El Nobel que creía en Dios y en la Ciencia
Charles Townes, inventor del láser y galardonado con el Nóbel de Física en 1964, siempre fue un fiel creyente para quien la ciencia y la fe siguen caminos paralelos y un día convergerán.
Fallecido el 27 de enero a le edad de 99 años (hubiera sido centenario de haber llegado al próximo 28 de julio), Charles Townes, galardonado con el Premio Nobel de Física en 19624, pasará a la Historia como el inventor del láser, sistema que se ha convertido en imprescindible para nuestras vidas. Menos conocida era su faceta de creyente que, sin embargo, no ocultaba.
Miembro de la Iglesia Unida de Cristo, una rama del protestantismo muy extendida en Estados Unidos, Townes hablaba abiertamente de sus creencias. Por ejemplo, en una conferencia que impartió en la Universidad de Harvard en septiembre de 2005, titulada Lógica y Misterio en la Ciencia y en la Religión.
Desbaratando el tan manido tópico sobre la incompatibilidad entre Religión y Ciencia, Townes, por el contrario, recalcó que ambas son esfuerzos para entender al Universo. «Mientras la Ciencia pretende entender cómo funcionan el universo y los humanos, la religión es un intento para entender el significado y el propósito del Universo y de la Humanidad». «Son paralelas y un día convergerán», añadió.
«Ambos tratan los grandes misterios aún no demostrados, y operan dentro del mejor conocimiento disponible en la actualidad. La fe es un principio central de la religión», dijo, y subrayó «que una cierta cantidad de fe también es aceptada por los científicos, la aplicación de teorías que conozco tienen deficiencias en un esfuerzo por entender la gran cantidad del universo que aún se desconoce». De ahí la necesidad de la fe.
J.M. Ballester Esquivias en Alfa y Omega
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