miércoles, 19 de junio de 2013

CRISTIANOS PERSEGUIDOS

Irfan Masih es la última víctima de la violencia sectaria y anticristiana que sacude Pakistán y que coloca a este país en los primeros puestos de persecución a los cristianos. Estos sucesos se agravan aún más si los implicados pertenecen a los cuerpos de seguridad que teóricamente debería protegerlos.
El joven Masih tenía tan sólo 20 años de edad y como cristiano ha vivido su particular pasión. Ha muerto de manera brutal a manos de sus captores. La diferencia de 21 siglos no impide que los actos tengan similitudes en cuanto a la brutalidad.
Este joven cristiano fue detenido por la Policía de Pakistán el pasado 8 de junio acusado directamente de un asesinato que jamás cometió. No había orden judicial ni hubo juicio. Estuvo ocho días retenido y fue brutalmente torturado con la única intención de sacarle una confesión que no consiguieron. El 16 de junio moría. En la autopsia los médicos encontraron al joven muerto con 22 huesos rotos. Había sido literalmente molido a palos.
Según informa la agencia Asianews, Irfan Masih era un joven trabajador en la provincia de Punjab. La familia denuncia que fue retenido sin pruebas y que cuando volvieron a verle estaba ya muerto y con la consecuencia de su muerte: "múltiples fracturas".
Sin embargo, los agentes implicados en la brutal muerte de este joven cristiano no temen a las consecuencias de sus hechos. Se sienten y se saben impunes. Con una frialdad que asusta el jefe del acuartelamiento policial dijo que sencillamente Masih "no ha sido capaz de soportar" los golpes. Simple y llanamente.

"¿Qué más da su muerte?"

Si el investigador es igualmente el agresor poco se puede hacer. Así el subinspector Variam Ali no da valor a este brutal asesinato. "¿Qué más da, qué importa esta muerte? Una gran cantidad de personas muere cada día", afirmó tranquilamente.
Organizaciones de derechos humanos y la minoría cristiana han denunciado estos hechos y han organizado una protesta en Lahorepara que se depuren responsabilidades, capital de la provincia de Punjab. Sin embargo, las esperanzas son escasas pues en el caso está involucrada la Policía. De hecho, el temor no está en los policías implicados y sí en la familia del asesinado que ha tenido que abandonar su casa y está oculta bajo protección ante posibles represalias islamistas.
Este tipo de casos no es tan raro como pudiera pensarse. Las muertes extrañas de cristianos en la cárcel o en comisarías y lasejecuciones extrajudiciales son algo que sí ocurre en Pakistán.
Además, el día a día de la minoría cristiana en el país no es mucho mejor. No sólo por la violencia física sino porque en muchos casos son víctimas de la discriminación por parte de las autoridades. En otros casos son víctimas de la usura y de la violencia religiosa.
Fuente: Libertad Digital

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