Queridos hermanos y hermanas:
En esta catequesis deseo
contestar a la pregunta ¿qué es la fe y qué sentido tiene en un mundo de ciencia
y técnica? Es paradójico que a pesar de tantos logros el hombre no haya crecido
en humanidad, que se sienta desorientado en cuestiones fundamentales de la
existencia.
En efecto, el saber
científico no basta, necesitamos amor, sentido, esperanza, un fundamento que nos
ayude en la dificultad. La fe es eso, encomendarse a Aquel que nos da una
certeza distinta, pero igualmente sólida, Dios. No es, por tanto, el mero
aceptar una serie de verdades, sino adherirse a quien me da esperanza y
confianza.
Lógicamente, al
revelarse, Dios ha llenado de contenido la fe, pues mostrándose en Cristo, ha
manifestado su amor en la Cruz. La fe es creer en ese amor inmune a nuestra
malicia, que es capaz de redimir toda esclavitud y darnos la salvación. Confiar
en este amor conlleva también saber que es un don que hemos recibido, que no
merma nuestra libertad ni nuestra inteligencia, sino que las exalta.
Saludo cordialmente a los
peregrinos de lengua española, en particular a los queridos hijos de Panamá, a
quienes encomiendo a la amorosa protección de Santa María La Antigua, para que
sean valientes misioneros del Evangelio de su Hijo, de palabra y con el propio
ejemplo de vida. Dirijo también un afectuoso saludo a los grupos provenientes de
España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a
pedir que el Espíritu Santo mueva los corazones y los dirija a Dios, para que
juntos podamos con alegría proclamar nuestra fe. Muchas gracias.
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