miércoles, 4 de septiembre de 2013

ELOGIO DE LO SIMPLE

Despojarse de lo innecesario, librarnos de cargas externas y de tumultos internos. Vivir la vida apacible que recomiendan los Padres, quedar vacíos para tener tiempo y espacio para Dios.
Estos días concentrémonos en eso. Buscar lo simple, evitar lo superfluo, en todos los aspectos. Hacer el paciente esfuerzo de aquel que limpia y ordena su casa, del que tira lo que sobra y estorba. Es un esfuerzo gustoso porque anticipamos el gozo del despojo. Miramos luego el limpio desierto que ha quedado en los espacios y en el alma.
Dedicarse solo a lo esencial y abandonar sin pena lo accesorio.
 
Lo primero que sobra es la prisa, compartamos con paciencia esta tarea de irnos purificando, invocando a cada instante el Nombre de Jesús, Dios que viene a salvarnos».

Del blog "Hesiquía"

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