La esencia de la verdadera conversión es la rendición de sí mismo, un rendirse incondicional y sin reservas... ¿Qué nos falta, pues, a los que profesamos la religión? Lo repito: la voluntad de ser cambiados, la voluntad de soportar, si puedo usar esta palabra, que Dios omnipotente nos cambie. No nos gusta soltar nuestro antiguo yo.
Beato John Henry Newman
Nace en Londres, convertido del anglicanismo, fue presbítero, cardenal y fundador de una comunidad religiosa (1801-1890)
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