jueves, 26 de noviembre de 2009

UN LUGAR DONDE DIOS NO ESTORBA


Lo hemos encontrado en Alba Digital.

Cuando una parte de nuestra sociedad trata de eliminar cualquier signo de la presencia de Dios de los lugares públicos, es hermoso encontrar testimonios como este que hoy traemos.



Torre Espacio es una de las cuatro torres emblemáticas de la prolongación del madrileño Paseo de la Castellana. Propiedad del Grupo Villar Mir, cuenta con todo tipo de servicios para sus inquilinos: Sonatrach, British Tobacco, Red Bull, y las embajadas de Gran Bretaña, Australia, Canadá y Holanda, entre otros. Sólo faltaba una capilla. Voilà!


La propuesta nace del director general de Pacadar (Grupo Villar Mir), Javier Martínez Castañeda. Muy pronto varios empleados se sumaron a la iniciativa con entusiasmo. Un entusiasmo compartido por el consejero delegado del grupo, Tomás García Madrid, y por el presidente y propietario Juan Manuel Villar Mir. Esta ilusión se transformó en realidad el pasado 3 de noviembre cuando vio la luz el sagrario más alto de Madrid. “Me da pena ser noticia por poner una capilla; debería ser tan normal que no fuera noticia”, señala García Madrid a ALBA.
No hubo inauguración oficial, pero sí bendición y primera misa. Su próximo objetivo: instalar un faro detrás del sagrario que sirva de referencia a la ‘cristiandad madrileña’. El faro del ‘Cristo de Torre Espacio’ servirá de guía a todos los habitantes de la capital. “Se verá desde muchos kilómetros”, señala con ilusión Martínez Castañeda.

Un torpedo contra el laicismo
¿Qué hace una capilla en un centro de trabajo?, ¿no es una provocación para el discurso secularizante? “Es un error horroroso y malévolo tratar de separar la fe del trabajo; cuidar el alma es más importante que el cuerpo; la fe no es que forme parte de nuestra vida; es que es lo más importante de la vida”, responde con contundencia García Madrid a ALBA. “Es como si alguien decide venir a trabajar sin brazo”, añade.

Un mensaje gráfico que se convierte en todo un torpedo contra la línea de flotación de un laicismo militante del Gobierno que pretende ‘privatizar’ la fe. La fe es algo personal, y por tanto, necesariamente público.
¿Algún ‘ateo militante’? “No hemos recibido ninguna queja; en la mayoría de los casos se ha recibido con alegría, satisfacción y agradecimiento; en otros, con respeto. Pero ninguna queja”, apunta García Madrid. De momento sólo se celebra la eucaristía los martes y los jueves, pero la asistencia está siendo muy exitosa. “Sentados caben unos treinta y siempre hay gente de pie”, señala Martínez Castañeda. ¿Por qué sólo martes y jueves? “Nuestra intención es ir ampliando poco a poco; nos encantaría poder tener misa diaria”, responde García Madrid. De hecho ya ha comenzado un grupo que reza el rosario los miércoles a las 14.05 y a través de capilla@gvm.es se reciben propuestas para mejorar la atención espiritual. Por ejemplo, horarios de mediodía o de tarde. Lo próximo es dejar libros de espiritualidad que ayuden en la visita al Santísimo. Martínez Castañeda lo hace dos o tres veces al día. “Siempre me encuentro a alguien”, señala. A largo plazo, aspiran a organizar retiros y ejercicios espirituales.
¿Qué trascendencia tiene la fe en el mundo del negocio? “Todos nuestros actos deben de estar impregnados de la fe; sabemos que nuestras acciones trascienden”, responde. Ya, pero, ¿eso en qué se traduce? “En seguir la ley de Dios y las enseñanzas de Jesucristo, actuar con honestidad”, responde García Madrid, que se arranca afirmando que la fe “te lleva a observar a los demás como hijos de Dios; un amor que te lleva a amar al prójimo”. Es decir, es encontrar el verdadero sentido de la laicista responsabilidad social corporativa.
La capilla, pulmón de la torre
No. No estamos en un seminario. No es una homilía. La conversación se desarrolla en el fenomenal despacho de García Madrid, planta 52 de Torre Espacio. Nuestros interlocutores lucen traje gris y corbata tradicional. Al terminar, aceleran el paso a sus múltiples ocupaciones. Dios está presente en el mundo del trabajo. “La capilla está en el mismo corazón de la torre; es el pulmón; pero queremos que Cristo se encuentre en el centro de nuestros corazones”, afirma Martínez Castañeda. ¿Objetivo? “Enriquecer nuestra fe y acercarla a quienes podamos; aquí estamos 3.000 personas y es una ocasión para hablar de Dios a los demás”, responde Martínez Castañeda. No sería la primera vez que se produce una conversión en la oficina. Las oficinas de Telefónica en Las Tablas cuentan con una sala multifuncional donde se celebra la misa. “Ya ha habido conversiones; nosotros también queremos que la capilla remueva el corazón“, apunta Martínez Castañeda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Conocía la noticia pero no "desmenuzada".Gracias.Siempre que llego a Madrid pienso lo mismo.Que las torres son feas.Ahora ya pienso en alguna de ellas de otra manera