lunes, 5 de octubre de 2009

CATECISMO CAPÍTULO III "LA OBEDIENCIA DEL HOMBRE A DIOS" ****5 DE OCTUBRE: TÉMPORAS DE PETICIÓN Y ACCIÓN DE GRACIAS


CREO
I La obediencia de la fe
144 Obedecer ("ob-audire") en la fe, es someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por Dios, la Verdad misma. De esta obediencia, Abraham es el modelo que nos propone la Sagrada Escritura. La Virgen María es la realización más perfecta de la misma.
Abraham, "el padre de todos los creyentes"
145 La carta a los Hebreos, en el gran elogio de la fe de los antepasados insiste particularmente en la fe de Abraham: "Por la fe, Abraham obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba" (Hb 11,8; cf. Gn 12,1-4). Por la fe, vivió como extranjero y peregrino en la Tierra prometida (cf. Gn 23,4). Por la fe, a Sara se otorgó el concebir al hijo de la promesa. Por la fe, finalmente, Abraham ofreció a su hijo único en sacrificio (cf. Hb 11,17).
146 Abraham realiza así la definición de la fe dada por la carta a los Hebreos: "La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven" (Hb 11,1). "Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia" (Rom 4,3; cf. Gn 15,6). Gracias a esta "fe poderosa" (Rom 4,20), Abraham vino a ser "el padre de todos los creyentes" (Rom 4,11.18; cf. Gn 15,15).
147 El Antiguo Testamento es rico en testimonios acerca de esta fe. La carta a los Hebreos proclama el elogio de la fe ejemplar de los antiguos, por la cual "fueron alabados" (Hb 11,2.39). Sin embargo, "Dios tenía ya dispuesto algo mejor": la gracia de creer en su Hijo Jesús, "el que inicia y consuma la fe" (Hb 11,40; 12,2).
María : "Dichosa la que ha creído"
148 La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe, María acogió el anuncio y la promesa que le traía el ángel Gabriel, creyendo que "nada es imposible para Dios" (Lc 1,37; cf. Gn 18,14) y dando su asentimiento: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38). Isabel la saludó: "¡Dichosa la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" (Lc 1,45). Por esta fe todas las generaciones la proclamarán bienaventurada (cf. Lc 1,48).
149 Durante toda su vida, y hasta su última prueba (cf. Lc 2,35), cuando Jesús, su hijo, murió en la cruz, su fe no vaciló. María no cesó de creer en el "cumplimiento" de la palabra de Dios. Por todo ello, la Iglesia venera en María la realización más pura de la fe.

Hoy la Iglesia celebra este día especial de petición y acción de gracias. En origen la comunidad cristiana se reunía para dar gracias a Dios por los frutos del trabajo realizado y pedir su bendición sobre los nuevos trabajos que esperaban. Es un buen momento para pararnos y echar un vistazo y ofrecer lo ya realizado y poner en manos de Dios el curso que iniciamos, nuestros trabajos, actividades parroquiales, etc. Os proponemos esta reflexión sobre la liturgia del día

Puede ocurrirnos que lo inmediato nos impida tener perspectiva. En una sociedad de la información, con tantas noticias de todas partes del mundo (y tantas negativas), es posible que nos entre el pesimismo, e incluso la desesperación, ante un panorama tan difícil para vivir la fe.Si tú y yo tuviésemos que cambiar el mundo con nuestras solas fuerzas seguramente nos hundiríamos como el Titanic, pues a veces no somos capaces ni de cambiar un poco nuestra vida. Sin embargo: “Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.” Cuando comenzamos la actividad habitual celebramos estas témporas de acción de gracias y de petición.Hoy es un día para pararnos un poco y darnos cuenta de que estamos en manos de Dios. “No sea que cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios.” A veces la sociedad de bienestar nos conduce al malestar de encontrarnos solos con nuestras cosas y las cosas aburren, hastían se ajan y al final, se tiran, dejándonos más solos que al comienzo.“El que es de Cristo es una criatura nueva.” Si creemos que vivimos y actuamos solos volveremos a nuestros antiguos pecados, nos faltarán las fuerzas, nos sentiremos impotentes para afrontar los retos de la vida y nos desesperaremos. Sin embargo, si tenemos el convencimiento de que “actuamos como enviados de Cristo” entonces lo podemos todo. No hay tarea suficientemente ardua, trabajo demasiado esforzado, labor excesivamente complicada, ya que es la fuerza de Cristo la que actúa en nosotros..Por todo esto hoy es día para dar gracias a Dios por todo (sí por todo, no sólo por lo que nos gusta) pues “¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!.”Y también es día de petición de perdón pues “recibimos la justificación de Dios.” A veces no nos damos cuenta de lo maravilloso que es pedir perdón y recibir el perdón. Tenemos la tendencia a buscar el tener la “conciencia tranquila,” sin que nada ni nadie nos acuse o nos inquiete. “Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado.” El día que seas “impecable” no te preocupes de que alguien te acuse, pero como sabemos bien -demasiado bien-, que no hacemos todo el bien que queremos no intentemos buscar nuestra justificación sino la única que salva: la de Cristo encarnado, entregado a la cruz y resucitado por nuestra justificación, ésa es la verdadera liberación de los hombres.María, Madre de Dios y Madre nuestra, enséñame a dar gracias, inspira mis peticiones, dirige mi vida siempre hacia Cristo y que, cualquier obstáculo se allane ante la Gracia de Dios.



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