Dios ha querido darnos el regalo de hacernos sus hijos. Nos ha regalado la Iglesia, comunidad que le hace presente en medio de este mundo: ESTA ES NUESTRA CASA. Blog de la Parroquia de San Juan Evangelista Sonseca (Toledo)
sábado, 27 de junio de 2015
viernes, 26 de junio de 2015
"ERA PRECISO QUE MURIERAS, MI AMOR"
Este es el prefacio que Enrico Petrillo, esposo de Chiara Corbella, ha escrito para la primera biografía autorizada sobre esta joven madre italiana que eligió no someterse a tratamiento contra el cáncer para salvar la vida de su hijo, y que murió en 2012. El libro acaba de publicarse en Italia por Edizioni San Paolo y sus autores son Simone Troisi y Cristiana Paccini: Siamo morti e non moriremo mai più (Hemos muerto y ya no moriremos más).
Estoy aquí, ahora, en tu cuarto; en tu último cuarto. Dormiste aquí sólo una noche y es ahora tu cuarto. Fue aquí donde las puertas se abrieron; fue aquí donde Él vino, en persona, a tu encuentro. Este es el cuarto donde tus ojos, apasionados, finalmente se reencontraron(Chiara había perdido un ojo a causa del cáncer, n.d.t.). Estoy aquí, en este lugar sagrado, recordando un poco.
Sólo ha pasado un año desde esa última y única misa que se celebró en este cuarto.
Me conmuevo con tanto amor recibido y dado, siempre juntos, y me descubro de nuevo apasionado por ti y por Él. Tal vez sea muy fácil, ahora, para mi, porque me quedé muy bien nutrido. Yo saboreé la miel celestial. Fue aquí donde El nos dijo, en el Evangelio de esa última Misa: "Vosotros sois la sal de la tierra y la luz do mundo". Fue y sigue siendo su mandato: "Id por el mundo y anunciad el Evangelio".
Diste todo lo que podías: la vida
Hay mucha gente que te ama de una forma extraordinaria, que te sienten en medio de los sufrimientos y que te rezan como si tu santidad ya estuviera reconocida. Yo quisiera redimensionarlos, pero yo mismo no tengo ninguna duda de que eres santa. El “imprimatur” de nuestro Señor es tu felicidad, como si Él dijera: "Yo pasé por aquí; esto es cosa mía ".
Sabes, amor mío, nuestro amor continua engendrando hijos (el padre Vito me hizo notar eso). Tenemos tantos que no consigo recordar los nombres. Son hijos no en la carne, pero aún así hijos; hijos en el Señor. Espero que Francesco (el único hijo vivo de ambos, n.d.t.) me disculpe porque no guardé su regalo, la carta que tu escribiste para su cumpleaños. Yo también, un poco, escribí esa carta, y creí que tenía que dársela a ellos, a los hijos más distantes. Espero no haberme equivocado. Yo creí que no le quitaría tu amor por Francy; el es tu hijo en la carne.
Sabes... Hay también mucha gente que preferiría que no hubieras existido, porque no es fácil dejarse escrutar por Dios a través de ti, de tus ojos, de tu parche, de tu sonrisa, en tu belleza Él está siempre presente. Por eso este libro es necesario. ¡Es un libro sobre ti, amor mío! ¡Todavía estamos sorprendidos! Un libro que no es para explicar la verdad, porque la verdad se sabe explicar muy bien sola, ni para hacer propaganda de ti (como mucha gente querría). Nunca existe verdad plena en quien quiere vendernos alguna cosa, pero tu sí, tu puedes decirla, porque diste todo lo que podías. Tu diste la vida.
Era preciso que murieras, mi amor...
Era preciso que murieras, mi amor, era preciso. Para que los ciegos vean, para que los sedientos beban, para que los soberbios sean dispersados en los pensamientos de su corazón y para que el pueblo de Dios sepa que la esclavitud acabó y que el Rey ya viene en su gloria. Este libro es simplemente para dar testimonio, a quien quiera abrir el corazón, de que Dios es bueno y de que es posible morir felices.
Este libro es principalmente para mi, para que yo no olvide. Yo vi, por pura gracia de Dios, lo que muchos profetas y reyes quisieran ver y no vieron. Sería culpable si me callase. Tengo que dar testimonio. Yo desde aquí y tu desde allí, ahora, unidos en un amor que para nosotros es nuevo, diferente, pero, con certeza, no se ha vuelto más frágil.
Para escribir este libro, pensé en Simone y Cristiana: ¿quién mejor que ellos, amigos íntimos con quienes compartimos tantos secretos de nuestra alma, caminando juntos en la misma dirección, hablando en la misma lengua, testigos directos, ellos también, de esta historia maravillosa? Pensé en ellos y creo que hice bien.
Habría sido bueno escribir yo mismo, pero en un raro momento de honradez, me dije: "¿Pero cuando, Enrico? Todavía no sabes en qué cajón tienes los calcetines y en cuál los calzoncillos! Mejor ellos". Ellos son perfectos. Yo compartí esta idea con el padre Vito y él la bendijo. Y entonces los elegí. Ellos rezan, tienen un corazón puro y desean el bien. Siempre estuvieron allí, desde que les conocimos en Asís, de novios. Nosotros en su boda y ellos en la nuestra, un mes después.
Este libro habla de ti, de nosotros y de cómo ama Dios
Estaban allí rezando por nosotros en la puerta cuando nacía María y después en su “funeral”; estaban allí cuando nació Davide y de nuevo en su “funeral”; estaban siempre allí, en el bautizo de Francesco y finalmente en nuestra Pascua, cuando todo se cumplió. ¿Quién mejor que ellos podía escribir este libro?
Simone, que ha estudiado editorial, tenía todos los papeles en regla para escribir de forma eficaz tu relato; Cristiana, la amiga con la que más que otras compartías la fe. Ella conoce algunos secretos de tu corazón... Conversaciones entre mujeres de inteligencia superior. Cuánta belleza, cuanta Providencia.
Y así lo han logrado. Les ha costado mucho, han rezado juntos todas las mañanas antes de empezar a trabajar, han escuchado horas y horas de testimonios recogidos entre los amigos más cercanos. Han transcrito y reunido todo con cuidado y han acabado por escribir, no un libro romántico sino un primer libro que habla de ti, de nosotros y sobre todo de Dios, de cómo Él ama.
Es solo un primer libro, ya sé que se escribirán muchos otros, en muchos idiomas. Me has dicho frases fuertes como tomos de teología. Quien sabe si cuando me las decías te dabas cuenta… Yo creo que sí. Diligentemente me las apuntaba para no olvidar. Sí, para no olvidar.
Estoy aquí, ahora, en tu cuarto; en tu último cuarto. Dormiste aquí sólo una noche y es ahora tu cuarto. Fue aquí donde las puertas se abrieron; fue aquí donde Él vino, en persona, a tu encuentro. Este es el cuarto donde tus ojos, apasionados, finalmente se reencontraron(Chiara había perdido un ojo a causa del cáncer, n.d.t.). Estoy aquí, en este lugar sagrado, recordando un poco.
Sólo ha pasado un año desde esa última y única misa que se celebró en este cuarto.
Me conmuevo con tanto amor recibido y dado, siempre juntos, y me descubro de nuevo apasionado por ti y por Él. Tal vez sea muy fácil, ahora, para mi, porque me quedé muy bien nutrido. Yo saboreé la miel celestial. Fue aquí donde El nos dijo, en el Evangelio de esa última Misa: "Vosotros sois la sal de la tierra y la luz do mundo". Fue y sigue siendo su mandato: "Id por el mundo y anunciad el Evangelio".
Diste todo lo que podías: la vida
Hay mucha gente que te ama de una forma extraordinaria, que te sienten en medio de los sufrimientos y que te rezan como si tu santidad ya estuviera reconocida. Yo quisiera redimensionarlos, pero yo mismo no tengo ninguna duda de que eres santa. El “imprimatur” de nuestro Señor es tu felicidad, como si Él dijera: "Yo pasé por aquí; esto es cosa mía ".
Sabes, amor mío, nuestro amor continua engendrando hijos (el padre Vito me hizo notar eso). Tenemos tantos que no consigo recordar los nombres. Son hijos no en la carne, pero aún así hijos; hijos en el Señor. Espero que Francesco (el único hijo vivo de ambos, n.d.t.) me disculpe porque no guardé su regalo, la carta que tu escribiste para su cumpleaños. Yo también, un poco, escribí esa carta, y creí que tenía que dársela a ellos, a los hijos más distantes. Espero no haberme equivocado. Yo creí que no le quitaría tu amor por Francy; el es tu hijo en la carne.
Sabes... Hay también mucha gente que preferiría que no hubieras existido, porque no es fácil dejarse escrutar por Dios a través de ti, de tus ojos, de tu parche, de tu sonrisa, en tu belleza Él está siempre presente. Por eso este libro es necesario. ¡Es un libro sobre ti, amor mío! ¡Todavía estamos sorprendidos! Un libro que no es para explicar la verdad, porque la verdad se sabe explicar muy bien sola, ni para hacer propaganda de ti (como mucha gente querría). Nunca existe verdad plena en quien quiere vendernos alguna cosa, pero tu sí, tu puedes decirla, porque diste todo lo que podías. Tu diste la vida.
Era preciso que murieras, mi amor...
Era preciso que murieras, mi amor, era preciso. Para que los ciegos vean, para que los sedientos beban, para que los soberbios sean dispersados en los pensamientos de su corazón y para que el pueblo de Dios sepa que la esclavitud acabó y que el Rey ya viene en su gloria. Este libro es simplemente para dar testimonio, a quien quiera abrir el corazón, de que Dios es bueno y de que es posible morir felices.
Este libro es principalmente para mi, para que yo no olvide. Yo vi, por pura gracia de Dios, lo que muchos profetas y reyes quisieran ver y no vieron. Sería culpable si me callase. Tengo que dar testimonio. Yo desde aquí y tu desde allí, ahora, unidos en un amor que para nosotros es nuevo, diferente, pero, con certeza, no se ha vuelto más frágil.
Para escribir este libro, pensé en Simone y Cristiana: ¿quién mejor que ellos, amigos íntimos con quienes compartimos tantos secretos de nuestra alma, caminando juntos en la misma dirección, hablando en la misma lengua, testigos directos, ellos también, de esta historia maravillosa? Pensé en ellos y creo que hice bien.
Habría sido bueno escribir yo mismo, pero en un raro momento de honradez, me dije: "¿Pero cuando, Enrico? Todavía no sabes en qué cajón tienes los calcetines y en cuál los calzoncillos! Mejor ellos". Ellos son perfectos. Yo compartí esta idea con el padre Vito y él la bendijo. Y entonces los elegí. Ellos rezan, tienen un corazón puro y desean el bien. Siempre estuvieron allí, desde que les conocimos en Asís, de novios. Nosotros en su boda y ellos en la nuestra, un mes después.
Este libro habla de ti, de nosotros y de cómo ama Dios
Estaban allí rezando por nosotros en la puerta cuando nacía María y después en su “funeral”; estaban allí cuando nació Davide y de nuevo en su “funeral”; estaban siempre allí, en el bautizo de Francesco y finalmente en nuestra Pascua, cuando todo se cumplió. ¿Quién mejor que ellos podía escribir este libro?
Simone, que ha estudiado editorial, tenía todos los papeles en regla para escribir de forma eficaz tu relato; Cristiana, la amiga con la que más que otras compartías la fe. Ella conoce algunos secretos de tu corazón... Conversaciones entre mujeres de inteligencia superior. Cuánta belleza, cuanta Providencia.
Y así lo han logrado. Les ha costado mucho, han rezado juntos todas las mañanas antes de empezar a trabajar, han escuchado horas y horas de testimonios recogidos entre los amigos más cercanos. Han transcrito y reunido todo con cuidado y han acabado por escribir, no un libro romántico sino un primer libro que habla de ti, de nosotros y sobre todo de Dios, de cómo Él ama.
Es solo un primer libro, ya sé que se escribirán muchos otros, en muchos idiomas. Me has dicho frases fuertes como tomos de teología. Quien sabe si cuando me las decías te dabas cuenta… Yo creo que sí. Diligentemente me las apuntaba para no olvidar. Sí, para no olvidar.
FUENTE: aleteia.org
jueves, 25 de junio de 2015
CATEQUESIS DEL PAPA: LAS HERIDAS EN LA FAMILIA
En su catequesis de la audiencia general – celebrada el último miércoles de junio en la Plaza de San Pedro y ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países – el Papa Francisco, prosiguió sus reflexiones sobre la familia y la vida real, centrándose, en esta ocasión, en las heridas que se producen en la misma convivencia familiar, cuando en la misma familia se lastima, lo que constituye algo feo.
En efecto el Obispo de Roma afirmó que se sabe que en ninguna historia familiar faltan los momentos en los que la intimidad de los afectos más queridos resulta ofendida por el comportamiento de sus miembros. Palabras, acciones y omisiones que, en lugar de expresar amor lo mortifican. Y añadió que estas heridas se gravan si no se les pone remedio a tiempo, hasta transformarse en prepotencia, hostilidad y desprecio, y hasta el punto de llegar a laceraciones profundas que dividen a los esposos, e inducen a buscar en otro lugar compresión, apoyo y consuelo, sin pensar en el bien de la familia. En el vídeo se visualiza y escucha toda la catequesis y el resumen que el Papa ha hecho en español, cuyotexto completo es el siguiente:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En las últimas catequesis hemos hablado de la familia que vive las fragilidades de la condición humana, la pobreza, la enfermedad, la muerte. Hoy, en cambio, reflexionamos sobre las heridas que se abren precisamente en el interior de la convivencia familiar. Es decir, cuando en la misma familia, nos hacemos mal. ¡Es la cosa más fea!
Sabemos bien que en ninguna historia familiar faltan los momentos en los cuales la intimidad de los afectos más queridos es ofendida por el comportamiento de sus miembros. Palabras y acciones ¡y omisiones! que en vez de expresar amor, lo quitan o, peor todavía, lo mortifican. Cuando estas heridas, que son todavía remediables se descuidan, se agravan: se transforman en prepotencia, hostilidad, desprecio. Y a este punto pueden transformarse en laceraciones profundas, que dividen a marido y mujer e inducen a buscar en otro lado comprensión, apoyo y consuelo. ¡Pero a menudo estos “apoyos” no piensan en el bien de la familia!
El vaciamiento del amor conyugal difunde resentimiento en las relaciones. Y a menudo la desunión “cae” encima de los hijos.
Los hijos. Quisiera detenerme un poco sobre este punto. No obstante nuestra sensibilidad aparentemente evolucionada, y todos nuestros refinados análisis psicológicos, me pregunto si no nos hemos anestesiado también con respecto a las heridas del alma de los niños. Cuanto más se trata de compensar con regalos y dulces, más se pierde el sentido de las heridas – más dolorosas y profundas – del alma. Hablamos mucho de trastornos comportamentales, de salud psíquica, de bienestar del niño, de ansia de los padres y de los hijos. ¿Pero sabemos todavía qué es una herida del alma? ¿Sentimos el peso de la montaña que aplasta el alma del niño, en las familias en las cuales se tratan mal y se hacen mal, hasta romper el vínculo de fidelidad conyugal? ¿Qué peso tiene, en nuestras elecciones – elecciones equivocadas, por ejemplo – qué peso tiene el alma de los niños? Cuando los adultos pierden la cabeza, cuando cada uno piensa sólo en sí mismo, cuando papá y mamá se hacen mal, el alma de los niños sufre mucho, prueba una sensación de desesperación. Y son heridas que dejan una marca para toda la vida.
En la familia, todo está relacionado junto: cuando su alma está herida en algún punto, la infección contagia a todos. Y cuando un hombre y una mujer, que se han comprometido a ser “una sola carne” y a formar una familia, piensan obsesivamente en las propias exigencias de libertad y de gratificación, esta distorsión carcome la vida de los hijos. Tantas veces los niños se esconden para llorar solos… Debemos entender bien todo esto. Marido y mujer son una sola carne. Pero sus criaturas son carne de su carne. Si pensamos a la dureza con la cual Jesús exhorta a los adultos a no escandalizar a los pequeños – hemos escuchado el pasaje del Evangelio (cfr. Mt 18,6), podemos comprender mejor también su palabra sobre la grave responsabilidad de custodiar el vínculo conyugal que da comienzo a la familia humana (cfr. Mt 19,6-9). Cuando el hombre y la mujer se transformaron en una sola carne, todas las heridas y todos los abandonos del papá y de la mamá inciden en la carne viva de los hijos.
Por otra parte, es verdad que hay casos en los cuales la separación es inevitable. A veces puede volverse incluso moralmente necesaria, cuando precisamente se trata de sustraer al cónyuge más débil o a los hijos pequeños, a las heridas más graves causadas por la prepotencia y por la violencia, por el desaliento y por la explotación, por la ajenidad y la indiferencia.
No faltan, gracias a Dios, aquellos que sostenidos por la fe y por el amor a los hijos, dan testimonio de su fidelidad a un vínculo en el cual han creído, aunque parezca imposible hacerlo revivir. Pero no todos los separados sienten esta vocación. No todos reconocen, en la soledad, un llamado del Señor dirigido a ellos. Entorno a nosotros encontramos diversas familias en situaciones así llamadas irregulares – no me gusta esta palabra - y nos hacemos tantas preguntas. ¿Cómo ayudarlas? ¿Cómo acompañarlas? ¿Cómo acompañarlas para que los niños no se vuelvan rehenes del papá o de la mamá?
Pidamos al Señor una fe grande, para mirar la realidad con la mirada de Dios; y una gran caridad, para acercarnos a las personas con su corazón misericordioso.
(El Papa ha dicho en español:)
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy reflexionamos sobre las heridas que se producen en la misma convivencia familiar. Se trata de palabras, acciones y omisiones que, en vez de expresar amor, hieren los afectos más queridos, provocando profundas divisiones entre sus miembros, sobre todo entre el marido y la mujer.
Si estas heridas no se curan a tiempo se agravan y se transforman en resentimiento y hostilidad, que recae sobre los hijos. Cuando los adultos pierden la cabeza y cada uno piensa en sí mismo; cuando los padres se hacen daño, el alma de los niños sufre marcándolos profundamente.
En la familia todo está entrelazado. Los esposos son “una sola carne”, de tal manera que todas las heridas y abandonos afectan a la carne viva que son sus hijos. Así se entienden las palabras de Jesús sobre la grave responsabilidad de custodiar el vínculo conyugal, que da origen a la familia.
En algunos casos, la separación es inevitable, precisamente para proteger al cónyuge más débil o a los hijos pequeños. Pero no faltan los casos en que los esposos, por la fe y el amor a los hijos, siguen dando testimonio de su fidelidad al vínculo en el que han creído.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
Pidamos, pidamos a la Virgen María que interceda por nuestras familias, especialmente por los que pasan por dificultades, para que sepan superar y sanar siempre las heridas que causan división y amargura. Muchas gracias y que Dios los bendiga.
(Luego, el Papa ha dicho:)
Al volver recién de Turín, quisiera dirigir un sentido agradecimiento a la gente turinesa y piamontesa por su calurosa bienvenida. Agradezco en particular a Mons. Cesare Nosiglia, Arzobispo de Turín, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a todos los obispos piamonteses por su participación. En especial, mi pensamiento se dirige a los enfermos delCottolengo, que con el ofrecimiento de sus sufrimientos sostienen la vida de la Iglesia. Agradezco de corazón a los numerosos jóvenes por su audacia, testimonio y sus ganas de vivir los valores del Evangelio. Quisiera agradecer también a las autoridades civiles, a las fuerzas del orden, a los voluntarios, a las asociaciones, los movimientos, las administraciones regionales, provinciales y comunales, al mundo del trabajo y a todas las personas que han contribuido a la realización de esta visita mía, en ocasión de la ostensión de la Sábana Santa y del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco.
¡Me he sentido verdaderamente en casa, abrazado por el afecto de todos ustedes y por su hospitalidad! ¡Que el Señor los bendiga a todos ustedes a su bella ciudad!
Queridos jóvenes, en especial ustedes, confirmandos de Saluzzo y los del Movimiento juvenil San Francisco, de Plaza Armerina, que la radicalidad evangélica del Precursor los impulse a opciones valientes en favor del bien; queridos enfermos, que su fortaleza los sostenga en llevar la cruz en unión espiritual con el corazón de Cristo; queridos recién casados, que sus lazos con el Cordero los ayuden a unir a sus familias en el amor
.Francisco
miércoles, 24 de junio de 2015
DIOS TIENE LA ÚLTIMA PALABRA
Ángela Morales es una “bebé milagro” para su madre Sonia. Antes de dar a luz, supo que su hija tenía anencefalia, una condición que la condenaba a muerte. Contra todo pronóstico, la pequeña cumple hoy un año tres meses y sigue sorprendiendo a todos.
Sonia y Rony Morales viven en Providence en el estado de Rhode Island en Estados Unidos. Cuando supieron que Ángela nacería con anencefalia, decidieron “tenerla sin importar nada”.
La anencefalia se caracteriza por la falta de parte del cerebro o del cráneo. Los bebés que nacen con esta condición suelen vivir muy poco tiempo.
En su blog, Sonia escribe que Ángela es la prueba de que “la ciencia tiene mucho que aprender sobre esta condición y que los médicos solo saben lo que hay en los libros. Aún no podemos creer lo lejos que ella ha llegado, lo feliz y lo saludable que es”.
“Ella – escribe la madre – es una guerrera maravillosa con un gran propósito que cumplir”.
Sonia y su esposo no cuidan solos a la pequeña Angela, también ayuda en su cuidado su hija mayor Elizabeth.
La madre aún recuerda el día en que recibió el diagnóstico: “estaba sola en un cuarto frío y oscuro. Sentía en mi corazón que algo estaba mal. Tomaron más de 40 imágenes para saber qué pasaba y el doctor me dio la terrible noticia: ‘lo siento pero tu bebé tiene una abertura desde la ceja hasta la parte de atrás. No tiene cerebro ni cráneo, eso se llama anencefalia’”
Nada podía haberla preparado para esta terrible noticia. Sonia lloró mucho pero tuvo todo claro y muy rápido ante la propuesta de que abortara: “ella no era una opción, era mi niña hermosa. Rechacé dos veces el aborto”.
Cuando su esposo Rony estuvo al tanto de la situación, recuerda Sonia, le dijo “llevaremos esta bebé a término y la amaremos hasta su último suspiro. Poco después Ángela nació.
“No podemos creer lo que hemos visto. Hemos visto muchos milagros. Ángela ya tiene 15 meses fuera de mi vientre (…) Sigue sorprendiendo a los médicos y hace cosas que dijeron nunca haría”.
Angela respira sola, gana peso, rueda de costado, mueve sus piernas y brazos, come normalmente frutas y vegetales: “sus favoritos son el camote, el plátano, la palta y la sandía. Le encanta lo que cocino”, dice Sonia.
“Nuestra bebé milagro cumple 15 meses hoy. Ella es la prueba viviente y amorosa de que los milagros ocurren todos los días, si crees en Dios. Eso significa confiar en Él incluso cuando no conoces su plan. Confía y acepta su voluntad siempre. Ella llegó a este mundo perfecta y Dios nos la confiad”.
“Este camino comenzó con una espada clavada en el corazón, no entendíamos por qué tanto sufrimiento. ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué nosotros? ¿Por qué nuestra amada hija? ¿Por qué? ¿Por qué? Ahora entiendo que tuvo que ser así para recibir esta recompensa. Estamos felices y nuestras vidas son plenas”.
“No te rindas, los milagros ocurren”, afirman.
La familia Morales ha creado una cuenta en Gofundme para colaborar con el tratamiento de Ángela a la que se puede ingresar en:http://www.gofundme.com/ourbabyangela
www.aleteia.org
lunes, 22 de junio de 2015
ENCÍCLICA LAUDATO SI EN 50 PUNTOS
Texto completo de la Encíclica en el menú lateral del blog
Introducción: el cuidado de la casa común
- 1. “Laudato si’, mi’ Signore – Alabado seas, mi Señor, cantaba san Francisco de Asís, es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología.
- 2. “El Creador no nos abandona, nunca dio marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado”.
- 3. “Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en el sufrimientos de los excluidos”.
Capítulo I: Lo que le está pasando a nuestra casa
- 4. “Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”.
- 5. “La mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos a causa de la actividad humana”.
- 6. “Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales. Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho”.
- 7. “La exclusión social, la violencia, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes son signos que muestran que el crecimiento de los últimos dos siglos no ha significado un verdadero progreso”.
- 8. “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social”.
- 9. “Muchos profesionales de los medios de comunicación están ubicados en áreas urbanas aisladas, sin tomar contacto directo con sus problemas. Viven y reflexionan desde la comodidad de un desarrollo y de una calidad de vida que no están al alcance de la mayoría”.
- 10. “En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo diferente, algunos atinan sólo a proponer una reducción de la natalidad”.
- 11. “La tierra del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”.
- 12. “El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente”.
- 13. “Ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones”.
Capítulo II: El Evangelio de la creación
- 14. “Quienes se empeñan en la defensa de la dignidad de las personas, pueden encontrar en la fe cristiana los argumentos más profundos para ese compromiso”.
- 15. “No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada”.
- 16. “Debemos preocuparnos de que otros seres vivos no sean tratados irresponsablemente, pero especialmente debemos preocuparnos de las enormes inequidades que existen entre nosotros, pues seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros”.
- 17. “Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas”.
- 18. “Jesús trabajaba con sus manos, tomando contacto cotidiano con la materia creada por Dios para darle forma con su habilidad de artesano. Llama la atención que la mayor parte de su vida fue consagrada a esa tarea. Así santificó el trabajo y le otorgó un peculiar valor para nuestra maduración”.
Capítulo III: Raíz humana de la crisis ecológica
- 19. “La tecnociencia bien orientada no sólo puede producir cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida, también es capaz de producir lo bello ¿se puede negar la belleza de un avión?”.
- 20. “Las iniciativas ecologistas pueden terminar encerradas en la misma lógica de la globalización: buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas, y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial”.
- 21. “La gente ya no parece creer en un futuro feliz”.
- 22. “Una presentación inadecuada de la antropología cristiana pudo llegar a respaldar una concepción equivocada sobre la relación del ser humano con el mundo: se transmitió muchas veces un dominio sobre el mundo que provocó la impresión de que el cuidado de la naturaleza es cosa de débiles”.
- 23. “Cuando no se reconoce el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacitad; difícilmente podremos escuchar los gritos de la naturaleza”.
- 24. “No es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto”.
- 25. “La lógica del «usar y tirar», genera tantos residuos por el deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita”.
- 26. “Estamos llamados al trabajo desde nuestra creación. El trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal”.
- 27. “Dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad”.
- 28. “La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde se instala, si crea puestos de trabajo”.
- 29. “No es posible frenar la creatividad humana”.
Capítulo IV: Una ecología integral
- 30. “Junto con el patrimonio natural, hay un patrimonio histórico, artístico y cultural, igualmente amenazado. Es parte de la identidad común”.
- 31. “Hace falta cuidar los lugares comunes, los hitos urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro sentimiento de «estar en casa» dentro de la ciudad que nos contiene y nos une”.
- 32. “La posesión de una vivienda implica la dignidad de las personas y el desarrollo de las familias”.
- 33. “Si la tierra nos es donada, ya no podemos pensar sólo desde un criterio utilitarista de eficiencia y productividad para el beneficio individual. La tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán”.
- 34. “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá”.
- 35. “El hombre y la mujer del mundo postmoderno corren el riesgo permanente de volverse profundamente individualistas”.
Capítulo V: Algunas líneas de orientación y acción
- 36. “La política y la empresa reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales”.
- 37. “La reducción de gases de efecto invernadero requiere honestidad, valentía y responsabilidad, sobre todo de los países más poderosos y más contaminantes”.
- 38. “Los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes, pero también deben analizar el nivel escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población y controlar mejor la corrupción”.
- 39. “La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación”.
- 40. “La política no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia”.
- 41. “La salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de las finanzas que no tiene futuro”.
- 42. “La crisis financiera de 2007-2008 era la ocasión para el desarrollo de una nueva economía más atenta a los principios éticos. Pero no hubo una reacción que llevara a repensar los criterios obsoletos”.
- 43. “La política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas”.
- 44. “La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad”.
Capítulo VI: Educación y espiritualidad ecológica
- 45. “Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir”.
- 46. “Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas”.
- 47. “Si una persona, aunque la propia economía le permita consumir y gastar más, habitualmente se abriga un poco en lugar de encender la calefacción, se supone que ha incorporado convicciones y sentimientos favorables al cuidado del ambiente”.
- 48. “La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora”.
- 49. “Los sacramentos son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se convierte en mediación de la vida sobrenatural: el agua, el aceite, el fuego y los colores son asumidos con toda su fuerza simbólica y se incorporan en la alabanza”.
- 50. “María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido”.
domingo, 21 de junio de 2015
DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vamos a la otra orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en la barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:
«¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
«¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
Marcos 4, 35-40
La escena de la barca golpeada por el viento y el oleaje se convirtió desde bien pronto en una imagen descriptiva de la situación de la Iglesia en la Historia. Por ejemplo, san Bonifacio, el intrépido evangelizador de Alemania, mártir en el siglo VIII, exhortaba a los pastores a que no abandonasen a la Iglesia y a que la gobernasen, porque ella es como una gran nave que navega por el mar de este mundo batida por las olas de muchas tentaciones.
Es verdad que hay tiempos y lugares en los que las fuerzas de los elementos parecen desatarse con más furia contra la nave. Son las épocas de persecuciones como las sufridas por los cristianos bajo el Imperio Romano, el dominio musulmán, los totalitarismos del siglo XX o, de nuevo, en nuestros días, a causa del islamismo político. Entonces se plantea la decisión suprema de aceptar el don del martirio de sangre. Siempre ha habido lugares donde los cristianos han sido perseguidos de modo brutal.
Pero no debemos engañarnos. Como escribía el cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco, «la situación de persecución es normal en la existencia cristiana» en todos los tiempos y lugares. El huracán nunca amaina. A veces, causa víctimas mortales y grandes destrozos materiales. En muchas otras ocasiones, sus efectos son menos perceptibles a simple vista y a corto plazo, pero su labor destructiva ha penetrado en las almas y las ruinas humanas y espirituales que ocasiona son mucho más devastadoras que las catástrofes de fuego y sangre.
Hoy, la Iglesia sufre ambos tipos de persecución. En unos lugares, los cristianos tienen que elegir entre el destierro, el despojo de todos sus bienes o la muerte. En otros, jóvenes y mayores sufren un bombardeo espiritual permanente a través de la televisión, las redes sociales y la presión ambiental en sus lugares de estudio, trabajo o esparcimiento. Es un fuerte huracán. Como el desatado en el mar de Galilea.
«Os perseguirán», nos advirtió el Salvador. No nos llamamos a engaño. Está en marcha la lucha entre la vida y la muerte; el amor y el odio; la luz y las tinieblas; el bien y el mal. Una de las armas más formidables del perseguidor es hacernos creer que no hay tal: que ya han pasado los tiempos de los combates; que ahora vivimos la era dorada de la tolerancia y del diálogo universales. Quien sucumbe a este engaño, puede dar por perdida la batalla de la fe. Acabará muy probablemente como abanderado de la falsa tolerancia y de los diálogos de sordos en favor de una vida sin sentido, sin meta, sin fe.
Jesús hizo el milagro de parar el huracán. ¿Por qué no lo repite también hoy? Puede hacerlo, si lo pedimos con fe. Pero aquellos pobres pescadores aterrorizados, más que fe lo que tenían era miedo. Y Jesús hizo el milagro para demostrarles precisamente que les faltaba fe, que no se fiaban del poder de Dios, que, en definitiva, eran –como les dice sin rebozos– unos cobardes.
Señor, ayuda a tu Iglesia en la persecución. Que tu Espíritu aliente la fe que serena el corazón en la humildad e ilumina la inteligencia con la luz de la sabiduría espiritual.
+ Juan Antonio Martínez Camino
viernes, 19 de junio de 2015
"ESTABA ATENTO A LAS NECESIDADES DE TODOS"
«Estaba atento a las necesidades de todos»
El cardenal Antonio Cañizares ha abierto la causa de canonización de José María Haro: magistrado y Presidente de los Hombres de Acción Católica en Valencia, entre otras responsabilidades. «Al final de la jornada, seguía atendiendo en su casa a personas que acudían a pedirle ayuda –explica el Vicepostulador de la causa–. Enfermo o sano, estaba atento a las necesidades de todos. La fuerza la sacaba de la oración»
Primer magistrado del Trabajo de Valencia, padre de familia numerosa, laico muy implicado en la vida de la Iglesia… José María Haro Salvador podría ser el próximo Beato valenciano, si prospera la causa de canonización que abrió, este martes, el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares. Hijo de una modesta familia de agricultores, José María hizo estudios superiores gracias al colegio mayor San Juan de Ribera, de Burjassot, que alojaba de forma gratuita a «los hijos de las familias más humildes que fueran intelectualmente prometedores para que pudieran estudiar en la ciudad» –explica Juan Carlos Valderrama, Vicepostulador de la causa–. Optó por Magisterio y Derecho. Ya en esa época fue secretario de la Federación de Estudiantes Católicos de Valencia. En 1929 aprobó las oposiciones de juez, y un año después se casó con María Luisa Sabater, con quien tuvo ocho hijos. Desde su juventud, fue miembro activo de la Asociación Católica de Propagandistas.
La Guerra Civil le sorprendió en Villar del Arzobispo, donde era juez. «Estuvo a punto de dar testimonio como mártir –explica Valderrama–. Fue uno de los principales objetivos de algunos grupos de exaltados» que lo buscaban por su activismo católico. Una vez fue detenido por unos milicianos, pero logró evadirse. «Vivió oculto, pero nunca se apartó de un crucifijo, y estaba dispuesto a dar su vida por la fe» si fuera necesario. «Dada la ausencia de sacerdotes, se juntaba con otras personas para leer la liturgia de la Misa diaria. Ayudó a sostener la fe de muchos». No guardaba rencor a sus perseguidores: «Algunos de ellos eran de su pueblo. Luego hubiera podido aportar datos sobre ellos, pero nunca lo hizo».
«La acción social le llenaba el corazón»
«Lo que le llenaba el corazón era la acción social –subraya el Vicepostulador–. Durante toda su vida, fue una prioridad para él tanto en lo profesional como en lo pastoral». Por ello, «fue de los primeros que concurrieron a la Magistratura del Trabajo». Otra de sus prioridades fue la enseñanza, «por su propia experiencia de haber tenido dificultades para estudiar y las altas tasas de analfabetismo de la época». Presidió la Junta Provincial de Enseñanza Primaria, donde «trabajó para articular la formación de los profesores. También en la diócesis propició que se formaran órganos para crear escuelas, formar a los profesores…»
En plena posguerra, la Iglesia intentaba multiplicarse para hacer frente a todas las necesidades. Como Presidente de los Hombres de Acción Católica entre 1943 y 1955, Haro «fue uno de los apoyos más importantes del entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea. Hacían falta muchos recursos para poner en marcha todas las iniciativas de la Iglesia: construcción de viviendas para obreros, subvención de estudios… Para ello se articuló el Banco de Nuestra Señora de los Desamparados, del que fue Director» y que está en los orígenes de Cáritas. También fue Tesorero del Patronato de Viviendas del Arzobispado.
Con todo esto, «al final de la jornada, a altas horas de la noche, seguía atendiendo en su casa a personas que acudían a pedirle consejo o ayuda. Enfermo o sano, estaba atento a las necesidades de todos. Realmente es sorprendente su capacidad de trabajo. Para hacer esto, sacrificó muchas cosas, y fue ejemplar el apoyo de su mujer, Mª Luisa. La fuerza, indudablemente, la sacaba de la oración, la Misa –iba todos los días a las siete de la mañana– y de su devoción a la Virgen».
María Martínez López en Alfa y Omega
jueves, 18 de junio de 2015
"BASTA DE ABORTOS". EL GINECÓLOGO SE CONVIERTE
Ha sido la noticia que ha hecho más ruido, durante el anuncio del próximo Jubileo de la misericordia: la facultad concedida, por vía extraordinaria, por el Papa a algunos sacerdotes que serán enviados a las diócesis para confesar y perdonar a las personas que han abortado, y al personal médico que ha consentido ese crimen.
A raíz de esta noticia, es de gran actualidad la historia del doctor Antonio Oriente, 61 años, un ex ginecólogo abortista italiano que, convertido, se ha puesto totalmente al servicio de la vida. Dirigente medico ginecólogo de un consultorio de la Agencia sanitaria provincial de Messina (Sicilia), durante muchos años vivió su día a día practicando abortos rutinarios.
- ¿Qué piensa de la “buena noticia” del papa Francisco?
La decisión del papa Francisco nos recuerda el pasaje del Evangelio de Lucas, donde Jesús dice a los discípulos: “Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados”. Los efectos que, en mi opinión, se verán en seguida, de la decisión del Papa no podrán ser más que positivos, y harán crecer en las personas (médicos, mujeres, etc.) en la conciencia de ser perdonados y de deber, a continuación, perdonar y no juzgar.
- Usted vivió en su propia piel todo esto. ¿Qué sintió al recibir el perdón por los abortos que había realizado durante su carrera?
Cuando tuve la certeza, gracias a mi obispo, de haber sido perdonado y no juzgado, recibí un nuevo impulso en mi postura profesional.
- ¿Qué ha cambiado para usted?
Comprendí que las mujeres que habían abortado, los sufrientes en general, no eran sólo cuerpos que curar, sino personas a las que cuidar. Empezó así para mi una nueva forma de ser cristiano y médico, al servicio de Dios y los hermanos.
- Si pudiera decir algo al Papa…
Le diría: ¡gracias por esta decisión que liberará a tantas mujeres y médicos de las cadenas que les mantienen atados a un pasado de sufrimiento! A nosotros ahora nos toca la tarea de seguir las enseñanzas de Jesús y el Magisterio de la Iglesia. Para que se pueda decir a los hermanos y hermanas: “No temas, Dios te ha perdonado, también nosotros te perdonamos, ve y no peques más”.
- Doctor Oriente, ¿podemos recapitular para los lectores de Credere su singular historia? Usted colaboraba con un Centro para diagnosticar y curar la infertilidad, y hacía nacer a muchos niños. Y sin embargo, con las mismas manos, mataba a tantos fetos. ¿Cuándo y por qué su carrera cambió radicalmente de dirección?
Vea, mi mujer, pediatra, adoraba y cuidaba a los niños, pero no conseguíamos tener hijos propios, y ella lo sufría terriblemente. Una tarde como tantas (en los primeros meses del 1986), me había encerrado en mi estudio, la cabeza entre las manos, preguntándome de qué servía tener títulos, especializaciones, una carrera sólida, la estima de la gente, si después al volver a casa no era capaz de regalar una sonrisa a mi mujer.
De repente, dos personas a las que seguía desde hacía tiempo por infertilidad, viendo las luces encendidas en el estudio, temieron que me encontrara mal e, irrumpiendo en el estudio, me encontraron llorando. Ante ellos, tuve el valor de confiarme.
- ¿Qué le dijeron?
“Doctor, nosotros no tenemos una solución a su problema. Pero podemos presentarle a una persona especial que puede dar un sentido a lo que está viviendo: Jesucristo”. Eran hermanos que se acercaban tímidamente a un camino de conversión gracias a un movimiento eclesial, la Renovación en el Espíritu, al que yo, al principio incrédulo pero lleno de curiosidad, me acerqué a pequeños pasos.
Una tarde en la iglesia empecé a reflexionar: “¿Cómo puedo yo pedir un hijo al Señor, cuando mato los de los demás?”. Lleno de un repentino fervor, volví a casa y escribí en una hoja de papel: “Nunca más muerte, hasta la muerte”. Y desde entonces comencé a vivir de modo distinto mi ser hombre y médico”.
- ¿Y después, qué sucedió?
Después de esta decisión, un día al volver a casa – era el mes de mayo del mismo año – encontré a mi mujer Maria Carmela que estaba vomitando. Pensé en un malestar pasajero, pero en los días siguientes la situación no mejoraba. Y al hacer un análisis de sangre, se descubrió porqué: ¡estaba esperando un niño! Después de 8 meses nació Domenico y, al poco, llegó Luigi.
- Podemos sólo imaginar su alegría y la de su mujer…
Primero, la incredulidad, y por tanto la búsqueda frenética de qué podía haber pasado desde el punto de vista científico y, sucesivamente, al no encontrar una explicación plausible, la convicción de que en mi historia personal y familiar había intervenido con fuerza Jesús.
Deseoso entonces de un renacimiento interior completo, decidí cortar claramente los puentes con el pasado, y cualificar cada vez más mi vida humana y profesional. Seguía, sin embargo, quedando un vínculo con el pasado (el instrumental quirúrgico con el que había matado a tantos niños); decidí entonces separarme de ellos entregándolos al Papa. Esto fue imposible durante años; lo intenté con Juan Pablo II y con Benedicto XVI, pero sin resultado.
La oportunidad se me dio el 20 de septiembre de 2013, durante la audiencia de Francisco con los médicos católicos de la Mater Care International. El Papa Bergoglio, en esa ocasión que yo diría milagrosa, me acogió, puso sus manos sobre mi cabeza y me bendijo, y me confirmó en el mandato de evangelización pro-vida; me prometió también que rezaría con esos “hierros”.
Por Patrizia Carollo
A raíz de esta noticia, es de gran actualidad la historia del doctor Antonio Oriente, 61 años, un ex ginecólogo abortista italiano que, convertido, se ha puesto totalmente al servicio de la vida. Dirigente medico ginecólogo de un consultorio de la Agencia sanitaria provincial de Messina (Sicilia), durante muchos años vivió su día a día practicando abortos rutinarios.
- ¿Qué piensa de la “buena noticia” del papa Francisco?
La decisión del papa Francisco nos recuerda el pasaje del Evangelio de Lucas, donde Jesús dice a los discípulos: “Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados”. Los efectos que, en mi opinión, se verán en seguida, de la decisión del Papa no podrán ser más que positivos, y harán crecer en las personas (médicos, mujeres, etc.) en la conciencia de ser perdonados y de deber, a continuación, perdonar y no juzgar.
- Usted vivió en su propia piel todo esto. ¿Qué sintió al recibir el perdón por los abortos que había realizado durante su carrera?
Cuando tuve la certeza, gracias a mi obispo, de haber sido perdonado y no juzgado, recibí un nuevo impulso en mi postura profesional.
- ¿Qué ha cambiado para usted?
Comprendí que las mujeres que habían abortado, los sufrientes en general, no eran sólo cuerpos que curar, sino personas a las que cuidar. Empezó así para mi una nueva forma de ser cristiano y médico, al servicio de Dios y los hermanos.
- Si pudiera decir algo al Papa…
Le diría: ¡gracias por esta decisión que liberará a tantas mujeres y médicos de las cadenas que les mantienen atados a un pasado de sufrimiento! A nosotros ahora nos toca la tarea de seguir las enseñanzas de Jesús y el Magisterio de la Iglesia. Para que se pueda decir a los hermanos y hermanas: “No temas, Dios te ha perdonado, también nosotros te perdonamos, ve y no peques más”.
- Doctor Oriente, ¿podemos recapitular para los lectores de Credere su singular historia? Usted colaboraba con un Centro para diagnosticar y curar la infertilidad, y hacía nacer a muchos niños. Y sin embargo, con las mismas manos, mataba a tantos fetos. ¿Cuándo y por qué su carrera cambió radicalmente de dirección?
Vea, mi mujer, pediatra, adoraba y cuidaba a los niños, pero no conseguíamos tener hijos propios, y ella lo sufría terriblemente. Una tarde como tantas (en los primeros meses del 1986), me había encerrado en mi estudio, la cabeza entre las manos, preguntándome de qué servía tener títulos, especializaciones, una carrera sólida, la estima de la gente, si después al volver a casa no era capaz de regalar una sonrisa a mi mujer.
De repente, dos personas a las que seguía desde hacía tiempo por infertilidad, viendo las luces encendidas en el estudio, temieron que me encontrara mal e, irrumpiendo en el estudio, me encontraron llorando. Ante ellos, tuve el valor de confiarme.
- ¿Qué le dijeron?
“Doctor, nosotros no tenemos una solución a su problema. Pero podemos presentarle a una persona especial que puede dar un sentido a lo que está viviendo: Jesucristo”. Eran hermanos que se acercaban tímidamente a un camino de conversión gracias a un movimiento eclesial, la Renovación en el Espíritu, al que yo, al principio incrédulo pero lleno de curiosidad, me acerqué a pequeños pasos.
Una tarde en la iglesia empecé a reflexionar: “¿Cómo puedo yo pedir un hijo al Señor, cuando mato los de los demás?”. Lleno de un repentino fervor, volví a casa y escribí en una hoja de papel: “Nunca más muerte, hasta la muerte”. Y desde entonces comencé a vivir de modo distinto mi ser hombre y médico”.
- ¿Y después, qué sucedió?
Después de esta decisión, un día al volver a casa – era el mes de mayo del mismo año – encontré a mi mujer Maria Carmela que estaba vomitando. Pensé en un malestar pasajero, pero en los días siguientes la situación no mejoraba. Y al hacer un análisis de sangre, se descubrió porqué: ¡estaba esperando un niño! Después de 8 meses nació Domenico y, al poco, llegó Luigi.
- Podemos sólo imaginar su alegría y la de su mujer…
Primero, la incredulidad, y por tanto la búsqueda frenética de qué podía haber pasado desde el punto de vista científico y, sucesivamente, al no encontrar una explicación plausible, la convicción de que en mi historia personal y familiar había intervenido con fuerza Jesús.
Deseoso entonces de un renacimiento interior completo, decidí cortar claramente los puentes con el pasado, y cualificar cada vez más mi vida humana y profesional. Seguía, sin embargo, quedando un vínculo con el pasado (el instrumental quirúrgico con el que había matado a tantos niños); decidí entonces separarme de ellos entregándolos al Papa. Esto fue imposible durante años; lo intenté con Juan Pablo II y con Benedicto XVI, pero sin resultado.
La oportunidad se me dio el 20 de septiembre de 2013, durante la audiencia de Francisco con los médicos católicos de la Mater Care International. El Papa Bergoglio, en esa ocasión que yo diría milagrosa, me acogió, puso sus manos sobre mi cabeza y me bendijo, y me confirmó en el mandato de evangelización pro-vida; me prometió también que rezaría con esos “hierros”.
Por Patrizia Carollo
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