lunes, 31 de octubre de 2011

MÁS SOBRE LA JMJ

20 de Agosto, encuentro en la Nunciatura con el comité organizador de la XXVI JMJ


Queridos amigos:

Me complace recibiros en esta Nunciatura Apostólica para agradeceros vivamente todo lo que habéis llevado a cabo para la organización de esta Jornada Mundial de la Juventud.

Sé muy bien que, desde el momento que se hizo pública la noticia de que la Archidiócesis de Madrid había sido elegida como Sede de esta iniciativa, el Señor Cardenal Antonio María Rouco Varela puso en marcha los trabajos del Comité Organizador Local, en el que, con un profundo sentido eclesial y extraordinario afecto al Vicario de Cristo, han colaborado los responsables de las diversas áreas que se hallan implicadas en un acontecimiento de esta magnitud, coordinados por Monseñor César Augusto Franco Martínez. Solo el amor a la Iglesia y el afán por evangelizar a los jóvenes explican este compromiso tan generoso en tiempo y energías, que dará un abundante fruto apostólico. Durante meses habéis entregado lo mejor de vosotros mismos al servicio de la misión de la Iglesia. Dios os lo premiará con el ciento por uno. No sólo a vosotros, sino a vuestras familias e instituciones, que con abnegación han sostenido vuestra dedicación y esmero. Si, como dice Jesús, ni un vaso de agua dado en su nombre quedará sin recompensa, ¡cuánto más la entrega diaria y permanente a la organización de un hecho eclesial de tanto relieve como el que estamos viviendo! Gracias a cada uno de vosotros.

De igual modo, quiero manifestar mi gratitud a los miembros de la Comisión Mixta, formada por el Arzobispado de Madrid y las Administraciones del Estado, de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la Villa, que, también desde el inicio de la preparación de esta Jornada Mundial de la Juventud, se constituyó con la mirada puesta en los cientos de miles de jóvenes peregrinos que han llegado a Madrid, ciudad abierta, hermosa y solidaria. Ciertamente, sin esta colaboración solícita, no se habría podido realizar un evento de tanta complejidad y trascendencia. A este respecto, sé bien que las diversas entidades se han puesto a disposición del Comité Organizador Local, sin escatimar esfuerzos y en un clima de amable cooperación, que honra a esta noble Nación y al reconocido espíritu de hospitalidad de los españoles.

La eficacia de esta comisión manifiesta que no solo es posible la colaboración entre la Iglesia y las instituciones civiles, sino que, cuando se orientan al servicio de una iniciativa de tan largo alcance, como es la que nos ocupa, se hace verdad el principio de que el bien integra a todos en la unidad. Por ello, quiero expresar a los representantes de las respectivas Administraciones, que han trabajado denodadamente por el éxito de esta Jornada Mundial, mi más sentido y cordial agradecimiento en nombre de la Iglesia y de los jóvenes que disfrutan en estos días de vuestra acogida y solicitud.

Para todos vosotros, vuestras familias e instituciones, invoco del Señor la abundancia de sus dones. Muchas gracias.

domingo, 30 de octubre de 2011

PARA AYUDAR NO HACEN FALTA GRANDES ESTRUCTURAS

Este niño de seis años, nos cuenta cómo decidió "partir su pan". No hay grandes complicaciones... sólo CARIDAD.

La crisis está haciendo aumentar el número de homeless (sin techo) en la ciudad californiana de San Diego, pero desde hace tiempo quienes duermen en la calle tienen un ángel que vela por ellos.

Se llama Dominique Piconi, tiene seis años y hace unos meses iba en el coche con su madre cuando se entristeció al ver a personas viviendo en esas condiciones de pobreza. "¿Te gustaría hacer algo por ellos?", le preguntó Sophia. "¡Claro!", respondió el niño.

Dicho y hecho. A partir de aquel día, todos los miércoles por la mañana se levanta, prepara decenas de bocadillos y los mete en una bolsa junto con agua, plátanos y galletas. Y añade un escapulario: "Para que les proteja", explica. Luego todo el paquete va a un carrito, y tras asistir a misa con su madre en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, salen a repartirlos por la calle a los necesitados.

"Cuando les ve, él mismo me lo dice: «Mamá, es Jesús entre nosotros»", cuenta Sophia.

El periodista le pregunta a Dominique qué quiere ser de mayor, y el crío lo tiene claro:

-Papa.

-¿El primer Papa americano?

-Sí.

Por de pronto, como un Papa le ven los sin techo del vecindario, cuando con su angelical voz infantil les pregunta: "¿Quieres un bocadillo?".

Publicado en ReL

sábado, 29 de octubre de 2011

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente les llame maestro. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. Ni os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, el Mesías. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece, será humillado, y el que se humilla, será enaltecido».
Mt 23, 1-12
 
El comentario a este texto no se puede escribir poniendo distancia ante él. Necesariamente, hay que hacer examen de conciencia cada vez que se escucha a Jesús decir estas cosas. Es evidente que las dice en un contexto concreto, y tras la refriega que, según San Mateo, ha tenido con los escribas y fariseos, expertísimos en Sagrada Escritura y en asuntos religiosos. Lo que dice, en efecto, es para los que se sientan en la cátedra de Moisés, es decir, para los que son maestros de la ley, aunque tengan su corazón lejos de ella. Jesús denuncia la hipocresía de los que ponen cargas pesadas e insoportables en las espaldas de los hombres y, sin embargo, ellos se sitúan al margen de lo que enseñan con tanta dureza y severidad. Esa fractura entre la fe y la vida era, por lo visto, una actitud típica de aquella gente, que Jesús, además, conocía muy bien. Por eso se cuida de recordar que no hay que hacer lo que ellos hacen, pero sí lo que dicen. Y justamente porque esa actitud es típica, el modelo se puede repetir, y de hecho se repite con mucha frecuencia. El fariseísmo es un modo de ser, que se da en todas las épocas y, por supuesto, también en la nuestra. Por eso, comenzaba diciéndoos que ninguno de nosotros, sea obispo, sacerdote, consagrado o seglar, puede poner distancia ante las duras palabras del Señor.
Pero Jesús no sólo denuncia; al denunciar, también nos muestra la solución a este pecado, el camino de la conversión. Primero nos dice que ninguno de nosotros puede sentirse excluido del cumplimiento de la ley del Señor. Y, a continuación, nos hace ver que sólo el que obedece a Dios fielmente cada día y en cada una de sus normas de vida, sabe lo difícil que, a veces, eso resulta, y, por lo tanto, comprende siempre a sus hermanos en sus dificultades para cumplir la voluntad del Señor. Sólo quien escucha la Palabra de Dios y la cumple conoce su misericordia y tiene experiencia de su amor. Sin embargo, el que no vive lo que enseña e, incluso, se atreve a vivir de lo que enseña, es sólo un exhibicionista incapaz de comprender al prójimo en su debilidad. Sólo el vivir en el amor de Dios y de Jesucristo, su Hijo, nos iguala a todos; nos sitúa a todos en la misma dignidad y en el mismo nivel. Es más, el que vive en el amor de Dios y de Jesucristo aprende a situar su vida en el servicio, que es lo único que le da primacía a la vida del cristiano; lo único que lo enaltece. Por eso, exigir cualquier privilegio, el que sea, además de llegar a ser ridículo, es perder el rumbo de la vida, al elegir el aparecer sobre el ser. Otra cosa es que algunos llamen padre o maestro a otros, como muestra de aprecio por su testimonio de servicio en la responsabilidad que tengan encomendada. En realidad, Jesús no se niega a que tengamos detalles entre nosotros, incluso llamándonos padre o maestro; lo que dice es que eso nunca puede significar que unos sean más que otros o que, por eso, se sientan con derecho a situarse por encima de los demás. Al contrario, lo que Jesús propone es que, en las relaciones en la Iglesia, la grandeza sea proporcionada a la humildad y que la modestia sea esencial para los que quieran vivir como Jesús, que es manso y humilde de corazón. Lo que pide Jesús es que nuestro centro sea siempre Dios y nunca el yo de cualquiera de nosotros. Lo que se enseña en este texto es que, para un cristiano, tenga la misión que tenga en la Iglesia, siempre ha de quedar claro que sólo Jesucristo es el Señor.
+ Amadeo Rodríguez Magro
obispo de Plasencia

viernes, 28 de octubre de 2011

EN ASÍS

Ante trescientos jefes y representantes de las Iglesias y comunidades eclesiales y de las religiones del mundo, el Papa comenzó su discurso evocando el primer encuentro interreligioso Asís, convocado por Juan Pablo II en 1986 durante un momento crítico de la Guerra Fría. Celebró que “tres años después, el muro de Berlín cayó sin derramamiento de sangre” y dijo que "desde entonces, “los enormes arsenales que había tras el muro perdieron su capacidad de aterrorizar”, pero que la situación en que hoy vivimos no es tampoco de paz, pues “el mundo está desafortunadamente lleno de discordia”.

"No se trata sólo de que haya guerras frecuentemente aquí o allá; es que la violencia en cuanto tal siempre está potencialmente presente, y caracteriza la condición de nuestro mundo", precisó.



Dos tipologías de nuevas formas de violencia

En su intervención, el Santo Padre planteó identificar "más de cerca los nuevos rostros de la violencia y la discordia", señalando que, a su juicio y "a grandes líneas", se pueden identificar "dos tipologías diferentes de nuevas formas de violencia, diametralmente opuestas por su motivación, y que manifiestan luego muchas variantes en sus particularidades".

1. El terrorismo... incluyendo el religioso
"Tenemos ante todo el terrorismo, en el cual, en lugar de una gran guerra, se emplean ataques muy precisos, que deben golpear destructivamente en puntos importantes al adversario, sin ningún respeto por las vidas humanas inocentes que de este modo resultan cruelmente heridas o muertas".

El Papa señaló que que el terrorismo es a menudo "motivado religiosamente y que, precisamente el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del ´bien´ pretendido". Aquí, -añadió- "la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia".

La religión, ¿causa de la violencia?
A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir – y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza – que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción.

"Llenos de vergüenza"
Más adelante, admitió que "sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza" y señaló que "es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo".

La ausencia de Dios y la pérdida de humanidad
Para el Papa existe también una segunda tipología de violencia que tiene una motivación "exactamente opuesta" a la religiosa "es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad".

"El ´no´ a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que tomaba como norma solamente a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios".

Benedicto XVI se refirió también a la "decadencia" del hombre" como consecuencia de la cual se produce de manera silenciosa, y por tanto más peligrosa, un cambio del clima espiritual".

El tener, el poder y el poder
"La adoración de Mamón, del tener y del poder, se revela una anti-religión, en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal. El deseo de felicidad degenera, por ejemplo, en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el sometimiento a la droga en sus diversas formas. Hay algunos poderosos que hacen con ella sus negocios, y después muchos otros seducidos y arruinados por ella, tanto en el cuerpo como en el ánimo. La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal, se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo"

"La ausencia de Dios lleva al decaimiento del hombre y del humanismo", sentenció.

Los que no creen pero buscan la verdad y a Dios
Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, el Papa resaltó que existen también "personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad, están en la búsqueda de Dios", personas a las que calificó de "peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz".

Sobre que ellos no logren encontrar a Dios, el Papa dijo que "depende también de los creyentes, con su imagen reducida o deformada de Dios". "Su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a los creyentes a purificar su propia fe, para que Dios – el verdadero Dios – se haga accesible", apuntó.

Finalmente, el Pontífice aseguró ante los presentes que "la Iglesia católica no cejará en la lucha contra la violencia, en su compromiso por la paz en el mundo".
Publicado en ReL

Aquí está el discurso completo

jueves, 27 de octubre de 2011

EL PAPA EN ASIS

Jornada de reflexión, diálogo y oración
por la paz y la justicia en el mundo
"Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz"

Asís, 27 de octubre de 2011

El 1 de Enero de 2011, Benedicto XVI hacía el siguiente anuncio tras el rezo del primer Angelus del año:

"Queridos hermanos y hermanas, en el Mensaje para la Jornada de la paz de hoy subrayé que las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana, y recordé, al respecto, que en este año 2011 se celebrará el 25° aniversario de la Jornada mundial de oración por la paz que el venerable Juan Pablo II convocó en Asís en 1986. Por esto, el próximo mes de octubre, iré como peregrino a la ciudad de san Francisco, invitando a unirse a este camino a los hermanos cristianos de las distintas confesiones, a los representantes de las tradiciones religiosas del mundo, y de forma ideal, a todos los hombres de buena voluntad, con el fin de recordar ese gesto histórico querido por mi predecesor y de renovar solemnemente el compromiso de los creyentes de todas las religiones de vivir la propia fe religiosa como servicio a la causa de la paz. Quien está en camino hacia Dios no puede menos de transmitir paz; quien construye paz no puede menos de acercarse a Dios. Os invito a acompañar esta iniciativa desde ahora con vuestra oración."

Unámonos a nuestro Papa en la oración por la paz en el mundo.

"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas a los que le piden?" Mt. 7

miércoles, 26 de octubre de 2011

DIECISÉIS HIJOS

A Rosa Pich le gusta citar el dicho catalán que dice “si vols estar ben casat, busca-la en el veïnat” (si te quieres casar bien, búscala en el vecindario). Sin embargo, a esta barcelonesa no le fue nada mal casarse a los 23 años con un vecino de Cantimpalos. Dan fe de ello sus 16 hijos. Los Postigo Pich forman la familia numerosa con más hijos escolarizados de España. Aunque no se acaba de sentir cómoda con el interés mediático que suscita su caso, necesita contarle al mundo que existen, “mucha gente no se lo cree, pero nosotros hemos dicho sí a la vida” afirma.
¿He oído bien? Usted tiene 16 hijos.
18. Dos de ellos murieron siendo bebés. Nacieron con una malformación cardiópata severa. Donamos sus corazones a la ciencia. Hemos dicho sí a la vida y a la ciencia. El día que me vaya al cielo, descubriré por qué Dios se los llevó.
Debió ser muy duro.
Los médicos nos recomendaron no tener más hijos. ¡Pero nosotros queríamos tener una familia numerosa!
¡Su deseo se cumplió!
Así es, porque la decisión de tener cada uno de nuestros hijos ha sido de mi marido y mía: nadie, ningún sacerdote, familiar, o congregación, nos ha dicho cuántos hijos teníamos que tener.
¿De qué ha dependido cada una de las decisiones?
Hemos tenido en cuenta las condiciones psicológicas, físicas y económicas de cada momento.
No quiero pensar su presupuesto mensual en comida…
Hago la compra por Internet mensualmente y le aseguro que no gasto más que una familia con tres o cuatro hijos. Compro marca blanca. Y mis hijos saben que en casa no hay coca-cola, ni carne de primera, ni pescado fresco, solo atún enlatado. Eso sí: el chico de reparto del supermercado coloca en la despensa cada mes 240 litros de leche y 1.300 galletas María.
¿Siguen una dieta equilibrada?
Mis hijos comen en el colegio y están bien alimentados. En casa sólo se cena y se desayuna leche, y pan con mermelada o embutidos.
Siguen sin salirme los números.
Un kilo de pasta cuesta 50 céntimos. Lo mismo que un sobre de sopa. Le aseguro que no llego a los mil euros mensuales. Mis amigas me piden que le ayude a hacer los menús, además de explicarles cómo organizo la casa, las tareas de los chicos, los armarios...
¿Cómo organiza las cenas?
En dos turnos. Los de la primera comunión para abajo cenan primero y los mayores después. Entre medio, rezamos el Rosario.
¿Es usted muy religiosa?
En nuestra familia no contamos dos más dos, sino dos más dos, más Dios. Tenemos una fe vivida. Dios existe. Creemos en un padre que está en el cielo y tenemos la necesidad de comunicarnos con él, de contarle nuestras ilusiones y preocupaciones. El hombre es un ser de alma y cuerpo, por tanto espiritual.
¿Cree que hay una crisis de creencias?
La gente pone el dios en el Barça, en el dinero...
¿Cómo son sus hijos?
Movidos, gamberros, divertidos y deportistas. Están acostumbrados a pelearse, a convencer al otro para que juegue con ellos, a solucionar conflictos, a trabajar hábitos, a preocuparse por los demás. Ser miembro de una familia numerosa te obliga a ocuparte de los demás, porque siempre hay un hermano que necesita ayuda, tiene alguna dificultad. ¡Mis hijos están preparados para dirigir multinacionales!
¿Cómo se organizan entre ellos?
Cada oveja con su pareja. Cada uno de los mayores tiene asignado un pequeño y se encargan de resolver sus problemas: les ayudan con sus deberes, con la lectura, con el baño, si necesitan material del colegio se lo consiguen… Todos van al colegio andando desde los tres años y tienen su pequeño encargo. Yo trabajo por las mañanas, así que a las siete de la mañana salgo de casa. Por las tardes juego con los pequeños y a partir de las siete atiendo dudas hasta la hora de cenar.
Contará con alguna asistenta…
Sí, ella se encarga de la limpieza y del baño de los más pequeños. Trabaja de ocho a ocho. Pero los niños se encargan de hacerse la cama y si no se la hacen, peor para ellos.
¿Qué consejos les da a sus hijos?
Tanto mi marido como yo venimos de familias numerosas (14 y 16 hermanos, respectivamente). Hemos pasado de la litera de cuatro alturas a la cama de matrimonio. Si nuestros amigos tenían juguetes, nosotros teníamos hermanos. Y les hemos enseñado a nuestros hijos a ser felices así.
¿Nunca le han dicho que traer tantos niños al mundo es una irresponsabilidad?
La pregunta no es qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos, sino qué mundo nos van a dejar ellos a nosotros. Hay que cambiar el chip porque pienso que tal como están las cosas, van a tener muchas oportunidades. Mis hijos van a buenos colegios, así que humanamente hablando estarán preparados para sacar el país adelante. Yo siempre les digo que son ellos los que nos van a sacar de la situación que vivimos. Por otro lado, yo sí voy a tener mi jubilación pagada: mis hijos cuidarán de nosotros porque nosotros hemos cuidado de ellos.
¿Es usted muy estricta?
En la vida hay que hacer muchos sacrificios. A menudo he ido a trabajar sin apenas haber dormido y encontrándome mal. Pero hay que dar ejemplo. Por otro lado, en casa transmitimos una educación muy espartana , austera, de servicio a los demás, porque pensamos que es más elegante dar que ser egoísta. En la mesa tenemos una consigna: hay que servir al que tenemos al lado: acercarle el pan y el agua. Y si toca huevo frito, le damos el más bonito.
¿Sus hijos no le piden marcas?
En casa no compramos marcas. Si entra algo es porque han ahorrado haciendo canguros o se lo ha regalado el padrino. Las marcas no los hacen más persona, ni más felices. La vida da muchas vueltas y lo que no lloren de niños, lo llorarán de mayores. Uno se crea grandes necesidades, pero polvo eres y en polvo te convertirás
¿Qué es para usted la felicidad?
Lo que da felicidad es cuidar de los demás. A mí me la dan mis hijos, pero también me gusta cuidar de sus amigos cuando vienen a casa. Eso es algo que también les intento transmitir: preocuparse por los otros, ir a ver a un amigo cuando está enfermo, una llamada por teléfono... Hay que vivir con alegría y optimismo.
¿Nunca ha tenido una crisis matrimonial?
Por supuesto que las tenemos. Mi marido y yo discutimos, pero también hablamos. Y de las crisis uno sale más reforzado. Hay que luchar para quererse más, tratarse con cariño, dejarse espacio para uno y para la pareja. Nosotros nos vamos a pasear solos, aunque sea para dar una vuelta a la manzana. Pienso mucho en mis amigos que se han divorciado, porque se quedan muy solos y los niños quedan marcados para siempre.
¿Piensa que el matrimonio debe ser para toda la vida?
El divorcio sólo soluciona la discusión momentánea con la pareja , pero después vienen muchos más problemas. Lo he vivido de cerca. Sí, yo a mis hijos les digo que es para toda la vida, no porque lo manda la iglesia, sino porque el hombre y la mujer necesita una estabilidad física y psíquica. La naturaleza humana está hecha así: el niño necesita un papá, con una barba que le rasca, y una mamá, con su olor femenino, que le arropa.
¿En qué consiste el amor?
El amor es un fuego que hay que ir alimentando. No es una chispa de la vida, sino que uno tiene que ir trabajándolo, reforzándolo cada día. Así, cuando no hay llama, la ponemos. El amor no es sólo de sentimientos sino también cerebral. Necesita voluntad: yo quiero amar a esta persona, quiero amar su bien, me atrae su físico, su manera de ser... Y también necesita sinceridad. Hay que decirle a tu pareja qué te gusta, cómo te sientes, qué necesitas en cada momento.
Un consejo para mejorar las relaciones de pareja.
Dile que se acuerde de comprarte tus flores preferidas y cuando vayas a la pelu no esperes que se fije. Adelántate: ¿verdad que estoy guapa?
Me imagino que no irán mucho a comer a restaurantes...
Sólo cuando hay una celebración. Cuando nos invitan, suelen decirme: “da gusto ver cómo disfrutan tus hijos, Rosa”.
Publicado en el diario "La Vanguardia" 23-06-2011

martes, 25 de octubre de 2011

MÁS SOBRE LA JMJ

En esta ocasión repasamos la homilía del Santo Padre, en la Eucaristía con los Seminaristas, celebrada el 20 de Agosto en la Almudena.

Señor Cardenal Arzobispo de Madrid,
Venerados hermanos en el Episcopado,
Queridos sacerdotes y religiosos,
Queridos rectores y formadores,
Queridos seminaristas,
Amigos todos


Me alegra profundamente celebrar la Santa Misa con todos vosotros, que aspiráis a ser sacerdotes de Cristo para el servicio de la Iglesia y de los hombres, y agradezco las amables palabras de saludo con que me habéis acogido. Esta Santa Iglesia Catedral de Santa María La Real de la Almudena es hoy como un inmenso cenáculo donde el Señor celebra con deseo ardiente su Pascua con quienes un día anheláis presidir en su nombre los misterios de la salvación. Al veros, compruebo de nuevo cómo Cristo sigue llamando a jóvenes discípulos para hacerlos apóstoles suyos, permaneciendo así viva la misión de la Iglesia y la oferta del evangelio al mundo. Como seminaristas, estáis en camino hacia una meta santa: ser prolongadores de la misión que Cristo recibió del Padre. Llamados por Él, habéis seguido su voz y atraídos por su mirada amorosa avanzáis hacia el ministerio sagrado. Poned vuestros ojos en Él, que por su encarnación es el revelador supremo de Dios al mundo y por su resurrección es el cumplidor fiel de su promesa. Dadle gracias por esta muestra de predilección que tiene con cada uno de vosotros.

La primera lectura que hemos escuchado nos muestra a Cristo como el nuevo y definitivo sacerdote, que hizo de su existencia una ofrenda total. La antífona del salmo se le puede aplicar perfectamente, cuando, al entrar en el mundo, dirigiéndose a su Padre, dijo: “Aquí estoy para hacer tu voluntad” (cf. Sal 39, 8-9). En todo buscaba agradarle: al hablar y al actuar, recorriendo los caminos o acogiendo a los pecadores. Su vivir fue un servicio y su desvivirse una intercesión perenne, poniéndose en nombre de todos ante el Padre como Primogénito de muchos hermanos. El autor de la carta a los Hebreos afirma que con esa entrega perfeccionó para siempre a los que estábamos llamados a compartir su filiación (cf. Heb 10,14).

La Eucaristía, de cuya institución nos habla el evangelio proclamado (cf. Lc 22,14-20), es la expresión real de esa entrega incondicional de Jesús por todos, también por los que le traicionaban. Entrega de su cuerpo y sangre para la vida de los hombres y para el perdón de sus pecados. La sangre, signo de la vida, nos fue dada por Dios como alianza, a fin de que podamos poner la fuerza de su vida, allí donde reina la muerte a causa de nuestro pecado, y así destruirlo. El cuerpo desgarrado y la sangre vertida de Cristo, es decir su libertad entregada, se han convertido por los signos eucarísticos en la nueva fuente de la libertad redimida de los hombres. En Él tenemos la promesa de una redención definitiva y la esperanza cierta de los bienes futuros. Por Cristo sabemos que no somos caminantes hacia el abismo, hacia el silencio de la nada o de la muerte, sino viajeros hacia una tierra de promisión, hacia Él que es nuestra meta y también nuestro principio.

Queridos amigos, os preparáis para ser apóstoles con Cristo y como Cristo, para ser compañeros de viaje y servidores de los hombres. ¿Cómo vivir estos años de preparación? Ante todo, deben ser años de silencio interior, de permanente oración, de constante estudio y de inserción paulatina en las acciones y estructuras pastorales de la Iglesia. Iglesia que es comunidad e institución, familia y misión, creación de Cristo por su Santo Espíritu y a la vez resultado de quienes la conformamos con nuestra santidad y con nuestros pecados. Así lo ha querido Dios, que no tiene reparo en hacer de pobres y pecadores sus amigos e instrumentos para la redención del género humano. La santidad de la Iglesia es ante todo la santidad objetiva de la misma persona de Cristo, de su evangelio y de sus sacramentos, la santidad de aquella fuerza de lo alto que la anima e impulsa. Nosotros debemos ser santos para no crear una contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar.

Meditad bien este misterio de la Iglesia, viviendo los años de vuestra formación con profunda alegría, en actitud de docilidad, de lucidez y de radical fidelidad evangélica, así como en amorosa relación con el tiempo y las personas en medio de las que vivís. Nadie elige el contexto ni a los destinatarios de su misión. Cada época tiene sus problemas, pero Dios da en cada tiempo la gracia oportuna para asumirlos y superarlos con amor y realismo. Por eso, en cualquier circunstancia en la que se halle, y por dura que esta sea, el sacerdote ha de fructificar en toda clase de obras buenas, guardando para ello siempre vivas en su interior las palabras del día de su Ordenación, aquellas con las que se le exhortaba a configurar su vida con el misterio de la cruz del Señor.

Configurarse con Cristo comporta, queridos seminaristas, identificarse cada vez más con Aquel que se ha hecho por nosotros siervo, sacerdote y víctima. Configurarse con Él es, en realidad, la tarea en la que el sacerdote ha de gastar toda su vida. Ya sabemos que nos sobrepasa y no lograremos cumplirla plenamente, pero, como dice san Pablo, corremos hacia la meta esperando alcanzarla (cf. Flp 3,12-14).

Pero Cristo, Sumo Sacerdote, es también el Buen Pastor, que cuida de sus ovejas hasta dar la vida por ellas (cf. Jn 10,11). Para imitar también en esto al Señor, vuestro corazón ha de ir madurando en el Seminario, estando totalmente a disposición del Maestro. Esta disponibilidad, que es don del Espíritu Santo, es la que inspira la decisión de vivir el celibato por el Reino de los cielos, el desprendimiento de los bienes de la tierra, la austeridad de vida y la obediencia sincera y sin disimulo.

Pedidle, pues, a Él, que os conceda imitarlo en su caridad hasta el extremo para con todos, sin rehuir a los alejados y pecadores, de forma que, con vuestra ayuda, se conviertan y vuelvan al buen camino. Pedidle que os enseñe a estar muy cerca de los enfermos y de los pobres, con sencillez y generosidad. Afrontad este reto sin complejos ni mediocridad, antes bien como una bella forma de realizar la vida humana en gratuidad y en servicio, siendo testigos de Dios hecho hombre, mensajeros de la altísima dignidad de la persona humana y, por consiguiente, sus defensores incondicionales. Apoyados en su amor, no os dejéis intimidar por un entorno en el que se pretende excluir a Dios y en el que el poder, el tener o el placer a menudo son los principales criterios por los que se rige la existencia. Puede que os menosprecien, como se suele hacer con quienes evocan metas más altas o desenmascaran los ídolos ante los que hoy muchos se postran. Será entonces cuando una vida hondamente enraizada en Cristo se muestre realmente como una novedad y atraiga con fuerza a quienes de veras buscan a Dios, la verdad y la justicia.

Alentados por vuestros formadores, abrid vuestra alma a la luz del Señor para ver si este camino, que requiere valentía y autenticidad, es el vuestro, avanzando hacia el sacerdocio solamente si estáis firmemente persuadidos de que Dios os llama a ser sus ministros y plenamente decididos a ejercerlo obedeciendo las disposiciones de la Iglesia.

Con esa confianza, aprended de Aquel que se definió a sí mismo como manso y humilde de corazón, despojándoos para ello de todo deseo mundano, de manera que no os busquéis a vosotros mismos, sino que con vuestro comportamiento edifiquéis a vuestros hermanos, como hizo el santo patrono del clero secular español, san Juan de Ávila. Animados por su ejemplo, mirad, sobre todo, a la Virgen María, Madre de los sacerdotes. Ella sabrá forjar vuestra alma según el modelo de Cristo, su divino Hijo, y os enseñará siempre a custodiar los bienes que Él adquirió en el Calvario para la salvación del mundo. Amén.

lunes, 24 de octubre de 2011

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DÍA

Se habla mucho sobre la guía del Espíritu Santo. A menudo esa expresión no queda claro qué significa y, también alguna vez, sirve para justificar la improvisación o la falta de previsión. Sin embargo, es un hecho que la Iglesia es conducida por el Espíritu Santo y no sólo genéricamente sino también en cada uno de sus miembros.

San Pablo, en la primera lectura de hoy, nos dice: “Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios”. Al leerla uno cae, en seguida, en la cuenta de que Jesús fue ungido por el Espíritu Santo cuando su bautismo en el Jordán. Después, señala el evangelista, impulsado por el Espíritu se fue al desierto donde ayunó y fue tentado.

Jesús no fue ungido en cuanto a su divinidad, pero sí en la carne. Y el Espíritu Santo condujo su vida hacia la cruz y posterior glorificación. Después Jesús nos entrega el Espíritu. Pues bien, hemos de dejarnos conducir por Él. Sólo de esa manera alcanzamos aquella plenitud de vida a la que estamos llamados. Nuestra humanidad alcanza la glorificación.

San Pablo, en la misma línea, señala que sin el Espíritu Santo nosotros no sabríamos rezar. El nos enseña a tratar a Dios como Padre. Es así porque por la gracia nos hace verdaderamente hijos de Dios. Cuando san Pablo señala que sin él es imposible llamar a Dios Padre indica que sin él no somos verdaderamente hijos y, por tanto, no hablaríamos con propiedad. Se cuenta de san Josemaría Escrivá que un día iba como abstraído repitiendo esta jaculatoria: “¡Abba, Padre!”. Llamar a Dios Padre, de una manera verdadera, es la vivencia del cristianismo.

Llegados a este punto nos preguntamos: ¿de qué manera vivo esa docilidad al Espíritu Santo? Sin duda una de las primeras cosas que hay que hacer es invocarlo. No podemos dejar de pedir que venga. Aunque no estemos en tiempo de Pascua y hayan pasado varios meses desde la celebración de Pentecostés, no podemos dejar de rezar diciendo: “Ven Espíritu Santo”. Ante una conversación difícil; cuando hay que corregir a alguien; si debemos hacer una elección importante; cuando no sabemos que decir a nuestros hijos; si necesitamos ser fuertes… tenemos esa gran ayuda que viene a nosotros y nos conduce.

La guía del Espíritu Santo no niega nuestra libertad, antes bien, la presupone. Porque, como indica el Apóstol, hay que dejarse conducir. A partir de ahí suceden cosas maravillosas que siempre están por encima de nuestras expectativas. Pero hay que dejarse conducir. Eso es inevitable.

Del comentario a la liturgia del día en www.archimadrid.org

domingo, 23 de octubre de 2011

DOMUND

Domingo mundial de las Misiones.
Traemos el testimonio de nuestra hermana Mari Luz, que está haciendo una experiencia misionera en Lurín (Perú). Hoy elevamos nuestra oración por ella y por todos los misioneros que por toda la faz de la tierra anuncian a Jesús Vivo y Resucitado.
Mari Luz nos envió esta carta, con algunas fotos y tal cual, la transcribimos.
El coro de jóvenes de nuestra Parroquia, participará con sus cantos en la Eucaristía que a las 12:00 se celebrará en nuestra Catedral Primada. Se puede seguir la retransmisión por televisión en la web del Canal Diocesano www.rtvd.org

Queridos hermanos , perdonad que no os haya escrito antes, ¿ que os puedo contar? Que el Señor es grande, que es sumamente providente y que experimento en cada momento que esta conmigo.Mi andadura por el Peru empezo con un retiro que hicimos en el monasterio del Cister, de ahi nos fuimos a una casita en la parroquia de la Inmaculada,y ahi es donde vivimos, es una zona muy pobre y en medio de esa pobreza la gente nos da de todo ,es impresionante, aqui se palpa mucho la providencia de Dios.Ayer fuimos a visitar a unas hermanitas del Cenaculo, la mayoria italianas, que tiene un centro de niños , donde cuidan a niños abandonados por sus padres; estuvimos viendo a los niños , los hay de 4 dias, hay casos que impresionan, algunos se los encontraron en la calle tirados , otros en la basura y otros se los han dado porque sus papas son realmente unos niños, estas hermanas los cogen y los cuidan con un inmenso amor, (cada una duerme con 4 o 5 bebes, son unas mamas)los tienen en esta casa hasta los tres años,después algunos son llevados por papas que los adoptan y otros se los llevan a otro centro que tiene también las hermanas donde los educan hasta los 18 años., es impresionante la labor y como viven estas hermanas.
El domingo pasado estuvimos en la Jornada diocesana de jóvenes de la diócesis de Lurín, y me quede impresionada por su fe y por su entrega,estuvo con nosotros Monseñor Carlos , el obispo de Lurin, con el que estuve hablando rato ( es verdaderamente un padre me acogió con mucho cariño ).La jornada estaba enfocada hacia la vocación a la santidad y al llamado.Los jóvenes que participamos en la JMJ en Madrid subimos al estrado a dar nuestro testimonio con nuestras camisetas y todo ...Fue una jornada con predicación, animación, oración ,y al final salimos por las calles con una cruz inmensa llevada por los jóvenes y cantando ,era impresionante fueron muchos jóvenes todos ellos comprometidos,también, religiosas, sacerdotes etc...

El próximo sábado tengo un retiro con profesores de Religión ,y la próxima semana empezare las clases en el seminario.

Aquí es primavera , pero hace aun frío y dicen que esto no es normal.

Deciros que se notan mucho vuestras oraciones y que os llevo muy presentes en mi oración y en mi corazón.

Saludos a todos QUE DIOS OS BENDIGA
En comunión Y EN ORACION

Mari Luz

sábado, 22 de octubre de 2011

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO


Hoy Sábado 22 de Octubre, la Iglesia hace memoria del Beato Juan Pablo II.
A él nos encomendamos. Beato Juan Pablo II, ruega por nosotros.

Evangelio
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar, y uno de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo:
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».
Mateo 22, 34-40
Un amor sin condiciones


Cristo, en casa de Marta y María,
de Tintoretto. Munich
Según nos cuenta San Mateo, los saduceos y los fariseos se turnaban para poner a prueba a Jesús. En realidad, si es sólo para eso, parecen inasequibles al desaliento; no se sienten frustrados por los fracasos anteriores. Al contrario, le hacen una nueva pregunta, en apariencia bastante ingenua. ¿Cómo se les ocurre pretender que Jesús se incline por uno de los seiscientos trece preceptos de la Ley, en detrimento de los demás? ¿O que elija uno entre los diez mandamientos, aun a sabiendas de que éstos eran la norma de conducta que guiaba a los israelitas en el cumplimiento de la Ley del Señor? En el fondo, no habría que descartar que el experto en la Ley, además de ponerlo a prueba, esperara también encontrar en la respuesta del Señor algo nuevo. Sea como fuere, Jesús, que no está para perder el tiempo, no defrauda a nadie y proclama la Ley Nueva, uniendo dos mandamientos que ya estaban en vigor: la Shemá (Dt 6, 5) y el amor al prójimo (Lv 19, 18). Con los dos, hace uno nuevo. En realidad, sólo Él puede hacerlo, porque es el amor de Dios entre nosotros.
Vayamos entonces al primero y principal: Amarás al Señor tu Dios. En efecto es la Shemá de Israel. Pero no olvidemos quién la recita. Dicha por Jesús, sólo puede ser un mandamiento nuevo: estas palabras, pronunciadas por la Palabra hecha carne, tienen toda la verdad del amor que el hombre recibe a través del Hijo de Dios y, al mismo tiempo, expresan la fuerza infinita del amor del Hijo por el Padre; pero también recogen toda la ternura del amor humano por su Dios. Por eso, el amor a Dios sólo puede ser con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Se trata de un amor sin condiciones ni reservas; es un amor que pone en juego todas las facultades del ser humano. Se trata de un amor que exige la disponibilidad de toda la persona, una disponibilidad viva y activa. Es más, si Jesús pone en el centro de la vida el amor a Dios, es para que nos demos cuenta de que la vida nueva es ser amados por Él con un amor cercano, el amor del Hijo. Así es el amor del que da testimonio san Pablo de este modo: «Y mi vida de ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí». Este amor hace nueva la vida y la convierte en amor a Dios.
Semejante al primero, el segundo: Amarás al prójimo como a ti mismo. Más que semejante, este segundo mandamiento sólo se puede situar en el primero: se ama al prójimo en la misma corriente de amor con la que amamos a Dios. Por eso, este segundo mandamiento se ha de acoger con la misma radicalidad y totalidad del primero. Tampoco éste admite rebajas. De ahí que Jesús vaya ampliando, poco a poco, las motivaciones del amor al prójimo: de Como a nosotros mismos, pasará a Como yo os he amado.
Las últimas palabras que Jesús pronuncia, para concluir su respuesta al experto en la Ley, recogen la unidad, la fuerza y la centralidad del mandamiento nuevo: De estos dos mandamientos depende la ley entera y los profetas. Jesús establece así una ley que hoy solemos aplicar para organizar en nosotros la interiorización y la manifestación de la fe de la Iglesia: la que conocemos como jerarquía de las verdades. En este doble mandamiento se asienta también la evangelización de la Iglesia, que hoy, día del DOMUND, estamos evocando.
+ Amadeo Rodríguez Magro
obispo de Plasencia

viernes, 21 de octubre de 2011

POR LA VIDA

Impresionante testimonio a favor de la vida, de la diputada en el parlamento de Brasil Fátima Peláes.
Recordamos también la celebración hoy a las 21:30 en la Parroquia,de la vigilia de oración en memoria de nuestros mártires.

jueves, 20 de octubre de 2011

SIERVOS DE DIOS, NUESTROS MÁRTIRES IV

Recordamos que hoy se celebrará en nuestra Parroquia, la Eucaristía en memoria de nuestros mártires, que dieron su vida por amor a Dios hace hoy 75 años. La Eucaristía será a las 19:30.


EUGENIO PEREZAGUA Y EMILIANO ROJAS AVILÉS
Los nombres de los dos últimos jóvenes asesinados el 20 de octubre de 1936 en el cementerio de Orgaz junto a Francisco Sánchez, Luis Pérez y Juan García-Pulgar son:

Eugenio Perezagua y Caberta y Emiliano Rojas Avilés, de 25 y 22 años respectivamente. Ambos eran también militantes de Acción Católica.

Eugenio nace en Sonseca (Toledo) el 11 de enero de 1911. Sus compañeros de la Acción Católica escriben al referirse al Siervo de Dios: “El pensamiento se revela ante tamaña atrocidad e ignominia. Porque por si hombre honrado y bueno se entiende aquel que trabaja infatigablemente, y es de convicción acendrada, de honorabilidad sublime, de sumisión, de humildad y de amor insuperable a sus padres, católico íntegro en una palabra, nuestro compañero Eugenio lo era”.
Tenía un alma de niño y parecía cumplirse en él, esa humildad y esa sencillez de la que nos habla Cristo en su Evangelio: “Sed sencillos como los niños…” y Eugenio así lo era. Manso como cordero que recibe las caricias de todos y es grato y virtuoso para con los demás. La mínima cosa le enardecía y le agrandaba ante los ojos de Dios.
Su madre nos dice que su hijo “era modelo de obediencia y de gratitud”. Ella también cuenta que Eugenio siempre se mantuvo a su lado queriéndola, consolándola y satisfaciendo todos sus deseos. Muy amante de su familia, fue respetado por sus hermanos como si se tratase de un segundo padre, ya que era el mayor de la casa. Siempre reconocido y abnegado. “En medio de estas flores hermosas de virtudes que le adornaban, Eugenio también cayó asesinado por las milicias republicanas”.
Emiliano Rojas, nació en Sonseca el 30 de junio de 1915. Contaba 22 años cuando le cupo el honor de ser mártir. De carácter alegre, nunca la contrariedad y el disgusto tuvieron asomo en su semblante. Trabajador desde pequeño, auxiliaba a su padre, mártir como él, en su taller de hojalatería. Sus aficiones a la pintura le llevaron a acometer empresas dignas de elogio. Perfeccionó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Toledo y siempre, obras salidas de sus manos, tenían representación en cualquier manifestación religiosa.
Su madre, declaraba llena de dolor, el vivo entusiasmo que en él despertó la celebración del cincuentenario del Apostolado de la Oración al colocar en el arco central de nuestra Iglesia una pintura simbolizando el escudo cardenalicio, siendo efusivamente felicitado. La fiesta fue el 27 de octubre de 1935, que era el día de Cristo Rey.
Múltiples casas de Sonseca vieron adornadas sus habitaciones con pinturas y filigranas artísticas de nuestro joven. Su maestría, su buen gusto, su espíritu y vocación para la pintura le hacían ser incansable en sus trabajos.
Pertenecía a la Juventud de Acción Católica desde 1933. Se le puede considerar como socio fundador de la misma. Formaba parte de la directiva de aquel entonces. Resulta en verdad difícil elaborar, fijar ideas, prestar atención, cuando nuestro espíritu está disperso por el cansancio. Más él, agotado en su trabajo cotidiano, asistía, sin opción contraria, a nuestros Círculos de Estudios, por mandato expreso de su voluntad férrea y de su idea convicta.
Cumplidor, sin tacha, en todas las manifestaciones de apostolado, en las veladas artísticas, en cuadros recreativos o en cualquier otro acto de propaganda… su actuación, su mano decidida y generosa, siempre prestaba apoyo.
Recordamos a este respecto la representación de una obra titulada “Los dos americanos”. En ella tomaban parte varios de los mártires, y Emiliano actuaba cabalgando en un caballo de caña, su padre, medio en broma, medio en serio, le importunaba por el papel ridículo que ejercía en la función y él contestaba:
“Tened presente padre, que es la juventud quien lo exige… y que en bien de ella hemos de sacrificar nuestro orgullo y nuestras conveniencias”.
Hasta en una actuación teatral el ánimo profundo era acercar a los jóvenes a Cristo, reavivar llamas escondidas, despertar conciencias, renovar y perfeccionar aptitudes.
Tras estallar la guerra, pretendieron apresarlo el 22 de julio de 1936, no lo consiguieron pues estaba enfermo atacado por un fuerte catarro nasal. Hasta la fecha de su detención definitiva, diariamente y en compañía de su familia rezaba el Santo Rosario, demostrando en todo momento una sólida piedad y una confianza absoluta en los designios de Dios. Distinguiéndose siempre por una caridad sólida, amando y perdonando a todos, socorriendo al pobre y teniéndoles siempre presentes en sus miserias y aflicciones.


 Los dos fueron detenidos el fatídico 20 de octubre de 1936. Prendados del mismo espíritu y de valeroso comportamiento dieron su vida en aquel precioso momento. Con espontánea naturalidad se les oía decir: - No nos importa morir; sabemos que subimos al cielo.

miércoles, 19 de octubre de 2011

SIERVOS DE DIOS, NUESTROS MÁRTIRES III

Juan García-Pulgar y García-Ochoa, nació en Sonseca el 12 de febrero de 1919, de genio vivaracho y alegre. Dicen sus biógrafos que era un niño en edad y un hombre en ideas. A los 10 años, después de haber realizado el ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza de Toledo, se dirige al Seminario. Permaneció, junto a su gran amigo Luis Pérez Caberta, durante tres años. Como su amigo regresaría al pueblo para ingresar en el Colegio Católico de Segunda Enseñanza.

Según se funda ingresa en la juventud de Acción Católica. Nombrado vocal de aspirantado supo en todo momento mantener ávida y atenta la curiosidad infantil.

Cuando llega julio de 1936 será detenido en su domicilio por más de tres meses. Su madre con el alma partida de dolor, relataba que al preguntarle lo que había de decir en caso de que fuera detenido, respondía lleno de entusiasmo: - Madre, no les importa mis palabras y para salvar a España hemos de ser mártires.

A las dos de la tarde del 20 de octubre de 1936 se produjo la detención de Juan y de otros 30 del pueblo. Fueron asesinados en el cementerio de Orgaz… en su sandalia encontraron un rosario y una medalla de la Virgen Dolorosa. Tenía 16 años cuando sufrió el martirio por odio a la fe.

martes, 18 de octubre de 2011

SIERVOS DE DIOS, NUESTROS MÁRTIRES II


Luis Pérez Caberta, había nacido en Sonseca el 9 de octubre de 1918, sobresalía por su alegría, su fe y su insuperable constancia en el estudio y en el trabajo. Ya a los ocho años era monaguillo. A los once años ingresó en el Seminario Menor de Santo Tomás de Villanueva de Toledo. Estuvo durante cinco años.

A los 16 años, deja la carrera sacerdotal, para ingresar en el Colegio Católico de Segunda Enseñanza que un venerable sacerdote y mártir, estableciera en Sonseca para facilitar la enseñanza a familias pobres y humildes. Durante dos años estudia el bachiller con excelentes resultados.

Ingresa en la juventud de Acción Católica siendo el alma mater de la sección recreativa tomando parte en la rondalla con su violín, formando composiciones que cautivaban y llenaban de emoción. En 1935 fue nombrado Secretario de Acción Católica, desempeñando el cargo con competencia, serenidad y buen gusto.

Tras estallar la guerra permanecería retenido en su domicilio, hasta el 20 de octubre de 1936, día en que se produciría su detención y, en horas posteriores, su asesinato. En la cárcel aconsejaba con alegría de santo que se reconciliasen, porque había que entregar la vida. Luis tenía recién cumplidos sus 18 años.

lunes, 17 de octubre de 2011

SIERVOS DE DIOS, NUESTROS MÁRTIRES

Este próximo jueves, en nuestra Parroquia, se celebrará una Misa funeral por el alma de nuestros mártires, en el setenta y cinco aniversario de su muerte martirial; y el viernes a las 21:30 una Vigilia de oración.
Desde hoy, iremos desgranando sus vidas. Sin duda, cuánto más conocidos, más queridos...
Dieron su vida por amor a Dios, y para nuestra Parroquia su vida y su martirio son un auténtico don por el que debemos dar continuas gracias a Dios.

FRANCISCO SÁNCHEZ RUIZ


Francisco Sánchez Ruiz, nació en Sonseca (Toledo) el 28 de abril de 1910, era el mayor de una familia humilde y numerosa compuesta de siete hermanos. Terminados sus estudios primarios se puso a trabajar con su padre en el taller mecánico que tenía. Colaborador activo en la Parroquia, a través de la Acción Católica, llegó a ser nombrado su presidente.

Conservamos una serie de escritos a raíz de unos ejercicios espirituales que hizo en 1935 y conservamos con mimo, recogimiento y veneración un diario que realizó entre agosto y octubre de 1936, y que fue descubierto en su taller una vez acabada la guerra.

Fue dos veces encarcelado. El 20 de julio de 1936 fue detenido y llevado a una habitación malsana y sombría. Tras 17 días fue puesto en libertad el 5 de agosto. Cuando le soltaron, contaba a su familia: - Cuánto me alegro de haber sufrido, lo que he sufrido por Cristo. Por un bombardeo que ocurrió en Sonseca, se fue al campo durante 8 días.

Finalmente el 20 de octubre de 1936 sería detenido con engaños, después de solicitarle para reparar un coche de los milicianos. Fue detenido junto a otras 30 personas del pueblo. Pasaron entonces las horas más graves. Con el rosario en sus manos se dedicaba a confortar a todos, animándolos a no caer en desánimo y prepararse a la muerte como auténticos mártires. Los camiones acudieron a recogerles para conducirlos a Orgaz donde serían fusilados. Las últimas palabras que escribió en su diario fueron: - Quiero que la paz vuelva a nosotros… ¡Ya!

Francisco Sánchez fue un trabajador incansable. Forjada su inteligencia con la misma constancia que forjaba el hierro y construía maquinarias. Llegó a crear verdaderos prodigios para la industria. Su amabilidad y buen trato para todos, le valía ser estimado y reconocido.

domingo, 16 de octubre de 2011

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio
En aquel tiempo los fariseos se retiraron y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
«¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».
Le presentaron un denario.
Él les preguntó:
«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César».
Entonces les replicó:
«Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios».
Mateo 22, 15-21
La pregunta, en sí, no está mal: ¿Es lícito pagarle el tributo al César? Y digo que no está mal porque está bien preguntarse sobre lo que es y no es lícito. Y preguntárselo a Cristo aún está mejor.

Lo malo es la mala intención. Y no es que yo diga que tenían mala intención aquellos partidarios de Herodes enviados por los fariseos, no; es que lo dice el Evangelio. Fue Jesús quien vio su mala voluntad. Y si Jesús vio su mala voluntad fue por que la tenían mala.

Podían no haber sido partidarios de Herodes. Podían haber sido del Barsa, o del Real Madrid. Aquí lo que importa no es si Herodes era bueno o malo o mejor que César o que Ciro. Aquí lo decisivo es que unos tipos se acercaron a Jesús con mala voluntad y muy buenas palabras: "Maestro..." etc. Y eso está mal. Está mal acercarse a Jesús con mala voluntad. Y está peor hacerle una pregunta no para aprender sino para sorprender. Está mal indagar sobre la verdad sin interés ni compromiso con la verdad.

A Jesús hay que acercarse amablemente. Pero no con amabilidad de palabras sino con amabilidad de corazón. Porque Jesús es Dios y no se deja enredar por las palabras amables aunque se rinde facilísimamente ante el corazón amable en el que descubre la imagen de Dios.

Así que la pregunta está bien, pero la voluntad está mal porque el corazón, que es de Dios, está vendido a Herodes, o al César llamado Agosto, o a Ciro... y no funciona.

Vosotros -nos dice Jesús- me preguntáis cosas acerca de los denarios que os reclama el César pero yo he venido a recordaros que aquí hay alguien que es mayor que el César y que lleváis Su Imagen en el corazón, en la cabeza y en las huellas dactilares, y en la sonrisa y todas vuestras celulitas y que, entregándolo todo a Aquél que es dueño de todo, saldréis ganando vosotros sin que pierda nada el César.
 
Javier Vicens Hualde
Sacerdote

sábado, 15 de octubre de 2011

JESÚS DE TERESA

"Y floreció el almendro"

Hoy es Santa Teresa de Jesús. ¡Cuánto nos queda por aprender de esta gran santa! Recuerdo aquella anécdota en la que vio a un niño andando por el convento. El niño la miró y le preguntó: “¿Tú quien eres?” A lo que nuestra santa contesto: “Teresa de Jesús. ¿Y tu?” A lo que el niño contestó: “Yo soy Jesús de Teresa”. Para encontrarnos a Dios no hace falta encerrarnos en un convento (aunque allí también está, evidentemente), pero si somos sencillos, mansos y humildes seguro que hoy nos encontramos con Jesús en un buen montón de ocasiones. En la familia, en casa, en el trabajo, en la enfermedad, cocinando, riendo, llorando con quien llora…, hasta en el pago de la hipoteca. Pídele a nuestra Madre del cielo, a San José y a la santa de Ávila que hoy tengamos los ojos bien abiertos para descubrir a Jesús ¿O vas a seguir cerrando los ojos a lo bello?”

Del comentario a la liturgia del día en www.archimadrid.org

viernes, 14 de octubre de 2011

SABER PERDONAR

El 17 de octubre de hace 20 años, la banda terrorista ETA arrancó las piernas y seccionó tres dedos de la mano izquierda a Irene Villa. Su madre, María Jesús González, perdió una pierna y un brazo. Lo que no consiguieron arrancar fue su optimismo. Ese mismo día, ETA asesinó con otra bomba lapa al comandante del Ejército de Tierra don

Irene Villa, esquiadora, tras conseguir la Medalla de Plata
Francisco Caballar y, por la tarde, mutiló gravemente al comandante de Infantería don Rafael Villalobos. Los autores del atentado contra Irene Villa aún no han sido condenados por ello. Su delito prescribirá el próximo lunes


 
El reloj marcaba las 9 menos 5 de la mañana. Era jueves y tocaba gimnasia. Por fin, ese año jugaba de pivot y quizás conseguiría ser la capitana de Las Vikingas, su equipo de baloncesto. Su madre, María Jesús, conducía como cada mañana un coche rojo que, minutos después, aparcaría junto a la comisaría donde trabajaba. En el asiento trasero reposaba una mochila con libros, recién forrados, de 8º de EGB, una carpeta con fotos de Alejandro Sanz y planes de ir a patinar sobre hielo el próximo fin de semana. Apiladas en la guantera, cintas de casette de los Beatles, y adosada bajo los asientos del coche una sanguinaria bomba de ETA.
Minutos antes, mientras desayunaban, pudieron escuchar la explosión de la primera bomba que tiñó de sangre, metralla y dolor aquel jueves de otoño. Irene preguntó intuitivamente a su madre:
-«Nadie quiere hacernos daño a nosotros, ¿verdad?»
-«Claro que no. Eso sólo le ocurre a gente importante, y nosotros no lo somos».
A continuación, llegó el horror.
Al despertar de la anestesia
Veinte años después, nadie ha querido enseñarles las fotos de cómo llegaron a los centros sanitarios. El primer médico que atendió a Irene en el Hospital Gómez Ulla, de Madrid, no atinaba a encontrar vida entre «el amasijo de carne y huesos» (sic) que veía en la camilla. Y ahí precisamente se produjo uno de tantos milagros que arrancaron de una muerte en vida a Irene Villa.
Los cirujanos tuvieron la sangre fría y la pericia de intentar salvar una de las rodillas de Irene. Lo fácil hubiera sido cortar las dos piernas a la misma altura, pero gracias a esa rodilla Irene no sólo volvió a andar, sino que, a los 18 años, sacó a la primera el carnet de conducir, se ha recorrido medio mundo, ha practicado todos los deportes de riesgo que se le han cruzado en el camino, cuelga con orgullo en su casa las medallas conseguidas esquiando y, hace muy pocos meses, entró del brazo de su padre en la iglesia donde le esperaba Juan Pablo, su marido, amigo y cómplice de planes de futuro al que ya estaba predestinada aquel 17 de octubre.
 
Irene, tenemos dos opciones...
 
Cuando María Jesús despertó de la anestesia, apenas le importó verse sin brazo y sin pierna. Su obsesión era Irene, pero, como nadie atinaba a responderle, se temió lo peor. El coma de Irene duró tres días y, al despertar, rezó. Estaba viva, tenía familia y quizás con suerte se trataba de un mal sueño. Rezó como acostumbraba a hacerlo cada noche al dar gracias a Dios por jugar al baloncesto, por ir a remar, por las acampadas junto a su hermana.
Su madre siempre ha dicho que, para Irene, todos los días eran el día más feliz de su vida. Un mes después del atentado, madre e hija pudieron darse un abrazo del que todavía no se han separado. Para la hija fue decisivo el razonamiento de la madre: «Irene, tenemos dos opciones. La primera es vivir siempre amargados, sufriendo, maldiciendo a quienes nos han hecho esto y encerrarnos a llorar. La segunda es mirar hacia delante con optimismo para recuperar nuestras vidas».
A partir de ese momento, todo fue distinto. ETA no iba a conseguir que odiaran. Y esto, a pesar de los cerca de 40 quirófanos que todavía tendrían que pasar, del dolor de contemplar las secuelas del sufrimiento que este atentado dejó en su hermana, su padre y su abuelo -los peor parados, porque asistieron a la tragedia sin poder hacer nada-, y de un implante de titanio sólo apto para valientes, que durante tres largos años le dejó como inquilina una bacteria que le originaba un dolor perenne.
Irene Villa y María Jesús González han optado por el perdón. Asegura Irene que, si no hubiera perdonado a los etarras, estaría ligada a ellos toda la vida. Por suerte, lo que está es vacía de rencor, pero llena de ganas de transmitir a quienes han pasado por circunstancias semejantes su apuesta radical por la vida. Por ese motivo, el próximo 17 de octubre habrá fiesta en la casa de Irene y María Jesús.
Este año, toca celebrar los primeros 20 años de su segunda vida. Estarán sus sobrinos, los hijos de su hermana Viri, que son el orgullo de la abuela. Estará la ternura recia de Juan Pablo, brindando en su honor, y estará el agradecimiento de todos los que hemos aprendido a perdonar ¡a pesar de todo! Esta lección de vida es gratis. Feliz cumpleaños.
Eva Fernández en Alfa y Omega

jueves, 13 de octubre de 2011

¿QUIENES SON LOS ÁNGELES DE LA GUARDA?

miércoles, 12 de octubre de 2011

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

Etimológicamente significa “ pila”. Viene de la lengua latina.

Este nombre, uno de los más abundantes en España tiene un origen curioso. Fue la misma Virgen María la que se apareció al apóstol Santiago que estaba desanimado mientras evangelizaba la patria española.

Se le apareció en carne mortal cuando, junto al Ebro, y sentado en una piedra o pila quería llegar hasta otros lugares predicando la Buena Nueva del Evangelio.

Santiago llevaba inscritas en su corazón las últimas recomendaciones de Jesús:"Id por todo el mundo predicando el Evangelio y bautizando a la gente en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

Con el paso del tiempo, los zaragozanos le hicieron una inmensa y preciosa basílica levantada en su honor en el primer milenio, aunque haya sufrido muchas reformas arquitectónicas.

Hay que tener en cuenta que España ha sufrido muchas invasiones, pero es seguro que ya existía en la época de los Visigodos.

Dicen que la misma Virgen le dejó una imagen como recuerdo del inolvidable encuentro. Y el mandato de que le construyera allí un templo.

Según dice la Tradición, esto sucedía en el año 40. Científicamente no está nada comprobado a nivel de papeles. Sin embargo, el testimonio vivo de tantos miles y miles de personas que van en peregrinación a este santo lugar mariano, demuestran fehacientemente que la fe no viene del aire sino de personas que, generación tras generación, viven su devoción a la Virgen de forma continuada.

Juntamente con el sepulcro de Santiago en Galicia y el Pilar de Zaragoza son dos polos de espiritualidad palpable en España y con proyección a todo el universo.

Hoy es la fiesta nacional en España y también el día de la Hispanidad. Las banderas de las naciones sudamericanas llenan este lugar. En la misa de hoy se leen estas palabras:"La devoción al Pilar tiene una gran repercusión en Iberoamérica, cuyas naciones celebran la fiesta del descubrimiento de América en este día".

¡Felicidades a las personas que lleven este nombre!
Felicidades también a la Guardia Civil, que la tiene como patrona.

martes, 11 de octubre de 2011

SEGUIMOS CON LA JMJ

Viernes 19 de Agosto: Vía Crucis en Madrid.
Estas fueron las palabras que al término del mismo, el santo padre dirigió a los asistentes.
También encontrarás al final la reflexión sobre cada una de las estaciones del santo via crucis.

Queridos jóvenes:

Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte. Los comentarios de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19). También nos ha ayudado en este itinerario hacia el Calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas. Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión. Cuando la mirada de la fe es limpia y auténtica, la belleza se pone a su servicio y es capaz de representar los misterios de nuestra salvación hasta conmovernos profundamente y transformar nuestro corazón, como sucedió a Santa Teresa de Jesús al contemplar una imagen de Cristo muy llagado (cf. Libro de la vida, 9,1).

Mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).

Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer. Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación. «Sufrir con el otro, por los otros, sufrir por amor de la verdad y de la justicia; sufrir a causa del amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, son elementos fundamentales de la humanidad, cuya pérdida destruiría al hombre mismo» (ibid.).

Que sepamos acoger estas lecciones y llevarlas a la práctica. Miremos para ello a Cristo, colgado en el áspero madero, y pidámosle que nos enseñe esta sabiduría misteriosa de la cruz, gracias a la cual el hombre vive. La cruz no fue el desenlace de un fracaso, sino el modo de expresar la entrega amorosa que llega hasta la donación más inmensa de la propia vida. El Padre quiso amar a los hombres en el abrazo de su Hijo crucificado por amor. La cruz en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo.

Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz. Muchas gracias.

VIA CRUCIS

domingo, 9 de octubre de 2011

¡¡EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS, Y ESTAMOS ALEGRES!!

Estamos felices por este regalo que el Señor nos ha hecho: poder ver nuestro retablo tal y como lo contemplaron nuestros antepasados en el siglo XVI.
Hoy en "Nuestra Casa" se ha elevado una acción de gracias a Dios por esta maravillosa obra, por quienes nos han precedido en la fe, por nuestros mártires, etc.
Nuestro arzobispo, D. Braulio ha presidido la Eucaristía de Acción de Gracias.
Bendito sea Dios que nos ha permitido participar en este acontecimiento histórico para nuestra Parroquia.


sábado, 8 de octubre de 2011

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otroscriados encargándoles que dijeran a los convidados: Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda. Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis llamadlos a la boda.Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta, y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda? El otro no abrió la boca. Entonces, el rey dijo a los servidores: Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
Mateo 22, 1-14
 
 
Este domingo, nos encontramos, una vez más, a Jesús hablando en parábolas y con los mismos interlocutores con los que lo dejamos en domingos anteriores: los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, y nosotros, por eso de que la Palabra de Dios nos es contemporánea. Una vez más, usa imágenes familiares para los que le escuchamos. En esta ocasión, utiliza el banquete, una imagen de la Sagrada Escritura que indica la abundancia generosa de los dones de Dios. Jesús habla de un rey que invita a unos privilegiados a la boda de su Hijo. Pues bien, contra lo que cabría esperar, ese gesto no es aceptado. Increíblemente se desencadena un rechazo masivo, e incluso violento, por parte de los invitados. A pesar de la insistencia del rey, la primera llamada no tuvo ningún éxito. Traducido a términos actuales: la indiferencia, el agnosticismo o el laicismo beligerante han ignorado y despreciado el proyecto de Dios para sus vidas y para el mundo. Porque esa boda es un don para los hombres. Pero éstos han preferido organizarse la vida a su aire, buscando la felicidad por su cuenta y haciendo de Dios un rival. Han cegado los deseos de su corazón, que está hecho para las grandes cosas que Dios les ofrece, y se contentan con migajas de verdad, de felicidad, de vida. Y lo que es peor, quizás no sepan que, con este rechazo, ellos mismo se están jugando la vida.
Pero vayamos al segundo paso que da el rey: tras condenar a los primeros invitados, llama a otros, recogidos en los cruces de los caminos. Ahora van todos, y entre los invitados hay pobres y marginados. Ya en la sala del banquete, entró el rey a saludar a los nuevos comensales y descubrió que a uno le faltaba el traje de fiesta. Las consecuencias de una falta tan grave, sabemos que fueron fatales para el infractor. Si alguno se está preguntando por qué se exigía vestido de fiesta a gentes que habían sido reclutadas en las calles y sin invitación previa, la respuesta es sencilla: Dios proporciona siempre el vestido adecuado para participar dignamente en su banquete. A todos nos da la gracia de los sacramentos para participar en el banquete pascual, nos da el sacramento de la Reconciliación para participar en la Eucaristía. El que no tenga el traje de fiesta es porque lo ha rechazado. ¿No os parece que, por desgracia, rechazar el vestido adecuado para acercarse a la Comunión se ha convertido, para algunos, en costumbre? Son cada vez más los que se hacen los despistados y se ponen en las filas de los que reparten el Cuerpo del Señor, sin haberse preparado para el banquete. Otros, también sucede, se han comprado un traje en las rebajas de una confesión insuficiente, a la que le falta sinceridad y conversión. Éstos deberían saber que no basta con acoger la invitación; también hay que aceptar la gracia que nos hace dignos de participar en la Eucaristía: la que nos purifica, santifica. De no hacerlo así, nos situamos en una posición muy peligrosa. Como dice Jesús, muchos son los llamados y pocos los escogidos. Es una llamada a no estar tranquilos en nuestra infidelidad o desidia; al contrario, hemos de poner el máximo interés en acoger con todas las consecuencias la maravillosa invitación de Dios al gran banquete de la vida divina.
+ Amadeo Rodríguez Magro
obispo de Plasencia