Casi todas las noticias de esta época giran en torno a la construcción de la Iglesia y las ermitas. En este caso se trata de un documento en el que especificaba el contrato para la talla de seis figuras de santos en el retablo de la Iglesia de San Juan Evangelista.
Este poder era requisito imprescindible, para que unos días más tarde, el 25 de Febrero Pedro Martínez de Castañeda, en virtud de ello obligara a Pablo de Cisneros, ante las autoridades civiles y religiosas de Sonseca a acabar el retablo principal de la Iglesia esculpiendo las siguientes figuras:
- Dos figuras de apóstoles, que irían puestas “… en lo ultimo del retablo…”
- Otras dos figuras, una del rey David con su arpa y corona, y la otra de Moisés, con la figura de la tablas de la ley y con dos llamas en la cabeza que tengan cinco pies de largo con su peana.
- Para el remate del retablo se comprometía ha hacer tres figuras de las virtudes, fe, esperanza y caridad, todas de cinco pies de largo y de buena proporción y factura, de buena madera de pino limpia, seca y sin nudos.
- También haría de bulto redondo la figura de Dios Padre de medio cuerpo, con una mano echando la bendición y en la otra el mundo y la cruz.
- Por último se obligaba a acabar la obra antes del día de Todos los Santos de este año, acabadas en Toledo y puestas en Sonseca con ayuda del pueblo y su Concejo. Por todas las figuras y su asentamiento cobraría Pablo de Cisneros 150 ducados pagados en tres plazos, uno en el plazo de quince días, otro el día de Santa María de Agosto, y la ultima el día de San Andrés.
Texto extraido del libro “Historia de Sonseca en anales” de F. Gil Gallego
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