miércoles, 21 de noviembre de 2012

ALABA A DIOS POR EL DON DE LA VIDA



Cada año, al recordar nuestro nacimiento, demos gracias a Dios por el don gratuito que nos ha hecho: la vida.

Es un regalo que nos concedió en el momento de la concepción, que se afirmó el día de nuestro nacimiento y que Dios nos renueva en cada instante.

Pero no agradezcamos solamente, también preguntémosle a Dios, en cada acontecimiento, qué es lo que nos quiere enseñar para crecer en sabiduría, desarrollar el don del amor y profundizar la sensación de gozo y gratitud por la vida.

La vida es bella. Esto no sólo debe ser una frase simpática, sino también una experiencia de vida que debemos renovar y acrecentar, día tras día, con la gracia del Señor.

Cada año, en el aniversario de tu nacimiento, pero también diariamente, déjate consentir por la Madre del cielo y amar por el Señor. Es muy sencillo, sólo tienes que disfrutarlo, respira profundo y déjate amar, abandonándote, todavía más, en su Bendito e Inmaculado Corazón.



Él será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Lucas 1, 14.


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