas misioneras viven entre los más pobres de los pobres. Impacta mucho verles tan pobres, y trabajando tanto…

Allí leí un texto que la Madre Teresa escribió para sus hijas: “Nuestra vocación no consiste en servir a los pobres por mucho que nos guste el trabajo, como tampoco a los moribundos, a los paralíticos, a los enfermos, a los retrasados: NUESTRA VOCACIÓN no consiste en esto, sino en PERTENERCER A JESUS”; en la convicción de que nada ni nadie será capaz de separarnos del amor de Cristo”.

Este texto me ayudó muchísimo para entender bien lo importante y lo esencial de la vocacion de estas hermanas y también la vocación de cada uno de nosotros. MI VOCACION ES PERTENER A JESUS…

A través de ellas, descubrí una vez más y de forma quizás más clara, el Amor Gratuito de Dios. Las misioneras acogen, sirven, alimentan… AMAN a los más pobres. Y es que no son ellas, sino que es Jesús en ellas, Quien está acogiendo, sirviendo, alimentando, amando…. Una vez más doy gracias a Jesús por mostrarme Cuan Grande, tierno, infinito… es su Amor…. Que El es mucho más grande que mi pequeñez; Su Amor, más fuerte que mi pecado.

Día a día, el Señor iba poniendo cada vez más alegría en nuestros corazones. Gozo que brotaba del amor que iba creciendo entre nosotros, y de la Alabanza que juntos hacíamos a nuestro Unico Dueño y Señor.

Desde aquí quiero agradecer a todos los que habéis hecho posible el poder vivir esta experiencia: D. David Sánchez, nuestro vicario que me puso en contacto con las misioneras, a todos vosotros que me habéis acompañado con la oración, con vuestros mensajes…. A las misioneras que me recibieron con tanto cariño, a todos los voluntarios, que han sido como mis ángeles de la guardia, a todas las personas que acogen la Caridad y el Amor de Dios a través de las Misioneras de la Caridad.

Un saludo
Pilar Rodríguez-Malo