viernes, 30 de septiembre de 2011

ETIOPIA

Así de sencillo es el título de este vídeo y grande es su contenido: el P. Cristopher Harley, dos misioneras de la Caridad y tres hermanos de S. Juan llegan al campo de refugiados de Gudere en Etiopía. Allí curan, ayudan, dan de comer y sobre todo hacen presente a Jesús Eucaristía POR PRIMERA VEZ en la historia.
Contempladlo. Este vídeo es casi para rezarlo. Gracias "TODO ERA BUENO" por darlo a conocer.

jueves, 29 de septiembre de 2011

COMENTARIO A LA LITURGIA DEL DÍA

Habrá un día en el que el acusador y sus ángeles serán abatido para siempre. Entonces se establecerá la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; los ángeles que rodean el trono de Dios vencerán en virtud de la sangre del Cordero. Día definitivo. Día de gloria. Estad alegres. Miguel, protector de la Iglesia contra todas las asechanzas del ángel Malo que busca devorarla y devorarnos. Gabriel, mensajero de Dios que anuncia en María los tiempos mesiánicos. Rafael, médico de Dios y compañero de viaje del joven Tobías y de cada uno de nosotros.

No estamos solos. Una legión de ángeles siguen nuestros pasos en el seguimiento de Jesús. El Espíritu Santo mora en nosotros, pero, además, los ángeles nos rodean y protegen. Ángeles de Dios. Nuestra vida está siempre salvaguardada en la tierra por ellos, que asisten continuamente a Dios en el cielo. Vemos la escala de Jacob que de nosotros llega hasta el cielo, y a los ángeles subir y bajar por ella. No estamos solos. Ellos nos alientan y cuidan nuestro pasos. Nuestra carne ha alcanzado, por la gracia de la sangre del Cordero derramada en la cruz, su plenitud, mejor, alcanza su plenitud en la suave suasión atractiva de ese seguimiento, porque el Señor no nos abandona. Lucha épica la que se desarrolla en nuestro interior. Los ángeles del mal y los ángeles del bien se disputan nuestra alma. Unos quieren destrozar nuestra carne de suasión, otros nos defienden para que nuestro ser sea carne de Dios en el seguimiento de Jesús. Lucha épica que durará toda nuestra vida. Mas no tengáis miedo, sabemos quién ha de vencer al final. Cuidado, esto no significa que podamos abandonarnos como si la victoria fuera ya ahora nuestra y segura, Los ángeles del mal nos devorarían. Sí, es verdad, la gracia que se nos ofrece en la sangre del Cordero nos proporciona la certeza: estamos salvados, pero nos queda vivir todavía esa salvación en nuestra vida de todos los días, en los pasos que estamos dando, primero uno y luego otro, en largura infinita. No podemos presuponer el final feliz. Sí, saber, en cambio, que es la posibilidad más real de nuestra vida de seguimiento. Pero los ángeles del mal pueden estirar de nosotros con otras suasiones que nos lleven a otras atracciones, a otros enamoramientos, a otros punto que nada tienen que ver con Jesucristo. Es una batalla campal que dura la vida entera. Los ángeles y los arcángeles nos protegen de parte de Dios. Son su complacencia, por eso los veneramos, como signo de la inmensidad y excelencia de Dios sobre todas sus criaturas.

¿Estarías solo estirado por los ángeles del mal, enamorado de ellos, arrastrado a sus puntos de vacío y de nada? Esto se da en ti y en mí, no cabe ninguna duda. ¿No habrá, pues contrapeso de esa batalla campal que se ofrece en tu interior? Seguiremos al Señor, nadie ni nada nos apartará de él y de aquella palabra tan tenue que parece quedar en la obscuridad de un pasado alejándose de nosotros a grandes pasos. ¿Cómo seguiremos oyendo hoy en la memoria de nuestra carne el sígueme de Jesús? Necesitamos protección, anuncio y medicina. En sueños también nosotros vemos la escala de Jacob, y a los ángeles subir y bajar desde el trono del Cordero.

Y tú, no tengas miedo, sígueme.
www.archimadrid.org

miércoles, 28 de septiembre de 2011

CRISTIANOS PERSEGUIDOS: YOUCEF NADARKHANI

Su nombre es Youcef Nadarkhani y tiene 34 años. A los 19 se convirtió al cristianismo y ahora es pastor cristiano evangélico. El año pasado fue condenado a muerte en Irán por el “delito de apostasía”. El American Center for Law and Justice (ACLJ) alertó ayer de que la ejecución podría llevarse a cabo mañana, día 27. La Audiencia Provincial de Gilan, en el noroeste del país, señaló que Nadarkhani tiene ascendencia islámica y, según ellos, no tiene derecho a ser cristiano, así que debe renegar de Cristo.

Youcef se ha negado a retractarse de su fe cristiana
En una escena propia de una de las peores dictaduras del mundo -eso es precisamente Irán-, los magistrados que juzgaban al joven pastor evangélico le conminaron a “arrepentirse”. Youcef respondió: “arrepentirse significa retornar. ¿A qué debería retornar? ¿A la blasfemia que tenía antes de mi fe en Cristo?” Los jueces replicaron: “a la religión de tus ancestros, el Islam”. Youcet entonces respondió de forma categórica: “no puedo”.

Según la Shariah (ley islámica), al apóstata sólo se le conceden tres oportunidades de retractarse, tras lo cual, de no hacerlo, puede ser ejecutado por el simple hecho de negarse a abrazar el Islam. Youcef ya se ha negado a retractarse dos veces: hoy está previsto que se le plantee la tercera y última. Si el joven pastor no reniega de su fe cristiana, podría ser ejecutado en cualquier momento. Según el ACLJ, la ejecución podría producirse el miércoles a primera hora, pues la ley islámica no permite apelación alguna.

El Gobierno de Zapatero guarda silencio sobre este caso
En medio de la presión internacional para impedir la ejecución de este cristiano, en noviembre del año pasado se intentó que el Gobierno español hiciese algo por Youcef, aprovechando que un mes antes, en el acto de constitución de la Comisión Internacional contra la pena de muerte, impulsada por España, Zapatero había declarado que la lucha contra la pena de muerte es “el mejor reflejo” de su política exterior.

Pues bien: el Twitter de Moncloa ignoró todas las peticiones sobre Youcet Nadarkhani. A día de hoy, la web de La Moncloa y la del Ministerio español de Asuntos Exteriores no han publicado nada sobre este caso que ha movilizado a gobiernos de otros países.

Haz llegar tu protesta a la Embajada de Irán en Madrid
En vista la pasividad del Gobierno ante la actitud criminal del régimen iraní, ReL apela a su compromiso.

Los datos de contacto de la Embajada de Irán en Madrid para poder hacer la llegar la protesta por esta condena a muerte son los siguientes:

Teléfono: 91 345 01 16

(para llamar desde fuera de España: +34 91 345 01 16)

Fax: 91 345 11 90

(para contactar desde fuera de España: +34 91 345 11 90)

martes, 27 de septiembre de 2011

DESECHA LA INQUITUD

La “inquietud” pesa sobre el espíritu, sobre el corazón, sobre toda alma. Envenena la existencia.
Tengas lo que tengas que hacer, sean cuales sean tus responsabilidades materiales o espirituales, no enmarañes tu alma, y no permitas jamás que la inquietud te turbe.
Todo lo que tienes que hacer en religión es Su obra. Haz generosamente lo que puedas, sabiendo que el éxito no depende más que de Él, no de tus habilidades.
Si no buscas en ninguna cosa tu propia gloria, vivirás en una paz inalterable, aunque tengas mucho que hacer aún. Una sola cosa hay que temer: el pecado. Los caminos de Dios no son los nuestros. Jesús triunfa por el fracaso.
Nada ha cambiado desde hace veinte siglos. Sé diligente, y pon los medios: es la voluntad de Dios. Pero quédate persuadido de que nada tendrá éxito más que por Él. Si Él no lo quiere, acepta el fracaso, así como todas sus consecuencias humillantes y desagradables. Entonces, serás libre.
Hacer lo que Dios quiere: eso es lo que importa; no el tener éxito. ¡Es tan tranquilizante pensar que el Padre tiene en sus manos, el mundo y el corazón de todos los hombres! Todo ocurre porque Él quiere; nada se hace que Él no lo permita.
¿Por qué angustiarse con vanas preocupaciones? Pon por obra lo que está en tu mano, pero a su tiempo. Rehúsa reflexionar en el momento que pertenece a Dios: oración, lectura, gran silencio de Completas a Prima.
Si no, se acabó la serenidad de tu alma. Contempla la calma admirable de Jesús ante una tarea que abarca la Tierra entera y de todo el género humano. Él ilumina con pocas palabras. Él salva por la inmovilidad y el silencio de la Cruz.
Toda la prudencia humana no invalidará Su palabra: “Cuando sea levantado sobre la tierra, atraeré todo hacia Mí” (Jn 12, 32 )
Los Apóstoles, los grandes “convertidores”, los santos no han sacrificado jamás, por apresuramiento, su coloquio con Dios. Confiaban todo a su Providencia, y jamás dudaban de Él.
Las realizaciones, incluso temporales, de los verdaderos contemplativos son admirables, tanto como es la estéril idea de la agitación de los negocios que a Él no se ordenan.
El puro amor de Dios es un filtro. Expulsará de tu alma no sólo todo lo que le es contrario, sino lo que no la alimenta. Se opondrá a todo ruido capaz de sofocar o alterar Su voz:
“Un silencio lo envolvía todo, y, al mediar la noche su carrera, tu Palabra todo poderosa, Señor, vino desde el trono real de los cielos” (Sab 18, 14-15).
Dios viene cuando todo duerme sobre la tierra, todo lo que es de la tierra.

Publicado en este blog

lunes, 26 de septiembre de 2011

SEGUIMOS DESGRANANDO LA JMJ

El pasado día 12, nuestra entrada recogía la intervención del Papa en Cibeles el 18 de Agosto, hoy compartimos el discuros dirigido a las jóvenes religiosas en El Escorial.
Queridas jóvenes religiosas:


Dentro de la Jornada Mundial de la Juventud que estamos celebrando en Madrid, es un gozo grande poder encontrarme con vosotras, que habéis consagrado vuestra juventud al Señor, y os doy las gracias por el amable saludo que me habéis dirigido. Agradezco al Señor Cardenal Arzobispo de Madrid que haya previsto este encuentro en un marco tan evocador como es el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Si su célebre Biblioteca custodia importantes ediciones de la Sagrada Escritura y de Reglas monásticas de varias familias religiosas, vuestra vida de fidelidad a la llamada recibida es también una preciosa manera de guardar la Palabra del Señor que resuena en vuestras formas de espiritualidad.


Queridas hermanas, cada carisma es una palabra evangélica que el Espíritu Santo recuerda a su Iglesia (cf. Jn 14, 26). No en vano, la Vida Consagrada «nace de la escucha de la Palabra de Dios y acoge el Evangelio como su norma de vida. En este sentido, el vivir siguiendo a Cristo casto, pobre y obediente, se convierte en “exégesis” viva de la Palabra de Dios... De ella ha brotado cada carisma y de ella quiere ser expresión cada regla, dando origen a itinerarios de vida cristiana marcados por la radicalidad evangélica» (Exh. apostólica Verbum Domini, 83).


La radicalidad evangélica es estar “arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe” (cf. Col, 2,7), que en la Vida Consagrada significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor (cf. San Benito, Regla, IV, 21), con una pertenencia esponsal como la han vivido los santos, al estilo de Rosa de Lima y Rafael Arnáiz, jóvenes patronos de esta Jornada Mundial de la Juventud. El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza» (Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011, 1).Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado.


Dicha radicalidad evangélica de la Vida Consagrada se expresa en la comunión filial con la Iglesia, hogar de los hijos de Dios que Cristo ha edificado. La comunión con los Pastores, que en nombre del Señor proponen el depósito de la fe recibido a través de los Apóstoles, del Magisterio de la Iglesia y de la tradición cristiana. La comunión con vuestra familia religiosa, custodiando su genuino patrimonio espiritual con gratitud, y apreciando también los otros carismas. La comunión con otros miembros de la Iglesia como los laicos, llamados a testimoniar desde su vocación específica el mismo evangelio del Señor.


Finalmente, la radicalidad evangélica se expresa en la misión que Dios ha querido confiaros. Desde la vida contemplativa que acoge en sus claustros la Palabra de Dios en silencio elocuente y adora su belleza en la soledad por Él habitada, hasta los diversos caminos de vida apostólica, en cuyos surcos germina la semilla evangélica en la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida, el testimonio de la verdad, el anuncio de la paz y la caridad, la labor misionera y la nueva evangelización, y tantos otros campos del apostolado eclesial.


Queridas hermanas, este es el testimonio de la santidad a la que Dios os llama, siguiendo muy de cerca y sin condiciones a Jesucristo en la consagración, la comunión y la misión. La Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edificada en Cristo. Gracias por vuestro “sí” generoso, total y perpetuo a la llamada del Amado. Que la Virgen María sostenga y acompañe vuestra juventud consagrada, con el vivo deseo de que interpele, aliente e ilumine a todos los jóvenes.


Con estos sentimientos, pido a Dios que recompense copiosamente la generosa contribución de la Vida Consagrada a esta Jornada Mundial de la Juventud, y en su nombre os bendigo de todo corazón. Muchas gracias.



domingo, 25 de septiembre de 2011

EL PAPA EN FRIBURGO

Una vigilia con jóvenes ha precedido a la Eucaristía en Friburgo.
Recomendamos desde aquí, la lectura de sus homilías y discursos. Puedes encontrarlos en www.zenit.org

sábado, 24 de septiembre de 2011

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en la viña. Él le contestó: No quiero. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: Voy, señor. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?»
Contestaron: «El primero».
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».
Mateo 21, 28-32


San Pablo propuso a los filipenses un programa de vida cristiana que vale para todos nosotros, también para los que vivimos en un lugar turístico -como los filipenses- cerca del amable Mediterráneo.
Se trata de un programa de cinco puntos:
1. Manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. La concordia es lo contrario de la discordia.
2. No obréis por envidia ni por ostentación. El domingo pasado ya se nos advertía contra el peligro de la envidia -a estos les has dado lo mismo que a nosotros- y de la ostentación -que hemos aguantado el peso del día y del calor y nos hemos pasado la vida haciendo milagros-.
3. Dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. Este puntito es muy práctico. Considerar como superior al inferior no es fácil, pero tampoco es fácil considerar como superior al superior. Así que aquí tenemos todos materia para trabajar.
4. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Es una exortación a la generosidad más amable. Buscar el interés de los de los demás sin alardear de ello, pasando inadvertido, tiene su miga.
5. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Este último punto es el más importante porque, entre otras cosas, proponiéndonos el ejemplo de Cristo, nos permite comprender que nunca haremos bastante, que nunca haremos tanto como Él ha hecho por nosotros.

Después de leer este programa uno puede decir: lo siento, no contéis conmigo para esto. Yo tengo unas ganas locas de pasarlo bien y este programa no es para mí. Tengo otros planes para hoy. Otro puede decir: ¡Oh! ¡Qué bello programa! Voy a ponerlo en práctica ahora mismo.

Convendría que todos leyésemos la parábola de los dos hijos: Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña". Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue.


Aquí, a los que solemos decir lo siento, tengo otros planes; a los que solemos escurrir el bulto cuando se trata de trabajar; a los que andamos siempre dejando para mañana las cosas de Dios se nos invita a recapacitar, es decir, a pensar que estamos dando largas a Dios, que estamos malogrando nuestras vidas. Y a los que solemos entusiasmarnos fácilmente con los buenos propósitos pero nunca los cumplimos; a los que decimos sí, ¡cómo no!, ahora mismo, porque nos da vergüenza decir que no, también se nos invita a recapacitar; a pensar que una vida no se hace a base de declaraciones de buenas intenciones y que obras son amores.

El salmo es 24 es la oración de uno que debía haber cumplido los treinta años y se puso a recapacitar. Al parecer comprendió que estaba malogrando su vida. Podía ser de los que se entusiasman y nada más o de los que tienen siempre otros planes. Da igual. El caso es que empezó a rezar así:

Señor, enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.


El que rezaba así no lo sabía, pero era el mismo Dios quien estaba inspirando su oración. Estaba inspirando su oración el mismo Dios que puso en los labios de Santa María aquel himno precioso: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Ella dijo "sí" siempre, del modo más amable, gentil y sincero.
Publicado en este blog por D. Javier Vicens Hualde
Párroco de S. Miguel Arcángel-S. Miguel de Salinas (Alicante)

viernes, 23 de septiembre de 2011

PJ FESTIVAL

Nació el año pasado como una propuesta del Secretariado de Juventud de la Archidiócesis de Toledo para los jóvenes ante la celebración del Congreso Eucarístico Nacional de 2010, que se celebró del 27 al 30 de mayo en Toledo. El Congreso estuvo marcado por un tinte juvenil. Su lema fue "Me acercaré al altar de Dios, la alegría de mi juventud", y estuvo presidido por la Cruz y el Icono de la Virgen de las jornadas mundiales.

Ante la gran acogida por parte de los propios artistas y la buena experiencia de los más de 1000 jóvenes que participaron en aquella primera edición del evento, el Secretariado de Pastoral Juvenil, junto con el equipo organizador, prepara para el año 2011 la segunda edición.


Es una propuesta para los jóvenes de la Archidiócesis de Toledo y abierta a los jóvenes de toda España que quieran participar y aprovecharse de este medio, tan positivo, joven y lleno de vida, como es la música para la Evangelización. Valiéndose de ello, busca ayudarles a que tengan un encuentro más cercano con Cristo.


El PjFestival es un instrumento de encuentro de los músicos y grupos musicales católicos, en el que éstos encuentren un espacio para compartir inquietudes.


Va dirigido a jóvenes y a adolescentes, a partir de los 15 ó 16 años, como alternativa a otros ambientes juveniles. Se trata de una alternativa necesaria y pedida por los mismos jóvenes. También está dirigido a cantautores, músicos, y demás componentes de grupos musicales católicos. Además de a agentes de pastoral juvenil, animadores, catequistas, padres...


Más de quince horas de música con los mejores cantantes cristianos y testimonios en directo. Talleres, catequesis, convivencia, formación, consursos y encuentro con otros jóvenes de toda España. En definitiva, + que música.


Don José, La Voz del Desierto, Gaby, Padre Jony, Kenosis, Católicos sin complejos, Nico, Migueli y un sinfín de artistas actuarán durante todo el fin de semana. ¿En qué fechas? Del 7 al 9 de octubre. ¿Dónde? En Torrijos, Toledo. ¿Cómo podéis inscribiros? A través de la web oficial, en la que vienen todos la información necesaria.

 Allí nos vemos!

 Eduardo Palanca/ReL

jueves, 22 de septiembre de 2011

COMENTANDO EL EVANGELIO DEL DÍA

Dice el evangelio que Herodes quería ver a Jesús. Pero su deseo no es como el de otros personajes del Evangelio. Zaqueo, por ejemplo, también quería ver e hizo lo posible para conseguirlo. Todos recordamos su atrevimiento al subirse a una higuera. Pero Herodes, al igual que sus padres cuando le visitaron los Magos, quiere ver sin moverse, porque de hecho le mueve la curiosidad, no el deseo.

El evangelio es preciso al respecto. Sabe que ha cometido un crimen (ha matado al Bautista), y oye hablar de un personaje importante. No cree en fantasmas, pero le mueve el gusanillo de saber quien es ese galileo que levanta tantas pasiones y del que todo el mundo habla. Quien sabe, quizás también tenga la oportunidad de cortarle la cabeza.

Herodes verá a Jesús, pero inútilmente. Sucedió durante la pasión. Cuando Jesús es conducido de un lugar a otro (de Herodes a Pilatos). Entonces Herodes aún estaba más consumido y atrapado por sus pecados y ver a Jesús sólo le sirvió para aumentar su ignominia. Tanto Herodes como Pilatos vivieron la amarga experiencia de creer que tenían poder, de mandar a los demás, de creerse “quasi dioses” para finalmente descubrir que su vida era arrastrada por las pasiones, la opinión pública o los deseos de otros más poderosos. Es lo que tiene la vida caprichosa, que cuando menos te lo esperas te deja en la estacada sin que puedas hacer ya nada porque has sido expulsado de ti mismo.

Por eso podemos decir que, verdaderamente, Herodes no deseaba ver al Señor. Había empequeñecido demasiado el deseo de su corazón. En lugar de buscar la felicidad plena se contentó con el consuelo de la satisfacción efímera. Por eso cuando tendrá la oportunidad de ver al Señor no le servirá de nada. Le hubiera gustado que realizara un milagro, asistir a un espectáculo religioso que quizás le conmoviera exteriormente, pero no deseaba abrir su corazón.

Este texto contiene importantes enseñanzas para todos nosotros. En primer lugar nos muestra que no vemos a Dios cuando nosotros queremos sino que Él tiene sus tiempos. Ningún instante de nuestra vida queda fuera de sus designios salvíficos. Por eso debemos permanecer siempre con el corazón atento.

Al mismo tiempo nos muestra como las diferentes acciones que vamos realizando suponen un posicionamiento por nuestra parte. Ensanchamos o estrechamos el corazón según nuestro comportamiento. De ahí que debamos prestar atención a todo lo que hacemos. Nada es irrelevante. Cada paso que vamos nos coloca en una dirección.

Dios no se esconde, pero se muestra a quienes lo buscan con sinceridad. Señalaba san Agustín que el tardó en encontrarlo porque lo buscaba en las cosas exteriores y desatendía a su corazón. Lo mismo le pasaba a Herodes. Quería ver a Jesús sin poner en juego su corazón. Al final la vida para él era un simple juego.

Pidamos a la Virgen que nos ayude a estar siempre atentos a la voluntad del Señor para que sepamos reconocer siempre su cercanía y no nos despistemos por el camino del pecado.
Comentario a la liturgia del día www.archimadrid.org

miércoles, 21 de septiembre de 2011

SONSECA SIGUE VIVIENDO LA JMJ

Dedicado a todas las familias que han acogido a peregrinos en cualquier rincón de España, pero especialmente a las de nuestra Parroquia, que con tanto cariño han sido verdaderos hogares para quienes nos visitaron desde Australia, Brasil y Venezuela.
Marta Sánchez-Horneros, ha preparado este vídeo que recoge algunos de los momentos que compartimos juntos.
Que el Señor premie vuestra generosidad en esta "aventura" que hemos vivido juntos.

martes, 20 de septiembre de 2011

LOS PRESOS QUE FUERON LIBRES EN LA JMJ

Diez presos de la cárcel guipuzcoana de Martutene, hombres y mujeres, acudieron a la JMJ y pudieron ver al Papa de cerca mientras gozaban de un día de libertad. Fue una propuesta del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, quien desde muy joven realizó una intensa labor pastoral en el centro, y suele celebrar allí el Via Crucis cada Semana Santa desde que se hizo cargo de la diócesis.

Al regreso de la peregrinación, los presos escribieron una carta sencilla y sentida, que por su interés reproducimos en su totalidad.

* * *

El 26 de septiembre de 2010, acompañados por nuestro Obispo, acogimos en el Centro Penitenciario de Martutene, la Cruz y el Icono de la JMJ. En la homilía D. José Ignacio invitó a la Pastoral Penitenciaria a organizar una peregrinación a la JMJ con aquellos internos que quisieran y pudieran asistir. En ese momento, nos pareció un sueño inalcanzable y lejano. Pero Dios hace posible lo imposible y con la ayuda del Obispo y las facilidades de la Dirección del Centro Penitenciario, el 20 de agosto salió para Madrid un autobús con 20 peregrinos, 10 de ellos internos/as.

En el autobús, expectantes e ilusionados, después de rezar las laudes y de encomendarnos a María, recibimos las credenciales para asistir al encuentro: sentimos que por unos días no íbamos a ser considerados comos presos sino como unos peregrinos más llenos de fe en Cristo y ansiosos por ver y escuchar al Papa Benedicto XVI.

La tarde/noche de ese mismo día, nuestro deseo se hizo realidad en el aeródromo de Cuatro Vientos. Fue especialmente emocionante contemplar cómo eran portadas por jóvenes de distintas naciones la Cruz y el Icono, que meses antes habían visitado la Prisión de Martutene y que habíamos tocado y besado con verdadera fe y que en esa noche iban a presidir la vigilia de oración. Expresar todo lo que sentimos es casi imposible: casi dos millones de jóvenes llenos de fe en Cristo, alegres, ilusionados, fervorosos... ¡cómo acogimos al Papa, cuando se hizo presente!

A pesar de las inclemencias del tiempo no podemos olvidar las tiernas palabras del Papa: "No temáis", "el Señor nos protege", "este sacrificio no es en vano"... Un silencio, respeto y oración se adueñó de todos nosotros cuando la custodia, con Jesús sacramentado, fue adorada y venerada por el Santo Padre. Después, con ilusión renovada, muchos de nosotros acudimos a la tienda del Encuentro para seguir acompañando con nuestra presencia y oración, a Jesús presente en la custodia. Algunos aprovechamos la gracia de recibir el Sacramento de la Confesión. Después a descansar para celebrar el domingo con el Papa la misa de envío del encuentro.

Muchos de nosotros no pudimos conciliar el sueño por la emoción que nos embargaba... ¡nos sentíamos libres! Pasamos la noche contemplado las estrellas y "levantando los ojos y el corazón al cielo para rezar", como nos dijo más tarde el Papa, tratando de poner orden a tanta novedad y emoción. La suerte estuvo de nuestra parte y antes de comenzar la celebración eucarística pudimos ver al Papa a pocos metros en la parcela que nos encontrábamos. Llenos de entusiasmo y firmes en la fe nos recogimos en oración con los demás jóvenes y celebramos la eucaristía. Resumir todo lo que nos dijo el Papa es imposible, pero en nuestro corazón resuena el eco de algunas de sus palabras: "Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone".

La noche del domingo pernoctamos en la Casa de Espiritualidad de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en Collado Villalba. Más relajados y tranquilos compartimos lo que hasta ese momento habíamos vivido en la JMJ. Al día siguiente celebramos la eucaristía presidida por nuestro Capellán, P. Luís Miguel Medina, en una de las capillas de la Casa dando gracias a Dios por tanto bien recibido y preparándonos para vivir por la tarde el encuentro vocacional neocatecumenal en la plaza de la Cibeles. En las horas previas al encuentro, fue impresionante ver a miles de jóvenes de todo el mundo diseminados por el centro de Madrid, orando en la catedral de la Almudena, cantando y danzando por las calles al son de cantos bíblicos, contagiando alegría evangélica. Ya por la tarde junto a más de doscientos mil jóvenes, Cardenales y Obispos de todo el mundo, participamos en el encuentro vocacional. Enseguida nos contagiamos de su fe, fervor, alegría y decisión para entregar lo mejor de nuestras vidas a Jesús y a la Iglesia. ¡Cuántas familias cristianas!, ¡Cuántos jóvenes comprometidos!... ¡no teníamos ni idea de que esto era así! repetíamos unos y otros.

Todo lo bueno acaba. Sabíamos que teníamos que retornar a Martutene pero ya no éramos los mismos, algo había cambiado en nuestras vidas para siempre: la fe en Cristo. Pero las palabras de nuestro Obispo en el encuentro vocacional; "La fuerza es del Señor. Nosotros seamos instrumentos suyos, que Él lo puede todo" nos ayudaron a no decaer en nuestro ánimo al volver a la prisión y para transmitir en la cárcel lo vivido en Madrid durante esos días.

Gracias a todos los que habéis hecho realidad este sueño de vivir la JMJ y a todos los que nos habéis acompañado de cerca o de lejos, a través de vuestra oración, para que todo saliera bien. "Dios saca bienes de todo" (Benedicto XVI), así lo hemos sentido y vivido.
San Sebastián 23 de agosto 2011

Grupo internos/as Prisión Martutene
JMJ-Madrid 2011
Publicado en ReL

domingo, 18 de septiembre de 2011

LORRAINE MURPHY

Los caminos por los que Dios llama a la conversión son muy variados. En ocasiones, espectaculares. Y otras, paradójicos.

El caso de Lorraine Murphy se sitúa entre estos últimos, porque fue el aborto provocado al que se sometió la primera brecha que le permitió comprender la ruta equivocada que seguía su vida.

Hoy vive en Georgia (Estados Unidos), donde es bibliotecaria en la universidad, y trabaja como periodista free-lance y como escritora. Ha publicado siete libros, entre ellos una biografía de la escritora Flannery O´Connor y una novela de misterio titulada Death of a liturgist [Muerte de un liturgista].
De familia italiana, había crecido en un ambiente cien por cien católico en familia, escuela y ambiente, hasta el punto de que cuenta el shock que le produjo en su adolescencia ver en una librería de la estación de tren de Miami la obra de Bertrand Russell Por qué no soy cristiano.
De niña católica a joven atea

Y lo cierto es que años después dejó de serlo ella también, cuando en la universidad, donde estudiaba filología inglesa para ser un día escritora, todos sus profesores apuntaban contra la fe.

"Era el año 1964 cuando llegué al campus. Era una chica delicada, virgen y que iba a la iglesia": dos años después, ella misma describe que se había convertido en una hippy apuntada a la tesis de la "muerte de Dios" y que veía la misa como una reliquia de su infancia similar a un osito de peluche. "Desprecié todo lo que mis padres apreciaban, desde la virginidad antes del matrimonio a la abstinencia de drogas": se hizo feminista, enemiga del matrimonio y la maternidad, y se dedicó al "amor libre".

"Las feministas como yo no nos dábamos cuenta entonces de lo felices que hacíamos a hombres poco honorables practicando sexo sin compromiso", dice Lorraine: "Estaba demasiado ciega para ver la verdad. Aunque me empeñaba en ser la modélica chica fácil de los 60, en mi corazón seguía siendo la niña que había ido a una escuela católica y soñaba encontrar alguien tradicional que la quisiera y se casara con ella".

Lorraine lamenta que en su infancia y adolescencia nadie le diese argumentos para contrarrestar las ideas ateas. Cuando sacó el doctorado y se hizo profesora, ella misma se convirtió en su propagandista ante sus alumnos.

La vida de su hijo la salvó
Pero todo empezó a cambiar ante un embarazo inesperado: "No tardé demasiado en decidir lo que tenía que hacer. Al fin y al cabo, había abundado sobre el tema del aborto en mis clases, y me parecía absolutamente claro que los derechos de la mujer siempre prevalecen sobre los del niño".

Así que puso en marcha el proceso, "que sería tan simple y directo como sacarse una muela, según decía el argumentario feminista. En realidad, el aborto se convirtió en uno de los momentos más horrendos de mi vida, física y emocionalmente, algo que reviviría y lamentaría durante todos los años posteriores. Este terrible acontecimiento se convirtió en la primera grieta de mi armadura feminista, y empecé a preguntarme si todo lo que había sostenido sobre el feminismo era verdad".

Una vela en San Patricio
Ese momento abisal fue el despegue de Lorraine. Conoció a un buen hombre, cristiano sin denominación específica aunque no muy practicante, y se casó con él. Y aunque ella continuó siendo atea, empezó a no ver las cosas de la religión con tanto despego.

Hasta que un día, al regreso de un viaje de trabajo a Nueva York, su marido, que jamás había estado en una iglesia católica la dejó anonadada: "Entré en la catedral de San Patricio y puse una vela a tus padres y a mi padre". "Entonces me recorrió un escalofrío al darme cuenta de que jamás había rezado por mis padres, que habían muerto años atrás".

A partir de ese momento, confiesa, "las cosas fueron muy deprisa". Vivían cerca de una iglesia católica y empezaron a ir a misa allí: "Comencé a re-leer las Escrituras y me parecía que Cristo salia de esas páginas para irse apoderando de mi corazón".

Una noche, con ese corazón atribulado, acudió al sacerdote a confesarse, y en particular a recibir el perdón "por aquel horrible pecado negro que me había encadenado durante años".

Aun así, Lorraine siguió rechazando la doctrina de la Iglesia sobre los anticonceptivos, la homosexualidad o el sacerdocio femenino, y aunque rechazaba el aborto que ella había cometido, seguía pensando que las mujeres debían tener esa opción.

El cáncer
Pero en el año 2000 le diagnosticaron un cáncer, y al pedir asistencia espiritual conoció a un sacerdote con quien empezó a formarse mejor, y que la ayudó cuando ella pensaba, entre lágrimas, que iba a morir: "Finalmente, el padre Richard López me dio los fundamentos que necesitaba para abandonar mi catolicismo a la carta".

"Mi marido y yo pronto celebraremos 29 años de matrimonio. Y aunque no hemos sido bendecidos con los hijos, sí por otras muchas vías, en particular nuestra fe", concluye Lorraine Murray: "Y cuando reflexiono sobre mi recorrido, creo que Dios me llamó de vuelta a la Iglesia con la ayuda de mis padres y con las oraciones de aquella pequeña alma que no llegó a nacer, pero que jamás será olvidada".

sábado, 17 de septiembre de 2011

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a un propietario que, al amanecer, salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer, y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, se pusieron a protestar contra el amo: Éstos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros; y los primeros, los últimos».

Mateo 20, 1-16

Aunque esta parábola está maravillosamente contada en todos sus detalles, si no entramos en la mente de Dios, nunca podremos comprender lo que Jesús pretende decirnos. De hecho, al leerla, seguramente nos quedará la sensación de haber escuchado la historia de una cierta injusticia, al menos según los criterios humanos. Nada más lejos de la realidad, todo se hace según la más estricta justicia, pero divina. Por eso apelo a pedir la gracia de llegar a comprender la justicia de Dios. En cualquier caso, recordemos lo que dice también la primera lectura de la Eucaristía de este domingo: Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos.
Entremos, pues, en los planes de Dios para, al menos, intentar comprender; de lo contrario, no nos va a resultar nada fácil: sólo se entra en los planes de Dios participando de su vida. En realidad, para comprender la parábola hay que situar nuestra vida en Dios, en su amor misericordioso. Sólo desde la humilde aceptación del amor de Dios, nuestros criterios se vuelven generosos. Sólo la gratitud nos permite aceptar la generosidad de Dios. De lo contrario, nuestra vida se instala en la cicatería, esa que no nos permite comprender la conducta del propietario que contrata a cualquier hora y paga a todos por igual aunque hayan trabajado menos. Jesús nos dice que, cada vez que cualquiera de nosotros se expone, sea cual sea el momento de su vida, en la plaza, por la que Dios pasa para llamarnos a la fe y a la vida en Cristo, merece un salario que siempre tiene como único y más alto tope la generosidad infinita de Dios. Nos recuerda que lo que cuenta ante Dios no es la cantidad de los años de Bautismo, sino la humildad del corazón para aceptar su poder salvador. Jesús abre también nuestra mente y nuestro corazón a un estilo misionero, que nos permita colaborar con Él en su llamada a nuestros hermanos: nos dice que su calendario no conoce la prisa, que siempre hay tiempo para encontrarle: «Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo» (Ap 3, 20).
Censura, por tanto, Jesús la actitud de los descontentos con la bondad divina, creyéndose más dignos de recibir el salario que los que han sido llamados a otras horas del día. Hace ver también que lo que cuenta no es la duración del trabajo, sino la respuesta de amor al amor gratuito de Dios. Si acogemos la invitación de Dios a trabajar por hacer un mundo según los designios divinos, siempre recibiremos el denario de Su amor salvador; es decir, el más alto tope salarial. Jesús nos pone en guardia frente al egoísmo de nuestro corazón que, al no aceptar que Dios es igualmente bueno con todas sus criaturas, devalúa el valor del denario primero, que también nosotros recibimos gratis. Sólo la gratitud del corazón valora en su justa medida lo recibido de Dios.
 
+ Amadeo Rodríguez Magro
obispo de Plasencia

viernes, 16 de septiembre de 2011

¿SABES DIOS? HE VUELTO A METER LA PATA

Jóvenes participantes en la JMJ, explican el sacramento de la Confesión en el Retiro, en el lugar llamado "Fiesta del perdón".

jueves, 15 de septiembre de 2011

LA VIRGEN DE LOS DOLORES

Guardini explica en un texto como todas las referencias evangélicas apuntan a que Jesús, de alguna manera aleja de él a su madre. Así, a los doce años, Jesús la abandona como a san José, para dedicarse a las cosas de su padre. Más adelante, en Caná, cuando las bodas, Jesús le responde de manera extraña señalando que aún no ha llegado su hora; ante el elogio de una mujer del pueblo, que alaba el vientre que lo llegó, el Señor dice que mejor se bendigan a las personas que tienen fe y, como contraponiendo a sus familiares, dice que su madre y sus hermanos son los que cumplen la palabra de Dios para, finalmente, en la Cruz, cuando María puede esperar oír una palabra de consuelo, encontrarse con que es llamada “Mujer” y que el Crucificado en lugar de referirla a él le dice que mire a otro hijo: Juan.

Esta reflexión del famoso escritor invita a reflexionar profundamente. Es un hecho, y lo sabemos todos, que quien más unido está a su Jesús, es María. Y no sólo por los lazos de sangre sino también por la unión afectiva, la participación en su misión y especialísimamente por los dones de la gracia. Sin embargo, en todas las palabras de Jesús hay como un llevarla a participar de la misma entrega que Él hace. Apartándola la mantiene más cerca, porque María ha elegido permanecer junto al que todos dejan solo y unirse a su sacrificio único.

En la profecía del anciano Simeón se anuncia a la Madre que una espada le traspasará el alma. No se trata, en la Virgen, de un dolor causado por golpes ni maltratos físicos. Por el contrario es un dolor al que se une voluntariamente ofreciendo a su Hijo y entregándose con Él.

Hay un cuadro que representa el descendimiento de la Cruz de Roger van der Weyden. En él, mientras unos hombres sostienen a Jesús al que han desclavado se ve a María desmayada de dolor. Son dos figuras pintadas en paralelo en el centro de la tabla. Se muestra en esa posición la asociación profunda entre Madre e Hijo. Como María lleva hasta el final la misión encomendada un día por el ángel Gabriel. No sólo da a luz al Redentor de los hombres sino que experimenta que este le sea arrebatado y de forma cruelísima.

En la oración de postcomunión de hoy se dice: “te pedimos, Señor, que al recordar los dolores de la Virgen María, completemos en nosotros, a favor de la Iglesia, lo que faltaa la pasión de Jesucristo”. Objetivamente Cristo lo ha merecido todo con su sacrificio. ¿Qué falta a su pasión? Que nosotros asociemos a ella nuestra voluntad y la ofrenda de nuestra vida, para que la salvación merecida por Cristo alcance a todos los hombres y favorezca el crecimiento de la Iglesia. Lo pedimos singularmente hoy por intercesión de María, a la que vemos compartiendo los dolores de su Hijo sin rechistar, sometida absolutamente a la voluntad de Dios. De hecho Jesús, desde la cruz, nos la entrega como madre, para que ella nos recuerde siempre lo que ha sucedido en el Calvario y nos eduque para que sepamos conducirnos según la vida nueva que se nos ha dado allí.

Comentario a la liturgia del día de www.archimadrid.org

miércoles, 14 de septiembre de 2011

"CONVERSIÓN BÁSICA"

Famoso guionista de thrillers eróticos, es ENCONTRADO POR DIOS, que cambia su corazón y su vida.
Aquí tenéis a un HOMBRE NUEVO.

martes, 13 de septiembre de 2011

JESÚS Y LAS MATEMÁTICAS

Detenido en 1975 por su condición de obispo y encarcelado durante 13 años en las cárceles del Vietcong, nueve de ellos en completo aislamiento, en el año 2000 Juan Pablo II encarga a monseñor Van Thuan impartir los ejercicios espirituales de Cuaresma ante la curia vaticana.

Al comienzo de los mismos, monseñor Van Thuan relata cómo a pesar de las duras condiciones de su prisión, su esperanza inquebrantable en Jesús despierta la admiración e incomprensión de sus compañeros de prisión y guardianes. He aquí el admirable testimonio que dio sobre su seguimiento a Jesús.




Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá lo hubieran suspendido. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criatura sobre sus hombros (cf. Lc 15, 47).

Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto? Pero su misericordia se extiende de generación en generación...

Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo. ¡Contemplemos sus acciones llenas de compasión cuando se sienta junto al pozo de Jacob y dialoga con la samaritana, o bien cuando quiere detenerse en casa de Zaqueo! ¡Qué sencillez sin cálculo, qué amor por los pecadores!
Fuente: Catholic.net

lunes, 12 de septiembre de 2011

DESGRANANDO LA JMJ

Intervenciones del Papa.
Hoy recordamos su intervención en la Pza de Cibeles el 18 de Agosto:

Queridos amigos:
Agradezco las cariñosas palabras que me han dirigido los jóvenes representantes de los cinco continentes. Y saludo con afecto a todos los que estáis aquí congregados, jóvenes de Oceanía,
África, América, Asia y Europa; y también a los que no pudieron venir. Siempre os tengo muy presentes y rezo por vosotros. Dios me ha concedido la gracia de poder veros y oíros más de cerca, y de ponernos juntos a la escucha de su Palabra.
En la lectura que se ha proclamado antes, hemos oído un pasaje del Evangelio en que se habla de acoger las palabras de Jesús y de ponerlas en práctica. Hay palabras que solamente sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida.
Sin esto, se quedan vacías y se vuelven efímeras. No nos acercan a Él. Y, de este modo, Cristo sigue siendo lejano, como una voz entre otras muchas que nos rodean y a las que estamos tan acostumbrados.
El Maestro que habla, además, no enseña lo que ha aprendido de otros, sino lo que Él mismo es, el único que conoce de verdad el camino del hombre hacia Dios, porque es Él quien lo ha abierto para nosotros, lo ha creado para que podamos alcanzar la vida auténtica, la que siempre vale la pena vivir en toda circunstancia y que ni siquiera la muerte puede destruir.
El Evangelio prosigue explicando estas cosas con la sugestiva imagen de quien construye sobre roca firme, resistente a las embestidas de las adversidades, contrariamente a quien edifica sobre arena, tal vez en un paraje paradisíaco, podríamos decir hoy, pero que se desmorona con el primer azote de los vientos y se convierte en ruinas.
Queridos jóvenes, escuchad de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros «espíritu y vida» (Jn 6,63), raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz.
Hacedlo cada día con frecuencia, como se hace con el único Amigo que no defrauda y con el que queremos compartir el camino de la vida. Bien sabéis que, cuando no se camina al lado de Cristo, que nos guía, nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, la de propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles, que dejan el vacío y la frustración tras de sí.
Aprovechad estos días para conocer mejor a Cristo y cercioraros de que, enraizados en Él, vuestro entusiasmo y alegría, vuestros deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro de vuestro ser.
Hacedla crecer con la gracia divina, generosamente y sin mediocridad, planteándoos seriamente la meta de la santidad. Y, ante nuestras flaquezas, que a veces nos abruman, contamos también con la misericordia del Señor, siempre dispuesto a darnos de nuevo la mano y que nos ofrece el perdón en el sacramento de la Penitencia.
Al edificar sobre la roca firme, no solamente vuestra vida será sólida y estable, sino que contribuirá a proyectar la luz de Cristo sobre vuestros coetáneos y sobre toda la humanidad, mostrando una alternativa válida a tantos como se han venido abajo en la vida, porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes.
A tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos.
Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios.
Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios, precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos, colaboradores creativos en la tarea de cultivar y embellecer la obra de la creación. Dios quiere un interlocutor responsable, alguien que pueda dialogar con Él y amarle.
Por Cristo lo podemos conseguir verdaderamente y, arraigados en Él, damos alas a nuestra libertad. ¿No es este el gran motivo de nuestra alegría? ¿No es este un suelo firme para edificar la civilización del amor y de la vida, capaz de humanizar a todo hombre?
Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz. Entonces seréis bienaventurados, dichosos, y vuestra alegría contagiará a los demás.
Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo. Él murió por nosotros y resucitó para que tuviéramos vida, y ahora, desde el trono del
Padre, sigue vivo y cercano a todos los hombres, velando continuamente con amor por cada uno de nosotros.
Encomiendo los frutos de esta Jornada Mundial de la Juventud a la Santísima Virgen María, que supo decir «sí» a la voluntad de Dios, y nos enseña como nadie la fidelidad a su divino Hijo, al que siguió hasta su muerte en la cruz. Meditaremos todo esto más detenidamente en las diversas estaciones del Via crucis. Y pidamos que, como Ella, nuestro «sí» de hoy a Cristo sea también un «sí» incondicional a su amistad, al final de esta Jornada y durante toda nuestra vida.
Muchas gracias.

domingo, 11 de septiembre de 2011

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo. Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: Págame lo que me debes. El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré. Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Mateo 18, 21-35
 
Después de que ha explicado a sus discípulos cómo se solucionan los conflictos entre hermanos, respondiendo a una pregunta de Pedro, Jesús habla del perdón y de la misericordia divina. Cuando marcó los tiempos en la corrección fraterna, pudo parecer que el perdón había quedado limitado; pero, como veremos, no ha sido así. El perdón de Dios es ilimitado; y eso es importante saberlo, porque sólo desde el perdón divino se entiende el perdón humano. El perdón divino es siempre la referencia que ha de tener presente el corazón humano; porque el perdón ha de ser siempre de corazón: «Lo mismo hará con vosotros mi Padre que está en el cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano». El perdón de mala gana no es perdón; es sólo un sucedáneo.
Por eso no es exagerada la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» Éste es el máximo que Pedro podía prever. Jesús, sin embargo, amplía el perdón hasta más allá de nuestros límites. Setenta veces siete es siempre. Y a continuación recurre a una parábola para explicar cómo es de grande el perdón del reino de los cielos. ¡Qué desproporción entre las deudas! ¡Qué distancia tan grande hay en los comportamientos! Lo que Jesús quiere poner de relieve es la grandeza infinita de la compasión de Dios; pero también hace ver la cicatería humana. De ahí que Jesús nos ofrezca un estímulo desde el que ir cambiando esa tendencia de nuestro corazón: el amor y la misericordia de Dios es tan grande en generosidad con nosotros, que sería muy mezquino por nuestra parte no perdonar las ofensas, siempre menores, de nuestros hermanos. Como se ve, la sustancia de la parábola está en el contraste. De cualquier modo, nuestro perdón siempre tiene que estar en relación con el perdón de Dios, como recuerda también Jesús en el Padrenuestro: «Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores».
ábola nos parece sólo un hermoso ejemplo, pero sin fundamento en la realidad, conviene que recordemos que la cruz de Cristo es la manifestación humana en toda su verdad del amor divino. Y todos hemos conocido y conocemos a personas que viven en Cristo y que ponen cada día actitudes y gestos de perdón y reconciliación. Eso no impide ignorar la realidad y la magnitud de las ofensas; pero exige sanar las heridas que, en formas de odios y rencores, las ofensas hayan podido ir dejando. No pasar de puntillas por este texto evangélico y entrar en él de corazón es un gran servicio a nuestra felicidad, pero también a la esperanza de paz en este mundo, tan dolorido por grandes ofensas.
+ Amadeo Rodríguez Magro
obispo de Plasencia

sábado, 10 de septiembre de 2011

CUENTO

Había una vez, sobre una colina en un bosque, tres árboles. Con el murmullo de sus hojas, movidas por el viento, se contaban sus ilusiones y sus sueños.

El primer árbol dijo: "Algún día yo espero ser un cofre, guardián de tesoros. Se me llenará de oro, plata y piedras preciosas. Estaré adornado con tallas complicadas y maravillosas, y todos apreciarán mi belleza".

El segundo árbol contestó: "Llegará un día en que yo seré un navío poderoso. Llevaré a reyes y reinas a través de las aguas y navegaré hasta los confines del mundo. Todos se sentirán seguros a bordo, confiados en la resistencia de mi casco".

Finalmente, el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer hasta ser el árbol más alto y derecho del bosque. La gente me verá sobre la colina, admirando la altura de mis ramas, y pensarán en el cielo y en Dios, y en lo cerca que estoy de Él. Seré el árbol más ilustre del mundo, y la gente siempre se acordará de mí".

Pasaron años hasta el día en que un grupo de leñadores se acercó a los árboles. Uno de ellos se fijó en el primer árbol y dijo: "Este parece un árbol de buena madera. Estoy seguro de que puedo venderlo a un carpintero". Y empezó a cortarlo. El árbol quedó contento, porque estaba seguro de que el carpintero haría con él un cofre para un tesoro.

Ante el segundo árbol, otro leñador dijo: "Este es un árbol resistente y fuerte. Seguro que puedo venderlo a los astilleros". El segundo árbol lo oyó satisfecho, porque estaba seguro de que así empezaba su camino para convertirse en un navío poderoso.

Cuando los leñadores se acercaron al tercer árbol, se asustó, porque sabía que, si lo cortaban, todos sus sueños se quedarían en nada. Un leñador dijo: "No necesito nada especial. Me llevaré este mismo". Y lo cortó.

Cuando el primer árbol fue llevado al carpintero, lo que hizo con él fue un comedero de animales. Lo pusieron en un establo y lo llenaron de heno. No era esto, desde luego, lo que él había soñado, y por lo que tanto había rezado. Con el segundo árbol se construyó una pequeña barca de pescadores. Todas sus ilusiones de ser un gran navío, portador de reyes, quedaron en eso. Al tercer árbol simplemente lo cortaron en tablones, que dejaron amontonados contra una pared.

Siguió pasando el tiempo, y los árboles llegaron a olvidar sus sueños. Pero un día un hombre y una mujer jóvenes llegaron al establo. Ella dio a luz, y colocaron al niño, envuelto en pañales, sobre el heno del pesebre hecho con la madera del primer árbol. El hombre hubiera querido construir una pequeña cuna para el niño, pero tuvo que contentarse con este pesebre. Viendo todo lo que allí sucedió, el árbol entendió que era parte de algo maravilloso, y que se le había concedido contener el mayor tesoro de todos los tiempos.

Años más tarde, varios hombres se subieron a la barca hecha con la madera del segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado, y se durmió. Mientras cruzaban un lago, se levantó una tormenta fortísima y el árbol pensaba que no iba a resistir lo suficiente para salvar a aquellos hombres. Los otros, aterrorizados, despertaron al que estaba dormido. Él se levantó, y dijo al viento: "¡Cállate!", y la tormenta se apaciguó. Entonces el árbol se dio cuenta de que en la barca iba el Rey de reyes.

Finalmente, tiempo después, alguien se acercó a coger los tablones del tercer árbol. Unió dos en forma de cruz, y se los pusieron encima a un hombre ensangrentado, que los llevó por las calles mientras la gente lo insultaba. Cuando llegaron a una colina, sujetaron al hombre al madero, clavándole las manos y los pies, y lo levantaron en la cruz para que muriese en lo alto, a la vista de todos. Cuando llegó el siguiente Domingo, el árbol comprendió que finalmente había llegado a ser lo bastante fuerte y alto para destacar sobre la cumbre, tan cerca de Dios como era posible, porque el Hijo de Dios había sido crucificado en él. Ningún árbol ha sido nunca tan conocido y apreciado, ni ha elevado el pensamiento de tantos hacia Dios como el árbol de la Cruz (Anónimo inglés).

Dios, nuestro Padre lleno de amor, es el garante de nuestra vida, como dice el Salmista: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida: ¿qué podrá hacerme temblar?". Aun cuando parezca saltar por los aires todo lo que habíamos planeado, debemos estar seguros de que Dios tiene un plan mejor para nosotros. Si confiamos en Él y le dejamos meterse en nuestra vida, saldremos ganando siempre. Cada uno de los árboles del cuento acabó realizando sus anhelos más íntimos, pero de una manera mejor de lo que nunca alcanzó a soñar. No nos es posible siempre saber qué tiene preparado Dios para nosotros, pero debemos saber que sus planes no son los nuestros: son siempre mucho más sublimes.

viernes, 9 de septiembre de 2011

AMIGOS DE LA VIRGEN

Es lo que tiene tenerla  por Madre...¡¡qué hijos tan preciosos!!
La Hospitalidad de Ntra. Sra. de Lourdes también tiene sede en Toledo.
En este mes de Septiembre, peregrina entre el 18 y el 22 de Septiembre.
Absolutamente recomendable.
Los puedes encontrar aquí: Ronda Buenavista, 31 45005 Toledo. 925 250 356

jueves, 8 de septiembre de 2011

EN EL DÍA DE NUESTRA PATRONA

Hoy Sonseca está de fiesta. Hoy celebramos el día más grande en nuestro pueblo. Hoy todos sus hijos, venimos a felicitarla en el día de su nacimiento y damos gracias a Dios por habérnosla regalado por Madre.
María es madre, intercesora, protectora, maestra, guía, consuelo, esperanza, bendición, alegría, etc, etc, etc.
Hoy le pedimos por todos sus hijos, especialmente por los que sufren, por los más alejados, por los que hoy no pueden estar a su lado, por los que ya nos han dejado y viven su fiesta desde la otra orilla.
En este día santo para nosotros, gritamos con verdadera fe ¡¡VIVA LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS REMEDIOS!!.
Según la Tradición, la Virgen Madre de Dios nació en Jerusalén, junto a la piscina de Bezatha. La Liturgia Oriental celebra su nacimiento cantando poéticamente que este día es el preludio de la alegría universal, en el que han comenzado a soplar los vientos que anuncian la salvación. Por eso nuestra liturgia nos invita a celebrar con alegría el nacimiento de María, pues de ella nació el sol de justicia, Cristo Nuestro Señor.

Hoy nace una clara estrella,

tan divina y celestial,

que, con ser estrella, es tal,

que el mismo Sol nace de ella.

En la plenitud de los tiempos, María se convirtió en el vehículo de la eterna fidelidad de Dios. Hoy celebramos el aniversario de su nacimiento como una nueva manifestación de esa fidelidad de Dios con los hombres.
NADA EN LA ESCRITURA
Nada nos dice el Nuevo Testamento sobre el nacimiento de María. Ni siquiera nos da la fecha o el nombre de sus padres, aunque según la leyenda se llamaban Joaquín y Ana. Éste nacimiento es superior a Creación, porque es la condición de la Redención. Y, sin embargo, la Iglesia celebra su nacimiento. Con él celebramos la fidelidad de Dios. “Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien” Romanos 8,28. Y es motivo de alegría gozosa y permanente de todos y cada uno de los llamados. No sabemos cómo se cumplirá, pero tampoco sabemos como nace el trigo, y cómo se forja la perla en la ostra. Pero nacen y crecen y se forjan. La inteligencia humana, por aguda que sea, tiene su límite y ya no puede alcanzar más. Cerrar los ojos ante el misterio, sabiéndonos llamados por Dios, y “desbordar de gozo en el Señor, confiando en su misericordia” Salmo 12, 6. Son las palabras inspiradas del salmo de la misa.

Todo lo que sabemos del nacimiento de María es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual Ana, su madre, se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta", y, según san Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de David. Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como un oprobio y un castigo del cielo. Eran los tales menospreciados y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios. Esta conducta se ve celebrada en Mallorca, en una montaña que se llama Randa, donde existe una iglesia con una capilla dedicada a la Virgen. En los azulejos que cubren las paredes, antiquísimos, el Sumo Sacerdote riñe con el gesto a San Joaquín, esposo de Santa Ana, quien, sumiso y resignado, parece decir: No puede ser, no he podido tener hijos.

Sabemos que su esterilidad dará paso a María. Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad. Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, de que habla el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más tarde sería un gran profeta. Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el nacimiento de una hija singular, María, concebida sin pecado original, y predestinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.

De Ana y de Joaquín, oriente

de aquella estrella divina,

sale su luz clara y digna

de ser pura eternamente:

el alba más clara y bella

no le puede ser igual,

que, con ser estrella, es tal,

que el mismo Sol nace de ella.

No le iguala lumbre alguna

de cuantas bordan el cielo,

porque es el humilde suelo

de sus pies la blanca luna:

nace en el suelo tan bella

y con luz tan celestial,

que, con ser estrella, es tal,

que el mismo Sol nace de ella.
UNA NIÑA SANTA
Nace María. Nace una niña santa. Nada se nota en ella hasta que crece y comienza a hablar, a expresar sus sentimientos, a manifestar su vida interior. A través de sus palabras se conoce el espíritu que la anima. Se dan cuenta sus padres: esta niña es una criatura excepcional. Se dan cuenta sus compañeras: que se sienten atraídas por el candor de la niña y, a la vez, sienten ante ella recelo, respeto reverencial. Sus padres no saben si alegrarse o entristecerse. Para conocer lo sobrenatural hace falta tiempo y distancia. No ha habido nunca ningún genio contemporáneo; al contrario, siempre es considerado como un loco, un ambicioso o un soberbio.

Los niños hacen lo que ven hacer a los mayores. La niña santa no imita los defectos de los mayores y obra según sus convicciones. Cuando nació Juan Bautista, la gente se preguntaba "¿qué va a ser este niño?" (Lc 1,79). De María se preguntarían lo mismo. Ella comprende que, aunque quisiera hablar de lo mucho que lleva dentro, debe callar. Y tiene que vivir en completa soledad, de la que es un reflejo, el aislamiento del niño que crece entre gente mayor.

María, llena de gracia, vivía como perfectísima hija de Dios, entre hombres que habían perdido la filiación divina, habían pecado, y sentían la tentación y sus inclinaciones al pecado. El hombre conoce la diferencia que hay entre lo bueno y lo malo, y cuando obra el mal, percibe la voz de la conciencia. Antes de pecar, la percibe y la desatiende, durante el pecado, la acalla con el gozo del pecado, después de pecar, la oye y quisiera no oírla. Este es el conocimiento del mal, que no procede de Dios, sino de haberse separado de El. María no conoce el mal por experiencia, sino por infusión de Dios. No había pecado nunca. Por eso no entendía a la gente y se sentía sola. Experimentaba que sólo ella era así. Si hubiera vivido en un desierto, no hubiera padecido tanto, pero en Nazaret, aldea pequeña, con fama de pendenciera y poca caritativa, es tenida por orgullosa, la que era la más humilde. Como los niños viven su mundo aparte de los mayores, así tiene que vivir María entre su gente.

Y una mujer así, ¿nos puede comprender?, ¿puede ser nuestra madre? Sí porque María es una mujer comprometida con todo el género humano. María fue la pobre de Yahvé. Los pobres de Dios nunca preguntan, nunca protestan. Se abandonan en silencio y depositan su confianza en las manos del Señor y Padre.

Con el Concilio Vaticano II hemos recuperado la Biblia, libro prohibido en mis años de juventud. También la Liturgia en castellano. También la Iglesia, no como una pirámide, sino como pueblo de Dios. De la misma manera hemos de recuperar a María, como Hermana en la fe, Madre en la fe. María peregrinó en la fe como todos los cristianos. Se abandonó a Dios. Pudo ser lapidada, al quedarse encinta, pudo ser repudiada... Es la pobre de Yahvé.

Querríamos saber más cosas de María. El evangelio nos dice muy poco de Ella. Pero, si bien lo miramos, implícitamente nos dice mucho, todo. Porque Jesús predicó el Evangelio que, desde que abrió los ojos, vio cumplido por su Madre. Los hijos se parecen a sus padres. Jesús sólo a su Madre. Era su puro retrato, no sólo en lo físico, en lo biológico, sino también en lo psíquico y en lo espiritual.
LA HERENCIA
Cada hombre, según las leyes mendelianas de los cromosomas y los genes, hereda de su padre y de su madre. Decía un sacerdote que su padre decía: "mi hijo es treballaor com yo y listo com sa mare". Cuando Jesús pronuncia el sermón de las Bienaventuranzas, está pintando a su Madre: Pobres de espíritu, Mansos, Pacientes, Humildes, Misericordiosos, Trabajadores de la Paz. Nos ha dado su Retrato. Sus actitudes vitales son idénticas las de la Madre y el Hijo: en el momento decisivo de su vida María le dice al Ángel: "Hágase en mi"... En el momento de comenzar su Hora, Jesús dice lo mismo "Hágase". Cuando nos enseña su carné de identidad, María nos dice que es "la esclava del Señor" Cuando Jesús nos presenta el suyo, nos dice que es "manso y humilde de corazón". Jesús predicó las bienaventuranzas porque las había vivido. Y las vivió porque las había visto vivir a su Madre. Por eso la quiso y la hizo Inmaculada, porque tenía que ser su madre y su educadora en la fe.


Fuente: Catholic.net

miércoles, 7 de septiembre de 2011

CURSILLOS DE CRISTIANDAD

Hemos recibido esta información, que compartimos con vosotros.
Cursillos de cristiandad es un movimiento de la Iglesia eminentemente apostólico.
Para muchas personas ha habido sin duda, un antes y un después de su cursillo y éste ha supuesto un momento de encuentro personal con Jesús y de encuentro también con la Iglesia.
Si estás interesado, o conoces a alguien que pueda necesitar de esta experiencia, primero reza por él/ella y luego, lee esta información:

Calendario 2011-201220 - 23 Octubre Toledo
08 - 11 Diciembre Talavera de la Reina
26 - 29 Enero Toledo
16 - 19 Marzo Toledo
26 - 29 Abril Talavera de la Reina
31 - 03 Junio Toledo
12 - 15 Julio Toledo


Los Cursillos de Cristiandad

¿Que es un Cursillo de Cristiandad?
"El Cursillo de Cristiandad es un instrumento suscitado por Dios para el anuncio del Evangelio en nuestro tiempo" (Juan Pablo II)

¿Para quién es un Cursillo de Cristiandad?
Dada su forma de anuncio de la Buena Nueva, el Cursillo de Cristiandad se dirige no sólo a los creyentes que buscan profundizar en su vida de fe, sino también a personas indiferentes, no creyentes o alejadas.
Tiene sitio en el Cursillo de Cristiandad toda persona que busque, con cierta seriedad, el sentido trascendente de su vida, sea cual sea su forma de pensar y de sentir.
La invitación a un Cursillo de Cristiandad no debe hacerse desde una llamada impersonal; es una invitación cordial al conocido, al amigo, al compañero, a la persona insatisfecha que quiera sacarle más jugo a la vida.

¿Qué supone hacer un Cursillo de Cristiandad?
El Cursillo de Cristiandad puede ser una experiencia de fe, altamente gratificante que, en general, ilumina nuestro caminar. Quien lo vive, suele decir que ha vivido los tres días más interesantes de su vida.

¿Cuál es la novedad del Cursillo de Cristiandad?
El Cursillo de Cristiandad proclama lo sustancial de la fe, de forma testimonial, cálida, alegre, jubilosa. Como la Buena Nueva que salva al hombre. Más que demostrar grandes verdades muestra vidas, que van siendo tocadas por la fuerza del Espíritu.

Este estilo directo, cercano, que se expresa en su talante testimonial, encaja muy bien con la forma de pensar y de actuar de la mujer y del hombre de hoy, que sigue mejor a los auténticos testigos que a los grandes maestros.

La proclamación de lo fundamental cristiano en el Cursillo de Cristiandad es llevada a término por sacerdotes y seglares, que apuntalan su testimonio de palabra en el testimonio de su vida, con la convicción de que todo cambio individual tiene resonancias en las realidades en que cada uno se mueve.
Y después del Cursillo de Cristiandad, qué...

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad no sitúa al cristiano en un lugar prefijado, sino que actúa con delicado respeto a las opciones personales y ayuda a descubrir y desarrollar la vocación de cada uno.
Es en el mundo donde el cursillista debe realizarse. En un mundo que se concreta en los ambientes de familia, de trabajo, de estudio, de ocio, de amistades donde él está inmerso. Su mundo es su circunstancia personal. En ningún momento el cursillista deja de tener su campo de actuación; allí debe ser anuncio vivo del evangelio.

¿Con que apoyos cuenta el cursillista?
Como es muy difícil a cualquiera mantenerse y avanzar solo en la fe dentro de los ambientes probablemente secularizados, Cursillos de Cristiandad:
• A los que están integrados en alguna comunidad, les posibilita una reflexión sobre las exigencias de su vivir cristiano y les invita a regresar, con ánimo reforzado, a la comunidad donde proceden.
• A los que no están integrados en alguna comunidad, ofrece instrumentos para ayudarle en el constante fortalecimiento de su vida cristiana.

Si piensas que un Cursillo de Cristiandad puede ser algo importante para ti, ponte en contacto con nosotros en: info@cursillostoledo.org

sábado, 3 de septiembre de 2011

BEATO GABRIEL DE LA MAGDALENA, RUEGA POR NOSOTROS...

Nuestra Parroquia hoy está de fiesta, al celebrar el nacimiento a la verdadera vida de nuestro paisano Gabriel. Hoy le encomendamos a todo el pueblo de Sonseca: a las familias, a los niños, a los enfermos, a los ancianos, a los sonsecanos ausentes. Beato Gabriel de la Magdalena, ruega por nosotros

Beato Gabriel de la Magdalena. Religioso y mártir en el Japón, de la Primera Orden († 1632). Beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867.



Gabriel de la Magdalena es uno de los grandes apóstoles del Japón. Nació en Sonseca. Después de haber estudiado medicina, a la edad de 30 años ingresó en la Orden de los Hermanos Menores en calidad de religioso no clérigo. Alcanzó una tal perfección que el Señor lo favoreció con éxtasis y visiones. En las diversas tareas que realizó revivió el espíritu y las virtudes de San Diego y de San Pascual: fue portero, cocinero, enfermero y limosnero. Tuvo una aspiración, la de ir como misionero al extremo Oriente para conquistar almas para Dios.
En 1612 llegó a las costas del Japón, que por veinte años debía ser el campo de sus fatigas apostólicas y el testigo de sus prodigios. Su apostolado fue maravillosamente fecundo en frutos por el celo, la santidad de su vida, el esplendor de las curaciones que obtuvo del Señor. Difícil resulta calcular el número de paganos que bautizó en 20 años de apostolado.
Las curaciones obtenidas por él a favor de paganos y de cristianos y de familiares de la corte, le ganaron popularidad en todo el Japón, por lo cual en la furia de la persecución los gobernadores no se atrevieron a poner mano en él, y, dada la popularidad de que gozaba, le permitieron ir donde fuera llamado por los enfermos. Varias veces fue arrestado junto con otros cristianos, pero en cuanto lo reconocían, lo ponían en libertad. Alentado por la confianza que le concedían, prosiguió su trabajo en favor de los enfermos, cristianos y paganos.
Gabriel anhelaba inmolar su vida por la fe junto con sus demás cohermanos. El Señor escuchó su deseo. El 20 de marzo de 1630 fue arrestado junto con otros religiosos y encarcelado en las prisiones de Omura. Cuando supo que había llegado la hora del último sacrificio, sintió una inmensa alegría y quedó absorto en prolongada oración. Numerosas instancias llegaron al emperador para pedir su liberación, pero tales peticiones del pueblo no fueron escuchadas. Solamente los príncipes obtuvieron que el Beato pudiera ir con una buena escolta al palacio para curar a los miembros de la familia. En efecto la sobrina del gobernador estaba muy enferma. Gabriel le alcanzó la curación y le administró el bautismo. En cuanto el gobernador supo de la conversión de su sobrina, se enfureció contra Fray Gabriel y la sobrina. Este hecho en realidad agravó su situación. Después del suplicio de las aguas sulfurosas del monte Ungen fue conducido a Nagasaki a la santa colina donde, de rodillas ante el poste que le estaba reservado, oró fervorosamente, luego fue atado al poste y quemado vivo. Así consumó su glorioso martirio

viernes, 2 de septiembre de 2011

"CONMIGO ESTARÁS BIEN"

«Conmigo estarás bien»
En nombre de Jesús, levántate y anda. En la habitación de Sara Quiroz, cuelga ahora este cartel, con el lema de la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica. Fue durante este encuentro, y precisamente tras escuchar esta frase, cuando pudo dejar las muletas y la silla de ruedas. Sin embargo, no deja de dar gracias por cada día del año y medio que duró su enfermedad


Sara (con peto vaquero), en un encuentro de familias
vinculadas a la Renovación Carismática,
la semana pasada (Foto: Miguel Castaño)
Lo que desarma de Sara es la sencillez y la serenidad con la que narra el momento en el que, durante la Asamblea Nacional de la Renovación Carismática Católica, el pasado julio, en Madrid, se levantó de la silla de ruedas y caminó sin muletas, por primera vez en año y medio: «La Asamblea era en el Parque de Atracciones, y en un descanso me había ido con mis amigos a las atracciones. Me llamó mi madre para decirme que el padre Jaime Kelly», que había predicado, «iba a rezar por mí. Me hizo algunas preguntas, rezó, y me impuso las manos. Fue una oración más bien cortita. Me preguntó si creía que el Señor me podía sanar, y yo dije que por supuesto. Me cogió de las manos y me dijo Pues en el nombre de Jesús levántate, que vamos a caminar. Cuando levanté la mirada, vi los ojos de Jesús en él; tan hermosos y tan llenos de amor, me decían: Venga, que yo te voy a llevar toda la vida y conmigo siempre vas a estar bien. Con toda la confianza puesta en el Señor, me levanté, y supe que estaba sanada, porque en casa lo había intentado yo muchísimas veces y me caía».
Su familia no lo atribuye sólo a ese momento puntual de oración: «Mucha gente -explica Letty, su madre, refiriéndose a la Renovación Carismática- ha compartido y sufrido la enfermedad de Sara. Desde que se puso enferma, se activó una cadena de oración». La víspera misma de la Asamblea, unos amigos carismáticos de Perú -de donde son Letty y Julio, su marido-, sin saber nada del encuentro, les llamaron para decirles que Dios les había inspirado el pedir por Sara. La familia entera fue a la Asamblea sin saber que el lema era, precisamente, En nombre de Jesús, levántate y anda.
Poco antes de la Navidad de 2009, Sara fue a urgencias porque veía borroso con el ojo izquierdo. La ingresaron para hacerle pruebas, porque podía tener un tumor cerebral, o esclerosis múltiple. Tras una punción lumbar, perdió toda la fuerza en el lado izquierdo. Consiguió manejarse con muletas, aunque le costaba un gran esfuerzo, y terminó usando para casi todo la silla de ruedas. Fue duro para todos, también para Andrés, su hermano pequeño, «que de repente tenía que ir a los sitios solo, porque nosotros estábamos siempre de médicos», explica Letty. «Lo he pasado mal -reconoce Sara-: no poder caminar, de un día para otro, y sin explicación... Pero estamos en manos del Señor. Él ha sido mi esperanza, siempre me ha dado paz y confianza en que me iba a poner bien». Su eterna sonrisa también ayudó mucho a sus padres: «Nos ha hecho llevarlo mejor y nos ha fortalecido. Verla en una depresión -una chiquilla de 17 años sin ganas de vivir- habría sido peor que esta enfermedad».
Ahora toca estar atenta

En 2010 en Lourdes
En ningún momento la familia dejó de trajinar, con sus actividades y encuentros. Sara, además, se confirmó, comenzó Arquitectura, e incluso fue al Camino de Santiago. Ni que decir tiene que este verano, ya curada, no ha parado: Lourdes -el año pasado fue en silla de ruedas, y su curación fue el día del Inmaculado Corazón de María-, un campamento como monitora, la JMJ y sus días previos, playa, encuentro de familias de la Renovación...
Todo eso, además, sin dejar de dar gracias, en Lourdes y siempre. «También por cada día de enfermedad. Lo hicimos ya el mismo día de su curación, al llegar a casa -recuerda Letty-. Ahí es donde hemos visto que no estábamos solos. Le ha servido mucho a ella, y a mucha gente». Sara añade: «Ahora me toca rezar mucho; tengo que estar atenta a lo que el Señor quiera de mí. Por ejemplo, dar testimonio para Su gloria. Porque hay gente que me ve como la sanada, pero es el Señor el que hace las cosas, y es a Él al que hay que glorificar».
María Martínez López
Publicado en Alfa y Omega