martes, 5 de abril de 2011

TESTIMONIO DE CONVERSIÓN

Gabriele Kuby, escritora, nació en 1944. Vive en Bavaria (Alemania). Es madre de tres hijos. Estudió sociología y participó en la revolución estudiantil del 68. Fue traductora del campo de psicología y esoterismo durante más de veinte años. Ha escrito varios libros sobre la fe, las relaciones interpersonales, la sexualidad y el género.




En la fiesta de Todos los Santos de 1996, estuve por primera vez en Medjugorje y entonces, por la intercesión de la Virgen, recibí de regalo la conversión. En aquel momento todavía no pertenecía a la Iglesia católica.


El tiempo de búsqueda


Cuando tenía 8 años, por deseo propio, fui bautizada en la iglesia evangélica. Pero con el paso del tiempo mi fe se perdió. Fui miembro del movimiento estudiantil del año 1968 cuya principal corriente estaba en la ideología comunista, la liberación sexual y el feminismo. Al acabar la carrera de sociología y experiencia laboral de un año en la universidad me fui a dar la vuelta por el mundo en autoestop…


En el año 1973 Dios me regaló dos experiencias con las que me mostró indudablemente que existía. Mi felicidad duró apenas medio año. Dios, muchas veces, nos da una gracia inicial que como un faro nos ayuda a orientarnos. Pero después de eso comienza nuestro propio esfuerzo, en el cual no estamos solos. La Iglesia nos regala todo lo que en ese camino necesitemos, pero mi caminar hacia la Iglesia en esa época había sido impedido por los prejuicios que hoy en día también se nos ofrecen sin vergüenza, y que vosotros mismos conocéis: las cruzadas, la inquisición, el celibato, el sacerdocio de las mujeres,… por más de veinte años busqué respuestas en el campo del esoterismo y la psicología, pero en esos caminos no se puede encontrar a Dios. Nadie hasta ese momento me había dicho: ven, te haré conocer a Jesús, ven ante el Santísimo.


A la puerta de la Iglesia


El año 1977 conocí a mi futuro marido. Nos enamoramos, empezamos a vivir juntos, tuvimos un hijo, nos casamos por lo civil, tuvimos dos hijos más… y nos divorciamos 18 años más tarde. Eso, hoy, es el orden habitual. ¡Pero es un orden equivocado! Disminuyen las posibilidades de una vida familiar feliz. Hoy sé cual es el orden correcto: enamorarse, conocerse, discernir, comprometerse, discernir más profundamente, casarse, empezar la vida en común, tener hijos. De esa manera crecen las posibilidades de cumplir con el anhelo del amor y de la familia.

Cuando se fue mi marido, en la Noche Vieja de 1996, me dejó sola y triste con tres niños, los tres
menores de edad, pero una vecina joven llamó a la puerta de mi casa y me dijo: “¡Reza!” Me había traído una novena con grandes promesas de Jesús. Cada oración acababa con las palabras: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.” Al final de esa novena sabía que iba a ser católica. Las puertas de la Iglesia finalmente empezaron a abrirse para mí… El libro “Mi camino hacia María” se ha convertido en la lectura diaria en mi camino de paso del espíritu de este mundo al espíritu de la fe. Ese libro ayudó a muchos a que pasen de tantos intentos de autoayuda a Jesucristo, el único Salvador.

Hoy me pregunto cómo es posible vivir sin la fe en el Señor Resucitado. Seguramente hay gente que ahora está viviendo algo parecido. No dejéis de buscar, porque el que busca, ése encuentra. El Santo Padre dice: los caminos hacia Dios son tantos como las personas. Todos pueden apoyarse en la palabra de Jesús: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.” (Ap 3,20) Nuestra manera de vivir no nos permite oír esa llamada a la puerta.
 Quien vive con los tapones en los oídos, quien llena su vida interior con imágenes de terror y sexo de las que ya no puede deshacerse, quien se narcotiza con alcohol y drogas o va a la cama con un chico o chica encontrados en alguna discoteca, no puede oír la llamada. Y los que no participan en eso, a día de hoy, se sienten como unos extraños.
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2 comentarios:

gosspi dijo...

disfruto leyendo testimonios de conversión tan edificantes. Gracias Balbi....

LAH dijo...

Gracias Balbi por traer esta conversion, es maravilloso cómo actúa el Señor. un abrazo