jueves, 5 de enero de 2012

PREPARANDO LA EPIFANÍA

El Evangelio de san Mateo refiere: “Cuando Jesús nació en Belén de Judá, unos magos procedentes de Oriente guiados por una estrella entran en una casa, ven al niño con María, su madre, y postrándose le adoran, abren luego sus cofres y le ofrecen oro, incienso y mirra”. ¡Precioso y encantador relato!. Ciertos críticos racionalistas niegan su historicidad considerándolo un mito, sin embargo la Iglesia afirma y sostiene que fue un hecho real.
 
El citado texto evangélico de san Mateo habla de “magos de Oriente” sin el término de reyes y sin concretar su país, nacionalidad y número. La palabra mago proviene del término persa magu, dado a los sacerdotes persas de la religión de Zoroastro, consultores de los reyes y dedicados a la astrología y astronomía, quienes creían en la existencia del doble principio beligerante entre el bien y el mal. Los judíos tomaron este término en su destierro en Persia.

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